PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Nota del traductor: Estas transcripciones y traducciones están hechas de las homilías en Griego del gran Yérontas y Profeta Atanasio Mitilineos. La mayoría de las preguntas son de estudiantes.
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INTRODUCCION
Me gustaría deciros que el tema de preguntas y respuestas tiene como fin o propósito la formación y progreso de la vida espiritual. Porque principalmente las preguntas dudosas se refieren a temas espirituales y generalmente de composición espiritual, es decir, cómo podremos encontrar nuestro camino y el modo o la manera de vivir nuestra vida espiritual que es en Espíritu Santo, es decir, adquirir el Espíritu Santo con su increada energía Jaris (gracia).
Vida espiritual no significa la vida del espíritu humano, sino la vida del Espíritu Santo sobre la existencia humana. Es decir, vivo la vida espiritual significa que vivo la presencia del Espíritu Santo, esto es el todo.
Dios nos ha dado la apocálipsis (revelación) y nos ha dado también la ciencia, es decir, nos ha dado la gnosis (conocimiento) natural. Por eso estas cosas, ¿es posible que alguna vez se mezclen?. ¿Es posible?, no. Si se mezclan significa que algo no va bien dentro de nuestro cerebro humano.
Apocálipsis quiere decir revelación, donde no se utiliza el logos humano para encontrar la verdad, sino el Logos divino, es decir, es el mismo Dios quien me apocalipta, revela la verdad.
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AGAPI amor increado y desinteresado
“Ὁ θεός ἀγάπη ἐστίν (O zeós agápi estín),
Dios es agapi-amor (1ª Jn 4,8)”
Del léxico: La agapi es la energía increada superior de la Jaris. “Porque la agapi proviene de Dios” (1ªJn 4,7). Dicen los Santos Padres Ortodoxos: Nadie puede conocer la increada agapi como energía increada de Dios si no es a través de la energía increada (Jaris, Gracia) del Espíritu Santo. Éste es el propósito de la psicoterapia de la Iglesia Ortodoxa, el convertir mediante la continua metania y confesión, la φιλαυτία (filaftía, egolatría) que es el creado amor interesado egocéntrico y enfermizo a uno mismo, en la desinteresada divina e increada agapi de Dios. Ésta comprende tres estadios: catarsis, iluminación y zéosis o glorificación. Dios creó al cosmos (mundo y adorno, ornamento) de la nada y libremente sin ninguna necesidad, por agapi. No sólo creó al cosmos, mundo, sino que lo mantiene por Sus energías increadas. Para nosotros los Ortodoxos Dios es el gran presente y para los occidentales es el gran ausente, ya que ignoran la existencia de las energías increadas, “la mayor de ellas la agapi” (Cor. 12,13). Nada tiene que ver con ágapes de banquetes donde se come y bebe, tampoco quiere decir caridad, puesto que en helénico, caridad es φιλανθρωπία (filanzropía) o ευσπλαχνία (efsplajnía). (Del léxico heleno-ortodoxo que hemos traducido al castellano).
¿Qué es la agapi?
En principio el hombre no es fuente de la agapi, como tampoco es fuente de otras cosas. Atención, quizás algunos puntos os pueden clarificar lo que es la agapi, porque los occidentales malinterpretan mucho este tema y lo confunden con la praxis de la caridad. El hombre no tiene luz propia como la luna que toma su luz del sol. Lo mismo, el hombre toma de Dios todas estas cualidades importantes y estas, como veremos más abajo, se llaman energías increadas de Dios. La fuente, pues, de la agapi es el Dios.
Vamos a ver como lo dice esto san Isaac el Sirio en su logos 33º: “La agapi tiene como causa a Dios, es una fuente que siempre emana y nunca sus corrientes cesan, ni se cortan, porque es la única fuente de la agapi y el Dios es la materia de la agapi que nunca se gasta”
Aquello que dice san Juan el Evangelista. “El Dios es agapi” (1ªJn 5,8). Está claro que cuando dice que el Dios es agapi, no se refiere a la esencia de Dios en el sentido que se nos apocalipte, revele la esencia de Dios, sino que la agapi es una energía increada de Dios. Así que fuente de la agapi es el Dios. Ahora bien, todas las energías de Dios que emanan Su esencia son también increadas. Atención a este punto, es fundamental. Cada energía de Dios es increada, como también la esencia es increada, el Dios es increado, por decirlo de una manera simple, a Dios no le hizo ni creó alguien. Así que Dios es autoexistente, increado, no nacido. Su esencia, pues, es eterna, perpetua, sin principio ni fin, es una cosa inconcebible, no se puede percibir ni captar, cuando más profundiza y medita uno sobre esto más vértigo le da. Así también sus energías son increadas, no creadas. Atención a este punto los heterodoxos occidentales y los herejes sobre esto tienen mucha confusión, no tienen discernimiento de increado y creado.
Para entender algo de alguna manera, os diré un ejemplo. Como el sol es una masa candente y esta masa sí la llamamos esencia de Dios; a la vez es toda radiación de luz y energía del sol que se derrama al ambiente, diríamos que es la energía de Dios. Esta luz que viene a la tierra comienza desde sol, está claro y es de la esencia del sol. Por lo tanto, lo mismo que está en el sol, está también en el Dios. Las energías de Dios comienzan de la esencia de Dios y como la esencia es increada, las energías también son increadas.
Una de las energías de Dios es la agapi-amor. Tenemos muchas energías, la creativa, la cohesiva, la crecedera, la sapiencial, la catártica o sanadora, la iluminadora, etc. Ahora bien, la energía increada de Dios, como la radiación del sol, cae y es percibida en todas partes, cae también a los corazones humanos, ¿y qué pasa? Cuando cae la energía increada del rayo de la agapi de Dios en un corazón, entonces el corazón desde su creación tiene una facultad o cualidad de su constitución que es como un espejo. Igual que un rayo del sol cae y se refleja, vuelve otra vez hacia atrás. ¿Qué significa que vuelve hacia atrás? Cuando caiga su agapi, la energía increada de Dios, en mi corazón, entonces yo correspondo y empiezo a amar a Dios. Así que no soy yo la fuente de la agapi, la fuente de la agapi es el Dios, yo sólo correspondo. Pero me diréis, ¿por qué existen hombres que aman a Dios y otros no?. Sencillamente es lo siguiente y lo dice san Teófilo de Antioquia: “depende del espejo de tu corazón. Si el espejo de tu corazón está cubierto de virus o sucio de óxido, ¿entonces cómo este espejo reflejará la luz?, es imposible, significa que el corazón se oxida por sus pazos. Los virus o el óxido del corazón son los pazos y los pecados. Cuando, pues, yo entro en la región de los pazos, del egoísmo, del interés propio, mi vanagloria, etc., entonces mi corazón ya no está en situación de reflejar la energía increada de Dios, que es Su agapi-amor increada. ¿Y qué pasa?. No amo. Para amar, ¿qué debo hacer?. Empezar a limpiar, hacer la catarsis y sanar mi corazón. Por eso, los Padres dicen que la agapi es fruto de la catarsis (limpieza, sanación) del corazón. 8´
Cuando los Padres dicen: “corazón sano, puro”, se refieren a la agapi-amor. Desde el momento que hago la catarsis del corazón inmediatamente empiezo a amar. Porque no olviden que hay formas de agapis-amores enfermizas y también pecaminosas.
Cuando, por ejemplo, un joven pide la agapi de su madre, que siempre le esté besando y besando, es decir, continuamente que le acaricie y abrace esto es agapi-amor enfermizo. Si, por otro lado, busco la agapi dentro de los pecados carnales, esto no es una agapi enferma sino pecaminosa. Por lo tanto, tengo que definir y saber cuál es esta agapi-amor pura, limpia y sana. Sólo la podré definir cuando haya limpiado, purificado y sanado mi corazón. El criterio de la auténtica agapi-amor, pura, verdadera, sanadora y salvadora es la catarsis, la sanación del corazón, no lo olvidemos esto. Por eso tenemos que hacer ascesis, (ejercicio espiritual) para limpiar, sanar y purificar nuestro corazón. Por ejemplo, cuando os diga vuestro guía espiritual, no mires la televisión, ¿porqué?, porque no harás la catarsis, no purificarás, ni sanarás nunca tu corazón. O no te quedes a escuchar cuando los demás dicen palabras sucias, no sanarás nunca tu corazón. Unos dicen, si pero no hago praxis, actos pecaminosos, pero llegará un día que también harás praxis, actos. Cuando no limpias, purificas y no sanas el corazón, ¿cuál es el beneficio?. No hay ningún beneficio con decir que no hago praxis pecaminosas. Debo tener pureza, limpieza de corazón. Que lo entendamos esto. La pureza, catarsis o sanación del corazón es positiva y negativa, qué debo hacer y qué no. Pero no os digo más porque esto es un tema de largas homilías. Sobre la auténtica agapi os emplazo y sugiero que leáis el “logos 81” de san Isaac el Sirio, este logos sobre la agapi, lo considero como el más bello dentro de su libro. Sólo os diré en resumen las características de la auténtica y verdadera agapi, aunque el santo tiene más cosas escritas.
La cima de la agapi es asemejarnos a la agapi de Dios. Por eso tengamos cuidado, no busquemos la agapi en cosas sucias y bajas, ir directo a la cima y saber que debemos sanar, limpiar nuestro corazón para amar correctamente y que corresponda a la fuente de la agapi que es el Dios. Muchas veces vemos, sobre todo mujeres, que dicen: quiero que me amen y me muestren su agapi. ¿Por qué quieres que te amen, no crees que así te conviertes en egocéntrica? Por lo tanto, es egoísmo, no sólo que te amen sino también que te lo muestren. Esfuérzate en que tú ames, entonces entenderás cuál es la agapi, entenderla y no caer en formas enfermizas y saber cómo tenemos que colocarnos.
Además, la agapi tiene que corresponder a la comprensión, a la emoción y a la voluntad. Cuidado, la agapi no es un fruto del corazón, es un fruto del hombre entero. Acordaos el primer mandamiento qué dice: “amarás al Señor tu Dios con toda tu psique, con tu diania (mente, cerebro) entera, con tu corazón entero y con toda la fuerza de tu voluntad”. Esto quiere decir que amo a Dios con mi mente, mi entendimiento, saber porque lo amo; amar a Dios con mi corazón, es decir, con mi emoción; y también con mi voluntad, o sea, actuar y corresponder adecuadamente a la agapi de Dios. La agapi por la diania-mente es cuando sé porque amo, sé que Dios me ha traído en la existencia, sé que Dios hizo el universo para mí, sé que Dios se hizo hombre para mí, sé que Dios me regala una realeza (energía increada) y me deifica, etc. Si sé estas cosas, entonces le amo con toda mi diania-mente y no debe de haber una esquinita en la mente que tenga opinión contraria, sino que sepa enteramente que tiene que amar a Dios totalmente. Después con mi emoción o corazón entero no en trocitos; y con toda la fuerza de mi voluntad, porque cuando amo corresponderé, la voluntad es la que me hará corresponder a la agapi de Dios.
Así tenemos la agapi correcta, la que hace feliz al hombre y sobre todo la agapi que sana y salva. Esta es la agapi increada evangélica.
La doble dimensión de la agapi
San Pablo en Atenas (Hec 17,26)
“Dios hizo de una sola sangre a los hombres de todas las naciones que habitan en la tierra, determinando los tiempos y las fronteras de sus casas y patrias” (Hec 17,26). Es decir, de una pareja, para que habiten en toda la tierra.
Todos los hombres de todas las épocas son hermanos, la filosofía aún no lo ha encontrado y aceptado esto, falta que se nos revele continuamente. Desgraciadamente los hombres no hemos podido acercarnos a esta verdad.
Ya dijimos la otra vez que los hombres existen de una sangre y aquí hay una doble dimensión de hermandad. Una dimensión es en Adán y la otra en Cristo Jesús. Una dimensión es nuestra naturaleza biológica que proviene de Adán y por eso somos hermanos, descendientes todos de una sola pareja. La otra dimensión proviene de nuestra fe a la persona teantrópina (divino-humana) de Jesús Cristo que nos une el común cuerpo y sangre del Señor Jesús Cristo. Ahora somos miembros del cuerpo del Cristo, nos ha tomado el Señor en Su cuerpo. Atención, no le hemos tomado, sino que nos ha tomado Él. El Cristo no se hace cuerpo nuestro sino que nos hacemos cuerpo Suyo. Esto tiene mucha importancia. Por lo tanto, todos nos encontramos como miembros orgánicos de uno y el mismo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Por consiguiente, aquí tenemos una hermandad, la hermandad en Cristo. Y el parentesco biológico es obligatorio. No puede un humano venir de un animal, sin duda tiene que nacer de humanos. Forzosamente, pues, somos hermanos, descendientes de Adán y Eva.
Pero el otro parentesco en Cristo Jesús es por libre voluntad y predisposición, porque está el tema de la fe. La fe nos familiariza. Si creemos, pues, como Dios en Cristo manda todos y nos hacemos participes del cuerpo y sangre de Cristo, entonces tenemos una hermandad nueva. Así pues vemos que aquí tenemos una doble dimensión de hermandad. Y la agapi naturalmente tiene esta doble dimensión. Porque, ¿qué es la agapi?. La agapi es aquel elemento que corresponderá y debe corresponder en una unidad que existe, en una hermandad. Una es la agapi natural que es la que proviene de nuestra dimensión natural. Y la otra agapi es la espiritual proveniente por nuestra unión al cuerpo de Cristo, de nuestra implantación al cuerpo de Cristo.
Así que agapi natural es la que existe entre el hijo y la madre y proviene como hijos de Adán. Y la otra agapi tiene su punto de partida a Cristo, tal como amo a mi mano y mi pie, así amo al otro cristiano, como miembros comunes del cuerpo de Cristo. Amo mi mano o mi pie, es la dimensión natural. Amo al otro humano como mi mano y mi pie, mis miembros es la dimensión espiritual.
Aquí permitidme hacer un pequeño paréntesis. El Señor nos dijo que debemos superar, rebasar nuestra dimensión física o natural, para encontrarnos en nuestra dimensión sobrenatural. Dijo lo siguiente: “El que ama a su padre y a su madre más que a mí no es digno para mí”, esto es una agapi natural. Se debe, pues, para amar a Cristo superar la agapi natural. Si uno niega hasta la agapi natural, entonces está más bajo que la bestia. Porque la bestia tiene una agapi natural, qué animal femenino no ama a sus hijos. Todas las hembras animales aman a sus hijitos. No digo los masculinos, porque muchas veces, Dios así lo hizo para dar una variedad de imagen de sociabilidad. Hay animales masculinos que cuidan sus hijitos, por ejemplo las golondrinas, los pájaros y otros muchos. Pero hay unos animales que los machos no aman a los hijos, como son los gatos o los conejos machos, estrangulan a sus hijos, porque no quieren ser sustituidos por sus ellos. Pero así lo hizo Dios, los animales no cometen ningún crimen, simplemente Dios de distintas maneras nos enseña cuál debe ser nuestra dimensión social, en principio la biológica y después la espiritual. Y cierro este paréntesis.
Quería decir, pues, que para amar verdaderamente a mi padre y a mi madre, tengo que superar la agapi biológica, porque entonces les amaré de verdad. Cuando no me quedo en el espacio, me amas te amo y te amo me amas y procuro la salvación de mi padre y de mi madre, entonces sin duda he superado la agapi biológica y me encuentro en el espacio de la agapi en Cristo.
Sin embargo, de cualquier manera que sea la cosa, somos hermanos. Es algo que aún no lo hemos descubierto y existen hombres que esto no lo saben. Los atenienses no lo conocían. En Atenas en aquella época había la percepción de que los dioses de cada lugar y ciudad eran los que creaban a los hombres. Hasta hoy existe esta percepción.
Pero actualmente sabemos que todos los hombres somos hermanos, esto lo vemos por las características que tenemos. En cualquier parte de la tierra que vayamos, encontramos humanos, y vemos que este humano es igual que yo. Tenemos características comunes. Desde una consideración de este tipo, que somos hermanos dos veces, en Adán y en Cristo, ¿pueden imaginar la guerra contra otros hombres?, esto de la guerra es una insensatez, una barbarie, es una cosa incomprensible y paranoica. Realmente la guerra es una locura, no se justifica por nada. Otra cosa es cuando yo como pueblo tengo que defenderme contra otros hombres cuando vienen a atacar, no me entregaré y cuando el otro tiene intenciones malas contra mi pueblo no diré hazme lo que quieras.
(11,30) Caín cuando mató a su hermano Abel cometió dentro de la creación la praxis más absurda, tanto en el mundo físico, como en el mundo espiritual. Como también la muerte, es el fenómeno más absurdo y paradójico. Es como un pistoletazo dentro de un concierto. ¿Porqué?. Porque la muerte es la gran caricatura dentro de la creación. Pero cuando sabemos que la muerte no la hizo Dios y que la muerte es interpuesta y es producto de una mala colocación del hombre, entonces sin duda se justifica como causante de la muerte el mismo hombre y no el Dios. Así también la guerra es una caricatura dentro de una sociedad humana. La guerra es la cosa más absurda y paradójica, pero no hace Dios la guerra sino los hombres entre sí.
Esta tesis, pues, de Pablo: “que todos somos de una sola sangre” y cuando los atenienses posteriormente se convertirían en cristianos, podrían comprender también la segunda dimensión. Si se llega a entender esta tesis de Pablo, tiene una importancia inmensa y fundamental para el mantenimiento de la paz entre los hombres y las naciones. Aún la enemistad entre vecinos, no debe haber esta cosa, es absurda, insensata y antinatural.
Εs una verdad, que descendemos todos de una pareja, una verdad que el Antiguo Testamento nos informa y se renueva ahora en el Nuevo; así ahora toma esta dimensión de la hermandad en Cristo. El Antiguo Testamento nos informa que todos los hombres descienden de una pareja de humanos, Adán y Eva. Sobre todo y lo sorprendente es que Eva no fue creada de la misma manera que Adán. Es decir, tomar polvo especial de la tierra y con sus elementos especiales crear la Eva. Eva desciende de Adán, sólo Adán proviene de la tierra. Y aunque Eva fuera creada de la tierra, habría un punto de referencia común, el signo de la tierra. Pero, a pesar de esto, Eva desciende de Adán y por lo tanto, aquí el parentesco es tan grande de manera que se entienda y considere como identidad. Adán igual a Eva y Eva igual a Adán.
Esta tesis, saben que se cumple cuando tenemos el parentesco del matrimonio. Decimos: ¿cuál es el parentesco entre el hijo y los padres?. Decimos que es de primer grado. Si el Padre con su hijo es de primer grado de parentesco, también lo es la madre. ¿El parentesco entre el hombre y la mujer cuál es, es decir, de los cónyuges?. No tenemos parentesco, tenemos identidad. La palabra parentesco lo dice la misma, soy del mismo género, estoy muy cerca, aquí no hay grado de parentesco, diríamos que de parentesco cero, pero no en el sentido que no existe un parentesco sino en el sentido que existe una identidad. Si digo, el hombre entonces diré igual la mujer, y la mujer igual al hombre. “Y serán los dos una sola sarx-carne” (Gén 2,24). Si aquí la sarx-carne, del hombre y la mujer es una, ¿me podéis decir cuál es el parentesco de mi mano derecha con la izquierda?. No existe parentesco, hay identidad, porque la mano derecha y la izquierda componen un hombre, un organismo. Y el hombre y la mujer componen un organismo, no son dos. ¿Saben dónde se ve esto? En el hijo. El hijo no es hijo del padre sino también de la madre. No es el hijo de la madre sino también del padre. La presencia del hijo muestra exactamente esta la relación estrecha entre el hombre y la mujer. Esto es una cosa muy importante.
Perdonadme porque amplío un poco el tema, no pasa nada, es para que aprendáis algunas cosas más. Ahora pensad otra cosa, antes decíamos de la guerra, cuando hay guerra entre los cónyuges y llegan al divorcio es una cosa inconcebible, incomprensible. Pues sí, es así de incomprensible. ¿Puedes cortarte a ti mismo y poner una parte allí y otra allá? Esto es el matrimonio. No se separa el matrimonio, la boda. No se puede hacer. Sobre todo, esto es un Misterio (Sacramento), San Pablo dice: “Es un grandioso misterio la boda”. Por eso hay la dimensión física o natural, pero sobre todo existe la dimensión espiritual. Porque es un misterio “tipo o icona, imagen”, del misterio de Cristo y la Iglesia. ¿Qué es la Iglesia? El cuerpo de Cristo. ¿El Cristo que ha tomado la naturaleza humana y es la Iglesia, se puede separar de su naturaleza divina? Nunca, jamás. No se separa la naturaleza divina de la humana nunca, por los siglos de los siglos. ¿Cómo pues, aquello que expresa este gran Misterio de la Boda, podemos tener el divorcio? Ni lo penséis, paciencia han de hacer los cónyuges si las cosas no van bien. ¿Pero por qué no tiene que haber una comprensión de manera que los egoísmos se aparten? ¿por qué?. Me diréis porque no hacen vida cristiana, no están cerca de la Iglesia y por esta razón no hay esta compresión y sentido común. Esto fue un amplio paréntesis.
Vuelvo a decirles que Adán y Eva y todos los hombres que procedemos de ellos somos hermanos.
¿Cómo se manifiesta la agapi al prójimo cuando el no es tan creyente como nosotros?
Esto no se juzga, si el otro es creyente o no. Porque tenemos dos condiciones básicas. La primera condición es que el otro humano, sea cualquiera, de cualquier color, en cualquier estado ético que se encuentre, cree, no cree, sea pequeño o grande, saludable o no, hasta un recién nacido, primero: es icona imagen de Dios en dinami (potencia y energía), por la que Dios hizo a Adán como creación inicial. Por lo tanto el otro humano es icona, imagen de Dios, tal como yo lo soy también. Pero soy omoúsios-consubstancial, misma esencia que el otro. Segundo es porque Cristo ha muerto también para este hombre. Así, pues tengo dos asimilaciones que me llevan a una relación muy cercana con el otro ser humano. La primera, la llamada dimensión física, es que el otro es icona, imagen de Dios; y la segunda, sobre todo cuando el otro es creyente cristiano en dinami (potencia y energía) es de la sangre común que tenemos, la sangre de Cristo. He dicho común porque él y yo también comulgamos y tenemos sangre común, la de Cristo. Y sí esto no es así, porque no es creyente, como Cristo murió para él también, entonces es que uno puede acercarse a Dios y salvarse. Estas son dos condiciones básicas; esto quiere decir que debo estimar al otro hombre con estas dos condiciones básicas.
Queridos míos, el humanismo cristiano empieza de aquí. Aquellos otros humanismos que salen de todos estos sistemas filosóficos, etc., son cosas inútiles, no tienen base. Pero debo deciros que cuando estimo al otro humano, entonces me preocuparé de sus necesidades materiales y sobre todo de sus necesidades espirituales. Sólo os recuerdo la parábola del buen samaritano. ¿Qué hizo el buen samaritano? ¿Miró o investigó quién es el enfermo? El Cristo puso al samaritano a caso hecho, porque dice que no se podían ni ver los judíos y los samaritanos. La contestación es bellísima. Qué hace. Le coge, le limpia las heridas, no le dice teorías, le pone encima del caballo, le lleva al hostal y deja dos denarios. Como estamos interpretando la Escritura, los dos denarios son el Logos de Dios y los Misterios de la Iglesia, para que se sane y recupere su enfermo. Veis, pues, limpiaré heridas, es decir, cubriré las necesidades físicas pero también las espirituales. La parábola del buen samaritano nos da la medida. Cuando siempre la tenemos ante nuestros ojos con las condiciones que os dije, es decir, que el otro es icona, imagen de Dios y para él murió el Cristo, entonces, hijos míos, estaremos siempre sintiendo bien frente al otro. Amín.
El cristiano ama al mundo, pero, ¿en qué exigencias del mundo debe decir no?
En el léxico heleno-ortodoxo. 48. Κόσμος kosmos mundo: el verbo es κοσμώ (kosmó) adornar, ornamentar, es decir, que el cosmos, mundo es un ornamento, adorno que hizo Dios para él. Cosmos, mundo, la palabra en muchos pasajes del Testamento Nuevo, manifiesta la conducta carnal, el deseo malicioso y el comportamiento arrogante de los hombres que están sometidos al diablo (1ªJn 2,16), cosmos son los pazos parciales, un manojo de pazos. Kósmico, mundano, término contenido en las pasiones pazos, el «sentido del cuerpo», la moral mundana, cósmica. Pero también: «las cosas que pertenecen en este mundo vanidoso». Según san Máximo el Confesor: “Cosmos llama la escritura las cosas materiales de este mundo y cósmicos, mundanos son los que se ocupan con el nus de estas”.
Es cierto que el cristiano ama al cosmos-mundo. Como también el Dios ama al cosmos-mundo. Dice en el Evangelio de san Juan: Tanto amó Dios al cosmos-mundo que mandó y sacrificó su hijo unigénito para que se salve el cosmos-mundo… etc. Así, pues, puesto que el Dios ama al mundo, también el cristiano ama al mundo. Pero atención, el cristiano ama al mundo en concepto ético con el significado de seres humanos, ama a los hombres como personas (hipostasis), como iconas, imágenes de Dios, no como obras y vivencias del mundo. Porque la misma Santa Escritura nos dice que no amemos las cosas del cosmos-mundo. El mismo evangelista nos lo dice esto en una de sus epístolas, que no amemos al mundo ni lo que existe al mundo, porque en el cosmos-mundo existe la envidia, hay pazos, está la apostasía, existe el pecado variado. Por lo tanto, qué diríamos aquí; ¿cómo amaré el cosmos-mundo?. Le amaré como imagen de Dios en los hombres, como hijos de Dios que aún no han conocido la salvación. Amaré a los hombres y me estaré acercando a ellos y haré lo que me dicen mientras esto no es contrario a la ley de Cristo, a la conducta evangélica de Cristo. Porque de otra manera, si yo obedezco al cosmos-mundo, entonces me convertiré yo mismo cosmos-mundo y me mundanizaré o secularizaré es decir, no tener miedo decir a los hombres un no. Puede que uno te diga por favor necesito que me ayudes. Pues, con mucho gusto. Pero cuidado, hacer las cosas con humildad no para después vanagloriarse y jactarse. San Diádoco de Fótica sobre las diez virtudes para la zéosis dice: Humildad auténtica es olvidarme inmediatamente de mis obras buenas. Podemos ayudar, pues, a los hombres pero sus sugerencias mundanas no las aceptaremos, les diremos, te quiero, te ayudo, pero allí donde mi dices que venga no voy. A este tipo de hombres diremos los grandes no, nunca debemos caer al fenómeno de estar de acuerdo y decir que bueno un poco de agua al vino no pasa nada, en este caso seré un poco cristiano y un poco mundano; o seré cristiano o no lo seré, o seré sal que será salada o no, seré sal desalada que se me tira a la calle y se pisotea. Sal y luz debemos ser y estar iluminando dentro del mundo. Si la sal pierde su salinidad con qué se salará dice el Señor. Por lo tanto, nunca de acuerdo o conciliación con el mundo-cosmos. Amín.
Libertad y Agapi en Cristo
Capítulo 8: 31 Jesús decía a los judíos que habían creído en él: «Si permanecéis firmes en la enseñanza de mi logos practicándolo en vuestras vidas, entonces seréis verdaderos discípulos míos,
32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
Por mi enseñanza y por vuestra experiencia personal, conoceréis la verdad y ella os hará libres de la tiranía y la muerte (espiritual) que trae el pecado.»
El que tiene la verdad está realmente libre. O sea, verdad igual libertad. Pero sabemos que el Cristo dijo: “yo soy la verdad” (Jn 14,6), por lo tanto el Cristo igual verdad, cada uno de los tres igual, por consiguiente, Cristo igual libertad.
Muchos en nuestra época y en cada época prometen libertad o hablan sobre libertad, pero todos estos engañan y se engañan, sólo el Cristo es Libertad, la verdadera Libertad. El apóstol Pedro escribe: “Prometen a los hombres libertad, mientras que ellos son esclavos de la corrupción, porque cada uno es esclavo de aquello que domina” (2ªPed 2,19). Todos aquellos que empujan a una supuesta libertad, en una liberación de cosas establecidas o de tesis antiguas percepciones sobre la ética y que hoy podemos tirar los tabúes, como dicen, para que seamos libres. Es decir, ser libres para ellos quiere decir no tener vergüenza de nada. Porque hoy, “sin vergüenza y libertad”, las hemos convertido en sinónimas, las hemos identificado. Entonces entenderán que aquellos que empujan y sacan a los hombres a la calle en nombre de la libertad, ellos mismos son esclavos de la corrupción. La posición de los Apóstoles Juan y Pedro durante el consejo fue que debemos obedecer a Dios y no a los hombres: “Juzgad si es justo ante Dios obedeceros a vosotros y no a Él; porque nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hec 4, 29-30). En este pasaje nos da la medida de comportamiento en un caso análogo. Sobre esto tened cuidado, como os he dicho muchas veces, nunca debe faltar la amabilidad. Cuando uno conoce valorar las cosas y siempre pone la voluntad de Dios por encima de todos los criterios, entonces cualquier cosa que le ocurra puede juzgarla, puede ser que llegue hasta convertirse en mártir, pero siempre mantiene su libertad. ¿Por qué?. Porque está dentro de la verdad. Aquel que está dentro de la verdad mantiene su libertad. Es un libre asediado, como dice el gran poeta Solomós. Libre asediado, puede que me aten las manos y los pies, puede que me tiren dentro de una cárcel oscura con humedad y no pueda ver los rayos del sol o no poder tener comunicación con los demás hombres, pero como digo la verdad estoy libre. No se trata de una libertad que puedo mover manos y pies, como los animales y los pájaros. La libertad no es la libertad de los movimientos, sino la libertad de la conciencia. Es una cosa grandiosa la libertad de la conciencia, la libertad de la persona-hipóstasis. Cierto que hoy no existe esta libertad de la persona-hipóstasis. Libre es el hombre que expresa la voluntad de Dios y no su propia voluntad. Atención a este punto, repito, libre es el que expresa la voluntad de Dios y no su propia voluntad. Sé que alguno quizá me dirá que, entonces no expresamos la libertad nuestra sino la de Dios, si yo hago y sigo algo que quiere Dios.
Os diré algo muy importante, que quizás es un punto crítico para entender la maltrecha y malinterpretada pobre libertad. La libertad se entiende siempre dentro del espacio de la agapi. Una libertad fuera del espacio de la agapi no es libertad, es simplemente movimientos de miembros, movimientos de un yo autonomizado o autonómico que al final se conduce a una auto-catástrofe o autodestrucción. Si, por ejemplo, amas, aunque debieras expresar libertad extranjera, como aquí de Dios o del prójimo, estás libre, ¿pero cuándo?, cuando amas. Cuando amo a uno, entonces me convierto en servidor de sus deseos libremente, libremente quiero. Yo quiero servir a Dios. ¿Qué desea Dios?. Yo lo deseo, lo quiero esto que quiere Dios. Por lo tanto, a mí mismo libremente lo esclavizo a Dios. Pero esta libertad que sirve a la agapi tiene sentido y está posicionada correctamente. Por consiguiente, la libertad sirve a la agapi. La libertad debe estar incorporada dentro de la agapi y servirla. La agapi está por encima de la libertad. Tomad a los mártires, grandioso ejemplo, millones de mártires en nombre de Cristo, sólo helenos (griegos) once millones en los primeros tres siglos del cristianismo. Ellos diríamos que tenían comprometida su libertad. Al principio de parte de los hombres, los prendían y los mataban. Después comprometían su libertad a Dios. Y a pesar de eso, estaban libres. Porque amaban y se entregaban a sí mismos a la agapi libremente.
Yo os diré un ejemplo humano muy común. Tenéis un hijo pequeño único, lo amáis mucho y el hijo enferma. He dicho único para recalcar el caso, no quiero despreciar nunca que si uno tiene diez hijos no puede amar al décimo, no. Como dice el dicho, cualquier dedo que cortas duele. Tomamos el caso de un hijo único y este hijo enferma y entráis en inimaginables peripecias y sufrimientos. No sólo que ya no podéis ir de juergas o diversiones, a lo mejor ni un paseo elemental, ni siquiera podéis dormir. Inmovilizados, pues, en esta peripecia del niño que se hace crónica, os pregunto, ¿os ha inmovilizado alguien la libertad?, ¿os ha clavado alguien la libertad, no podéis salir a divertiros, lo normal etc.? Estoy hablando sobre lo visto, tal y como viven los hombres. ¿No pueden salir a divertirse?. Claro que sí. ¿Qué os lo impide?. Pues, la agapi-amor. Pero esto sobre vuestro hijo lo hacéis libremente, porque lo amáis. Por eso os dije que no se entiende la libertad sin la agapi. Esto no debemos olvidarlo jamás. Otra cosa es que algunas veces también la agapi puede estar sirviendo a la libertad, no por otra cosa, sino porque es la agapi.
Mirad como escribe estas cosas el Apóstol Pablo: “Siendo libre de todos y de todo, me hago esclavo de todos para ganarlos a todos o la mayoría, (1ª Cor 9,19, leed hasta el final la parábola). Esto san Pablo, lo creía hasta sus profundísimas entrañas, “que soy libre de todos de personas y de cosas”, porque Pablo no tenía fortuna, no tenía nada. Una vez la tuvo y la donó a los pobres. Pablo no se había atado a sí mismo con ninguna persona, ni con nobles y gobernantes, ni con sumos sacerdotes, ni con los Pilatos; no se había atado con nadie, ni con nada. Estaba realmente libre, libre de todo. No sé quién puede decirlo esto, pero algunas veces decimos que “si tienes cosas estás libre.” Leía en una revista que hay un rótulo de propaganda en la Caixa o banco alemán que dice: “si tienes algo eres algo”. Claro que si tienes algo, los demás te tienen en cuenta, entonces estás libre y te mueves como quieres, diría uno. Esto en el fondo es un engaño. Sé que muchos no lo entenderán, me desmentirán. Pero tanto si lo entiendo como si no, os diría que mediante Pablo lo entiendo. Pablo lo decía y lo creía. Estaba libre porque no estaba unido con nada. Cuando más cosas reunimos para que seamos algo, para que seamos libres y movernos como queremos, tanto más engrandecemos la carga de la vida y nos ata, de verdad nos ata. Es cierto que hay veces que uno puede estar atravesando un momento que le pesan y fastidien muchas cosas, teniendo quebraderos de cabeza por fortunas, herencias, trabajos, hacienda, robos etc., y podría ver a un hombre pobre en la calle pidiendo y le envidie. No miento, puede a veces que veamos un pájaro del cielo volando y decir, mira este pájaro vuela despreocupado disfrutando del sol y del aire, en cambio yo estoy atado con tantas cosas, tengo ataduras por todas partes. Pablo estaba libre de todo y se hace esclavo de todos para ganar a la mayoría, veis está libre en el sentido que os dije antes, pero ahora se esclaviza porque los ama. Veis que aquí la libertad viene a servir a la agapi, “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número… todo lo hago por el evangelio para co-participar de todos sus bienes” (1ª Cor 9,19-23). Cosa grandiosa, queridos míos, sentir el concepto de la agapi y de la libertad y la libertad incorporada dentro en la agapi.
Dicen los Padres, ortodoxia es igual a ortopraxía. Debemos recalcarlo que el cristiano ortodoxo, el practicante, es el hombre verdaderamente libre.
LIBERTAD CRISTIANA
¿Por qué el Dios, puesto que es omnisciente, y sabía que caerían tanto los ángeles como los hombres, no hizo al hombre perfecto, inalterable e invulnerable? Es decir, que la realeza de Dios fuera desde el principio sin que nadie vaya al infierno.
Esta, hijos míos, es una duda que la tienen muchos hombres. Ayer por la noche casualmente leía sobre el tema a san Juan el Damasceno y en él encontré la respuesta. Naturalmente esta respuesta de san Juan el Damasceno tiene una profundidad muy grande que no os la contaré pero sí algunos elementos de ella y os contestaré en la medida que lo podamos entender.
En algún momento nos preguntamos ¿por qué será que el hombre tenga la alteración, la vulneración, o es cambiable de un estado a otro y también el ángel? Es cierto que el Dios es invulnerable, no cambia en nada. Pero si el Dios hiciera un lugar, una creación con seres lógicos, como son los hombres y los ángeles, inalterables, invulnerables que no cambien, entonces pregunto: ¿Adónde quedaría espacio para la libertad? La perfección de las creaciones no se encuentra en invulnerabilidad sino en la libertad.
Sabéis que en nuestra época tenemos tan equivocadas percepciones y opiniones sobre la libertad, que decimos y volvemos a decir tan continuamente tantas cosas sobre ella. Y cuando queremos hacer nuestra voluntad apelamos a la libertad y gritamos diciendo que nos presionan y oprimen, precisamente porque queremos expresar nuestra voluntad. Por otro lado, pensamos y decimos ¿por qué tiene que existir esta libertad y no seamos invulnerables, inalterables? Pero ser invulnerable, in-cambiable quiere decir que no tengo libertad, no tengo el poder de ser otra cosa. Porque libertad significa el poder ser otra cosa. No porque Dios querría que fuera otra cosa sino la posibilidad, el poder de ser otra cosa. Por eso una vez más, muchas veces lo he dicho, os diré cómo se entiende la libertad en el espacio cristiano.
Libertad no es escoger el bien o el mal, libertad es poder hacer tanto lo uno, el bien, como lo otro, el mal, como posibilidad o poder, pero siempre escogeré libremente el bien. Por lo tanto la libertad no es tema de elección sino que es un tema de posibilidad, poder.
Esto lo dice dos veces el Apóstol Pablo en su primera epístola a los Corintios de la siguiente manera: “Todo me está permitido pero no todo me conviene”. Es cierto que todo me está permitido, si quiero beber hasta un vaso de petróleo, o cualquier otra cosa, pero no me conviene, no me interesa. Porque si bebo petróleo o aguafuerte moriré, este ejemplo ahora, aplicadlo en el espacio espiritual. Tengo que discernir si me interesan o convienen muchas cosas. Esto debo de decir como hombre libre: me conviene o no. Me están invitando ir a una fiesta particular o a una discoteca ¿me interesa? Puedo ir hasta yo si quiero. ¿Qué creéis, que sólo vosotros podéis ir? ¿Yo el padre Atanasio no puedo ir? Nadie me lo prohíbe. ¿Yo no puedo bailar y divertirme, soy persona también? Pregunto: ¿Me conviene? ¿Me conviene encontrarme en aquel lugar? Pues, vosotros también diréis ¿me conviene ir allí? El criterio de si me conviene ¿cuál será? Será la salvación, la vida eterna, la voluntad de Dios. ¿Me conviene o me haré daño? Si juzgo así, no iré allí y me salvaré. Así que, este es el significado de la libertad según el Evangelio y no el concepto de escoger el bien o el mal.
¿Queréis que os lo demuestre? Es muy sencillo. Si tuviera la libertad de elegir lo uno o lo otro, es decir, que la libertad es cosa de elección, entonces escogiendo el mal ¿porqué he de ser castigado? Por lo tanto ¿no estoy libre? Como escogí el mal no estoy libre. Debería no castigarme escogiendo el mal. Quiere decir que no es un tema de elección.
El Dios preparó Realeza increada e infierno. ¿Por qué tiene que existir el infierno? Exactamente porque la libertad no es hipótesis, cuestión de elección. Puedo ir al infierno, es cierto, pero no me interesa, no me conviene y no debo ir al infierno. Veis pues, como se entiende la libertad. Ojalá, hijos míos, desearía que esto lo comprendierais muy bien, es muy fino. Esto constituye la llave de la mayoría de los temas de nuestra época. En muchísimos temas, por no decir que concierne toda nuestra vida, el cómo captaré, percibiré el concepto fino de la libertad. Esto es un tema enorme.
Y vuelvo a la duda para terminar. Cuando aquí dice: ¿Porqué uno tiene que tener alteración, invulnerabilidad y no sea perfecto desde el principio y que exista el infierno? Porque la perfección no se encuentra en la invulnerabilidad sino en la libertad. Y la virtud no se corona, si no tiene el elemento de la libertad personal y el esfuerzo personal. La virtud se constituye de tres cosas, según los Padres de nuestra Iglesia. Primero, si la virtud se ha hecho bajo la libertad. Segundo, si la virtud se ha hecho con esfuerzo. Tercero, si la virtud se ha atribuido a Dios. Porque tenemos también la virtud de los filósofos, pero allí no tiene valor, porque se priva el tercer elemento. Eso que haré, es decir, hacerme santo y debemos divinizarnos, hacernos santos porque lo quiere el Dios. Sólo entonces puedo hablar de virtud que será coronada. Vuelvo a decirlo, virtud es libertad, esfuerzo y por Dios. Por lo tanto, allí está el gran valor, allí está la virtud que se premia y no simplemente ser de creación invulnerable, in-cambiable porque entonces sería una marioneta siéntate, levántate, siéntate, levántate. En cambio soy el hombre libre y a Dios como libre que soy, le atribuiré aquello que quiere para coronarme. Por eso existe también el infierno. El infierno no lo hizo Dios. El infierno lo hizo el diablo y el hombre para sí mismos, porque allí ya hay la falta de la libertad. O aún, allí existe la mala interpretación de la libertad o la libertad paranoica.
¿Qué creerías? Aquellos que tienen libertad paranoica, han preparado desde la vida presente un auténtico infierno. Aquellos que toman drogas, se emborrachan, etc., ¿qué han preparado en la vida presente? Infierno. ¿Quién les ha dado el infierno, el Dios? Solos se lo han creado. Así pues, tenemos que estar realmente libres para que seamos glorificados, alabados y honorados de Dios.
Sabemos que los hombres se separan en dos categorías; los que creen y siguen a Cristo y los que no tienen ninguna relación con Él. Sabemos que Cristo dijo que los hombres están libres para seguirle, pero después los juzgará. Puesto que los hombres que no le siguen no tienen ninguna relación con Él, ¿porqué después interviene en la vida de ellos y los juzga?” 10,9´.
Es cierto que diríamos de una manera más fina que esta pregunta se pone muchas veces y muchas veces acusan a Cristo ¿por qué a mí me tiene que juzgar el Cristo, puesto que yo quería vivir mi vida? ¿No dice el Cristo que soy libre para hacer lo que quiera?
Pues, se trata de una percepción equivocada sobre la libertad. Os lo he dicho muchas veces y no me cansaré de repetirlo.
La libertad, hijos míos, no es poder hacer lo que quiero. La libertad es exactamente el punto siguiente: “Que puedo hacer lo que quiero pero no me conviene, no me interesa.” Con este significado se pone la libertad, y el Dios nos ha hecho para el bien. No nos hizo para escoger el bien o el mal, sería impensable esto. Realmente la duda es correcta ¿cómo el Dios me juzga en el momento que puedo hacer lo que quiero? ¿Miente el Dios, cuando me dice que estoy libre y después me juzga? Por lo tanto, o estoy libre y no debo ser juzgado o no estoy libre. La cosa no está aquí. La cosa está, como os dije, en que tenemos distinta percepción sobre la libertad.
¡Atención! El Dios nos hizo para que sigamos siempre el bien, sólo el bien. Pero tenemos el poder de seguir el mal. Pero no conviene. La libertad tiene el significado de siempre elección y seguimiento del bien sin que sea impedido hacer el mal. Si cometo el mal, seré juzgado. Seré juzgado porque no debo tener margen de hacer el mal. Este punto no lo entendemos. Por eso, como la humanidad, sobre todo la cristiana no entendió la libertad en Cristo y por esta razón se tortura y atormenta dentro en distintas percepciones sobre la libertad, hasta el punto que tengamos estas juventudes indisciplinadas los llamados anarquistas. Los cuales en realidad son contradictorios. Porque cuando dice que estoy libre para hacer lo que quiero y se pone en contra de un estado, de unas leyes que me obligan, en realidad ¿saben lo que hago? Obligo y comprometo la libertad de los otros. Porque cuando peligra mi vida cuando salgo a la calle, por los sabotajes que hacen y cortan las calles o rompen tiendas de una ciudad ¿esto qué es? ¿No afecta la libertad de los demás? ¿Cómo pues, la libertad sería sólo de una parte? ¿Cómo es que el anarquista tiene la libertad de hacer lo que quiere y el otro no? ¿Cómo es eso? Tiene que haber un error. Por eso, como tenemos percepción equivocada sobre la libertad nos machacamos como machacan los pulpos en la piedra.
Quiero que lo entendáis. Un niño tiene la libertad de coger las cerillas y prender fuego a la casa, ¿es agradable esto? Como los padres esconden las cerillas ¿es porque presionan al niño para no hacer uso de las cerillas? Y si los fármacos se ponen lejos de los niños y en lugar seguro, ¿es obligación y privación de la libertad esto? Pues, es la misma cosa, existe el mal, existe la destrucción. Los primeros creados lo mismo, estaban libres, pero hicieron el mal, ¿les convenía? No, no les convenía, estaban inmaduros para aquello que Dios quería para ellos, que llegasen a probar y deificarse. Estaban libres pero han perdido en este caso. Porque como inmaduros avanzaron antes del tiempo adecuado. Tal como un niño que utilice algunas cosas que aún no ha llegado su hora.
Pero una cosa más. ¿Quién os ha dicho que estamos libres? Libres de escoger, pero con consecuencias. No estamos libres, somos propiedad de Dios dos veces. Primero como creaciones y segundo como recreaciones. El Dios nos ha firmado ¿Quién os ha dicho que no somos propiedad de Dios? El que Dios, finalmente me mande al infierno lo quiera o no, me guste o no ¿es un tema que yo lo regularé? Cierto que no. Por lo tanto, no estoy libre. Estoy libre hasta un punto y como os he dicho, seguir el bien no el mal.
Además, somos propiedad de Dios como recreación, renovación, que nos ha hecho. Es decir, el Cristo vino al mundo, se sacrificó para nosotros, nos ha rescatado de la corrupción y el pecado, por consiguiente, somos su propiedad. En la Santa Escritura hay muchos puntos, os digo de la primera epístola a los Corintios, dice que tengamos cuidado del cuerpo que es el templo del Espíritu Santo, no puedes derrochar el cuerpo a la indecencia (1ªCor 6,19). Dicen hoy, principalmente las mujeres, mi cuerpo me pertenece, hago lo quiero de mi cuerpo. ¿Quién te ha dicho que te pertenece? Sobre el tema de los abortos. El hijo que está en las entrañas ¿quién te ha dicho que te pertenece? Es una persona separada. Muchas veces ni siquiera tiene el mismo grupo de sangre que tú. Tú simplemente lo alimentas. ¿De dónde tienes el derecho sobre su embrión y dices que tienes derecho sobre tu cuerpo? No tienes derecho.
Dice el Apóstol Pablo. “Cuidado no gastéis vuestros cuerpos a la indecencia, porque son templos del Espíritu Santo. Lo que tenéis no pertenece a vosotros mismos, porque os habéis comprado, rescatado bajo precio. Y el precio es el cuerpo y la sangre de Cristo que nos ha comprado, rescatado encima de la Cruz”.
Veis pues, que no somos propiedad de nosotros mismos y no podemos hacer lo que nos da la gana y por eso daremos cuentas.
Vamos a tomarlo al revés. El cristianismo es la Verdad. Puesto que nos dice que daremos cuentas a Dios, ¿Quizá debemos de empezar a reconsiderar y pensar algo distinto sobre la libertad? ¿Quizá no era libertad lo que hasta hoy creíamos? Sin duda que sí. Por eso, sepamos este punto, que no somos sino propiedad de Dios, además, dos veces propiedad de Dios, por naturaleza y por sobrenaturaleza. Es decir, cuando nos ha creado y cuando nos ha recreado. Y nos recrea, renueva el Señor con su Cuerpo y Sangre y con su Espíritu Santo haciéndonos hombres, humanos espirituales. Somos, pues, propiedad de Dios. ¿Saben lo que diría uno? Sólo cuando uno pudiese entender profundamente la agapi-amor (increada) de Dios, entonces podría decir: Señor mío, no sólo dos veces que sea comprado de Ti, no sólo dos veces sea Tu propiedad sino infinidad de veces, porque cerca de ti está la bienaventuranza y la felicidad, en cambio lejos de Ti está el desastre. Nuestra libertad está en que puedo decir que escojo lo contrario, pero no me conviene. Como dice el apóstol Pablo: “Todo se me está permitido pero no todo me conviene, interesa”.
Y en la vida muchas cosas me están permitidas, hasta tirarme del balcón. ¿No me está permitido? Sí. ¿Haced una prueba si queréis?. Pero no me interesa, no me conviene.
Puesto que Cristo nos ha dejado libres para que escojamos el camino que queramos, ¿porqué en Su Segunda Presencia nos juzgará?
Esto significa que tenemos que reconsiderar la concepción de la libertad. Es muy sencillo. Además, muchas veces os he hablado sobre este tema. La libertad tal como se entiende en el Logos de Dios y la libertad tal como la dio Dios al hombre, no es tal como nosotros le imaginamos, que literalmente la hemos maltratado. Libertad sobre nuestra percepción mundana, especialmente por la percepción mundana significa desmán o desmadre. Haré lo que me da la gana y no me podrás decir nada, sin tener sanciones ni ratificaciones. Porque si tengo sanciones esto no lo podría llamar libertad. Veis que jóvenes se sientan en la acera molestan a los transeúntes, toman droga, aparecen con ideas anarquistas, rompen escaparates, etc. y te dice que no les hablen ni llamen la atención, porque tenemos democracia. Es decir, que la democracia rompe los vidrios y la libertad lo destruye todo si alguna vez hace falta. Desgraciadamente por mayoría más o menos esta es la percepción que tienen sobre la libertad. En una sociedad si aplicamos así la libertad no puede sobrevivir una sociedad, es imposible. ¿Puedes decir matando a alguien y decir al juzgado así me dio la gana, así me vino, etc.? Pues, no.
Libertad no significa desmán, libertad quiere decir que puedes hacer el mal, pero no debes hacerlo. Por lo tanto, el Dios cuando nos da la libertad significa que para dar valor aquello que seguiremos, es decir, la virtud, la santidad para elogiarnos. Deberemos de entender lo que nos dice el apóstol Pablo en la primera epístola a los Corintios: “todo me está permitido, pero no todo me conviene”. No todo me conviene porque esto no contiene la verdadera libertad. Por consiguiente, demostración que debemos reconsiderar nuestra percepción sobre la libertad es exactamente la presencia del infierno. Porque me dice, si quieres puedes pecar pero no te interesa. Así que si peco me castigo, tengo sanciones, ratificaciones.
Además, esta percepción sobre la libertad, la han mantenido siempre los hombres, no como países cristianos y también como no pueblos cristianos. Encontradme del mundo antiguo, de la historia de los pueblos un caso que exista este desmán. No lo encontrareis en ninguna parte. Por lo tanto, daremos cuentas a Dios.
¿Con las condiciones actuales el hombre es libre?
Hijos míos, que lo entendamos de una vez para siempre. Las condiciones de una época no determinan las condiciones de la voluntad o mejor la libre voluntad. El tema es quiero o no quiero y estoy libre para decidir si quiero o no. ¿Pero estoy libre? Pues, aquí está la pregunta. Es cierto que es un tema que siempre ha ocupado al hombre, sobre todo la filosofía. Pero aquí se trata del que pregunta que con las condiciones actuales tenemos voluntad libre. Pues os contesto.
Las condiciones de vida de una época nunca es posible que determinen la libertad de la voluntad. ¿Por qué? Porque la libertad de la voluntad, es elemento que le está dado a cada hombre en su “como imagen” como dote o regalo de Dios. Por ejemplo, es como cuando tengo dos manos. Saben dos elementos básicos son los elementos del “como icona, imagen de Dios” en nosotros: La lógica y la libertad. ¿Decidme, la lógica cambia de época en época? O podría decir que en una época puedo tener una mano, es decir, que nazcan hombres con una mano. Es un dote de Dios, que nazcamos con dos manos. Así lo mismo es nuestro dote de Dios, que nazcamos lógicos y libres.
Esto es fundamental, por lo tanto, no puedo decir que en algunas épocas no tengo libertad de voluntad. Aún en esta terrible época del anticristo que vendrá y siempre viene y siempre estamos dentro en el campo de ella, la libertad de la voluntad seguro que tiene su logos (su razón). Uno no puede decir que me apuró el anticristo y ¿qué iba hacer? No, podías decir el no. Es decir, la libertad de la voluntad queda allí donde está. Lo que cambia es que en cada época se pone la pregunta: si el hombre está libre como búsqueda psicológica y filosófica. Por eso también esta pregunta del estudiante. Es decir, si me han entendido, el logos de Dios nos dice que estás libre donde quiera que te encuentres, sea en mar mediterráneo haciendo mala mar y te toca a ti el Jonás y dices tú que te echen al mar para que te coman los peces sea que esté dentro de vientre del pez, estés donde estés, puedes decir estoy libre. Esto nos dice la Santa Escritura. Pero cuando el hombre no se ocupa con la Santa Escritura sino con la psicología y la filosofía, allí ya en cada época busca y unas veces dice esto u otras lo otro y en realidad el pobre miserable hombre se tambalea y dice: ¿existe o no existe libertad de la voluntad? Por eso. Hijos míos, nosotros somos cristianos, no acudiremos a las conclusiones de la psicología ni de la filosofía, sino al Logos de Dios que nos dice que, estamos libres en cualquier época que sea. Entended bien esto y tened cuidado con los distintos kerigmas que se refieren a la libertad de la voluntad. Aquello que debemos recalcar especialmente, es que nuestra época ciertamente es catalizadora y necesitamos de una voluntad fortalecida. Porque debemos decir una verdad amarga: que la voluntad de nuestros cristianos no está fortalecida, porque no viven verdadera vida cristiana. Por eso se debe fortalecerse nuestra voluntad y la voluntad la fortalece sólo la vida espiritual. Esto para esta pregunta.
¿Qué es lo que lleva y continua llevando al hombre lejos de Dios?
Haré una pequeña conclusión porque ayer hablamos sobre el tema. Resumiendo como contestación a la pregunta diría que son tres cosas que hacen al hombre estar continuando lejos de Dios. Lo primero es su propia voluntad. Pensad cuanto importante es y basta que os recuerde que los primeros en ser creados al paraíso permanecieron a su propia voluntad. El Dios les dijo: no comerán de esta fruta. Ellos hicieron su propia voluntad. Por eso dentro del cristianismo, si quieren, esto es lo que se hace. ¿Qué se hace? Esfuerzo y lucha contra nuestra propia voluntad. Es decir, tener obediencia. ¿Pero a quién?. A Dios. Lo dice el Dios. ¿Por qué hoy ayunaré? Porque lo dice el Dios. Me lo dice por medio de la Santa Escritura y mediante la Iglesia. Puesto que me lo dice el Dios hago obediencia. Desde el momento que viviré la obediencia estoy cerca de Dios. Por eso dice el apóstol Pablo sobre Jesús Cristo, el cual es el Nuevo Adán, es la medida que nosotros debemos llegar; Jesús Cristo es el criterio del hombre verdadero, dice: Se hizo obediente hasta la muerte y muerte por la cruz. Obediente, veis, obedece hasta muerte. Principalmente qué muerte. Muerte crucificante. Exactamente por esta razón, si queréis que no nos marchemos nunca lejos de Dios, tendremos obediencia, obediencia a la voluntad de Dios.
El segundo punto es la fascinación y atractivo del logos humano. Logos (lógica) humano quiere decir el racionalismo humano, esto que mi cerebro me dice y me informa. Esto tiene mucho encanto, atracción y fascinación. Es, cómo decíroslo, espero que os acordéis de mí en vuestra vida, la lógica humana tiene mucho el encanto, el hombre siente como si tuviera un arma y no acepto nada más que mi cerebro humano entiende. Obviamente, puede ser que hayamos desarrollado la ciencia, la filosofía, puede ser mil cosas, pero finalmente este encanto o fascinación nos hunde.
El tercer punto es la magia de autozéosis o autodeificación. Es cuando fue dado el mandato que las chicas ya pueden ir al colegio sin la bata; el día siguiente de la comunicación poquísimas chicas fueron al colegio con la bata de alumna. La chica sentía la magia de liberarse de aquello que se le imponía y ponerse lo que ella quiere. Rechaza lo otro y se pone lo que ella quiere. Así lo mismo el hombre rechaza y expulsa la zéosis o deificación que le ofrece el Dios y es atraído de la magia de la autodeificación. Yo quiero hacerme Dios solo. Dios, no tengo necesidad de ti y al final hasta te niego; no te necesito, no me haces falta, yo soy el Dios; yo me haré sólo lo que yo quiero ser.
Estas tres, pues hijos míos, son las que alejan al hombre de Dios. Es decir, la voluntad propia, el encanto del logos humano y la magia de la auto-zéosis o autodeificación. ¿Pero al final saben lo que tenemos?. AL final el hombre resulta como el herido de la parábola del buen samaritano. Pues, sí, tirado, herido, desnudado y medio muerto en el extremo de la calle. Esto resulta al final el hombre. Y viene entonces aquel que el hombre negó, el Dios hecho hombre a ofrecerle ahora la obediencia, a ofrecerle no el logos humano sino el Logos divino, que es la segunda persona-hipóstasis de la Santa Trinidad, es decir, el Dios, y decirle: Yo te deificaré. Le sube en su animal de carga y le lleva a la fonda-hospital que es la Iglesia, para sanarse allí con el aceite y el vino, con los Misterios, la Jaris (gracia) increada y la Misericordia increada de Dios. Allí resulta el hombre.
Tenía un amigo que vivía y desgraciadamente medio vive a los senderos del racionalismo. Hace unos años me mandó una carta y me escribía un monólogo suyo como oración hacia Dios, como una descarga de rabia o estallido, diciendo: “Dios mío cógeme de la oreja y llévame cerca de ti para salvarme de estos senderos del racionalismo.” Quería salvarse, tenía la sensación del ahogo. Aún no lo ha conseguido lleva casi veinticinco años. Es una cosa terrible cuando el hombre en fondo suyo quiere permanecer en esto. Me diréis, no se liberó, porqué no se liberó. Pues, queremos y no queremos, es algo curioso. Atención, y lo veréis. Es cierto que no queremos comer el dulce de nuestra madre, pero lo pensamos cuando ya lo hemos comido. No deberíamos comerlo pero lo comimos no hemos podido aguantar, estábamos delante de la nevera y se nos caía la saliva. Esto san Agustín lo dice de la siguiente manera y es muy característico y psicológico: “Rogaba a Dios que me liberase de mis pazos, pero deseaba en mi profundísimo ser, rogaba que tardase a venir la terapia de Dios porque amaba mis pazos.” Por eso no nos liberamos, porque no hemos odiado a nuestros pazos. Saben, existe una frase dentro de la Santa Escritura que dice lo siguiente: “el que abandona y niega aquello u lo otro… y aun si no odia a su propia psique o vida en esta vida no puede hacerse mi alumno. Debo adquirir odio a este deseante o anhelo de mí mismo. Este mí mismo, el deseante que está muy dentro que dentro de mi ser profundísimo muy hondo al núcleo de mi personalidad y mi psique. Debo odiar a este antiguo mi mismo pasional, enfermo y patético de otro modo no puedo sanarme y librarme.
OBEDIENCIA Y LIBERTAD
¿Qué es la obediencia, y qué relación tiene con la libertad?
Esta pregunta está compuesta de cuatro preguntas más que todas conciernen la obediencia.
Primera, qué es obediencia.
Segunda, ¿puede el hombre encontrar la verdadera libertad a la obediencia?.
Tercera, la desobediencia al Padre espiritual qué implica?.
Cuarta, ¿el hombre del mundo puede ejercitarse en esta virtud, si es que se puede considerar como virtud y cómo?
Como entenderán, este tema no gustaría a muchos humanos, porque lo considerarían como algo anticuado y esclavizante. En cambio no se trata sobre esto. Diría de ante mano, aunque esta pregunta se pone al final, que la obediencia es una virtud y especialmente la primera virtud. Porque obediencia no significa algo distinto, sino que recibo y acepto una autenticidad y en este caso la autenticidad de Dios. Y en esta autenticidad de Dios debo hacer obediencia. Porque, si niego la autenticidad de Dios, entonces hago destacar a mí mismo como autenticidad y esto es un egoísmo ácrata y extremo. Es eosforismo (luciferismo, demonismo), porque el diablo como eosforos (Lucifer), como ángel bondadoso, ¿qué más hizo?. ¿Cayó en la gula o cualquier otra cosa y cómo? Pues, fue este tema del orgullo, de la soberbia que no dejaba margen de autenticidad a Dios. Por lo tanto, desde el momento que negaré la autenticidad de Dios, entonces me realzo a mí mismo como autenticidad. Si esto se hace a Dios, tiene una extensión sobre otras cosas encima de la tierra. Como, por ejemplo, cuando niego muy pronto la autenticidad de mis padres. Diré quiénes son mis padres y porqué tienen que tener ellos las riendas, yo soy la autenticidad. Después negaré la autenticidad el concepto estado o nación. Qué quiere decir leyes, no creo a ningún poder o autoridad. Y cuando no creo en las leyes, en las autoridades y en los gobiernos, esto hoy se llama anarquía, desorden. ¿Veis dónde llegamos?. Pero la anarquía es fruto eosfórico (luciférico, demoníaco). Después no acepto la Iglesia, no acepto los sacerdotes, no acepto los pobres, no acepto nada fuera de mi autoridad. Entonces entendéis que esto es muy malo. ¿Pueden imaginar en qué lugar nació la anarquía?. La anarquía no nació ni en oriente ni en África, ni a los países de oriente extremo del mundo hindú, ni en el mundo Árabe. La anarquía como tesis teorética nació y se desarrolló sobre suelo cristiano, en Europa y en América, es verdad, es decir, allí dónde fue conocido el cristianismo. ¿Os sorprende esto?. A mí me impresiona mucho esto. ¿Por qué? Porque nunca el hombre oriental puso como duda el tema de autenticidad de Dios. En cambio el cristiano ha puesto en duda el tema sobre la autenticidad de Dios. Esto muestra que el cristianismo es auténtico y aquellos, el satanás ya los tiene cautivados, atados. Quería, pues, y quiere destruir al cristianismo, por eso viene, porque el Dios es verdadero, por eso como fe dentro del cristianismo viene el diablo a inspirar, sembrar la semilla aquella que el mismo contiene. Es decir, el de la desobediencia, del orgullo y de la relegación y exterminación de cualquier otro principio. Porque dice en el antiguo Testamento que el eosforos (lúcifer) dijo que: pondré mi trono sobre las estrellas, frente del Altísimo y seré igual que Él. Quién eres tú y quién yo, ven a medirnos. Es terrible esto.
Esto, pues, inspira ahora el diablo a los pueblos cristianos y tenemos el fenómeno de la anarquía. Veis que el tema es antiguo y muy profundo. Además, la desobediencia ha expulsado los primeros creados de dentro del paraíso. ¿Quién se convirtió en primero que enseño la desobediencia?. El diablo. Dijo, no son así las cosas, el Dios no quiere que las cosas sean así, el Dios os tiene envidia, no quiere se os hagáis vosotros dioses, debéis probar vosotros el fruto para que se abran vuestros ojos y os hagáis dioses. Exactamente esta desobediencia a la voluntad de Dios sacó los primeros creados fuera del paraíso con nuestros conocidos resultados.
Ahora, como el Dios nos ama, se humaniza e insiste en la misma manera, en el mismo método. ¿Hombre, quieres regresar al paraíso, sobretodo a un paraíso superior del antiguo?. Si quieres, atención: mostrarás y harás obediencia a la persona teantrópina (divino-humana) de Jesús Cristo. ¿Habéis visto la agapi-amor (energía increada) de Dios que nos da el poder de regresar y readquirir en aquello que hemos perdido?. Así, pues, vemos que el tema de la obediencia nace de la humildad. Hacerme humilde y de esta manera debo ganar aquello que perdí. Además, ¿qué tendría que ganar si no acepto la autenticidad de Dios?. Un hijo que no acepta la autoridad de sus padres, ¿qué tiene que ganar?. Me diréis, mira es la segunda tesis de la pregunta; ¿puede el hombre encontrar la verdadera libertad en la obediencia?. Diríamos, ¿quizás, el hombre se engaña creyendo que se queda cautivo de la obediencia y que es una esclavitud y de otra manera no se podría liberar?. Porque, como en nuestra época, en todas partes se pone el tema de la libertad de una manera exagerada y es cierto que se trata de una libertad muy tergiversada y pervertida diríamos sobre la percepción de la libertad. Terriblemente pervertida, es decir, no podéis imaginar cuanto se ha tergiversado el concepto de la libertad. Por esta razón, se pone la pregunta: ¿Cuando me entregaré a mí mismo a Dios, cuando mostraré mi obediencia, mi libertad queda comprometida?. Pero libremente pongo mi libertad o me pongo a mí mismo bajo Dios. Atención, libremente, por ejemplo, voy a trabajar en un sitio, allí habrá un encargado; ¿pero tú no vas buscando trabajo?, ¿no sabes que habrá un encargado? ¿no sabes que allí harás una obediencia, el encargado te dirá haz esto u lo otro?. Pues, sí. Por lo tanto, ¿quién te ha dicho que fueras allí?. Significa que quieres. Entonces la obediencia que manifiestas y muestras es porque tú libremente lo has juzgado conveniente. No te han vendido quieras o no al mercado de esclavos para que te compre un jefe y te tenga como esclavo. No. Sino que tú manifiestas libremente tu obediencia. Por lo tanto, también mi fe a Dios, como mi obediencia a Dios y la obediencia a mis padres y en cualquier otra cosa, todo esto lo hago libremente. ¿Quieren una demostración? Los anarquistas que libremente dicen que no ponen su obediencia a nada. He aquí, ¿no tienen derecho?, sí, ¿pero interesa?. Por eso, si tienen un poco de observación, veréis cómo viven, como se desarrollan y donde llegarán, para que veáis, si realmente interesa. Sobre el tema de la libertad hemos hablado muchas veces, pero ahora lo relacionamos con la obediencia.
La tercera tesis es la desobediencia al padre espiritual, ¿qué resultado tiene? Muchos males. Simplemente, porque el padre espiritual no es otra cosa que aquel, por decirlo de una manera, está en el lugar de Dios. Es de la persona de Dios, de la persona de Cristo. El Cristo se fue de este mundo y dejó los pastores y los maestros de la Iglesia. Si, pues, el pastor, el maestro, tú guía espiritual, te dice algo, y que esto que haces o insistes y lo quieres no es correcto y que para ti el perjuicio y daño es terrible, sino le escuchas para ti vendrá este daño y perjuicio terrible. Es muy natural. Lo que ocurrió a los primeros creados para que salieran del paraíso, ocurre también con cada historia personal, que el hombre por desgracia, quiere quedarse a su propia voluntad. El resultado, lo repito, es terrible. No nos interesa hacer desobediencia al Pnevmaticós- padre o guía espiritual.
Y la cuarta tesis. El hombre del mundo, ¿puede ejercitarse en esta virtud, si es que se puede llamar virtud?. Claro que sí. Porque el kerigma del Evangelio está destinado hacia el mundo y llama al mundo que venga a la obediencia de Dios. Por eso, veréis en las epístolas del apóstol Pablo y generalmente en el nuevo Testamento, que hablan sobre la obediencia y la desobediencia. El kerigma se hace al mundo y el Dios llama al mundo a obedecer. Por la obediencia entramos dentro al Evangelio, por la obediencia entramos dentro en la Iglesia. Pero la obediencia presupone humildad y metania (cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión). Si alguien realmente quisiera sanarse y salvarse, porque la pregunta dice: cómo. Inmediatamente tiene que mostrar una humildad. Preguntarse, yo quién soy y adquirir un autoconocimiento elemental, quién soy yo, veo la grandeza de Dios y su Realeza increada, ¿porqué, pues, yo deberé quedarme fuera?. Ve el mundo que está alejado de Dios; por eso dice el apóstol Pablo que viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia. ¿El pueblo de Israel, qué era?. Era un pueblo desobediente. ¿Dónde se encuentra, qué hace?. Y si cuando vemos algún progreso, su progreso es negativo. Porque este progreso materialista, de riqueza y cualquier otra cosa, lo sabemos y lo dijimos muchas veces y lo repetimos, traerá a un anticristo. Es una cosa terrible. Por lo tanto, uno ve las cosas y dice: porqué yo insisto en estar fuera de la agapi de Dios. No interesa pues, que sea desobediente, entonces haré obediencia y mostraré disciplina a Dios. Este pensamiento nace la humildad y de esta humildad nace la obediencia. Esto sobre esta pregunta.
A lo referente al Pnevmaticós-guía espiritual, dice el apóstol Pablo en los Hebreos que no os interesa no obedecer en aquellos que están en vigilia y se preocupan para vosotros.
¿Por qué pequeños y grandes deben ejercer la virtud de la obediencia?
Saben que los primeros creados en el paraíso no hicieron obediencia. No creyeron a los logos (los dichos, mandatos) de Dios y no obedecieron. Como no creyeron, transgredieron también la obediencia. Saben, la obediencia se alimenta de la fe. Si no crees tampoco puedes guardar la obediencia. La fe pare o da a luz la obediencia. La obediencia, pues, es necesaria. Dice el apóstol Pablo que el primer Adán se hizo hombre de desobediencia y el segundo Adán, es decir, el Jesús Cristo se hizo hombre de la obediencia. Adán no hizo caso, desobedeció la voluntad de Dios y murió. El segundo Adán, el Jesús Cristo siempre con su naturaleza humana, obedeció a la voluntad de Dios, por eso se hizo el genarca-patriarca de la vida, no con su naturaleza divina sino con su naturaleza humana; más exacto, con su teantrópina (divino-humana) naturaleza, es el genarca de la vida. Porque como otra vez dice la Santa Escritura: desobediencia muerte y obediencia vida. ¿Qué dijo Dios a los primeros creados? Si me escucháis y obedecéis, viviréis, si no me escucháis o no me obedecéis, moriréis.
Ahora, bien ¿cómo podemos ver la obediencia más prácticamente?.
Podríamos decir que la obediencia, en principio empieza por obediencia a los padres. Son las primeras personas que encontramos en nuestra vida, cuando venimos a este mundo. La obediencia a los padres es un capítulo muy grande, decir uno a su padre y a su madre que yo lo entiendo de otra manera y es muy natural esto, pero como me lo dices debo hacerlo. ¡Qué importante es esto! Pero porque me lo dices tú yo lo haré. Si un hijo muestra su obediencia a sus padres, y obviamente se supone que los padres son personas piadosas y correctas, no obedecerá a sus padres por algo torcido, porque desgraciadamente tenemos también cosas torcidas; allí desearemos y oraremos que el Dios ilumine directamente a los hijos que no escuchen a sus padres le hablarán contra la voluntad de Dios. Este caso es como en aquel, que el Señor dice: “el quiere más que a mí a su padre y a su madre no es digno para mí”. Si quieren que lo modifiquemos un poco siempre en el mismo espíritu, “el que escucha y obedece más que a mí, a su padre y a su madre, no me es digno”. Es decir, el Cristo te dice: “harás vida espiritual”. Tus padres te dicen: no vivirás vida espiritual. Si les haces caso y obedeces, harás obediencia, pero es mala obediencia. Y al final, no sólo te quedará inútil esta obediencia, sino también perjudicial. Que lo tengamos cuidado este tema. Hablo de los padres que son personas piadosas y correctas, entonces, les escucharemos. Porque cuando los escuchamos y obedecemos, entonces maduraremos y les daremos la razón a nuestros padres que estas cosas que nos han dicho eran cosas buenas y entonces habremos ganado en nuestra vida.
Después, cómo lo voy a explicarlo no sé, es el maestro o didáscalos, en sentido amplio de la palabra. Para estos que oramos en la Iglesia, “que Dios dé descanso a nuestros padres y a nuestros maestros.” Alejandro magno decía que el vivir lo debo a mi padre y a mi madre y el bien vivir, vivir correctamente, lo debo a mi maestro Aristóteles, me enseñó a leer, a escribir, a pensar, etc. Así que es el maestro en sentido amplio.
No sé hoy qué puede decir uno, por eso dije me dificulto, como las digo estas cosas, porque hoy se han derrumbado casi todos los valores y el honor del hombre, qué decir no sé. Si el muchacho escucha al maestro en el colegio y va en casa y dice así me lo dijo el maestro, así nos dijo el maestro, que provenimos del mono, qué cuentos me dices tú ahora. Ahora aquí qué queréis os diga. Deseo y rezo que Dios ilumine directamente nuestra juventud que pueda afrontar malos padres y malos maestros. Lo deseo y rezo, no sé qué hacer y que más decir. De todos modos, después de los padres son los maestros, los sacerdotes, porque todos hablan “en persona de Dios”. El Pnevmaticós o guía espiritual cuando te dirá algo, te lo dirá en nombre del Evangelio, en nombre de Cristo. Debo hacer obediencia a lo que me dice el Pnevmaticós, porque lo dice el Dios. Yo diferencio como lo dice apóstol Pablo y digo o decimos. Cuando me preguntas algo que se refiere a la ética y conducta, te digo: Esto dice el Logos de Dios, no lo digo yo. Si me preguntas, si debes estudiar medicina, abogacía o debes hacerte cerrajero o carpintero, aquí te diré una opinión mía, porque no dice el Evangelio que te puedes hacer en el ámbito laboral. Así se diferencia nuestra opinión de los mandatos del Evangelio y la opinión mía si quieres no la obedezcas. Además, lo decimos, mira yo soy humano y puedo equivocarme, si tu quieres algo distinto hazlo, pero los mandamientos de Dios cuando te las diga, no son míos, son de Dios y debes obedecerlas. La obediencia es un capítulo muy grande, la obediencia es vida como es he explicado. Por eso, aprendamos a ser hijos de la obediencia. El apóstol Pablo lo dijo esto: que no nos hagamos hijos de la ira, sino hijos de la obediencia. ¿Cuáles son los hijos de la ira?. Cuando desobedecen a Dios. ¿Y cuáles los de la obediencia? Cuando se amoldan con la voluntad de Dios. Saben que a causa de la desobediencia los primeros creados perdieron el paraíso. Nosotros a causa de la obediencia regresaremos a la realeza de Dios. Por eso, hijos míos, que nos hagamos hijo de la obediencia, pequeños y grandes, debemos obedecer y toda nuestra referencia la tenemos a Dios, debemos hacernos hijos de la obediencia. Como estamos en preguntas y dudas, hasta aquí sobre esto, porque el tema de la obediencia es muy largo y no se agota con una hora ni dos.
HUMILDAD
¿Cómo se obtiene la humildad?
Homilía responde sobre humildad en diania, corazón, voluntad, cuerpo.
Cierto que podría contestar con dos palabras de la siguiente manera: Si quieres la humildad se consigue, es decir, es cuestión de voluntad y no sólo para la humildad sino para cualquier cosa. ¿Quieres hacerte rico? Si quieres, sí puedes. ¿Quieres hacerte estudioso? Si quieres, sí puedes. ¿Quieres hacerte santo? Si quieres, sí puedes. Cuando el Dios dice “haceos santos porque yo soy santo” significa que se dirige y depende de la voluntad del hombre, estimar bien las cosas y decir: quiero hacerme santo y uno se hace santo. Ahora bien, la manera que conseguirá esto, ciertamente es ya una conducción y orientación.
Sólo tened cuidado porque muchas veces sospecho que cuando pedimos que el otro nos diga cómo vamos a obtener algo, en el fondo buscamos algo para no esforzarnos. El que uno quiera conseguir algo sin esfuerzo, eso es una máquina del yo o ego. Pero os aviso que sin esfuerzo no conseguimos nada. Debe el hombre de esforzarse. Los antiguos decían que “los bienes se consiguen con esfuerzos y dolores”. Por lo tanto, como percibís, tenemos que esforzarnos, cansarnos para conseguir algo.
Pero yo no os diría otra cosa sino como se distribuye el tema, es decir, qué es la humildad, en qué aspectos de la existencia humana está la humildad. Y señalaremos unos puntos y después si quieren diremos algunas cosas de cómo la obtendremos. Pero en el fondo permanece este “quiero”. También es el “divino quiero”, es decir, que el Dios quiera. Pero como Dios quiere, entonces no tenemos más que hacer sino que se encuentren estos dos “quiero” el de Dios y el del hombre y obtener el milagro. Es el milagro de la santificación, divinización y parte de esta santidad es la humildad. Cierto que no agotaremos el tema sobre la humildad porque es muy grande, sino que corresponderemos unos elementos básicos.
Quiero deciros que la humildad se refiere a muchos aspectos de la existencia humana. Tenemos la humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia). Tenemos la humildad del corazón. Tenemos la humildad de la voluntad y también la humildad del cuerpo. (διάνοια, diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia, aquí como diania utilizaré sólo la palabra mente, para no cansar al lector).
He tomado cuatro aspectos y creo que estos cuatro aspectos contienen la existencia humana. Así que muchas veces puedo tener una humildad de la mente y no tener la humildad del cuerpo y viceversa. Vamos a ver ahora lo que es cada una de estas cosas y espero que nos ayudemos para encontrar y señalar cómo debemos movernos.
Primero vamos con la humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia). Esta humildad de la mente se expresa con una cosa muy interesante y grande que se llama sencillez o naturalidad. La sencillez no es virtud, es la constructora de virtudes y a la sencillez se le pueden atribuir algunas secciones. Aquí decimos sencillez de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia). Podíamos decir sencillez de vida y así incluir al hombre entero. ¿Cuál es esta sencillez de la mente? Es cuando el hombre conoce sus límites, los de su mente y no quiere sobrepasarlos. Es esto que dice san Juan el Clímaco que no debe dedicarse a demasiadas cosas inefables, ocuparse de cosas que no es posible que ellas sean objeto de investigación. Saben que en la Santa Escritura hay multitud de misterios. Hay dos tipos o categorías de misterios. Una categoría de misterios son los que el hombre debe y está llamado a conocer. La segunda categoría son los misterios que el hombre no debe conocer, ni avanzar. Allí donde el Dios dice a Moisés “quítate tus zapatos para que avances, porque el lugar es santo”, significa que tienes que quitarte los zapatos de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia), es decir, la mente depondrá su racionalismo y su curiosidad y aceptará el misterio sin investigarlo. La otra categoría son aquellos que debemos conocer, si os habéis fijado el Evangelio de hoy en la parábola del sembrador, el Cristo dijo a sus alumnos “que habla con parábolas”, de modo que aquellos que no tienen ganas y tienen mala voluntad que escuchen pero no entiendan, que vean pero no perciban ni entiendan. Esto es lo que tiene la parábola, que esconde. Pero a los Apóstoles el Señor les interpreta y dice: “A vosotros os ha sido dado conocer los misterios de la realeza de Dios, en cambio el resto cerrado, en parábolas porque no son dignos”. Pero estos debemos investigarlos y dice san Isaac el Sirio: los misterios se apocaliptan, revelan a los de conducta interior humilde. Los misterios de la realeza de Dios se apocaliptan a los humildes. Esto es muy importante. Así que el hombre tiene que saber qué debe investigar y qué no debe.
Aún tiene que haber una franqueza en lo que medita, lo que piensa e imagina, aún, tiene que manifestar sus puntos débiles, su ignorancia, sus errores y su incomprensión, y aún como dice san Pablo: “…hacer como si lo supiese todo y que tengo virtud grande y enorgullecerme” (Rom 12,16). Esto se llama humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia). Aún cuando el hombre acepta la fe y no pone en duda su contenido diciendo si es o no es. Por esta razón tiene que decir lo que dice el Apóstol Pablo a Timoteo: “Es fiel el logos y digno de toda aceptación”. El humilde piensa como tener conducta interior serena y sana, entera. Escuchad, decid sencillamente: lo dijo el Dios. Si entra una duda en vuestro interior decid sencillamente: lo dijo el Dios, se acabó. ¿Es verdad que resucitaremos? Lo dijo el Cristo, se acabó y me quedo tranquilo.
Pero porque digo, ¿lo dijo el Cristo? Porque Cristo resucitó y ascendió y mandó el Espíritu Santo al mundo. Por consiguiente, es verdadero, por lo tanto, “lo dice Cristo” se acabó. Esto que tomo en la divina comunión ¿es el cuerpo y sangre de Cristo?. Pero mi lengua lo entiende como vino y pan, pero “lo dijo el Cristo” se acabó. Esto se llama humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia).
Al contrario el hereje está privado de humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia), por eso es imposible para que este hombre regrese atrás, permanece en su egoísmo. Saben que el orgulloso, arrogante en la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia) intenta hacer interpretación o hermenéutica racional de la Apocálipsis (revelación o Santa Escritura), quiere entender aquello que muchas veces no podemos entender, captar, interpretar y racionalizar la fe. Esto es orgullo, soberbia de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia).
Cierto que hay muchas cosas más, como la exactitud en el logos hablado y escrito es humildad de la διάνοια (diania, mente, intelecto, cerebro, inteligencia). La ambigüedad o imprecisión no es humildad. Muchos quieren aparecer sabios en su ambigüedad o imprecisión, exactamente porque no son sabios e intentan ofrecer la ambigüedad para impresionar como si fueran grandes, importantes y sabios, veis como actúa el orgullo.
Después tenemos la humildad del corazón (el centro psicosomático). Esta humildad del corazón se manifiesta por la comunión con las demás personas. Yo diría con la creación entera, no sólo con las personas. El humilde de corazón ve a las personas como iconas-imágenes de Dios, no las desprecia y acepta a cualquier persona y no rebaja a nadie. Dice san Santiago: “Si entra en vuestra asamblea un hombre rico con anillos de oro y vestido elegantemente; y entra un pobre vestido miserablemente, y vosotros volvéis vuestra mirada al que viste elegantemente y le decís: Tú siéntate aquí, en el puesto de honor, y al pobre: Tú estate de pie o siéntate aquí, a mis pies, ¿no hacéis distinción entre vosotros mismos y no juzgáis con pensamientos perversos? (San 2, 2-4). Porqué, dice el Santo, ¿no son lo mismo todos?. Cierto que es otra cosa si es honor a un cargo, a veces ofrecer un sitio, algo distinguido, no porque desprecias a los otros, sino porque haces honor al cargo de esta persona. Atención a este tema, son dos cosas totalmente distintas no como desprecio sino como honor a un cargo.
Aún, es más, dice el Apóstol Pablo que nos relacionemos con los humildes. El que diga lo mismo que los demás es humildad del corazón, porque muchas veces queremos decir algo superior a los demás y llamar la atención. ¿Por qué tenemos que llamar la atención con cosas paradójicas y fuera de tono?. Debemos ser como los demás. Dice san Isaac el Sirio: ten cuidado no desprecies ni tengas asco a una persona, porque tu también estás vestido de carne. Tengo que ver a todos por igual y esto significa que tengo corazón y actitud humilde.
Después tenemos la humildad de la voluntad. La voluntad es una de las tres dinamis (potencia y energía) de la psique, las otras dos son la emoción y la comprensión. La humildad de la voluntad se realiza con la diaconía, (el servicio). Cuando sirvo a los demás. El mismo Señor nos dijo que: “El hijo del hombre no vino a servirse sino a servir” y ¿saben qué imagen dio a los alumnos?, se puso un delantal, tomó una palangana de agua y empezó a lavar los pies de los alumnos, diciendo: “lo que habéis visto en mí que soy vuestro maestro, lo tenéis que hacer entre vosotros”. El que sirve es grande, pero la diaconía o servicio se refiere a la humildad de la voluntad. El Apóstol Pablo dice sobre la viuda: “…estar acreditada por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercitado hospitalidad… haber practicado toda clase de obra buena” 1ª Tim 5,10. Sirvo a las necesidades de los hermanos, nada de inteligencias y bellas habladurías. Aquí pues tenemos la humildad de la voluntad que es servir a mi prójimo.
La cuarta categoría de humildad es la del cuerpo. ¿Cómo aparece la humildad del cuerpo?. Con la vestimenta sencilla, el peinado, el modo de caminar y el comportamiento sencillo. Dice la sabiduría Sirac 19,29-30: “Por su aspecto se conoce al hombre y por su semblante al sensato. El vestir, el reír y su caminar denuncian lo que es”, si es humilde u orgulloso. Si seguimos la moda esto no es humildad (lo dice la misma palabra, modo de vivir que me lo imponen, estoy esclavo como una oveja detrás de la moda). Hoy todas las mujeres visten pantalones. Esto no es humildad, porque los pantalones son para los hombres, lo dijimos el año pasado esto. Lo unisex dentro del Evangelio, en el cristianismo, no tiene lugar, no puede la mujer hacerse igual que el hombre ni viceversa, esta semejanza de géneros o sexos no cabe aquí. Humildad quiere decir que vista siempre decentemente, sencillamente y limpio.
Pero vamos al punto interesante de la pregunta, aunque no lo agotaremos, es un tema muy grande, ¿cómo se consigue la verdadera humildad?. Primero con la μετάνοια (metania, cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión). Cuando acepto quién soy. Cuando haya visto quién soy y empiezo a hacer metania para mí mismo, entonces acepto las tentaciones, no honores, desprecios e insultos. Si acepto estos y digo, ¿qué soy yo, soy importante?. Si tengo una prueba o una dificultad no decir ay y quejarme. ¿Quién soy yo para decir esto?, esto también lo aceptaré. Esto se dice que tengo una metania, me veo que no soy nada y acepto lo que permite Dios para mí.
Segundo debo tener el luto por Dios. (Por el léxico heleono-ortodoxo). Πένθος (penzos) luto: el término en los textos patrísticos, es «luto por Dios, tristeza, sufrimiento, angustia, que nace la metania, introspección, arrepentimiento y confesión». El luto por Dios no se identifica con el luto cósmico mundano, el que sienten los hombres cuando, por ejemplo, pierden seres queridos, sino que es resultado de su concienciación del pecado y la creación de sanas vivencias de metania y regreso al Señor. Se trata de un luto con originalidad propia, que con la energía divina Jaris, combina la alegría y la tristeza del luto («luto alegre, pena-alegre»). No causa conflictos, ni perturbaciones psíquicas al contrario, trae paz y serenidad a la psique, disposición para cumplir los divinos mandamientos y esperanza en Dios.)
El luto por Dios destierra el enfado, la ira, cuando uno está de luto interiormente no se enfada, ni enoja. Me diréis, ¿cómo puedo no enfadarme teniendo luto por Dios? Dice el abad Isaías: “El no herir la conciencia del prójimo, de esto nace la humildad”
Tercero es el espíritu de aprendizaje. Cristo dijo: “aprended de mí que soy apacible y humilde de corazón”. “Aprended de mí”, por lo tanto necesito un modelo, un prototipo. Este modelo es nuestro Señor Jesús Cristo. Realmente tengo que estar aprendiendo de Jesús Cristo quien es el Gran Humilde.
Por lo tanto, cuando tenemos estos tres, la metania, el luto por Dios y el espíritu de aprendizaje, tengo la manera y el instrumento para entrar al espacio de la humildad, por lo demás, me esfuerzo vanamente.
Humildad es también parte de la deidad.
Humildad en la diania-manteintelecto es la sencillez.
Humildad es espíritu de metania y aprendizaje en Dios.
Humildad es una virtud que se relaciona directa e indirectamente con todas las demás virtudes.
Preguntan algunos tergiversadores del Evangelio. ¿Dónde estaba Cristo desde sus doce años hasta los treinta? Les contestamos según el Evangelio: “… estaba sometido a ellos” (Luc. 2,51), dicho de otra manera nos enseñaba las virtudes de obediencia e humildad. Estos desgraciadamente no someten su fe en Cristo, sino a Cristo a la fe de ellos, sus creencias. Toda la vida terrenal de Cristo era un continuo caminar hacia la humildad con logos y obras.
¿Cómo puede uno llegar al estado de la auténtica humildad en su conducta interior?
Hijos míos, la cosa no es fácil, es de las obras más difíciles que tiene que realizar el hombre en esta vida. Si tenemos en cuenta que el egoísmo es lo contrario de la humildad interior y el causante de todos los males y pazos, la humildad es la fuente de todas las virtudes y bienes. Por lo tanto, humildad significa negar el egoísmo. Pero qué es este egoísmo, es un capítulo muy grande. Es un capítulo que cuanto más lo investigas más lo pierdes, no puedes fácilmente definir qué es este egoísmo. El egoísmo constituye una enfermedad de la personalidad. Porque no es el yo o ego, el ego-yo define la persona. Porque si yo no tengo autoconciencia, conciencia de mí mismo, es decir, no tengo el yo o ego, entonces entendéis que la cosa es muy difícil y seria. Es decir, no tengo personalidad, estoy loco. Por lo tanto el ego-yo es lo que define la personalidad. Egoísmo quiere decir enfermedad del ego o yo. Y esta enfermedad cómo se define, es muy difícil. Es decir, cómo encontrarás el egoísmo, qué es aquello que hace el egoísmo, qué elementos, no sé, qué puedo decir, me quedo perplejo. Ni el mismo hombre puede entrar en esta pesadísima enfermedad que es la primera, quizás la única consecuencia del pecado original. Por eso uno primero tiene que empezar obteniendo un autoconocimiento. Es decir, preguntarse quién soy.
Ahora hablaré al nivel vuestro. Una vez un estudiante me preguntó: dígame por favor, ¿cómo me ve?. Yo no le contesté nada. Le digo, no te diré cómo te veo. Y me contesta, ¿por qué? Porque no aguantarías escuchar cómo te veo. Sencillamente porque una vez un profesor amigo mío hizo una pregunta a sus alumnos: que escribieran anónimamente en un papel cómo le ven. Y lo que le escribieron fue asombroso le dijeron de todo. Él se enfadó y hasta hoy está arrepentido. Me lo contó a mí lo que le había pasado y le dije: muy bien lo que te ha pasado, porqué a quién se le ocurre hacer este tipo de preguntas. No estás preparado para escuchar aquellas cosas que te van a decir. ¿Por qué? Porque nuestro egoísmo no nos deja escuchar aquellas cosas que nos van a decir los demás. Lo mismo, al estudiante aquel me negué a decirle características de él. ¿Por qué? porque el hombre, por un lado quiere conocerse a sí mismo y por otro lado se justifica de cualquier manera. Puede que diga: me dicen algunos que soy egoísta, pero yo no me encuentro a mí mismo como egoísta. En cambio otros amigos me dicen que soy normal, no tengo ningún egoísmo. El egoísmo no es cuando alguna vez digo una cosa e insisto en algo, como la humildad no es bajar la cabeza y que me peguen. Las cosas no son así. Debemos empezar a aprender qué es egoísmo y qué es humildad y que son dos capítulos contrarios. Uno es la enfermedad y el otro es la salud. Es la apocatástasis, restablecimiento del ego o yo del egoísmo, es decir, que se ha liberado el ego-yo o la personalidad del egoísmo del padecimiento, pisoteo de la enfermedad del egoísmo. Por lo tanto, cuando tengo la franqueza, la cual estaré obteniendo poco a poco al verme a mí mismo, no se trata desde el principio de llegar a la gran franqueza, juzgarse y condenarse a sí mismo, no, poco a poco comience a verse a sí mismo y en esto le ayudará el logos de Dios. Así que con la ayuda del Logos, el estudio y la forma de vida uno empieza poco a poco a verse, esto también es trabajo espiritual. Entendéis, pues, que tenemos que hacer mucho trabajo sobre nosotros mismos. Es el trabajo llamado espiritual, observarse a sí mismo. Preguntarme qué hago, dónde estoy, quién soy, en todo momento.
Por otro lado, tenemos un prototipo o modelo. Este modelo es el Cristo. En su epístola a los filipenses el Apóstol Pablo nos dice: “El Cristo se vació a sí mismo y tomó forma de sirviente, esclavo, por lo tanto tenemos que tenerle como modelo. No se hizo Dios arrebatando la deidad, es decir, era Dios y como Dios bajó tan bajo”. He aquí, pues, la humildad, donde se nos da una medida y una imagen de verdadera humildad.
Dicen que: “En los humildes se da la jaris (energía y gracia increada)”, da a entender que la humildad atrae la jaris de Dios.
¿Cómo se atrae la humildad sin jaris increada de Dios?
Aquí tenemos lo siguiente. Decimos que el hombre ama. ¿Porqué ama?. La agapi (amor) viene de afuera, viene de Dios. El Dios manda la energía (increada) de su agapi, atención, la increada energía de Su agapi y los hombres aman, corresponden, tal como el sol manda sus rayos. Por lo tanto, primero empieza Dios. Primero empieza la jaris increada de Dios, porque Él quiere que todos se salven y todos conozcan la verdad. Así ahora, ¿tenemos la correspondencia o no? Si tienes preferencia o voluntad bondadosa, corresponderás, si tienes mala no. Cuando correspondas a la agapi de Dios, entonces el Dios te da más agapi y tú correspondiendo ofreciéndole más, Él más y más, etc. Os diré un ejemplo que no es mío es de san Teófilo de Antioquia. Dice el santo: “Nosotros somos espejos que reflejamos la energía de las divinas cualidades, las divinas energías increadas. Tomad la agapi como luz y un espejo oscurecido. Cae la luz y refleja poco. Lo limpio un poco más y un poco más refleja y así continuo cuanto más limpio el espejo más luz refleja.” Cuando más humilde soy más atraigo la jaris increada de Dios. Cuando yo correspondo a la agapi de Dios tanto más recibo la agapi de Dios. Por lo tanto, el primer paso siempre lo tiene Dios. Yo debo corresponder. El problema está aquí, ¿corresponderé o no? y la cosa después toma sola su camino.
Es lo mismo que cuando un visitante nos trae un regalo y nosotros se lo devolvemos con otro mayor y él corresponde con otro regalo mayor y así continuamente. Nos ofrece el Dios su agapi, nosotros le ofrecemos la nuestra, más agapi Él, más nosotros y así nos hacemos santos. Así nos hacemos personas con agapi (amor desinteresado), con humildad y hombres de la jaris increada de Dios. ¿No es bello? ¡Es maravilloso, es admirable! Basta que correspondamos. ¿Saben que algunas veces la primera agapi de Dios es imperceptible?. Saben que uno de los nombres del Cristo es el nombre de ladrón. Os parecerá extraño. Decimos que Cristo es el camino, la vida, la verdad, etc., pero uno de los nombres es ladrón. Dice: “He aquí, vengo como un ladrón.” ¿Y el ladrón sabéis lo que hace? Toca con una piedrecilla al principio la puerta o la ventana para ver si están durmiendo las personas que están dentro de la casa. Si oye alguien que le contesta, ¿quién es?, piensa que no están durmiendo y no procede al acto. Pero cuando toca un poco la puerta y no hay nadie intenta realizar el acto. Atención ahora. Cristo viene y toca poco la puerta, nosotros si escuchamos decimos, ¿quién? Entonces este ladrón especial no se va, le abrimos la puerta y entra dentro. Es decir, pequeñas llamadas. Ejemplo: venid a la catequesis escucharéis algo bueno o venid a escuchar logos de Dios. Estas son pequeñas llamadas. ¿Has correspondido? Tomarás ricamente la jaris de Dios. Estas pocas cosas sobre el tema de la humildad que es grandioso y también hay mucha literatura escrita por los Padres.
27 33´ Humildad para san Basilio es volver a tu propia realidad. Porque si eres más de la cuenta entonces eres un hombre orgulloso, arrogante. Si estás más abajo de lo que eres, entonces padeces de complejos, no has estimado exactamente lo que eres. El valorar y estimar lo que realmente soy, esto es humildad. Porque si uno me dice que tengo el talento y capacidad de cantar, psalmodear y yo digo que no tengo esta facultad, entonces tengo un talento que lo entierro. Debo pues, lo que tengo cultivarlo. Humildad quiere decir, lo que tengo debo cultivarlo y no cultivar lo que no tengo, es decir, talentos inexistentes. Puesto que son talentos inexistentes, ¿por qué tengo que perder el tiempo en cultivarlos y esforzarme de algo que no está en mi interior?
Humildad no es bajar la cabeza. El Señor dijo que: “aprended de mí que soy apacible y humilde de corazón”. ¿Creen que el Señor tendría la cabeza hacia abajo?. No, eso no es humildad. El Señor hablaba, recriminaba, diríamos que aquellos terribles “hayas” que dijo “hay de vosotros intelectuales y fariseos hipócritas…”, recriminando los poderes políticos, intelectuales y religiosos de su época. Porque en la época de Cristo había una gran decadencia. ¿Esto significa que el Señor dejaba de ser humilde? No. Cuando el Señor tomó el látigo y empezó a tirar las mesas de los vendedores del templo y abrir las jaulas de las palomas para que se vayan, ¿no era humilde? Veis pues que tenemos que adquirir y tener una cierta percepción y gnosis de las dimensiones de las virtudes y en este caso la mayor que es la humildad.
El yérontas-starets Tijon, del monasterio Ruso san Panteleimón del Monte Santo Athos con su peculiar griego decía: “Dios cada mañana con una mano bendice su creación y cuando encuentra un humilde le bendice con las dos manos.”
¿Qué es autocrítica? ¿Conduce a la humildad?
Es importante esta pregunta, como lo veréis. Es la manera por la cual nos conoceremos a nosotros mismos. Es decir, por la autocrítica nos juzgaremos a nosotros mismos y llegaremos a la autognosía-autoconocimiento. Por lo tanto, la autocrítica conduce a la autognosía-autoconocimiento. En cambio la autognosía-autoconocimiento no es otra cosa que el principio del arreglo o corrección de nosotros mismos. Esto es muy importante. Los Padres dicen que, cuando se haga este comienzo del arreglo, es decir, este autoconocimiento, este “conocerse uno así mismo”, así lo llaman los Padres, el beneficio es grandioso. Porque sin este autoconocimiento, sin “el conocerse a sí mismo” no es posible progresar en la constatación de nosotros mismos y en nuestro arreglo de posibles fallos y defectos de nuestro carácter.
Es conocido que los antiguos helenos esto lo decían “conócete a ti mismo”. Era muy importante en la antigua Grecia, estaba escrito en el oráculo de Delfos y pertenecía a uno de los siete sabios presocráticos de Grecia, me parece que era Tales de Mileto. Lo tomó Sócrates y lo hizo un sistema de filosofía, la conocida solución filosófica del conocido problema antropológico. Así pues, con Sócrates empieza la antropología filosóficamente desde lo dicho de aquel rótulo: “Conócete ti mismo”. Cierto que no podremos nunca conocernos a nosotros mismos, si de una vez no nos sentamos a vernos y examinarnos. El hombre contemporáneo no tiene tiempo para verse a sí mismo. Un fenómeno del hombre actual es que es superficial, siempre se mueve y permanece en una situación y manifestación exterior, nunca gira hacia su interior. Porque no tiene tiempo. Su tiempo está comprimido, debe hacer esto o lo otro. Tiene que ir aquí o allá, decir esto, escuchar aquello etc., y no puede. Generalmente el hombre y la mujer siempre se mueven, no pueden verse a sí mismos. El resultado es que el hombre permanezca vacío e inexplorado con el resultado de que no se conozca a sí mismo. Esto es una desgracia. En épocas antiguas el hombre podía tener su tiempo para verse a sí mismo. Hay un pasaje en los Salmos que dice: “Sentaos y conozcan que yo soy Kirios (Dueño y Señor)”. Es decir, sentaos un poco, por eso se puso el sábado a los hebreos como festivo, no hagáis ningún tipo de trabajo y en este estado festivo que me conozcáis a mí, el Dios. ¿Cómo? Estudiando el logos de Dios y ver mis admirables obras por la naturaleza y por la Ley. Esto se podría extender también de la siguiente manera: Sentarse y conocerse a sí mismos. Me diréis, porqué no dice esto y dice que “sentaos y sabed que yo soy vuestro Señor”. Es muy sencillo y característico, me gustaría que lo sepáis y lo recordéis.
La Ortodoxia conoce al hombre mediante el Dios. El cristianismo occidental, siempre en el espacio hermenéutico o interpretativo conoce a Dios por medio del hombre. Si me preguntáis cuál es el método más correcto. En principio os diría que son dos caminos, pero el camino más correcto es el de la Ortodoxia. Porque si quisiera conocer a Dios por medio del hombre, entonces cometeré errores. Entonces tengo delante de mí al hombre caído, el pecador, el descendiente de Adán. Éste no constituye modelo, prototipo de estudio para conocer a Dios. Cierto que existe un pasaje en los Salmos que dice: “De mí formación te has hecho tú el Dios admirable”. Estudiando, pues, al hombre, admiramos a Dios, sí, pero repito que tenemos el hombre caído y pecador, sobre todo el que investiga la psicología es el hombre caído, desgraciadamente este no es el hombre correcto, no es modelo o prototipo del hombre. Nuestro modelo o prototipo es el Dios. Iremos a conocer a Dios y cuando conozcamos a Dios entonces conoceremos también al hombre. Por eso toda la Teología Ortodoxa Oriental se mueve de esta manera, se mueve hacia Dios para ir al hombre y no desde el hombre hacia Dios. Cierto que hay unas tesis que diríamos que debo pasar desde el hombre a Dios. Esto es la caridad, misericordia o limosna. Pero no es el estudio, es la caridad que es una praxis de compasión o misericordia. Como dice el Señor: “…estaba enfermo y me habéis visitado”. Cómo paso a Dios. Por medio del hombre. Pero repito esto es sólo una praxis. Pero la verdadera gnosis-conocimiento de mí mismo o del otro, no se me dará nunca si no conozco por Dios.
Debemos de una vez sentarnos y pensar que debemos hacer autocrítica para llegar al autoconocimiento, o si quieren, debemos estudiar el logos de Dios, estudiar estudiándonos teología y el mismo Dios para conocer al humano. ¿Qué creen, es importante esto? De este conocimiento de Dios y del autoconocimiento humano procede, emana diríamos toda virtud, la humildad, cada praxis buena, etc. Amín.
SOBRE LA PSIQUE (ALMA)
¿Existe la psique?
¿Es cierto que existe o no existe la psique?. Creo que la pregunta se hizo en el sentido siguiente. Esta persona creyente ortodoxa que hace esta pregunta, obviamente cree que existe la psique, pero creo que querrá escuchar quizás algunos argumentos. Quizá para que los cuente a otros, sobre todo para aquellos que dicen que no existe la psique. No puedo imaginar que un cristiano ortodoxo que viene aquí para escuchar el logos de Dios, dude si hay psique. A no ser que haya leído o escuchado algo de manera tormentosa, temas de increencia y negación de Cristo, como esto de que no existe la psique y de alguna manera se ha influido y tambaleado.
Pues, ¿existe la psique?. Basta que os diga que cuando fue creada la ciencia de la psicología, que se supone que investiga y analiza el comportamiento de la psique, llegó esta misma psicología a negar la existencia de la psique. Me diréis que es oxímoro, tonto, que la psicología niegue la existencia de la psique. Pues, sí. Porque cuando llegamos a tomar las cosas por una percepción materialista ¿qué es la psique? La psique es nada, no existe según el materialismo. Pero esto que decimos comportamiento psicológico, no es otra cosa que una manera o modo que se comporta el hombre y esta manera no es más que la energía que existe dentro del hombre. Es decir, que no aceptan la psique. Así que hemos llegado a tener psicología sin psique. Hay muchos psicólogos y psiquiatras que ni siquiera creen que la psique exista. Así que encuentro bien vuestra duda y me gustaría contestaros no ocupándome de la filosofía, ni de la ciencia, tampoco de la experiencia universal sobre este tema.
Decimos experiencia universal. Es sabido que el fenómeno de la creencia en la existencia de la psique es universal y sobre todo la psique inmortal. Esto así se explica en todos los pueblos de la tierra durante todos los siglos de todas las épocas. Los egipcios los helenos, etc. Cuando los egipcios embalsamaban a los muertos, ¿en qué creían?, sino en la inmortalidad de la psique. Todo lo fúnebre que ha llegado hasta ahora de todos los pueblos de la tierra y lo conocemos, como, sepulcros, cultos, cosas que ponen dentro del sepulcro del muerto, etc., son testimonios de la existencia de la psique y sobre todo de psique inmortal. No me quedo en estas cosas, no las tomo como argumentos, no me hacen falta, ni recurriré a la filosofía, nada de todo esto, pero hablaré sólo de la Santa Escritura.
La Santa Escritura no nos dice si existe la psique, cosa que se considera un hecho, sino que nos habla sobre el valor de la psique. Sabéis que el hombre es “como icona-imagen de Dios”. ¿Cómo podría ser icona-imagen, mientras Dios es inmortal, el hombre que sea algo que no refleje el prototipo o modelo que es el Dios, ni en el tema de la inmortalidad, ni en el tema de las cualidades aquellas que decimos que pertenecen al espacio de la psique? Contestaré tal como el Señor contestó a los saduceos, quienes no creían en la existencia de la psique y mucho menos en la inmortalidad de la psique.
Los saduceos decían que una vez muerto el hombre se acabó la historia. Aquí acaba la historia. Le habían puesto un ejemplo imaginario, que un hombre tenía una mujer y murió este y por la ley la llevó su hermano, etc. hasta llegar a ser de siete hombres como esposa esta mujer. Cuando sea la resurrección de los muertos que tú dices, es decir, Jesús que estaba enseñando sobre este tema ¿de quién será esposa?, puesto que resucitarán los siete. Y el Señor contestó: os equivocáis terriblemente, estáis en un tremendo error no conociendo las Escrituras. Y fijaos que argumento tomó. Lo tomó de Moisés, porque de los 49 libros del Antiguo Testamento los saduceos aceptaban sólo los cinco primeros. Todo el resto los 44 libros del Antiguo Testamento los rechazaban. Eran los materialistas de aquella época. Además, en los años de Jesús Cristo mantenían el sacerdocio, Anás, Caifás, eran saduceos. ¡Es tremendo! Y escuchad lo que les contestó el Señor: ¿qué le dijo Dios a Moisés desde la zarza ardiente? Yo Soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Es decir, significa que Abraham, Isaac y Jacob que habían vivido hace dos mil años antes que ellos, viven. Porque, ¿cómo sería el Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, si Abraham se hubiese convertido en cero? Como, por ejemplo, yo digo que soy el dueño de esta casa o de otra. Presupone que yo tengo que ser el dueño de esta casa para decir que esta casa es mía. Dios dice que es el Dios de Abraham y Abraham tiene su Dios. ¿Cómo puedo decir que una casa es mía si no soy el dueño?. Por lo tanto, cuando la Escritura dice que Abraham tiene su Dios, a Dios quiere decir, que Abraham vive, es decir, que su psique está viva. ¿Qué queréis que os diga?. La Escritura está llena sobre esto. Os diré algunos. En la Metamorfosis del Señor que apareció Elías y Moisés. O aquello que dice el Señor: ¿de qué se beneficia el hombre si gana todo el mundo, si en cambio se perjudica y pierde su psique?. O ¿qué dará el hombre a cambio de su psique? Aún, qué dice el apóstol Pablo en su primera Epístola a los Tesalonicenses: “Nuestro espíritu entero con la psique y el cuerpo que permanezca sin mancha, limpio hasta la Segunda Presencia de nuestro Señor Jesús Cristo.” Y qué dice el libro del Apocalipsis de san Juan el evangelista: “Vi debajo de la mesa del sacrificio las psiques de los degollados por causa del Logos de Dios” (Ap. 6,9). ¿Saben cuál es la mesa del sacrificio o altar que ve que debajo están las psiques vivas? Es el paraíso. No es la realeza de Dios. Por eso las psiques debajo del altar o la mesa, no alrededor, porque alrededor es el espacio de la Realeza de Dios. El espacio de la Realeza de Dios, será allí donde nos encontraremos con nuestros cuerpos, porque se hará la resurrección de los muertos y entraremos en la realeza de Dios. Las psiques volverán a unirse con nuestros cuerpos perdidos, los cuales los resucitará el Señor, aunque se hayan hecho polvo o se hayan ahogado en el mar y los hayan comido los peces, pase lo que pase, volveremos a tomar el cuerpo humano que tenemos cada uno ahora. Y la psique que es inmortal se volverá a unir con el antiguo cuerpo, incorruptible, entero e inmortal. Entonces es cuando entraremos en la Realeza de Dios. Hasta entonces el cuerpo está disuelto y las psiques, dice que están debajo del altar, es el lugar del paraíso. Obviamente, tienen la visión, expectación de Dios, de la persona o rostro de Cristo porque están en el paraíso, pero aún no está la plenitud de la bienaventuranza o felicidad divina. Por eso allí las psiques protestan de una manera y dicen: “¿Cuándo Señor será y vengarás nuestra sangre que injustamente se derramó sobre la tierra?”. Esto es equivalente con: ¿Cuándo resucitaremos? Porque las psiques no quieren permanecer así. Dice el apóstol Pablo: “No buscamos quitarnos o desvestirnos de nuestro cuerpo, sino vestirnos la incorruptibilidad y la inmortalidad”. No como decía Platón que el cuerpo es la cárcel de la psique o es malo y hay que quitarlo, no, no pedimos esto, sino que pedimos quitar la corrupción y la muerte del cuerpo. Son cosas muy importantes estas. Yo os diría y con esto termino, ¿por qué razón se ha encarnado el Logos de Dios?, ¿por qué razón murió el hijo de Dios?, ¿porqué se ha resucitado el hijo de Dios?, ¿porqué los Profetas han dado sus profecías y se estiró, como dice san Crisóstomo, el cielo por encima nuestro?. Pues, para esta psique. Así que, ¿no existe la psique?, sí. La psique es todo, es lo principal del humano, esta psique es inmortal y vivirá junto con el resucitado cuerpo dentro en la Realeza de Dios en los siglos de los siglos. Amín.
Estimado Yérontas, ¿nos puede decir cuáles son las cualidades de la psique después de la muerte?
Cierto que sobre esto de una manera u otra hemos contestado en muchas homilías, pero os contestaré resumidamente.
En este mundo la psique, ¿cómo se manifiesta?. En principio tiene autoconciencia. Es decir, conoce que es ella. Digo, yo soy. Saben que un animal nunca puede decir que yo soy, porque no tiene autoconciencia. Sólo el hombre tiene autoconciencia. Si abrís el Antiguo Testamento veréis que en incontables ocasiones el Señor dice: “YoSoY”, es decir, yo lo dije, es el Kirios (Señor y Dueño), lo repite hasta la saciedad esto, aunque a veces omite la palabra Señor, o Kirios y dice sólo: YoSoY, es repetido infinitas veces. Porque el Dios es personal, tiene autoconciencia, es decir, sabe que es Él. También el hombre dice: yo soy. El yo, expresa conciencia y el soy, expresa existencia. Por lo tanto, conciencia de la existencia, autoconciencia. Debemos, pues, decir que la psique tiene su autoconciencia.
Después tiene todas aquellas cualidades. Una cualidad básica de la psique es la memoria. Porque si no tuviese memoria, no podría conectarse nunca con el pasado, nunca podría la psique tener una historia. Así que, cuando la psique se va de la vida presente, en principio no se hace cero o no ser, como dicen los θνητοψυχήτες (znitopsijitas) mata-psiques, es decir, los que creen que la psique desaparece, muere. La psique no está durmiendo, como dicen otros heréticos. Es decir, que caiga en un letargo o hibernación. Aquel que toma un narcótico hipnótico fuerte, duerme y no tiene conciencia de sí mismo, ni nada. Si alguna vez os habéis operado de algo y os han dormido con narcóticos, en esta narcosis no hay sueños, ni conocimiento, ni nada de nada. La hora que dura la narcosis es un vacío en la vida del hombre, no hay nada, ni autoconciencia, ni memoria. Al contrario, cuando dormimos normal hay autoconciencia, tenemos sueños, tenemos subconscientemente la autoconciencia, por ejemplo, si estamos durmiendo encima de una tabla y no debemos caer. Uno puede dormir toda la noche encima de una tabla de veinte o treinta centímetros y no caer al suelo, porque tiene la autoconciencia que está durmiendo encima de una tabla, a pesar de que esté durmiendo. Esto es muy característico. En esta vida la psique, aunque el cuerpo duerme, ella no duerme, mantiene su sensibilidad y sentido. Pues, después de la muerte no tenemos un letargo de la psique, no existe esto. ¿Pero qué existe? Después de la muerte existe plena autoconciencia de la psique y plena memoria. Memoria que supera la memoria que tenemos en la vida presente. ¿Por qué? Porque, como se sabe, la memoria de alguna manera, tiene como órgano suyo el cerebro (enkéfalos). Decimos que unas moléculas en una parte del cerebro son los centros de la memoria. Si estos centros después de un accidente que nos damos en la cabeza, decimos que no nos acordamos. Una vez una persona en un accidente de tráfico se dio en la cabeza y no se acordaba de nada de su pasado, vivía sólo en el presente. Esto es un hecho real. Un día caminando en la calle tuvo otro accidente, un coche le tiró en la acera. Pues, con el segundo accidente se le fue devuelta la memoria de golpe. Por lo tanto, el segundo toque arregló el primero.
Así que, vemos que la psique se manifiesta, se expresa, mediante el cuerpo, mediante el cerebro. Entonces, cuando falta o falla el cerebro la memoria está entera. Porque padece el cerebro no la psique. La memoria en la psique está completa. El cerebro es el que no tiene la capacidad de desarrollar la memoria. En un niño pequeño, no tiene el cerebro la capacidad de desarrollar la memoria. ¿Os acordáis de algo cuando erais niños pequeños, cuando habéis nacido?. Nada os acordáis, yo tampoco.
Por lo tanto, ¿qué manifiesta esto?, manifiesta que el cerebro aún no se ha organizado para grabar iconas, imágenes y constituir centro de memoria. Pero después de la muerte la psique liberada del cuerpo tiene la memoria completa. Además, que hay plena autoconciencia y conocimiento del ambiente. Hoy decimos dónde te he visto, te conozco pero no sé dónde te conocí, ah, bien eres tú. Hijo mío hace unos diez años que no te veo, has crecido, has cambiado, pero ya, ahora sí que me acuerdo.
Acordaos de la parábola del rico y Lázaro.
“Había un hombre rico, que vestía púrpura y lino y celebraba cada día espléndidos banquetes. Por el contrario, un pobre, por nombre Lázaro, estaba tendido junto a su portal, cubierto de úlceras, y deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico; hasta los perros venían y lamían sus úlceras. Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico, y fue sepultado. Y estando en el infierno, levanta sus ojos, en medio de tormentos, y ve a Abraham a lo lejos y a Lázaro en su seno. Y levantando la voz, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Dijo Abraham: hijo recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro recibió males; ahora, en cambio, él es aquí consolado y tú eres atormentado. Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, ni tampoco de ahí pasan a nosotros. Y dijo: te ruego, pues, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento. Dice Abraham: tienen ya a Moisés y a los profetas, que los escuchen. Él dijo: no, padre Abraham, sino que, si fuere a ellos alguno de la legión de los muertos, harán metania, penitencia. Le dijo: si a Moisés y a los profetas no escuchan, tampoco se rendirán, si alguno resucitase de entre los muertos. (Lc 16, 19-31).
¿Qué dice el rico al pobre Lázaro?. Dice el rico que ve desde lejos al pobre Lázaro en el seno de Abraham. A Abraham le conoce, ¿porqué?, porque no hay ninguna limitación de metabolismo o cambio como los que hay en esta vida. ¿Y qué le dice a Abraham?, Abraham te ruego, aquello o lo otro… y aquel dice, hijo mío acuérdate… etc. Pero si quieren, más allá de la parábola, ¿cómo se podría hacer el Juicio, si faltara la memoria?. Porque si de la psique faltase la memoria, el hombre pecador diría, ¿por qué me he encontrado en el hades?. Y cuando se haga la resurrección de los muertos, ¿por qué me encuentro en el infierno?. Diría que el Dios es injusto y hace elección de personas, aquel le manda a su Realeza y a mí me manda al infierno. ¿Porqué?. Esto cuando falta la memoria, pero cuando tengo memoria, sé porque voy al infierno y lo sé muy bien. Por lo tanto veis que existe la autoconciencia y también existe la memoria.
Y una tercera cosa más, es porque la psique disfruta, deleita o padece. Hoy en el hades o en el paraíso y mañana después de la resurrección de los muertos en la realeza de Dios o en el infierno. Cómo padece o cómo se deleita la psique, es una manera para nosotros desconocida e incomprensible, no lo sabemos. Dice en la parábola que “sufro por este fuego”, qué es esto, no lo sabemos, es una icona, imagen. No podemos saber cómo existe este sufrimiento para el que está en el hades o infierno y esta alegría divina para aquel que está en el paraíso esto tampoco lo conocemos. Porque el hades es pre-sabor del infierno y el paraíso presabor de la Realeza de Dios. Esto también para esta pregunta.
ESJATOLOGIA
La parábola del rico y Abraham ¿cómo conoció que era Abraham?
La parábola del Rico y de Lázaro.
“Había un hombre rico, que vestía púrpura y lino y celebraba cada día espléndidos banquetes. Por el contrario, un pobre, por nombre Lázaro, estaba tendido junto a su portal, cubierto de úlceras, y deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico; hasta los perros venían y lamían sus úlceras. Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico, y fue sepultado. Y estando en el infierno, levanta sus ojos, en medio de tormentos, y ve a Abraham a lo lejos y a Lázaro en su seno. Y levantando la voz, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Dijo Abraham: hijo recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro recibió males; ahora, en cambio, él es aquí consolado y tú eres atormentado. Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, ni tampoco de ahí pasan a nosotros. Y dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento. Dice Abraham: Tienen ya a Moisés y a los profetas, que los escuchen. Él dijo: No, padre Abraham, sino que, si fuere a ellos alguno de la legión de los muertos, harán metania, penitencia. Le dijo: Si a Moisés y a los profetas no escuchan, tampoco se rendirán si alguno resucitase de entre los muertos. (Lc 16, 19-31).
Allí el rico se presenta llamando al justo Abraham con su nombre, padre Abraham, etc., ¿cómo lo conoció que era Abraham?. Sin duda aquí tenemos una parábola. Y parábola es construcción, creación que debe servir algunas verdades que quiere decir el Señor. Atención, ¿qué es una parábola?. Parábola es una historia que no se hizo, pero que es posible hacerse. Todas las parábolas de Cristo están dentro de la posibilidad y poder que se puedan hacer.
Los mitos de Esopo no son posibles que se hagan. Porqué dice la zorra al cuervo que tenía un trozo de carne, ay cuervo mío, ¿qué bien cantas, porqué no cantas un poco para que oiga tu dulce voz?, y el cuervo hace un krá y cae la carne en la tierra. Obvio que estos son mitos, pero no son posibles que se realicen. En cambio las parábolas del Señor son creadas, no existieron estas historias, son ejemplos, pero posibles que se realicen. En esto tened atención.
Es cierto, que aquí el caso se economiza, porque el mismo Abraham dice al rico que si nosotros quisiéramos venir allí con vosotros y viceversa vosotros a nosotros, hay un abismo grande entre las dos orillas. Entonces me diréis, cómo se realiza la conversación. La cosa se hace por economía, para que haya un diálogo. Pero independientemente del caso, la pregunta y el tema, la pregunta tiene valor. Es el siguiente valor: ¿cómo Pedro, en la metamorfosis de Cristo, conocía que sus dos acompañantes eran Elías y Moisés?. Quizá, ¿escuchó al Señor llamándoles por su nombre?, es posible. Pero es conocido esto: que en la realeza de Dios, y la metamorfosis fue un trozo de la realeza de Dios, allí se hace reconocimiento inmediato de las personas. Esto es un elemento de la Realeza de Dios. No me dirán que este es el apóstol Pablo o Pedro, o ¿debo tener sus características de una icona o de una foto para conocerle?. No. Hay reconocimiento inmediato. Apuntad que nuestra iconografía, es obvio que no conocemos los rostros de los santos tal como eran en su naturaleza. Y para santos contemporáneos que tenemos fotos, no está permitido poner en el iconostasio sino que ponemos una hagiografía del santo. Qué significa esto. A propósito intentamos cambiar las características físicas del rostro que ha vivido en una época que teníamos la fotografía, entonces el rostro del icono no es el natural, sino el sobrenatural, el rostro o cara deificada. Por eso no hizo falta que existieran características del rostro de Jesús Cristo dentro del Evangelio, no tenemos ni la mínima característica sobre el rostro de Cristo. A pesar de esto, si Cristo se te manifiesta, le reconoces enseguida. Si la Panayía (Santísima) aparece la reconoces inmediatamente, como también cualquier santo. Pero por economía, para que el reconocimiento sea en mundo presente, puede que se manifieste el santo según un icono. Por eso muchas veces decimos, he visto un sueño o una visión, he visto un santo, voy a la Iglesia y me quedo perplejo, veo el icono y se parece al santo que he visto. Esto por economía, pero en la realeza de Dios hay reconocimiento inmediato sin que intervenga absolutamente nada, allí es una situación distinta.
¿Cuándo uno muere va directo al paraíso o al infierno o al Hades, haznos una aclaración?
Cuando uno muere no va, ni al infierno, ni a la realeza de Dios. Va al Hades y el Hades ahora está separado. Si la persona es piadosa irá al paraíso, es decir, el lugar del Hades que se convirtió en paraíso. Porque allí el Señor con su presencia dejó la luz de Su divina doxa-gloria y es el paraíso, son las psiques de todos los santos, los apóstoles, allí todos, y allí está también san Juan el Bautista menos la Madre de Dios. Allí están todos como psiques y esperan la resurrección de los muertos para que sean introducidos en la realeza de Dios. Y los hombres impíos, pecadores están en el Hades, es decir, en aquel lugar oscuro, ahora cómo es aquel lugar lo sabe Dios, es como estaba antiguamente antes que Cristo bajara al Hades. Allí siguen yendo las psiques pecadoras y estas por supuesto esperan la resurrección para que sean juzgadas y entonces con sus cuerpos. Los primeros que irán a la realeza de Dios y los segundos entonces por primera vez irán al infierno, en el cual en este momento no hay nadie, ni los demonios. Entonces estarán en el infierno el diablo, el anticristo y los hombres pecadores, esto lo dice claramente el libro del apocalipsis. No os diré más porque hemos hablado repetidamente sobre el tema.
¿Qué significa anticristo o anticristos?
La palabra anticristo se encuentra en el Nuevo Testamento. Es cierto que no es un término que fue inventado después, por la literatura eclesiástica sino que es un término bíblico y hagiográfico. Pero se utiliza por el evangelista Juan en sus epístolas y él mismo da su definición, significa: anticristo es aquel que niega la naturaleza humana de Cristo. Más exacto: si niegas la divina naturaleza de Cristo, esto que hizo Arriano, eres anticristo, si niegas la naturaleza material, la humana y aceptas sólo la divina, como es el monofisismo, entonces, también eres anticristo. Porque no aceptas aquello que es Cristo. Por lo tanto, la negación de lo qué es el Jesús Cristo, sea por parte de fisis (naturaleza) humana o por parte de naturaleza divina, entonces aquel que sostiene esto está calificado como anticristo. Este es el término que se da por el mismo evangelista Juan. Muy correctamente, pues, dijo el padre Justino Pópovits que:
El primer anticristo, se entiende después de Cristo, porque tenemos anticristos también antes de Cristo, el primero es Judas. Porque no creyó quién era su maestro. Porque si hubiese creído nunca hubiese hecho lo que hizo, por consiguiente, no creyó en la naturaleza divina de su maestro, así consideró interesante que sacase un dinero y vendió a su maestro, negó su naturaleza divina.
El segundo anticristo, que niega la naturaleza divina es Arriano y decía que simplemente es creación y no Dios. El tercer anticristo, antes del último que será cuarto, ¿quién será, temblarán si lo escuchan?. Es el cristianismo occidental en la persona del Papa y de cada Papa de Roma. No lo digo yo, lo decía el Padre Justino y también san Cosme de Etolia. Por eso san Cosme decía: al papa maldecid y le llamaba anticristo. ¿En qué es anticristo?. Porque la falsificación del kerigma evangélico se encuentra en el cristianismo occidental. Y una falsedad del kerigma cristiano, no sana ni salva nunca y al momento que no sana, ni salva, finalmente es una negación del cristianismo. Así pues el anticristo según san Juan es este.
Aún, anticristo se llama a aquel que usurpa la persona de Cristo, ahora vengo un paso más adelante, por ejemplo, si insultas a Cristo eres anticristo. Kazantzakis (famoso escritor heleno) insultaba a Cristo, si uno lee sus libros lo verá, a éste se le llama anticristo. Pero Kazantzakis hiriendo a Cristo, quería crear una nueva religión y proclamarse a sí mismo como mesías. Aquí ahora tenemos un paso más allá, no solamente hiero a Cristo, sino que le sustituyo, es decir, usurpo el título de Cristo y del Mesías. Esto lo hará el último anticristo, usurpará el título de Cristo. Así que diríamos, me quedo sólo en estos dos, primero es aquel que no acepta la teantrópina, divino-humana persona de Cristo y segundo es aquel que quiere sustituir la persona de Cristo y proclamar algún otro o principalmente él mismo, como Mesías. Porque también el último el Anticristo, el definitivo, del que su nombre será 666, ¿éste qué hará?. Nos los dice el apóstol Pablo: entrará en el templo de Dios, el de Salomón, que lo reconstruirá y se proclamará a sí mismo Dios, mientras haya herido toda piedad que hay en este mundo, no sólo del cristianismo, sino de cada religión y anulará cada religión para proclamarse él Dios. Veis pues, que es el segundo paso el que uno se proclame como Dios.
¿Podemos matar al anticristo y liberarnos de él?
¿Podemos matar al anticristo, así nos liberamos de él y nos deja tranquilos de una vez por todas? Veis medidas drásticas, matar al anticristo y salvarnos.
Pues, hijos míos, en principio os quería decir lo siguiente. Es cierto nosotros podemos matarlo. Vamos a ver cómo. En principio el anticristo como persona es la composición de la época de la apostasía, del declive y la recesión. Por eso, según Juan el evangelista en el Apocalipsis dice que surge del mar y que vio tres bestias. La primera bestia estaba en el aire y es el diablo. La segunda bestia semejante a la primera, porque toma sus poderes de la primera, surgió del mar y la tercera bestia surgió de la tierra y es el pseudoprofeta.
Esta bestia, es decir, la segunda que surge del mar y es el anticristo, indica que puesto que surge del mar que es el símbolo del desorden de las naciones y que el anticristo es el producto y la composición de la apostasía de los pueblos y naciones de Dios y la plenitud de la ilegalidad. Así que al anticristo, le traerán los hombres en el sentido que es una persona, siempre lo repito, persona verdadera, pero es el resultado, fruto de esta gran apostasía de las naciones de la tierra. Este es el primer punto. Por lo tanto, tenemos la realidad que el anticristo ciertamente vendrá. Puede ser en nuestros días, puede después de cien años, quinientos, mil, puede mañana, no lo sabemos esto. La venida del anticristo conecta con la segunda Presencia de Cristo, por eso la fecha es desconocida. Sin que esto signifique que no podemos más o menos definir algunas cosas. Porque el Señor nos ha dado bastantes signos y señales, para que comprendamos la venida de Su Segunda Presencia y, por consiguiente, también la del anticristo. Si quieren saber más, venid mañana a la homilía que el tema es sobre la recreación del universo. Es decir, que todo está tomando su final, todo acaba.
Así de acuerdo con esto, algo podemos decir, naturalmente sin analizar el tema sobre el anticristo. Yo así lo entiendo, desde hace unos años, porque hay algunos puntos o señales objetivos, no como yo los entiendo, sino como realmente son. Hay algunos signos de objetivo que indican que no debe estar muy lejos la Segunda Presencia de Cristo y por lo tanto la presencia también del anticristo. Son algunas cosas que se han hecho o se están haciendo y algunas que se esperan hacer. Cierto que esto no parece que vaya ser mañana, pero en este caso tampoco parece que esté muy lejos. La historia ya se está conduciendo a su final. La historia universal no sólo de los hombres sino, también de todo el universo.
Así que tanto nosotros, como nuestros hijos, ¿cómo podemos sostenernos, podemos matarla a esta persona según la pregunta? Pues, sí, podemos matar al anticristo, ¿cómo?. Con nuestra fe en la teatrópina-divino-humana persona de Cristo. Si permanecemos fijos en nuestra fe, que Jesús es perfecto Dios y perfecto hombre. Muy claro lo dice san Juan el Evangelista: anticristo es aquel que niega la naturaleza humana o la divina del Señor Jesús Cristo. Esto constituye el corazón de todo lo demás que el anticristo como persona puede presentar. ¿Cómo pues, podemos matarle; es decir, rechazarle?, quedándonos inamoviblemente en la divino-humana persona del Señor Jesús Cristo. Y no os preocupéis, de la obra de matarle, se ha hecho cargo otro. El apóstol Pablo en la epístola a los tesalonicenses nos revela que el Señor le destruirá con la espada de su logos. Por eso tal como apunta ahora el Apocalipsis, el anticristo se encontrará junto con el diablo al lago del fuego y azufre, y no es más que la icona, imagen del infierno eterno. Por lo tanto, el anticristo será destruido por la presencia de Jesús Cristo. Así podemos decir que podemos matar al anticristo.
¿Cuando venga el anticristo al mundo, vendrá como hombre con cuerpo, carne y sangre o como espíritu?. ¿Cuáles serán las señales o signos que tendremos en el mundo que testificarán la venida del anticristo?
El tema es muy grande y no se puede explicar en el poco tiempo que nos queda, pero os contaré algunas palabras. Será hombre real con cuerpo, carne, huesos y sangre y de nacimiento natural no sobrenatural. Será, cien por cien, hombre, no será el diablo que se habrá convertido en hombre. Porque el diablo no puede humanizarse o hacerse hombre. Aunque el diablo toma faz humana pero es fantástica, igual que el ángel. Los ángeles y los demonios se convierten en hombres, pero no son hombres reales. Hombre real sólo es el hijo de Dios, es decir, la llave de la encarnación o humanización sólo la tiene Dios. El diablo no se puede hacer humano, pero el anticristo cien por cien será hombre, el cual según el apóstol Pablo se estará moviendo por energía del satanás. Es decir, el satanás estará en su interior y será la persona que totalmente se habrá entregado al diablo y será el hijo más auténtico del diablo que jamás se ha visto en la tierra. No hay otra persona dentro de la historia del hombre que se haya entregado tanto al diablo. No me digáis, será como Judas, que dice, cuando se marchó y tomó el pan mojado de vino, entonces dice el evangelista, el satanás se introdujo en el corazón de él. Es decir, Judas ya era instrumento ciego del satanás. Pero el Anticristo, principalmente será un instrumento ciego entregado entero, totalmente al Satanás y no actuará poco tiempo como en Judas, Judas el día siguiente se suicidó. No pudo aguantar este estado. En cambio el Anticristo no será como Judas. Será, pues, hombre. Las señales que se piden en la pregunta, ¿cuáles serán?. Son muchas, pero con una palabra el apóstol Pablo, nos dice que será el signo o la señal de la apostasía, (renuncia, deserción); apostasía es cuando el pueblo cristiano o los países o naciones cristianas que conocieron a Cristo, los bautizados diríamos, renuncian a Cristo, desertan de Dios, no los pueblos que no son cristianos. No vayan lejos, ayer en una emisión médica de la radio, escuché sobre la enfermedad difteria y dos veces el locutor dijo lo siguiente: Los padres, al francés que describió la vacuna anti-difteria tienen que ser agradecidos a este descubridor francés y a sus dioses, ¿habéis escuchado? ¡A sus dioses! Y después un poquito más abajo, dijo el locutor otra vez los dioses. ¿Por qué los dioses y no el Dios?. Esto significa que dejamos a Dios y vamos a los dioses. Es decir, volvemos atrás a la idolatría. Os acordáis de los temas que hicimos el año pasado sobre idolatría. Vuestros ojos verán cosas impensables, quedaréis perplejos y anonadados de lo que viene. En nuestras clases por la jaris de Dios, intentamos que aprendáis lo que vais a ver más tarde. Atención, pues, la idolatría está difusa en nuestro alrededor. No la idolatría con el sentido que sea seguidor de Afrodita, de Dionisos o Baco, etc. en el sentido que me emborrache y me prostituya, sino idolatría en este sentido que diga los dioses o que sobre la fe cristiana todo vale. Atención, mucho cuidado. La señal principal, pues, es la apostasía que es cuando nosotros los pueblos cristianos desertamos de Dios, esta es la señal de que el Anticristo viene.
¿Cuál es la posición de los hombres delante de la muerte?
Saben que hoy los hombres se paran delante de la muerte, diré la frase de Pablo: “como los ateos del cosmos-mundo, no teniendo esperanza”. ¿Saben lo que significa esto?. Ignoran la resurrección de los muertos; como los ateos, no teniendo esperanza de la resurrección de los muertos. Que pena. El apóstol Pablo dice a los tesalonicenses: “No quiero que os apenéis, como el resto, los que no tienen esperanza en la resurrección de los muertos”. Hijos míos, la posición de los hombres delante de la muerte, pero de los hombres correctos, los cristianos, es que el Cristo resucitó. Y puesto que el Cristo ha resucitado, resucitarán también los muertos. El Cristo es el primogénito de entre los muertos que resucitó y nosotros seguimos. Puesto que resucitaremos, ¿cuál debe ser nuestra posición?. La posición aquella que llena la psique de la esperanza de la Resurrección de los muertos. Esta es la respuesta.
¿Porqué algunos hombres no creen en la resurrección de los muertos?
El apóstol Pablo dice: no es para todos la fe. Cuando el Evangelio se ofrece para todos, desgraciadamente no todos están con buen ánimo y dispuestos a recibir y aceptar lo que dice el logos de Dios. Así que dice esto y muy duro: “no es para todos la fe”, porque es duro, desgraciadamente no es para todos, es una realidad. Y roguemos que no pertenezcamos en aquella categoría de los hombres, los cuales no querían creer. Pero aquello que revela, apocalipta el logos de Dios, esto y sólo esto aceptemos, es decir, que tengamos fe.
¿Habrá mundo después de la Segunda Presencia?
Cuando dice que si existirá cosmos-mundo, obviamente no se referirá a humanos. Porque los hombres naturalmente existirán, porque la Segunda Presencia de Cristo no anulará a los hombres, al contrario con la resurrección de los muertos todos vendrán delante de Cristo. Más bien, la pregunta quería decir la creación, el universo. Es cierto que el universo existirá después de la recreación. Cuando el Dios hizo al mundo, dijo que todo estaba muy bien. Si ahora bien, este mundo se ha corrompido, desgastado, porque se corrompió el hombre, no quiere decir que el Dios lo que crea lo va a devolver al cero. Simplemente el Dios lo renueva. El Dios no se arrepiente de lo que crea o forma. ¿Veis al diablo?, no puede renovarse. ¿Veis los hombres pecadores?, no desaparecerán, no se convertirán a cero, pero simplemente habrá el infierno eterno. Por lo tanto, una vez que una cosa viene a la existencia por Dios, esto nunca lo devuelve al cero, a la inexistencia. Esto es lo admirable y a la vez lo terrible, que yo no pueda anularme a mí mismo. Saben, muchos pecadores querían convertirse en cero, pero no pueden, tampoco el cosmos-mundo, la creación, se convertirá en cero. Repito, lo que el Dios crea del cero o la nada no retorna al cero, sino que se renueva, pero sí este mundo o esta cosa se altera y envejece. Por eso tenemos multitud de pasajes tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento que hablan sobre esta renovación de la creación.
Pero me quedo sólo con el Nuevo Testamento porque el tiempo es justo. Dice en el libro del Apocalipsis: “He aquí, todo lo hago nuevo”, nos dice el renovador de la creación que es el creador de todo. El creador de todo es el renovador de todo. ¿Saben porque el Cristo dice: “He aquí, lo hago todo nuevo?”. Porque Él es el creador de todo, también allí encontramos su identidad.
Si se preguntan, ¿este mundo es perfecto?, pues, no. Aquí os contesto también una pregunta que me han puesto. Algunas cosas son imperfectas, el Dios lo hizo todo muy bueno, no perfecto y dio una configuración provisional. La creación en sí misma se renovará y su figura cambiará. Dicen los Padres, por ejemplo san Irineo, obispo de Lión, que el Dios previó que los hombres pecarían y por eso desde el principio hizo una creación que fuese menos buena que aquella en que se convertirá cuando será renovada. Y dentro de la creación ha dado figuras, planos, que estarán después de la renovación del universo. Por ejemplo, dice el evangelista Juan: “He visto cielo nuevo y tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Ap 21, 1-2). Atención, cuando decimos “pasaron” no quiere decir que se han puesto de lado para que en su lugar se ponga algo nuevo, es incomprensible, sino que todo lo de la creación pasará de la figura que era a otra figura y de la corrupción a la incorrupción. Repito la misma creación, el cielo y la tierra pasan a la incorrupción y a la inmensa belleza y apunta que el mar ya no existe. Es sabido que el mar constituye un elemento básico por lo menos encima de nuestra tierra, muy básico, porque mantiene la vida, es el agua, si el agua falta, ¿cómo tendremos mantenimiento de la vida?. Por lo tanto, significa que tenemos un nuevo modo de vida y una nueva creación. Apuntad una cosa más, en otro punto del Apocalipsis dice: “No he visto en ninguna parte el sol, ni la tierra”. Esto muestra que la nueva creación, posiblemente no tendrá la forma esférica que tiene ahora el cosmos-mundo tal como lo sabemos. Porque el universo entero está constituido con galaxias, estrellas, etc., billones de billones, todas estas están de forma esférica y se mueven circundantemente. ¿Cómo será esta nueva creación?. Diríamos aquello que dice el apóstol Pablo: “Lo que ojos humanos no han visto, oído no ha escuchado y en corazón no se ha elevado, ni deseado, son las cosas que ha preparado Dios para los que le aman.” Será un nuevo mundo y este nuevo mundo será la Realeza de Dios. Porque nosotros tendremos la misma naturaleza, pero incorruptible e inmortal. Nuestra figura no cambiará, quedará lo mismo, como la figura de Jesús Cristo que está incorrupto e inmortalizado, si se me permite decirlo de una manera, porque el Cristo permitió a sí mismo morir sobre la cruz. La naturaleza de Cristo desde el principio era incorruptible e inmortal, pero es un tipo de kénosis (vaciamiento). Y tal como vemos la nueva naturaleza, no es la nueva, es aquella que era desde el principio, pero se ve como nueva después de su resurrección que es incorruptible e inmortal. Además, después de su resurrección pide que sea tocado y vean los tipos de los clavos, come aunque no necesita comer, para certificar que es Él mismo y que tiene la misma figura, no cambia. A pesar de esto, en el Nuevo Testamento tenemos unos puntos que dicen: quién es y dijeron es el Señor y después no se atrevían a preguntarle: ¿tú quién eres? Porque estaba de otra forma como nos dice el evangelista Marcos. Es decir, es algo nuevo, entra y sale, sin tener necesidad que se abran y cierren las puertas, a pesar de esto es el mismo. Así, pues, los hombres serán renovados, pero tendrán la misma figura. Pero ya no tendrá necesidad de género, no podemos decir que ya habrá boda, porque lo dijo claramente esto Cristo: “En la realeza de Dios no existe boda o matrimonio, etc.” Por lo tanto, vemos que tendremos un cosmos-mundo nuevo. Aquel que cree en Jesús Cristo, cree en este nuevo cosmos-mundo. El Señor a este nuevo mundo le dijo con la siguiente palabra: Παλλιγενεσία (paligenesía), recreación y dijo el Señor que estaré con vosotros en la Παλλιγενεσία (paligenesía), recreación, otra génesis, etc. Así que nuestro mundo se hace nuevo. Esto para esta pregunta.
¿Cómo será el paraíso?
Os dije otra vez que se diferencia el paraíso de la realeza de Dios. El paraíso es el lugar aquel en el que están las psiques, sólo las psiques, obviamente tienen la doxa-gloria de Dios, la zeoría o contemplación de Cristo, de Dios. Pero esta bienaventuranza no es en una plenitud, simplemente porque falta el cuerpo y estas psiques están esperando la resurrección de los muertos, aunque están en el paraíso. Es algo como un tipo de agonía, como una inquietud o una búsqueda, por decirlo de alguna manera. Esto lo encontramos dentro de la Santa Escritura, en el libro del Apocalipsis.
Pues, ahora aquí, cuando el Apóstol Pablo fue arrebatado hasta al tercer cielo, es decir, fue arrebatado al paraíso, lo dice claramente él mismo a los Corintios. Dice que ha visto y vivido cosas, en el paraíso, sobretodo se pregunta, si realmente se fue somáticamente o no, dos veces lo dice: ¿con mi cuerpo o sin mi cuerpo?, no conozco, el Señor conoce. Es decir, en un estado que no tiene una autoconciencia de su existencia, si está sólo el cuerpo o la psique y el cuerpo, y que esto es en honor de la Santa Escritura que no se refiere en ninguna parte sobre esto, y dice Pablo: No es posible, pero tampoco permitido para uno hablar y decir sobre aquel estado o situación. El mismo apóstol Pablo dice que, si os dijera cosas de aquellas que existen y cierto se supone que alguien pudiera contarlas, -porque no puede decirlas, os lo explicaré porque no puedo decirlas- entonces me tomaríais como un ser superior y entonces no sé cómo os comportaríais conmigo. Para que esto no pase, tampoco yo os lo digo, pero el Dios me ha dado un parásito un ángel satán, que me tienta y no me deja levantar cabeza, para que no me enorgullezca.
Así que, Dios toma precaución, le indica el paraíso, pero también le da esta tentación, ¿qué tentación?, pruebas. El diablo se ríe y desprecia al apóstol Pablo únicamente para que no se enorgullezca. Dice, pues, no es posible para uno decir aquellas cosas que “ojo no ha visto, oído no ha escuchado y corazón no ha deseado y sentido”. Hijos míos, aquellas cosas que existen allí son increadas. En el mundo que vivimos, vivimos en cosas importantes y admirables, pero creadas y lo creado se describe, lo increado dentro del campo de lo creado se percibe (la luz y la energía increadas) en el nus que es el ojo o la energía del corazón de la psique pero no se puede describir. Así, podemos entender esta frase de Pablo “que no es posible para uno describir aquello que el Dios ha preparado para los que le aman”, no se pueden hablar, es imposible explicarlas. Por eso en la Santa Escritura no hay descripciones del otro mundo y si existen como son en el libro del Apocalipsis, las descripciones se hacen con lenguaje simbólico e iconas, imágenes simbólicas. Dice, he visto la realeza de los cielos, el Jerusalén celeste, con una pared de oro, obviamente no es oro la realeza de Dios, que tenga paredes, que sea así o de otra manera, son iconas simbólicas que muestran de qué modo uno, por un momento, pueda acercarse un poco y describir estas cosas increadas.
Apuntad una cosa más. Una cosa es el paraíso y otra la realeza de Dios. El paraíso es el espacio de los espíritus buenos, de las psiques que esperan la resurrección. Cuando resucitaremos y tomaremos los cuerpos, si Dios quiere y nos llama, nos encontraremos en su realeza, si el paraíso es algo que no es posible describir, ¿cuánto más se puede describir la Realeza de Dios?. Sólo os digo que la realeza de Dios será, este cosmos-mundo que habrá cambiado y será totalmente una cosa nueva y en este nuevo mundo se añadirán nuestras nuevas existencias. Así que, no podemos tener absolutamente ninguna icona, imagen, sino sólo creemos que el Dios ha preparado esto que dice el espíritu de Dios. “Cosas importantísimas para aquellos que le aman”. Esto para esta duda.
¿Por qué el Dios hará inmortales también a los pecadores?
Es cierto que muchos pecadores les gustarían que no fueran inmortales. Además, el cuento de que los hombres pecadores morirán, es decir, que desaparecerán, se harán cero o no ser, es una enseñanza permanente del milenarismo (testigos de Jehová), sobre todo del nuevo milenarismo. Es decir, que el pecador no resucitará y ¿saben de dónde lo sacan ellos?. En el Salmo 1º, que no tiene nada que ver, con lo que ellos dicen. Aún, aquella palabra πνεύμα (pnevma, espíritu o aire) que dice “como la flor del campo, pasó el pnevma (aire) y se estropeó”. Pero πνεύμα (pnevma) en la Santa Escritura significa muchas cosas, en este caso significa aire, viento. Y tal como decimos, pasó el aire cálido, ábrego y secó las flores. Para que entendáis qué terrible mala interpretación hacen este grupo de personas. Además, dicen que el hombre pecador será resucitado por Cristo y será preguntado por Él, si quiere arrepentirse. Si dice que no quiere arrepentirse, entonces se le convertirá en cero. Es obvio, que sería tonto quien no se arrepintiera. En este caso veis la tontería de estos hombres.
Sin embargo, la pregunta es, ¿por qué el Dios hará inmortales también a los pecadores?
Queridos míos, debemos saber que el Dios lo que hace, lo hace desde cero. Sólo Él es autoexistente. No existía nada, ni los santos ángeles como creaciones, porque son creados, ni la creación visible, ni la creación lógica, ni la ilógica. No había nada, todo esto fue creado desde cero. Desde el cero creó el Dios al cosmos-mundo. Puesto que son desde cero, podrían sin duda volver otra vez al cero, porque la relación con el cero sólo la tiene Dios. Os pregunto: ¿podemos anular o destruir a cero algo del mundo material?. Por ejemplo, ¿un átomo de la materia, un fotón o un electrón anularlo, hacerlo cero o inexistente?, es imposible. Si lo estrujamos mucho, lo digo a grosso modo, se convierte en otra cosa, pero en cero o nada, no. Por lo tanto, puesto que no se hace cero, entonces podéis entender que la relación con el cero sólo la tiene Dios. Puesto que todo lo ha creado desde cero y en el cero lo devuelve todo. Pero el Dios, no es el Dios digo y desdigo, a diferencia de nosotros los hombres que decimos y desdecimos. El Dios lo que hace es en serio, lo renueva, pero no lo anula. Así que, como todas las creaciones de Dios son “muy buenas” (Gén 1,31), no volverán a cero, sino que se renovarán. Pensad que hasta un átomo de la materia durante la renovación del mundo no se convertirá en cero, absolutamente nada se hará cero. Cierto que “esperamos una renovación del todo, un nuevo cielo y una nueva tierra” como dice san Juan el Evangelista, el apóstol Pedro y en el Antiguo Testamento Isaías, en los Salmos, etc., hay multitud de pasajes que hablan sobre esta renovación del universo, pero anulación, nunca. Puesto que nada vuelve al cero, entonces tampoco será pará los pecadores.
Además, ¿cómo se expresará esta justicia de Dios? Cometemos un error, si creemos que el Dios es sólo agapi.-amor. La agapi de Dios es cierto que está presente, mientras existe el cosmos-mundo. Pero cuando termine el mundo, la historia, entonces se manifestará y se expresará también la justicia de Dios. Pero no olvidemos que la justicia de Dios es un elemento, un axioma, del axioma trinitario de Cristo, que es lo real (de rey). Como Rey del todo ejercerá el poder de la justicia. No tendría, pues, sentido este ejercicio de poder dentro de la justicia si los pecadores se convirtieran en cero. Es conocido por lógica que cuando hay cero no hay autoconocimiento para manifestarse la justicia de Dios.
Un ejemplo. Uno quiere vengarse de un enemigo suyo. Espera en una esquina de la calle con un arma, le mata y se dice a sí mismo, me he vengado de él. El que ha muerto, ¿tiene conocimiento de que ha sido vengado?. No, porque no le ha dado tiempo a saber el porqué. Por lo tanto, ¿dónde está el concepto “me he vengado de él?” No existe.
Aún más, os acordáis de la parábola del rico con Lázaro, dice el rico allí donde estaba: “…estoy sufriendo en este fuego… etc.” (Lc 16, 19-31). O sea, tiene memoria de la vida terrenal, de sus parientes. ¿Qué significa esto?. Si no tuviera memoria, podría decir, ¿cómo me he encontrado yo aquí y por qué?. Porque la memoria justifica la justicia de Dios. Si pierdo mi cabeza y enloquezco y me castigan, no me estaré diciendo, ¿por qué me castigan? Así pues, diría que debemos tener no sólo la existencia, sino también la percepción sana y el entendimiento que habrá esta existencia. Así que, el Dios nada vuelve a cero. Se debe también manifestar su justicia. Entonces el pecador al igual que el justo no es por naturaleza inmortal, al igual que la psique humana que no es inmortal por naturaleza, porque uno puede decir, si tiene psique inmortal, aunque la psique es inmortal, es creación de Dios, al igual que el cuerpo. Y como creación podría tener final, pero no quiere el Dios que la vida tenga un final, es decir, que sea inmortal. Y la inmortalidad de la psique es sólo porque el Dios lo quiere así.
Y aún más, un teólogo nuevo (se refiere a san Agustín Pópovits) dice una realidad muy bella y característica que es la siguiente: “Los pecadores con la Crucifixión condenaron a Dios a muerte y Dios por su lado les condena a la inmortalidad.” Te condeno que seas para siempre inmortal y no podrás por mucho que lo desees hacerte cero o desaparecer muriendo, no lo podrás hacer nunca. ¡Es una cosa tremenda! ¡Es terrible la condena a la inmortalidad!
Por eso, queridos míos, tengamos cuidado, así pone esto Dios. Por eso, que no nos encontremos en la eternidad como condenados, sino en la eternidad de la eterna e inmortal vida, no en la del infierno sino en la de la realeza de Dios. Y no olvidéis que, no son sólo los crucificadores de entonces los que condenaron a Dios a muerte, las personas de cada época son los de los siglos crucificadores. ¿Queréis que os lo demuestre?. Pues, en los últimos años y esto empezó en el siglo pasado (s. XIX), y dónde empezaron más fue en Europa a predicar la muerte de Dios. ¡Dios ha muerto! El mismo Kant lo dijo esto y también la metafísica explica que Dios ha muerto. Así que Dios ha muerto. Condenáis a Dios a la inexistencia, a la muerte, pero Él os condenará a una existencia inmortal castigadora y sufriente.
Esto es lo que proclama la justicia de Dios, es decir, el axioma real de Cristo. Estas realidades para esta duda.
¿El anticristo puede tomar una u otra forma, por ejemplo, la misma forma de Cristo?
Sí, tomará la forma de Cristo. Y cuando decimos forma, os pregunto, ¿sabéis cual es la forma de Cristo?. Me diréis tal como está en el icono. Hijos míos, la verdadera forma de Cristo no la conocemos. Porque sobre características somáticas no nos da ninguna la Santa Escritura, ni el Antiguo, ni el Nuevo Testamento. Cierto que el Antigua habla de belleza, etc., pero habla más sobre cualidades interiores y muy poco de las exteriores. No hay ni una palabra en el Nuevo testamento que nos describa sobre el rostro y la persona de Cristo, si era bajo, alto, rubio, moreno, etc., no dice absolutamente nada. Las características de Cristo que conocemos no son las exteriores sino las interiores. Estas características nos han sido dadas para que sepamos que es el hijo de Dios, el Mesías. Es decir, el que está pleno de agapi-amor y pleno de obediencia a su Padre con su naturaleza humana, el que ha muerto sobre la cruz para nuestra salvación, el que…
Todas estas son las características del auténtico Cristo, del Mesías. ¿Qué hará el anticristo? Siempre según el Antiguo Testamento, para aparecer y poder engañar a los hebreos sus características son aquellas a las que se refiere en el Antiguo Testamento que imitará a Cristo. E intentará a mostrar que es filántropo, lleno de agapi e interés, etc., etc. Por eso san Agustín de Hipona dice que es el mono de Cristo. Es decir, intenta imitar a Cristo.
Supongo que conocéis el mito de Esopo, que dice: Un burro se puso la piel de un león y apareció en medio de sus compañeros asustándolos y empezaron a correr. Entonces un burrito pequeño gritó diciendo: compañeros, este tiene orejas grandes como las nuestras, no es un león. Entonces, todos pensaron que era el amigo de ellos. Volvieron y le hincharon a coces. Estas cosas cuenta este mito de Esopo.
Así pues, por mucho intento y esfuerzo que haga el anticristo en virtud, en filantropía, en agapi, en milagros y aún hasta resurrección de algunos muertos, lo hará por la magia del satanás y su verdadero rostro se manifestará después del primer año y se comportará muy tiránica y tremendamente. ¿Entonces qué creen, pues no dejará huellas y agujeros para que vean y comprueben los hombres que él no es el Cristo?.
El otro día, otra pregunta decía: no vaya a ser que nos confundamos…etc., etc. Hijos míos, atención, el Cristo nos ha dado muchas señales y signos. Yo os diré uno de ellos, que es un punto muy principal y es el siguiente: El evangelista Juan ve que en la segunda bestia y en la tercera, la primera en realidad es el diablo, la segunda es el anticristo y la tercera es el pseudoprofeta. La tercera bestia, el pseudoprofeta, viene de la tierra, pues es un hombre normal, nacerá de un padre y de una madre, éste pues, dice que procederá de la tierra. Significa que nosotros también provenimos de la tierra, no procedemos del cielo, no habitamos en el cielo y de allí no venimos a la tierra. Pero el Cristo dijo que Su Presencia será desde el cielo, vendrá desde el cielo. Así que, cuando se dice: “he aquí el Mesías”, pero yo no veo nada que venga desde el cielo. Dice el Cristo que será tan brillante y manifiesta Su presencia, al igual como se ve el relámpago desde oriente a occidente. Por lo tanto, si yo no veo nada en el cielo, no es el Cristo, no es mesías verdadero, es un pseudomesías. Posiblemente, ya que muchos en la historia se han presentado de esta manera, el último pseudomesías será el anticristo.
Además, hay una cosa más, que lo dice san Cirilo: Precederá a Cristo y veréis la señal de la cruz en el cielo. Esto lo dijo Cristo, que verán la señal del hijo del hombre. Esta señal es la Santa Cruz. Como muy bien saben los testigos de Jehová ellos no quieren ni aceptan la señal de la cruz. Los masones también tienen el símbolo de la cruz, pero le dan otro significado, cualquier otro menos lo real. Esta señal ellos no la aceptan, no creen en ella. Pero aquello que no aceptan, y es por divina economía que no lo aceptan, aparecerá en el cielo. Precederá al hijo del hombre o de Dios cuando vendrá para juzgar al mundo. ¿Quieren una señal? Pues, el Cristo viene desde el cielo y precederá la Santa Cruz. ¿Es grande esta señal? Pues, sí, grandísima. Si uno quiere, lo sabe, lo cumple y tiene cuidado de ninguna manera será engañado. Esto también sobre esta duda.
¿Uno que muere y está en el paraíso ve lo que pasa aquí en la tierra?
No, está en su lugar y si lo quieren, nunca desearía ver la tierra, esta terrible tierra nuestra con sus problemas y sus pecados. Así, pues, los hombres que están en el paraíso oran por nosotros. Y nunca desearían ver la penuria de la tierra. Esto es lo que tenía que contestar a esta serie de preguntas.
¿Puede el hombre metanoizar (cambiar de mentalidad, arrepentirse) después de la muerte?
Después de la muerte el hombre no puede hacer metania, (cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión). En concreto el hombre queda congelado o fijo en aquello que era cuando se marchó de la vida presente. Cuando la Santa Escritura dice que la metania no existe en el Hades, no es que el Dios no perdonaría alguien que se arrepintiera, sino que no es posible la metania en el Hades. Como no es posible tampoco la metania para el diablo. El diablo nunca hará metania, ni se arrepentirá. Aquellos que creen en la historia de Orígenes sobre la “apocatástasis, restablecimiento de todos”, explica que también los demonios se restablecerán y volverán a ser otra vez ángeles luminosos, esto es erróneo. Pero debe haber una condición y presuposición, no basta con un simple perdón de Dios. Es también la condición de la metania. Si, pues, no existe metania después de la muerte, ¿cómo perdonará Dios? Los demonios, hijos míos, es imposible que se arrepientan. Por eso, el Señor dijo que el infierno es eterno. Y la palabra “eterno” se encuentra en el mismo Evangelio, en el mismo capítulo, en el mismo escritor, y en la misma fila que se refiere también a la vida eterna: “… y se irán estos al infierno, tormento eterno y los otros a la vida eterna” (Mt 25,46). Atención, si se supone que la palabra “eterno, a” es relativa y por lo tanto un día el infierno se acabará, entonces deberá ser relativa también la realeza de Dios. Es cierto, que con la misma palabra se expresan las dos situaciones. No. Las dos son eternas e interminables, no acaban nunca, que lo sepamos con seguridad esto.
Por consiguiente, repito, no porque el Dios no perdonaría, sino porque no es posible la metania. Pero si me dicen: ¿Por qué el Cristo bajó al Hades y quedó allí tres días y porqué precedió san Juan el Bautista?. San Juan el Bautista aquí en la tierra predicó el kerigma de la metania, pero allí en el Hades predicó el kerigma de la fe. Lo dicen sus troparios. Que viene el Mesías. Un tropario bello dice: “viniste y bajaste hasta el Hades para encontrar a Adán.” Y la iconografía Ortodoxa de Cristo en el Hades indica a Cristo que levanta a Adán y Eva.
Atención, pues, aquí. En el Hades no existe metania, pero allí se predicó el tema de la fe en la Persona de Cristo. Por lo tanto, ¿Quiénes creyeron allí?. Pues, aquellos que si en la época de ellos hubiera venido el Cristo, creerían, por lo tanto, según la preferencia o libre voluntad de ellos. En cambio, aquellos que no creerían, tampoco en el Hades creerían. Así que, el Cristo se llevó aquellos que eran justos y aquellos que creyeron en su nombre y los llevó al paraíso. Es decir, convirtió parte del Hades en Paraíso.
Así que, vemos que después de la muerte no hay metania, sino que existe una congelación de la psique humana, es siempre lo que era cuando se marchó de la vida presente. Por eso podemos hacer metania, arrepentirnos y confesarnos mientras tenemos abiertos nuestros ojos.
Sabemos que el hades se encuentra debajo de la tierra y Dios encima en el cielo. Si tomamos como hecho que el Dios se encuentra entre nosotros, las psiques de los muertos, puesto que están en Dios, se van al espacio de Dios; es decir, se encuentran entre nosotros y debajo de la tierra como los pecadores o arriba en el cielo como los bondadosos, si es no, entonces, ¿dónde van las psiques de los muertos?
Hijos míos, atención. Como siempre había una icona, imagen que el Hades está en la tierra, pero sin duda el Hades no está en la tierra. Aún en nuestra himnografía veréis imágenes y cantos: “Que has bajado a lo más hondo de la tierra”, es decir, decimos para Cristo cuando bajó al Hades. Pero no vayáis demasiado lejos, en la oda de Jonás se dice lo siguiente: Cuando fue tragado por el cetáceo y estaba en su barriga, la barriga del cetáceo la llama Hades. Pero es una icona, imagen, para indicar el lugar oscuro, un lugar separado de la luz y está separado también de los hombres y de la comunión con los demás hombres. Por lo tanto, el Dios ciertamente es omnipresente, pero el Hades no está en la tierra, naturalmente tampoco el Paraíso al que ahora van las psiques, ni tampoco están en la realeza de Dios. Existe discernimiento entre realeza de Dios y el paraíso. El paraíso es el lugar o espacio de las psiques de los justos que esperan la resurrección y que estas psiques se unirán con sus antiguos cuerpos ya renovados y entonces entrarán en la realeza de Dios. Así que, el Hades no está en la tierra y el paraíso no está en las nubes. ¿Dónde están el Paraíso y el Hades? Sólo lo sabe Dios, es algo que no podemos decir ni definir nada, repito, sólo lo sabe Dios. Sabemos esto: que el Hades es el lugar oscuro y allí es ausencia de Dios y van las psiques de los pecadores. El Hades no es el infierno sino que es el presabor del infierno. El Paraíso es el lugar luminoso, es la comunión con Cristo, pero no en plenitud, porque falta el cuerpo. Antes hablábamos sobre los gnósticos que dicen que el principio del mal es el cuerpo o la materia. Mirad que lejos están. El cuerpo no es la causa del mal, sino la preferencia o libre voluntad es la causa del mal.
Por lo tanto, el cuerpo resucitará y co-reinará con la psique por los siglos de los siglos dentro de la Realeza de Dios. Y si queréis más, con estos ojos propios veremos a Jesús Cristo glorificado y “…lo veremos, contemplaremos con nuestros ojos tal como es” (1ªJn 3,2), pero con ojos y cuerpo renovados, pero el cuerpo que hemos tomado aquí en la tierra se hará incorruptible e inmortal. Así que no conocemos dónde está el Paraíso y dónde el Hades. El Dios obviamente es omnipresente, está en el Hades, pero allí no manifiesta su presencia, está también en el Paraíso pero allí manifiesta su presencia, y también toda su gloria está en Su Realeza.
ÉTICA CRISTIANA Y ÉTICA FILOSÓFICA
¿Qué relación existe entre la ética cristiana y la filosófica?
(Aquí hay que tener en cuenta que el Padre está hablando a estudiantes de 17-18 años del último curso de bachillerato).
Este tema es muy importante. Si preguntáis, esta ética con el título ética cristiana que tenéis en los libros si es realmente ética cristiana, os contestaría: No. Puede ser que tenga el título de ética cristiana pero en realidad es ética filosófica. Y si esto lo entendéis bien a tiempo, podréis fácilmente salir de la confusión que os puede ofrecer esta llamada ética filosófica. Porque estaréis diciendo que esto es ético y si una vez tomáis el Evangelio y entendéis algo distinto, entonces consideraréis la ética evangélica muy curiosa, muy asfixiante y sofocante. En cambio la ética filosófica teniendo el crisma o la bendición de la supuesta ética cristiana, os da una manera o modo de comodidad en el ejercicio o ascesis de la ética.
En principio, ¿qué quiere decir ética?
Ética es la manera, con la cual aprenderemos cómo vivir, no digo la ciencia. Cada sistema filosófico tiene su ética. Si creo en un sistema filosófico materialista, tendré la ética análoga. Es decir, una ética materialista. Si es idealista tendré ética idealista, etc. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que la ética procede o emana de las conclusiones de las tesis filosóficas del sistema filosófico que creo. Así pues, tanto como si se escribe y formula como ética como si no, sobre este sistema filosófico concreto, la ética esencialmente existe. El materialista de nuestra época y de cada época, vive la ética del materialismo. ¿Qué es la ética del materialismo? Pues, comamos y bebamos porque mañana moriremos. Esto también lo refiere el apóstol Pablo, cierto que no era suyo, era la tesis del materialismo de su época. Por ejemplo, de los epicúreos, que decían, “comamos y bebamos, porque mañana moriremos”. Si leéis el segundo o el tercer capítulo, me parece no me acuerdo, de la Sabiduría de Salomón, encontraréis que se hace una descripción buenísima de esta manera materialista de pensar y vivir. Cómo puedo vivir según mis conclusiones. Dice la Sabiduría de Salomón: “Nuestra vida ¿qué es?, es como una nubecilla, hoy estamos mañana no.” Pues, hombre, come y bebe, vive tu vida, disfrútala, porque no hay otra cosa, sólo esto vale la pena. Por lo tanto formo una ética, es decir, modo de vida según mis datos filosóficos. Diríamos de acuerdo con mi orientación cosmoteórica. Es muy natural que pase esto.
Cuando, pues, decimos ética, damos a entender esto. Así que, como cada sistema filosófico tiene su ética, está claro que el cristianismo tiene su ética. Cierto que otra vez os he dicho que la ética del cristianismo, es decir, la práctica del cristianismo nunca se separa de los dogmas. Y los dogmas son los que determinan el camino de la manera de vivir. Por eso aquellos que dicen no nos hacen falta los dogmas, es como si dijeran que no nos hacen falta los indicadores del camino o las condiciones para este camino ético, este camino de la vida práctica. Es tonto estar contra los dogmas, es inconcebible. Los dogmas definen e indican el camino. Y sobre todo, si quieren, los dos grandes dogmas primeros, el dogma de la Santa Trinidad y el dogma de la Economía de Dios, es decir, de la humanización del Logos de Dios.
Así indicativamente os comentaré algo. Cuando decimos que el Dios es una esencia pero Dios es tres personas-hipostasis, no damos a entender otra cosa que de esto sale una forma de comportamiento de los hombres. Porque también nosotros los hombres somos una esencia pero somos multipersonales, como la Santa Trinidad es tres personas. Por lo tanto, cuando tenemos lo omoúsio (consubstancial, misma esencia) y el multipersonal, ¿de dónde procede esto?. Esto procede, emana del dogma de la Santa Trinidad. Entonces, ¿cómo podemos los hombres hablar sobre la relación entre nosotros?. En aquella relación que existe entre las tres personas de la Santa Trinidad, ¿qué relación existe? Es la agapítica, amorosa, es decir, relación de agapi-amor. Así que, cómo yo puedo considerarte como enemigo, contrario u otra cosa distinta y extranjera, cuando tu eres de mi propia esencia.
Sobre el tema os hablé el año pasado, y os dije un ejemplo muy característico y muy infantil pero no es tan infantil y os lo vuelvo a contar. Una vez estaba sentado en el asiento trasero de un autobús, delante de mí había otro hombre y descubrí que él también tenía orejas igual que las mías. Infantil pero no, descubrí que el viajero que iba delante de mí tenía orejas igual que las mías y me conmoví y dije así que este hombre es lo que yo soy. Si una vez lo descubrimos esto vivencialmente, por experiencia, no con palabras, realmente nos conmoveremos. ¿Esto de dónde emana? Procede del dogma de la Santa Trinidad.
Después el dogma de la humanización, que Dios se hace hombre y que tengo una comunión, conexión y unión mediante la naturaleza teantrópina (unión Divino-humana) de Cristo y con Dios, ¿esto es una cosa pequeña o enorme?
Pues, veis que la ética cristiana emana de los dogmas, de las grandes verdades del Evangelio. Ahora, en la pregunta, ¿qué relación existe entre la ética cristiana y la filosófica?.
Cuando decimos filosofía no entendemos otra cosa que esto que yo construyo para dar una contestación a unas preguntas humanas. Pero esto es por invención humana, es decir, según piensa mi mente.
Entonces, ¿dónde se sostiene la filosofía, y todo tipo de filosofía? Se sostiene en el logos humano, es decir, en la lógica o razón humana.
¿Dónde se sostiene el Cristianismo? Se sostiene en el divino Logos, que es el Logos enhipostasiado (personificado), el que se hizo hombre.
Pues, ¿puede haber relación entre la filosofía y el cristianismo?. No. Porque el logos humano se aparta para recibir el Logos divino, y ¡el Logos divino se apocalipta, se revela, no se inventa!, ¡se apocalipta, se revela, no se inventa! Atención, lo dije dos veces. En cambio el logos humano no se apocalipta, revela sino que se inventa, se idea. Puesto que uno se apocalipta, revela y concierne a Dios y lo otro se inventa o idea y concierne al hombre, decidme pues, ¿qué relación puede haber entre lo uno y lo otro? Puesto que el cristianismo no tiene relación con la filosofía, por la razón que os he explicado; ¿cómo sería posible que exista una relación entre la ética de cualquier filosofía, desde la filosofía materialista hasta la idealista? No puede haber relación con el cristianismo. Si hay, por decirlo así, un parentesco en algunas cosas, sencillamente es un simple parentesco. ¿Por qué?, porque el hombre simplemente está formado “como icona, imagen, de Dios” y a pesar de que ha perdido su resplandor, tiene elementos de la antigua doxa-gloria y antiguo resplandor. Así que, de acuerdo con estos encuentra algunas cositas, pero estas están perdidas y metidas dentro de mucho óxido. Por eso tenemos necesidad de la apocálipsis, revelación de la ética cristiana. Tenemos necesidad porque la ética cristiana es resultado de apocálipsis, revelación, no lo olviden esto. Sobre todo el Cristo dijo lo siguiente: “Os dije cosas terrenales y no creéis, ¿cómo van a creer si os digo cosas celestes?”. Aún hasta para las cosas terrenales, ¿hace falta fe? Pues, sí. Decimos a uno: hijo mío, no consumas drogas porque te vas a destruir. Y mientras ve tantos que se destruyen con las drogas, finalmente se acerca a ellas y se destruye también este joven. ¿Qué significa esto? Significa que tenía falta de fe.
Apuntad que, en la ética cristiana, el acercamiento se hace con la fe. En cambio en la ética filosófica el acercamiento no se hace con la fe, sino por el llamado ορθός λόγος (orzós logos, racionalismo o recta razón), es decir, con mi razón, lo entenderé y lo haré. Decimos a uno que el tabaco te hace mal, ¿por qué lo fumas? Simplemente porque la razón no es suficiente. El logos humano (la lógica o razón) es insuficiente, hace falta la fe. Esto es lo que diría sobre este tema.
Añadir que la llamada ética cristiana, esta que circula y os enseñan en el colegio, no es ética cristiana sino filosófica con elementos cristianos. Es un invento, como un bañado de oro. (Desconozco en España como está el tema.) ¿Saben dónde aprenderán la verdadera ética cristiana? Dentro del Evangelio. Y como os dije, la ética cristiana es por apocalipsis, revelación y se considera en la mayor parte irracional.
Un pequeño ejemplo. Decimos, puesto que siento unas situaciones que existen en mi interior, impulsos, deseos, etc., estos diríamos según una ética filosófica, puedo utilizarlos y disfrutarlos. Viene el cristianismo y te dice: La indecencia, o la lujuria, prostitución es pecado (enfermedad). Pero por qué es pecado si lo entiendo de otra manera. Me acuerdo ahora de un soldado que había terminado la universidad politécnica, cuando hablaba en el ejército, que preguntaba, por qué dice la Santa Escritura “ilumina a nuestros corazones para pisotear y vencer nuestros deseos”, ¿porqué dice “pisotear, vencer” nuestros deseos carnales?, si lo que queremos es provocarlos y estimularlos no pisotearlos. Éste vivía con la ética filosófica. Y lo sacaba de una conclusión “lógica” racional. La ética cristiana en muchas partes viene a ser irracional, más exacto, antiorzologística, es decir, contra las invenciones y razones humanas y te dice no, tienes que bloquear, comprometer los deseos carnales. Porqué. Porque tiene otras perspectivas para el hombre. No le ve al humano simplemente colocado dentro de un marco físico o natural. El hombre en realidad es una existencia teológica (de lógica divina sublime) y no se agota, ni consume dentro de marcos biológicos físicos o naturales. Pero esto necesita de la apocalipsis, revelación. Espero que con estas pocas cosas que os he dicho hayáis entendido.
¿Dónde se encuentra el verdadero contenido y valor de la praxis ética?
Esto es muy importante. Hago una praxis (acción), ¿dónde está el valor de esta praxis, dónde se encuentra?. Apuntar que los motivos de una praxis, digamos una praxis ética, una praxis buena, son varios. Puede ser principalmente y sobre todo la vanagloria. Hacer una donación para que sea escuchado y halagado mi nombre, escribirlo en una placa de mármol, publicarse en el periódico y el mundo hable sobre esta obra que he hecho. ¿Esto qué es? Es una vanagloria. ¿Cuál fue el motivo de esta praxis ética mía?. Fue algo pecaminoso o enfermo. ¿Es posible que exista un motivo pecador en una praxis ética, buena y bondadosa? Sí, el ejemplo que acabo de deciros. ¿Qué es pues, aquello que hace el verdadero contenido correcto para una praxis ética?
Atención, vamos a ver. En principio diríamos que una praxis ética, ¿a dónde debería aguantar? ¿Somos cristianos? Sin duda que sí. Entonces no lo desarrollaré el tema más allá no nos interesa, porque hablamos para cristianos. ¿Dónde me interesa que aguante mi praxis ética?. Pues, en los ojos de Dios. Que sea aprobada de Dios y que aguante a la eternidad. El Cristo dijo: “Os aseguro que si dais un vaso de agua fría en nombre de alumno, recibiréis el salario de alumno, si lo dais a nombre de profeta, recibiréis salario de profeta”. Esto quiere decir que uno pica a mi puerta y me dice: por favor, soy misionero o alumno de Cristo, trabajo para Cristo dame un vaso de agua. No me ha pedido agua fría. Yo fui y le traje agua fría para dejarle contento. Mi sueldo es igual que si yo fuera alumno, haciendo el trabajo que hace el alumno, el predicador o el profeta. Es decir, si hiciera esta praxis ética en el nombre de Cristo a este hombre que manda Cristo, entonces tendré el salario de Dios, de Cristo. Así que aquí uno ve claramente que una obra no puede ser nunca descolgada de aquello que quiere el Dios. Es decir, no puede la virtud, el bien ético ser autónomo. Debe ser dependiente y como dependiente tiene su valor. Os diré cual es la definición bellísima y característica de la virtud que nos da san Juan el Clímaco: “Pregunta qué es virtud y contesta: en Dios por voluntad o preferencia”. Tres palabras. Ergon (obra o acción) hacía Dios por libre voluntad o preferencia. (De la palabra ergon viene la palabra energía en-ergon). Es decir, que aquello que voy a hacer debe tener estos tres elementos. Primero que sea ergon (trabajo, obra, praxis), es decir, esforzarme, cansarme para esta cosa y que sea realmente ergon (acción, obra, praxis). Atención en este punto. Hay unas cosas que parecen teoría pero en realidad son praxis. Por ejemplo, la oración es ergon (obra), praxis, no lo olviden esto. La oración no es teorética. El ayuno y arrodillarse, es ergon, trabajo, esfuerzo, cansancio. Todas estas cosas como perciben son muy importantes, no son teóricos. Así que esto que tengo que hacer debe constituirse en egon (praxis). Este ergon debe aspirar y gustar a Dios. Dice hacía Dios, ¿qué quiere decir esto? Es aquello que dice el apóstol Pablo. Atención a este pasaje del apóstol Pablo: “todo de Él, con Él y por Él,”. Lo que hago, cualquier praxis, todo debe ser de Dios, con Dios y ser para Dios. Esto es muy fundamental. Apuntad que cualquier cosa que hago, si no proviene de la fe en Dios cae al vacío. Otra vez dice san Pablo: “Todo lo que no proviene de la fe es pecado”. Cualquier praxis si no tiene el sello de la fe, seguro que no es simplemente insulsa, indiferente sino también es pecaminosa. En la pregunta que se me puso cuando hablábamos sobre la masonería: que este hombre es masón pero es muy bueno e importante, hace obras muy buenas. Mientras su obra, por muy filántropo que sea, no lleve el sello de la fe ortodoxa su obra es desaprobada y desestimada, y no sólo esto sino también pecaminosa. ¡Lo captan, lo entienden esto! Dónde están aquellos que dicen que este es muy bueno, si tiene el sello de la fe entonces es bueno. No tiene el sello es denegado.
Pues, cada ergon (obra) o praxis que se haga debe de ser “de Dios, con Dios y para Dios”, es decir, que sea aceptada de Dios.
Un último elemento es en la libre voluntad o preferencia, es decir, que yo lo quiera, no haya presión y que haya libertad. Lo quiero lo pongo en energía, acción (sinergia con Dios, que es la energía de la voluntad humana con la increada energía de la voluntad de Dios) y esto empieza de Dios con Dios y para Dios. Entonces puedo hablar de virtud.
Por ejemplo, hago ayuno. Si ayuno para adelgazar y tener un cuerpo bello, esto no tiene valor. Si ayuno porque lo quiero no me presiona nadie y lo hago porque lo quiere Dios y lo hago con la ayuda de Dios y lo ofrezco a Dios, entonces mi ayuno tiene el sello de la virtud. Esto sobre esta duda.
“Un maestro de la filosofía sostiene que el cristianismo es una filosofía. ¿Qué argumentos podría uno utilizar para la derogación de esta teoría?
Hijos míos, no es sólo este maestro de bachillerato que sostiene esto, sino que hay catedráticos y generalmente hombres de pensamiento intelectual que tienen la impresión que el cristianismo es una filosofía.
Pero si decimos que el cristianismo es filosofía le subestimamos, le despreciamos y le rebajamos en incontables escalones muy bajos. El cristianismo no es una filosofía, si el término filosofía lo utilizamos en el sentido que se utiliza en la filosofía. Porque veréis más abajo que podemos utilizar el término filosofía en el cristianismo bajo condiciones y presuposiciones. Pero como contenido con el concepto de filosofía como se define de ella, el cristianismo no es filosofía. Y os dije que si le consideramos así le subestimamos en un grado superior. Simplemente porque el cristianismo es apocálipsis, revelación. Es conocido que la filosofía no es otra cosa que la investigación que se hace con buen ánimo y sentido, buenamente, excepcionalmente, alta, pero se hace con un órgano que se llama logos humano, es decir, la lógica humana. Esto es el órgano de la filosofía. Tampoco es el experimento, la ciencia.
Aprovecho para deciros que epistimi (ciencia) es la observación y el experimento. No podríamos poner la filosofía en la ciencia y hacer la filosofía ciencia. Otra cosa es que la filosofía es básicamente muy importante para la ciencia. Porque simplemente abre el camino para extender el hombre su nus o espíritu a investigar campos y espacios nuevos. Es muy importante la filosofía en el campo de la ciencia con este sentido, es el abre caminos, extiende observaciones, te dice esto o aquello puede ser así y entonces empieza la observación y el experimento, que pertenecen exclusivamente al patrimonio de la ciencia. Por lo tanto, la ciencia dispone de la observación, el experimento, la lógica y las mediciones. No olviden que si no tengo medición no tengo ciencia. La medición es la conquista del objeto. Es una cosa muy importante la medición. Estas cosas, pues constituyen la ciencia.
La filosofía es el libre pensamiento que se extiende en espacios desconocidos con órgano la lógica, el logos humano. No es ni el experimento y si quieren algunas veces ni la observación. Muchas veces estas dos, la filosofía y la ciencia, que os he dicho qué relación hay entre ellas, colaboran y es una bella colaboración, nadie lo duda, ni acusa, ni subestima. Sobre todo no sólo abre camino a la ciencia a otros campos y espacios, sino ella misma lo dice yo soy filosofía pero esto no es ciencia. Más o menos diríamos que la filosofía permanece en el espacio de la teoría que contiene algo que aún no se ha demostrado, algo así lo podríamos decir. Pero la filosofía podría no ser sólo abre caminos, sino que vuelva atrás a traducir algunas cosas que la ciencia no puede. Esto también es bello, nadie lo niega. Pero el cristianismo no es ni ciencia, ni filosofía. ¿Entonces qué es? ¡Es apocálipsis, revelación!
¿Qué quiere decir apocálipsis, revelación? No se utiliza el logos humano para encontrar la verdad, sino que se utiliza el Logos divino, es decir, el mismo Dios quien me apocalipta, revela la verdad. No olviden que el fin o propósito extremo tanto de la ciencia como de la filosofía, pero también del cristianismo es la gnosis-conocimiento de la verdad. Esto no lo olviden. Siempre tendemos hacia la verdad, queremos saber lo realmente verdadero no lo fenoménico.
Así, pues, el cristianismo no es filosofía, porque se utiliza el Logos divino y el hombre no tiene que investigar algo, sino que existe lo dado sobre el cual el cristiano cava y ahonda. Aquí ahora atención. En la filosofía y la ciencia no existe lo dado, el material es desconocido. Ahora si sobre el material dado, es decir, sobre la verdad dada, el hombre, el cristiano cava dentro para profundizar en esta verdad; es decir, por decirlo de una manera, tomo la Santa Escritura y empiezo a estudiarla y empiezo a ver qué significa esta palabra, porqué se puso esta palabra y no otra, cuál es fondo de esta palabra y cuál es su concepto, qué relación tiene con otro punto de la Santa Escritura, con este sentido y significado puedo decir que estoy filosofando dentro del espacio del cristianismo.
En resumen, la filosofía se mueve en regiones desconocidas teniendo como órgano el logos humano para la obtención de la verdad. El cristianismo utiliza el Logos divino, o sea, la apocálipsis y sobre materia dada, es decir, esta que se ha apocaliptado, revelado y sobre esta investiga. Por lo tanto en este sentido se utiliza el término filosofía. Aún en los primeros siglos el cristianismo se llamaba filosofía, pero con la condición y aclaración que os he explicado ahora y no con el concepto que se da el término en la filosofía. Así que el monaquismo se llamaba filosofía, el término se usa fraudulentamente sobre todo los padres decían que “camino sobre el filosofar”, es decir, voy a hacer vida de monje. San Basilio dice aquella cosa maravillosa sobre el monaquismo y sobre la vida social: “No lo filosófico insociable, ni lo social afilosófico”, es muy bello. Aquí filosófico es el monaquismo. Lo decimos ahora con nuevas palabras contemporáneas: Ni el monaquismo que sea asocial, ni lo social se prive del monaquismo o de tesis monásticas, o sea, afilósofo. Así que aquí vemos que se utiliza el término filosofía pero con estas condiciones.
Aún os tengo que decir que actualmente se abusa mucho y es necesario que esto también se aclare. Como sabrán en el campo de la filosofía y la ciencia hablamos sobre cosmoteoría. Cosmoteoría quiere decir la consideración sobre el comos-mundo, es decir, la percepción que tenemos sobre el mundo, sea en el espacio de la filosofía, sea en el espacio de la ciencia. Es la consideración del cosmos, qué es, cómo lo veo, qué icona, imagen, tengo sobre el cosmos-mundo. Lo que respecta a la vida (bíos) del hombre se llama bioteoría. Es decir, qué percepción y consideración tengo sobre la vida humana, cómo debe vivir el hombre. Estos dos términos, cosmoteoría y bioteoría, pertenecen al espacio de la ciencia y también al espacio de la filosofía, pero no pertenecen al espacio del cristianismo. Muy mal, muchas veces de probados locutores, maestros de universidades y de teología, leemos en artículos de importantes escritores y encontramos que esta cosa que no es correcta, que cristianos escriban que cosmoteoría es esto o lo otro. ¿Qué y cuál cosmoteoría? Si aquí tenemos apocálipsis, no tenemos teoría sobre el cosmos-mundo, en el cristianismo tenemos apocálipsis, revelación sobre el mundo. Es pues, desaprobado el término cosmoteoría en el espacio del cristianismo. Bioteoría, también es apocálipsis, revelación, es la espiritualidad evangélica, no tenemos una consideración o estimación sobre la vida, decir cómo tenemos que vivir, esto está definido y apocaliptado, revelado, nos dice el Espíritu de Dios que así viviréis. Por eso los términos cosmoteoría y bioteoría son desaprobados para el cristianismo. Esto sobre esta duda, la cual de verdad era importante y me alegra que me pongan preguntas difíciles así me remueven un poco.
¿Puede uno ser ético y no creer en Dios o ser religioso y no presenta en la vida praxis éticas?
Cierto que sobre esto he contestado muchas veces de una manera u otra, pero es una pregunta buena y les diré algo.
Aquí como veis tenemos una separación entre la ética y la fe, tal como se formula la duda. Es decir, ¿puedo mantener religiosidad sin la ética y ética sin fe o sin religiosidad?
Como conocerán, todas las antiguas religiones idólatras, tomad los helenos, el tema de la ética era totalmente independiente del culto que tenían a lo que creían. Excepto algunas cosas gordas, como por ejemplo el tema del homicidio. Pero sobre lo demás una cantidad de praxis pecadoras que no aguantarían en la ética y espiritualidad cristiana, son libres para el adorador de los ídolos. El idólatra no tiene más que ofrecer los denominados cultos y sacrificios de su religión y está muy conforme y cumplidor frente a sus dioses. Pero esto dentro del cristianismo ortodoxo no ocurre. No puede la ética autonomizarse, no puede ser independiente. Porque la ética, es decir, el modo de vivir depende del modo que crees. Además, si quieren, el tema de la fe, por si misma es la tesis que agrada a Dios, porque dice la Santa Escritura que “todo lo que no proviene de la fe es pecado” y la fe es agradable a Dios. Esto es muy importante, porque los primeros creados demostraron lo contrario, no creyeron a Dios. Ahora yo el hombre post caída, si creo a Dios, en su Logos, en aquello que dice, me hago agradable a Dios. Nunca puedo hacerme agradable o ser gustado por Dios sin fe, aunque tenga el coloso de la ética, si no tengo fe no soy agradable, gustado por Dios. Por eso uno podría ser masón o lo que sea y muy bueno en la praxis, me dice uno sobre una persona que es masón, pero es muy bueno, muy ético y filántropo, hace caridades etc. Le contesto: todo esto es inútil, para Dios todo esto no es nada. Sobre todo no sólo no es, sino que es maldición y pecado. ¿Es curioso?. Escuchad el testimonio de la Escritura: “Todo lo que no proviene de la fe es pecado”, es muy característico, es una cosa terrible esto. Por lo tanto, no podemos separar la ética, la vida espiritual de la fe. Además, la fe determina la ética. Diríamos que la fe es la que pone los signos determinantes de la vida espiritual. Por eso los Padres luchaban en los sínodos para la Ortodoxia. La Ortodoxia no es un elemento decoroso para que digamos que somos ortodoxos. En principio, no agradaríamos a Dios si no tuviésemos fe Ortodoxa. Segundo, que la fe no ortodoxa determinaría vida no ortodoxa, incorrecta. Por consiguiente, veis que fe y vida espiritual, es decir, religiosidad y vida espiritual están atadas y no se pueden separar. San Cirilo de Jerusalén en su 4º catequesis párrafo 2º, nos dice: “Dios no acepta los dogmas sin obras ni las obras sin dogmas”. Son cosas atadas, inquebrantables, no las puedes separar. No puedes llamarte buen cristiano si dices creo y tu vida no es buena. Tampoco puedes llamarte buen cristiano porque tienes agapi-amor desinteresado y filantropía pero en tu fe has fracasado.
¿Qué es la ética Evangélica?
Es normal que me hagan esta pregunta puesto que la otra vez decíamos que los manuales de la escuela mezclan la ética cristiana con la filosófica.
Lo diría sólo con una frase muy pequeña: La ética Evangélica es lo que apocalipta, revela el Cristo. Esta es la respuesta, pero haré un pequeño análisis.
Seguro que muchísimos cristianos, y por desgracia lo tengo que decir esto, no conocen la ética Evangélica. Sea porque en las escuelas estudiaron aquellos manuales de falsa ética con el nombre de ética cristiana, sea porque circula fuera una ética filosófica sin que lo percibamos. La ética cristiana, esto que llamamos espiritualidad ortodoxa, porque ahora y muy malamente no se usa el término ética ortodoxa sino espiritualidad ortodoxa, ética cristiana es porque esto que tomo de los Evangelios, lo ha inspirado el Espíritu Santo con el fin de que yo tenga el Espíritu Santo. Atención a este punto, estoy haciendo análisis de lo que es esta ética evangélica. Cuando leo el Evangelio, estas cosas allí están escritas por el Espíritu Santo. Cuando pues, yo las leo, después quiero aplicarlas. El fin o propósito de aplicarlas, ¿cuál es? En la ética filosófica es ser simplemente este que soy, no robar, no matar. Sabéis cuantos vienen a la confesión y me dicen que no he robado, no he matado y se creen a sí mismo éticos. Preguntadle a alguien en una reunión cómo ha vivido su vida, te contestará que la ha vivido en plenitud y por lo tanto ha vivido la ética evangélica. Error grave. El fin o propósito de la ética evangélica es la obtención del Espíritu Santo. Es decir, el modo por el que viviré para convertirme en campo adecuado de aterrizaje del Espíritu Santo, que venga el espíritu de Dios a habitar dentro de mí. Entonces no puedo decir mentiras, dice el apóstol Pablo: “No apenéis al Espíritu Santo, puesto que os habéis sellado el día de la redención” no lo apenen, entristezcan porque sois habitáculo del Espíritu Santo”. El fin, pues, de esta llamada vida ética, es decir, el cumplimiento de los mandamientos, es adquirir el Espíritu Santo. De un aspecto interpretativo que lo utiliza san Serafín de Sarof, la parábola de las diez vírgenes con el aceite que tienen, dice que es porque no tenían el Espíritu Santo. Tenían praxis buenas, pero no tenían el Espíritu Santo. Es trágico para el cristiano vivir una vida de cumplimiento de los mandamientos y estar viviendo insospechadamente fuera de la presencia del Espíritu Santo. Por esta razón, si queremos una renovación, una revificación o despertar dentro del pueblo de Cristo, debemos de regresar a esto. Es decir, que entendamos que debemos obtener y sentir la presencia del Espíritu Santo. Además, ¿qué quiere decir vida espiritual? Es la vida que se inspira por el espíritu de Dios y contiene el espíritu de Dios, no sólo que se inspira sino que contiene el espíritu de Dios. ¡No creéis que esto es muy, pero muy importante!
Además, los mandamientos, ¿saben cuánto se diferencian o distancian de cualquier ética filosófica, sea idealista o materialista? Un inciso sobre esto. El idealismo no tiene ninguna relación con el cristianismo y desgraciadamente muchos creen que el cristianismo es idealismo. Dicen que soy idealista, por lo tanto soy buen cristiano. ¡Qué error grandísimo! La Iglesia machacó al idealismo en la cabeza. El idealismo se llama también platonismo. La Iglesia este idealismo lo machacó ante Orígenes a la cabeza con Sínodos. Bueno, de paso os dije esto, volvemos al tema.
Escuchad, además, es muy característico. El tema que ame al enemigo. Leía en un periódico de los que quieren traer la idolatría a Grecia, que escribe muchas cosas sobre esto que se llama agapi-amor al enemigo. Dice, ¿qué quiere decir agapi al enemigo?. Esto es una cosa incomprensible. Tiene razón. Los antiguos helenos no hablaron nunca sobre la agapi al enemigo. Porque la agapi-amor al enemigo es apocálipsis, revelación. Y sigue, yo amaré a mi enemigo y que al final este me abata. Esta tesis es filosófica, es la ética de la filosofía. Es decir, pienso racionalmente y digo: ¿Cómo voy amar a mi enemigo puesto que peligro de él? Y no sólo amarlo sino que le ayude desinteresadamente. El cristianismo dice: amad a vuestros enemigos. Esto permanece incomprensible. Por lo tanto, veis enseguida esto y sólo he tomado un mandamiento. “Bienaventurados los pobres de espíritu porque de estos es la realeza de los cielos”. Es decir, bienaventurados los pobres por su propia libre voluntad y preferencia de su espíritu porque en ellos pertenece la realeza de Dios. Aquí se trata de la pobreza voluntaria. El que quiera que sea pobre, no porque soy gandul, ni incapacitado o tonto, para obtener fortuna o cualquier otra cosa, sino porque así quiero. Este así quiero es porque lo quiere el Cristo. Dijimos que hay dependencia y por lo tanto, permanezco sin fortuna no por un capricho filosófico, sino porque lo quiere el Cristo y yo lo quiero porque Él lo quiere. Esto tiene valor. Pero una pobreza en este sentido, ¿entienden lo que quiere decir?. Os diré un ejemplo extremo, para que veáis la cosa en toda su regla.
Una vez un asceta tenía el libro de la Santa Escritura. Cierto que entonces las Escrituras estaban escritas a mano y eran muy caras. Leyó en la Escritura que uno tiene que ayudar a los demás, etc. Una vez fue al mercado y vio que estaban vendiendo esclavos. Tanto se emocionó y dice: y yo tengo un libro muy caro. Vendió este libro y liberó aquel esclavo. Porque ya realizó el Evangelio este hombre. Y lo otro mayor aún. Que vayas a venderte a ti mismo, hacerte tu esclavo para que sea liberado otro esclavo. Esto sobre todo lo hacía un asceta para hacer sus dueños cristianos. ¿Esto aguanta en la ética filosófica? Claro que no. Gracias por vuestra pregunta era muy buena.
¿Es necesario que creamos en algún Dios, no basta que seamos honestos, éticos, verdaderos, etc., sin esperar una recompensa?
Aquí como ven el tema es muy importante y me gustaría contestar de la siguiente manera.
La fe y la virtud ciertamente no presuponen recompensa. Obviamente la fe en Dios hace que la virtud sea dependiente. ¿Qué quiere decir que creo en Dios? Significa que tengo dependencia de Dios. Si ejerzo la virtud que es dictada de la fe, significa que la virtud sin duda es dependiente de Dios. Pero como dependiente, no que yo pediría recompensa. Simplemente lo hago así, porque de otra manera sin duda tendríamos repetición del pecado original y se va continuamente repitiendo el pecado original, el cual no es otra cosa que la autonomía aún hasta de la virtud. No de mi opinión sino de la virtud. Por ejemplo, quiero ser así, quiero ser filántropo, caritativo y amar a los hombres porque así me gusta, así me conviene y no porque lo dice Dios. Esto es muy terrible. ¡Veis cuántas reediciones del pecado original tenemos!
No obstante, nuestra relación con Dios, queridos míos, no es relación de fe. Porque la fe es la primera aproximación. Es relación de agapi-amor (desinteresado). Porque el Dios no es una persona con la cual tendremos una relación de reconocimiento. La fe quiere decir que es relación de reconocimiento, es decir, te reconozco que eres Dios. Pero así también reconoce el obrero a su encargado o jefe, pero puede ser que no haya una buena relación entre ellos. Sí, es mi encargado, pero como ven el cristianismo no quiere que haya esta relación de la fe sólo. La relación de la fe dijimos que es el reconocimiento, pero es una relación de agapi-amor desinteresado. Y esto se ve bien cuando hago lo que Dios quiere, no para que me recompense con mi virtud, sino porque le amo a Dios. Para que lo vean y entiendan esto, os lo diré con un ejemplo.
¿A los padres, hijos míos, porqué los amáis? ¿Porque os alimentan y os ayudan a haceros mayores? Un día nos os alimentarán, más bien seréis vosotros que los alimentaréis y cuidaréis. Decidme si la relación era una relación de fe que reconozco que eres mi padre, he salido de ti y que tengo una dependencia de ti, porque tú me has hecho crecer. Ahora ya no tengo dependencia de mi padre y él está sentado en un sillón es inútil y no puede. ¿Yo debo de echarlo? Claro que no. ¿Deberé de esperar alguna recompensa, darme alguna herencia o fortuna? Obviamente que no. Entonces le amo, le quiero por eso le mantengo, es mi Padre. Sea que me haya dado fortuna o no, tiene valor, es mi padre. Así pues, de esta relación podemos traspasar las cosas a Dios. Amo a mis padres es una cosa y amo a mis padres por su fortuna, herencia o intereses es otra cosa. Y a Dios cuando ejerzo la virtud, no espero la recompensa, sino que ejerzo la virtud porque amo a Dios, amo a Cristo. Porque una vida sin Dios es una vida sin medida en nuestras relaciones con nosotros mismos, los demás humanos y la a-loga (ilógica) creación. No lo olviden esto. El decir que haré lo que quiero, ejerceré la virtud sin el Dios, así pierdo la medida. La medida, pues, es esta, que significa que cuando guardo la medida de la fe y de la agapi a Dios, es decir, una medida de dependencia sin esperar la recompensa independientemente, entonces tendré la medida que podré regular mis relaciones conmigo mismo, con los demás y con la creación entera. Hoy el hombre contemporáneo se ha emancipado de la voluntad de Dios, y esto es la gran desgracia, con el resultado de sufrir porque exactamente ha abandonado a Dios. Es decir, el hombre contemporáneo se expresa como la pregunta.
¿Es indispensable y necesario tener relaciones con Dios? ¿No puedo ejercer las virtudes, esto que llamamos humanismo, es decir, humanismo sin Dios, es indispensable Dios? Si es indispensable y necesario o no, lo veréis sobre la praxis. Y la praxis es que el hombre contemporáneo está emancipado de Dios y finalmente no ejerce la virtud, sino que ha resultado ser un lobo hasta para sí mismo y con el otro hombre, se autodestruye. Por eso veis hoy que las relaciones de los hombres no son aquellas que quiere Dios, porque hemos hecho esta ética autónoma. Hemos tirado a Dios le hemos puesto al margen y vivimos sin Dios.
Les agradezco mucho por vuestras dudas, eran muy buenas y la increada jaris, energía de Dios os bendiga.
¿Porqué para ir al paraíso debemos de amar a Dios? ¿No basta que seamos buenas personas? 17.38´50´´
Esta pregunta es muy importante, no es simple y me gustaría que pusierais especial cuidado. Porque es conocido que muchas personas en nuestra época te dicen que yo quería ser buena persona sin tener necesidad de amar a Dios. Por ejemplo un matrimonio, la mujer va a la Iglesia y el marido no. Y el marido dice como pretexto a su mujer que insiste que vaya a la Iglesia: Yo soy más bueno que tú que vas a la Iglesia. Y muchas veces puede ser que una mujer nos diga: realmente mi marido es muy buen hombre, lo único que no va a la Iglesia. Y esto muchas veces la hace descansar o despreocuparse también a la mujer, porque el marido es muy buena persona lo único que no va a la Iglesia. No tiene relación con la Iglesia, es decir, diríamos que no ama a Dios mediante el culto de la divina Liturgia. ¿Es correcto eso? Es inútil que digamos que esto no es correcto.
Atención, cuando una vez el Señor fue preguntado por un abogado o legislador: “…qué tiene que hacer para ganar la vida eterna?. El Señor le contestó: “Amarás al Señor tu Dios con tu psique entera, con todo tu corazón, con toda tu mente y con toda la fuerza de tu voluntad” (Lc 10,28). ¿Qué significa esto de amarás a Dios tu Señor? Quiere decir que no puedes estar diciendo que amarás a tus padres o tu prójimo si no amas a Dios. Cómo es posible que esto ocurra o cómo es posible que digas que yo creo en Dios pero no amo a Dios. Porque el dogma que el Dios es Trino, que el Dios es nuestro Padre, que Dios es Proveedor, etc., todo esto constituye el dogma. Es decir, verdades que nos han sido apocaliptadas, reveladas y que están aseguradas dentro del Logos de Dios, esto quiere decir dogma. Atención, porque el término dogma por algunos se ha tergiversado y creen el dogma como un abuso de poder o despotismo. Dicen: este dogmatiza, es decir, que es arbitrario y abusivo. No se trata de esto, repito, dogmas son verdades apocaliptadas, reveladas, por ejemplo, que el Dios es uno y las personas son tres el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que el Dios es bondadoso, provisor, etc. Estas cosas no son porque las hemos inventado nosotros, sino que se nos han apocaliptado, revelado. Por lo tanto, cuando decimos dogma entendemos verdades las cuales son depositadas en el Logos de Dios, en la Santa Escritura y nosotros nos informamos. Por consiguiente, ahora el dogma nos conduce a una fe correcta. Esta fe correcta nos conduce a la agapi-amor de Dios. Cómo podré yo amar a Dios, si no conozco correctamente quién es el Dios. ¿Puedo amar a Dios si no sé que es mi Padre? Si al contrario, hago el bien, soy buena persona sin amar a Dios, entonces el bien lo convierto y hago autónomo. Aquí está la gran cuestión que se engaña y pisa falso hasta la filosofía también. Por ejemplo, la filosofía kantiana aquí ha pisado falso, se ha equivocado, hizo la ética autónoma no necesita a Dios, vale con que simplemente seas buen hombre. Y se creen los hombres que se constituirán en una universalidad del entendimiento si cada uno procura ser buen hombre. Dentro, pues, de esta virtud común, todos los hombres de la tierra se concentrarán y se reunirán. (La llamada globalización actual). Se trata de un gran error, esta autonomía no es más que un caso demoníaco. Al diablo no le interesa si eres buena persona o no, para nada, atención, además el diablo hasta te ayudará para que seas buena persona, basta que no tengas relación con el Dios. ¿Y cómo tenemos relaciones con Dios? Con la fe y la agapi-amor. Así que el diablo hasta te ayuda para que seas buena persona, puede llegar a decirte que eres buena persona, sí, sí, pero no atado, relacionado con Dios. Es decir, un bien autónomo, un bien separado de Dios. Pero como Dios es bondad y fuente de cualquier bien y bondad, si estos los cortamos de Dios entonces este “bien” es demoníaco. Esto el Dios lo rechaza y lo castiga. Los primer creados, ¿qué quisieron hacer? Deificarse. ¿No quisieron una cosa buena?. Sí, pero de qué manera. De la forma que se lo dijo el diablo, es decir, sin el Dios. Una zéosis o deificación autónoma, separada de Dios. ¿Qué resultado tuvieron?. El resultado fue que cayeran. Por eso ahora entendéis, ¿cuál es la diferencia entre el hombre bueno y el buen cristiano. Es terriblemente grande la diferencia. El hombre bueno no se salva, sólo el buen cristiano. Así escucharán decir también sobre los masones. Sí es masón, ¡pero sabéis, es muy buena persona! Y qué importancia tiene esto, el que sea buena persona, ¿le hace superior?. Sí, pero sabes es un gran filántropo. Y qué importa eso. Para nada, no tiene ninguna importancia. Totalmente el tema o caso es rechazado totalmente, si este bien lo separo de la fe. Dice la Santa Escritura: “Todo lo que no proviene de la fe es pecado”, es decir, lo que no proviene de la persona de Jesús Cristo, de la persona del santo Dios Trinitario y del humanizado Hijo de Dios, es pecado. Y también el bien es pecado si está separado de la fe.
Por lo tanto, no podemos estar diciendo que nos haremos buenas personas, nos haremos buenos cristianos. Y volviendo a la pregunta, no podemos entrar a la realeza de Dios, si no amamos a Dios y para llegar a amar a Dios, debemos ser fieles a Él.
¿Quizá, el paraíso nos hace codiciosos e interesados con hacer la voluntad de Dios, no porque lo queremos, sino únicamente para obtenerle?
Muy buena esta pregunta, diríamos que es el móvil, ¿por qué quería ser cristiano? ¿Por qué quería cumplir los mandamientos de Dios? ¿Quizás, por una razón para provecho propio interesado? La verdad es que algunos, como Kant u otros filósofos, nos acusan a nosotros los cristianos de que tenemos el elemento interesado, tratándose de que alguien gane algo. No tienen razón. Obviamente el tema es muy grande, sobretodo el tema del salario o sueldo, pero en realidad no existe sueldo. Pero existe un sueldo recíproco. ¿Saben cuál es? El Cristo tiene su sueldo, de sus mismos padecimientos. Os lo comentaré con pocas palabras, porque es un tema muy grande y teológico.
El Cristo tiene su sueldo, salario de sus padecimientos, pasiones y de su peripecia aquí en la historia, en la tierra. Dice el mismo Cristo: “He aquí que vengo y mi sueldo está conmigo.” No dice vuestro salario o sueldo, como el encargado o el jefe que va a pagar a los obreros y dice, saben vuestro salario está conmigo, está en mi bolso, sino mi sueldo que indica el sueldo de Cristo. ¿Cuál es el sueldo de Cristo? El sueldo de Cristo son los hombres que se han salvado. ¡Es muy bello y majestuoso esto!. Exactamente cuando decimos que es redención o redentor, toma su paga, “fue comprado a precio” dice el apóstol Pablo. ¿Cómo fue comprado?. Es el sueldo de Cristo. Quién. Yo soy el sueldo, ¿pero yo no me he cansado para vivir los mandamientos de Cristo?. Pues, yo también tengo sueldo. ¿Ahora, cuál es mi sueldo?. Lo contrario, el Cristo. Así pues, el Cristo tiene como sueldo suyo a mí, porque me ha salvado y yo tengo como sueldo mío a Cristo, porque luché para creer en Él y vivir de acuerdo con sus mandamientos. Este es el sueldo, ¿es reprochable?. Sólo aquellos que no saben sobre sueldo en dimensión cristiana, dicen lo que dicen tontamente.
Sin embargo, tres alicientes o razones existen para la realeza de Dios. Yo diría que no es el paraíso, ni la realeza de Dios. Aquello que es muy importante no es ganar la realeza de Dios sino ganar a Cristo. Porque si gano a Cristo con lo que os he dicho antes, entonces tengo el paraíso, la realeza de Dios, tengo todos los bienes de la realeza de Dios. No veamos la realeza de Dios como algo descolgado, desatinado, no, a Cristo tenemos que estar viendo delante de nosotros. No la realeza de Dios sino a Cristo frente nosotros. Pues, tres móviles hay para que uno gane el paraíso, tal como se refiere aquí la pregunta. Estos tres son legales, están aceptados de Dios, con la única diferencia que se encuentran en niveles distintos. Uno es inferior, el otro medio y el otro superior.
El primer móvil es el miedo, temo a Dios, me juzgará. Y como tengo el miedo, qué cuentas daré a Dios. Antes os he leído el tropario del domingo del Juicio, veréis que todos los troparios se mueven al nivel del miedo. Todos lo decimos en nuestra oración, Señor cómo me juzgarás, yo soy un hombre pecador, te tengo miedo Señor. Esto es legal y es lo primero. Además, ¿no dice la Santa Escritura que “el principio de la sabiduría es el temor, miedo a Dios?”. El miedo o temor, pues, es fecundo, es importante, es un móvil legal.
El segundo móvil es el interés. ¿Cuál interés?. El interés bien entendido. No porque tendría miedo al Juicio y al infierno, sino porque tengo interés en adquirir la realeza de Dios. Esto de adquirir la realeza de Dios como interés, me conviene, tengo interés porque lo quiero, me interesa, ciertamente es legal y sin duda superior al móvil del miedo. Principalmente, diríamos que el miedo pertenece al hombre esclavo y el interés al hombre libre.
Y el tercer móvil es el que se refiere al hijo y es la agapi-amor desinteresado. De la manera que uno diga: Cristo mío si juzgas para ponerme al infierno, tu agapi así lo juzga, la cosa no es que te tenga miedo o no, o que tenga interés o no, yo te amo, y si me llevas al infierno, yo te seguiré amando. Esto es el ésjato, el último criterio, obviamente lo deseado. Y esto no corresponde al hombre esclavo, tampoco al libre, sino al hijo. Es decir, el hijo ama, el esclavo tiene miedo y el libre mira sus intereses y nada más. Pues, este móvil de la agapi debe poco a poco de desarrollarse en nuestro interior. Quizá, pasaremos del primero al segundo y del segundo al tercero, pero debemos llegar a este punto.
Y diciendo la verdad, el que tiene como móvil o aliciente a Jesús Cristo, éste fácilmente no pierde a Cristo, éste fácilmente no se arrastra, ni engaña, el pecado, el mundo, todo arrastra y tergiversan. El miedo de la atracción del mundo se vence, el interés entre el bien entendido y el mal entendido, dinero, etc., esto con unas presiones se vence, pero la agapi es poderosa como la muerte. Si amas a Cristo, nunca, pero nunca no le traicionarás, porque le amas auténticamente, correctamente. Esto último es lo mejor, lo perfecto y os lo deseo con todo mi corazón.
¿Hoy el hombre está de acuerdo con el “como semejanza” de la Santa Escritura?, si es no, por qué?
Realmente, como se recordarán el año pasado sobre la antropología en los tres primeros capítulos del Génesis, vimos que el hombre está hecho “como imagen de Dios”, con destino a hacerse “como semejanza”. El “como icona, imagen” es el dote del hombre, es lo dado, son las condiciones. El “como semejanza” es el fin o el propósito. Antes decíamos que el cristianismo es esperanza y que el sentido, significado de la existencia se da sólo por el cristianismo. ¿Cuál es el sentido y significado de la existencia? Pues, pasar del “como icona, imagen” al “como semejanza”, o teniendo en dinami, potencia, el “como imagen” convertirme y hacerme el “como semejanza”. Por eso el Cristo dice: “Que seamos perfectos tal como nuestro Padre en los cielos es perfecto”, es decir, que lleguéis a realizar el “como semejanza”. Si no realizamos el “como semejanza”, no podemos entrar en la realeza de Dios. Pero no nos decepcionemos, porque quizá alguno dirá: cómo lo realizaré. Poco a poco con la jaris de Dios, con la ayuda de Dios. Como no debería decepcionarse un niño de EGB cómo hacerse médico o abogado pensando cómo va a leer todos aquellos libros voluminosos. Así creo que uno que ve por primera vez, el modo que va a luchar y ande en el camino de la vida espiritual no debe decepcionarse. Pero de esto se trata, tenemos que llega allí. La pregunta pues es: Si hoy el hombre llega a realizar el “como semejanza”. Pero parece que aquel que pregunta siente y percibe que actualmente esto no se realiza y por eso pregunta: ¿Por qué?
Hijos míos, hemos dicho cuál es nuestro fin o propósito. La historia en relación con la pregunta se parece de la siguiente manera. Pues que un día paremos en un cruce de caminos y que preguntemos cómo iremos allí donde queremos. Y aparece uno y nos dice: Tomaréis este camino e iréis allí de esta manera, encontraréis aquello, etc. Y nosotros no comenzamos a caminar hacia este destino, sino que quedamos curioseando en aquel cruce de caminos. El hombre nos lo dijo, tomaréis este camino y llegaréis allí. Así parece nuestra época. Nuestra época no quiere andar en la calle del “como semejanza”, sino que quiere caminar el camino que la época quiere.
Además, no olvidemos que para caminar uno el camino del “como semejanza”, deberá tener un prototipo o modelo. ¿Qué quiere decir “como semejanza?”. Deberé tener el camino para asemejarle a este modelo o prototipo. Hoy el prototipo lo hemos quitado. Hoy decimos cualquier cosa preestablecida no nos hace falta es anticuada. Es una desgracia que a Dios le hemos hecho como algo preestablecido. Me sorprende porqué no hemos hecho también el sol preestablecido, anticuado. Me extraña porqué no hemos hecho preestablecidos anticuados también el agua y el pan. Es decir, porqué no se ha oído que el pan es establecido, anticuado, por eso no volveremos a comer pan. El sol es un preestablecido anticuado y no queríamos que saliera y como él tiene la desfachatez de salir cada mañana, nosotros iremos a escondernos en agujeros de ratas para que no le veamos, porque no nos gustaría juzgarle como algo anticuado y preestablecido. ¡No creen que estas cosas son estúpidas! Hemos convertido a Dios como una reliquia preestablecida. Y ya no nos hace falta y ya bastante ha reinado en la humanidad, es tiempo ya que derrumbemos su ídolo y salga del medio. Hemos quitado, pues, a Dios y hablamos de ateísmo y no creemos en nada, no es que no creemos a Jesús Cristo, sino que no creemos en nada. Decidme por favor, quitando el modelo, la muestra, es posible alguna vez ya hablar de imitación, porque lo “como semejanza” no es otra cosa que imitación al prototipo. Yo soy el anti-tipo o copia y debo asemejarme al prototipo o modelo. Pero no existe el prototipo, lo hemos tirado; debemos regresar atrás al prototipo, para conseguir el “como semejanza” y encontrar el sentido y significado de nuestra existencia, la finalidad o propósito de nuestras vidas, y dignificar nuestra existencia para encontrarnos en la Realeza de Dios. Esta es la razón por la que hoy no existe lo “como semejanza”.
Pero si quieren, ¿porqué hemos quitado a Dios?. Porque nos hemos hartado de Él. Quién dijo que se ha hartado de comer pan y comida, quién ha dicho que se ha hartado de respirar. Pero aquí algo pasa, existen hombres que dicen que estoy harto de comer. ¿Quiénes son?. Los enfermos. Llevad a un enfermo la mejor comida, os dirá que no puede. Ve la mejor comida y se siente mal, pero él está enfermo. Eh pues, no creéis que nuestra época está enferma. Sobre todo gravemente enferma, cuando llega a pensar y moverse así. Sí, hijos míos, nuestra época está enferma. Me dirán que todos los hombres, ¿están enfermos?, no. Por lo menos como muestra, vosotros que venís aquí a escuchar el logos de Dios, tenéis que tener mucho cuidado para que no enferméis. Todos podemos enfermar, sí todos, y yo que os hablo puedo enfermar. Qué me refiero enfermarme. No las enfermedades acostumbradas, sino esta enfermedad, es decir, llegar a decir que Dios es algo preestablecido muy anticuado; enfermarnos y tirar a Dios, ojalá que no nos pase, que Dios nos guarde. Por eso nosotros que tengamos cuidado, dentro de esta enfermiza situación infecciosa, mantener la salud para que estemos encontrando el sentido y significado de nuestra existencia que es la realización del “como semejanza”.
ORACIÓN
¿Qué tiene que decir sobre las fantasías que vienen durante la oración y qué debemos hacer para tener mejores loyismí, (pensamientos simples o compuestos con la fantasía o reflexiones)? ¿De qué manera podremos rechazar los malignos pensamientos y las fantasías?
Queridos míos, esto es un problema, quizás, sea el problema número uno en el espacio de la oración y son λογισμοί (loyismí, pensamientos simples o compuestos con la fantasía o reflexiones). En principio existen los loyismí propios o particulares. Hago mi oración y pienso qué hora es, si me da tiempo para coger el autobús, qué diré en el trabajo cuando vaya, que voy a comprar en el mercado y estoy haciendo mi oración matinal y mientras mis labios dicen lo que dicen, mi mente corre a las preocupaciones de la vida. Las preocupaciones biológicas no son malignas. Los pensamientos malignos son cuando mi mente va a cosas viles, indecentes, inmorales. Allí estos loyismí castigan, fatigan al hombre. Y un tercero si quieren, son unos loyismí de increencia y blasfemos. Los loyismí-pensamientos blasfemos no nos pertenecen, no somos responsables y no tenemos más que apartarlos de nuestra mente y no considerarnos culpables. Porque esta es la solución, no considerarnos culpables porque han venido estos loyismí. No son nuestros, el diablo nos trae estos loyismí, no nos pertenecen y no pecamos. Si quieren más, leed la muy bella y característica homilía 23ª de san Juan el Clímaco o de la Escalera. Esto no es nada, pero queda todo lo demás y os diré qué tenemos que hacer.
Yo ahora os estoy haciendo una homilía. Ahora estamos solucionando dudas. Pues, viene una mosca y se sienta en mi nariz, ¿qué hago? La echo. Esta da una vuelta y vuelve a mi nariz. La vuelvo a echar. Saben que las moscas desgraciadamente tienen una terquedad que por mucho que las echamos vuelven al mismo lugar. ¿Qué haría continuamente? O tendría que parar la homilía o tendría que estar echando continuamente a la mosca. ¿Qué prefieren?. Obviamente preferimos estar echando continuamente la mosca y no parar nuestra homilía. Pues, la misma cosa haremos durante la oración. Estaremos luchando siempre para echar los malignos o viles loyismí, los cuales parecen como una mosca molesta que viene y no nos deja hacer nuestra oración. No nos frustraremos, ni decepcionaremos y no pararemos nuestra oración, sino que estaremos luchando continuamente para echar estos loyismí. Os dije que allí donde hago oración viene a la mente si tengo tiempo para coger el autobús, enseguida retiro mi mente que se vaya del autobús, como el nus (atención) es psique o espíritu en un momento resbala y otra vez se va al autobús, le recojo y digo, ven aquí dónde vas otra vez. Habéis visto algunas veces que las madres cogen de la oreja al niño, o del cuello, así haremos. Arrebataremos nuestro nus y le volveremos a su sitio. Él siempre se estará yendo y nosotros siempre le estaremos recogiendo. Esta es la respuesta: él siempre estará yendo y nosotros siempre recogiendo. El resultado será que una vez por esta continua vigilancia, guardia y ascesis se hará una costumbre, será un estado. Tal como el nus con la mente ha aprendido a dispersarse, de la misma manera ahora aprenderá a concentrarse, recogerse y una vez no hará falta que le recojamos porque ya ha aprendido a recogerse. Es muy importante eso, es cosa de ascesis (ejercicio). La ascesis de recoger nuestro nus y su energía es el problema más importante dentro de nuestra oración.
Yo acostumbro a decir un ejemplo más. Si se cae tu cartera al suelo, ¿qué haces?. Te agachas y la coges. Si vuelve a caer vuelves a recogerla. Tantas veces que caiga, otras tantas la recoges. Puede ser que alguna vez te canses y digas que estoy harto, siempre me cae la cartera, la voy a dejar porque estoy harto de recogerla. Nunca lo decimos esto, sino continuamente nos agachamos y recogemos nuestra cartera. De otra manera, os quiero decir que tendremos persistencia y al final no caerá la cartera. Os lo dije, recogeremos a nuestro nus con su energía. Esto sobre esta duda.
¿Es indispensable la oración matinal?, ¿no basta sólo con la de la noche?
Es un punto muy fino, los años que llevo aquí en Thesalia este punto realmente me ha cansado. Cada vez lo digo a pequeños y grandes. Es un estereotipo: ¿haces oración por la mañana? No, sólo por la noche. ¿Por la mañana por qué no?, no hay contestación. Queridos míos, atención, ocurre lo siguiente. Es un tema de educación. Si vais a ser padres, los padres que no hacen oración por la mañana, no enseñan a sus hijos a hacer oración matinal. Esto es todo. Es un tema de educación y costumbre. Tal como aprendemos a lavar nuestros dientes por la mañana y por la noche, así lo mismo aprendemos a hacer nuestra oración. No sólo es una necesidad, sino también una costumbre. Y es obvio que la costumbre tiene que empezar a realizarse. Y cuando uno conciencia que esto lo hace como costumbre, después cubre una necesidad. Así, pues, ¿debemos hacer oración por la mañana? Segurísimo que sí. Nuestra Iglesia nos determina que debemos hacer oración mañana y noche. Si quieren con más exactitud, la oración debe hacerse incesantemente. ¿No dice el apóstol Pablo orar sin cesar? Sí, es conocida la oración incesante que podemos decir, aunque la cambiemos, no pasa nada. “Jesús Cristo, Señor, eleisón me o ten compasión o misericordia de mí,” o más sencillo “Cristo eleisonme” o Señor perdóname o Señor ilumíname, o Señor ayúdame o Señor sáname, etc., continuamente; Si ve a los hombres pecando en la calle, dice, Señor perdónanos; escucha alguien que blasfema, Señor perdónale no le castigues, etc. El creyente ora continuamente, no le impide que esté con más personas, estar moviéndose, trabajando, nada le impide, su oración es incesante. Por eso el Apóstol dice: “orad sin cesar”. Como este “incesante” puede que afloje, por eso nuestra Iglesia ha determinado que los creyentes hagan oración por la mañana y por la noche. Tampoco si hago oración continua quiere decir que no debo de hacer la oración matinal y la nocturna. La oración matinal y nocturna son dos demarcaciones dentro del tiempo de las veinticuatro horas, dentro de los cuales el fiel debe moverse. Cuando por la noche voy a la cama, antes haré la oración y rogaré a Dios que esta noche me guarde. Cuando amanezco, le agradeceré porque me ha hecho amanecer y le rogaré también que me ayude durante el día. Tengo tantas peticiones para pedirle durante el día, no hace falta que os las diga. Por lo tanto, debe el fiel agradecer, alabar y rogar a Dios, tanto por la mañana como por la noche, las dos cosas. La sabiduría Salomón en el capítulo 16º dice lo siguiente, muy característico y se refiere al maná tal como caía: “Tal como los hebreos recogían aquel maná y mientras lo asaban no se destruía por el fuego, pero sólo que lo viese un rayo del sol se fundía, tal como el hielo se absorbe por la tierra, lo mismo se fundía el maná, no quedaba nada sobre la tierra. En cambio en el fuego no se fundía, lo asaban. Para que fuera conocido a sus hijos los Israelitas, que deben los hijos de Dios antes que saliera el sol alabar y agradecer a Dios y con la salida del sol a encontrarse, es decir, con la oración encontrarse con la salida del sol. Así, dice, tienen que aprender tus hijos.” Tal como el maná con la salida del sol se fundía, lo mismo las obras de los hombres que se hacen sin oración matinal se funden.
¿Queréis que se fundan vuestras obras, sean semiacabadas y vuestros fines durante el día no se culminen bien?. Pues, no hagan oración.
¿Queréis que vuestras obras permanezcan y tengan el sello de protección de Dios?. Debemos por la mañana hacer oración. Y dice a continuación; La esperanza del ingrato; el ingrato es el que no hace oración, es ingrato, porque no alaba a Dios apenas se ha despertado. Las obras del ingrato parecen como la escarcha del invierno que cuando sale el sol esta escarcha se funde y esta agua es inútil. Así es el hombre y sus obras cuando no hace oración matinal. Qué creen, ¿se debe o no, hacer oración por la mañana? A vuestro juicio. Es claro y categórico el logos de Dios. Repito es cuestión de costumbre. Si uno aprende algo, esta costumbre al final le lleva a realizar aquello que debe.
¿Porqué el calor, la alegría y la dulzura de la oración de Jesús y a su inmaculada Madre, no permanece fija y sensible, cómo puede uno hacerla sentida fija o permanente?
En principio porque no luchamos lo suficiente. Y lo segundo es que el hombre se cambia, está en un mundo muy variado y cambiable y recibe estas metáboles, variaciones, tanto si lo quiere como si no. En un momento tengo una euforia espiritual y en otro momento tengo una sequedad. En un momento tengo una ilusión de trabajar y en otro momento tengo una pereza. Tal como perciben, el hombre continuamente se transforma y vive en un mundo variable, en metábole (de metabolismo) continua. Así que, para que uno sienta siempre un sentimiento, sensación, irreducible, como esto que nos dice la pregunta, un calor, una dulzura, una alegría, etc., es imposible. Porque hace falta oración incesante y lucha terrible, como os dije, y así es como si el hombre no perteneciera a las metáboles, variaciones del mundo presente. Pero no son las metáboles, variaciones mundanas que podemos decir, mira vino alguien y me ha afectado adversamente, me ha creado tentación, no, aunque uno esté solo esto pasa; porque hay metáboles, cambios también del tiempo y su salud se transforma. Todo esto, ¿no produce en su interior un cambio de disposición, ánimo y afecto?. Así, por decirlo de una manera, no es posible que tengamos en el mundo presente estados o situaciones espirituales fijas, estables y fervientes. Debemos entender que esta situación estable pertenece a la otra vida, al otro mundo.
Más, si no sentimos siempre la dulzura, alegría u otra cosa, son también causas pedagógicas. No olvidemos que cuando el hombre empieza la vida espiritual, atención a este punto es muy importante, le hará falta la jaris (gracia, energía increada) de Dios; la jaris parece de la siguiente manera: Parece como aquel que está delante de nosotros y nos conduce. Cuando la jaris de Dios perciba que empieza a haber una madurez, entonces la jaris de Dios va al lado nuestro. Mientras al principio seguíamos, ahora está al lado nuestro, que quiere decir que sentimos la presencia de la jaris de Dios, pero ahora se nos dejan unas iniciativas. Y cuando la jaris de Dios perciba que hemos madurado más o que debemos madurar, entonces va detrás de nosotros, nos observa pero nosotros no vemos la jaris de Dios. Así que, muchas veces creemos que perdemos la jaris de Dios. No la perdemos, no se marchó, simplemente la jaris de Dios nos educa, nos instruye, para que podamos tomar iniciativa en nuestra vida espiritual y aprender a luchar. Un niño pequeño cuando siente siempre la presencia de sus padres y no puede hacer nada sin ellos, no madurará nunca. Alguna vez, pues, sobre todo cuando el niño empieza a caminar, el padre deja al niño para caminar y el niño está cayendo y llora, pero el padre y la madre no se afligen, ¿porque?. Porque saben que tienen que dejar al niño caminar solo. Porque si lo apoyan continuamente, ¿cómo podrá este niño empezar a caminar?. No aprenderá, no tomará el ánimo, la valentía del caminar. Por eso, pues, le dejamos aunque caiga. Así que, la jaris de Dios, se esconde detrás de nosotros y alguna vez nos deja, caemos y quedamos heridos diciendo: Señor me has abandonado. No, no te ha abandonado, simplemente te deja madurar. Y una forma de madurez es estar pidiendo más y más la jaris de Dios.
Pero, aún diríamos sobre esto que dice la pregunta: ¿cómo podría uno fijar esta dulzura?. Os dije que manteniendo siempre una catarsis y pureza del corazón y un anhelo. Cierto que este anhelo no es fijo, pero debe lo más que pueda mantener este anhelo. Hemos percibido que cuando existe en nuestro interior este anhelo de Dios, entonces sentimos lleno nuestro corazón, cuando se va este anhelo, sentimos que haya un tipo de vacío, como si nos hubiésemos vaciado. Yo os diré un ejemplo para que veáis cómo se vacía fácilmente el hombre. Esto lo dicen todos los Padres y no tenéis que hacer más que probarlo. Se entiende que si habéis empezado a hacer una vida realmente espiritual correcta.
Cuando estamos solos o no y tenemos una buena compañía, nos sentimos llenos en nosotros mismos. Desde el momento que empecemos primero, a reír incesantemente, hacer bromas y molestarnos, segundo, si empezamos a acusar a otras personas que están ausentes; entonces cuando nos hayamos quedado solos, sentimos que nuestra psique se ha vaciado. ¿Por qué? Porque se fue la jaris de Dios.
Así que, si tenemos cuidado con algunas cosas, tendremos un corazón lleno. Y un inciso más. Sin guía espiritual, ¿uno puede conseguir estas cosas?. Seguro que no. Porque entonces se convierte en un hombre autónomo y no puede aprender a discernir, cuándo esto y cuándo lo otro, es decir, nuestro pnevamticós, (guía espiritual) será nuestro conductor en estos casos y en estos senderos de nuestra vida espiritual.
¿Vale la pena seguir la oración si está distraído y no tiene ganas?
Contestaré con un ejemplo sencillo y es el siguiente: cuando estamos resfriados o nos coge la gripe, entonces sabéis que nuestra nariz no funciona bien, tampoco el olfato. Comemos algo y lo sentimos sin sabor, soso, porque el olfato no funciona bien. El sabor solamente siente dulce o amargo. El olfato tiene todos los demás aromas. Pero estos flaquean, porque estamos pasando una gripe o un resfriado fuerte. Entonces, solamente porque no sentimos sabor y olfato, ¿decimos que no vamos a comer?. Porque si no comemos, ¿no moriremos de hambre?. Comemos, pues. Lo mismo aquí. Puede que la mente se vaya o se esparza, puede ser que alguna vez sientas la oración como una tarea pesada, ¡pero la harás la oración! Pase lo que pase. Puede ser que no sea de calidad buena, pero harás la oración. Porque si paras, ¿quién te ha dicho que mañana no tendrás los mismos síntomas? y ¿pasado?. Y esto es un buen pretexto que te traerá el diablo para cortarte de hacer la oración y decir que no hago. Es aquello que algunos dicen: cuando me sienta bien haré oración.
Pues, haremos por la mañana y por la noche nuestra oración, estas horas prometidas, de cualquier forma que nos estemos sintiendo. ¿La calidad?. Basta que haya la oración, la calidad ahora está en nuestras manos de mejorarla. Nosotros mejoraremos la calidad y diremos, un poco recogeré mi mente y mi corazón para mejorar la oración. Esto sobre esta pregunta.
¿Por favor, dinos cómo puede ser nuestra oración bien recibida y agradable a Dios, cómo sentiremos nosotros también aquello que leemos que con la oración el hombre habla con Dios?
La oración es el alimentador de la psique. Algunos momentos siento la necesidad de esta oración y su gran fuerza. Pero cada día, ¿cómo conseguiremos que nuestra psique esté vivificándose de la oración? El punto céntrico de la pregunta es esto. ¿Cómo puede nuestra oración ser agradable a Dios?.
Si quisieran presentar con una icona, imagen la oración que sube hacia Dios, no tendríamos que hacer otra cosa que recordarnos del sacrificio a Dios de Caín y Abel. Icónicamente vemos que el humo del sacrificio de Abel va recto hacia el cielo, hacia Dios; en cambio el humo del sacrificio de Caín no va hacia arriba sino que va como si soplase el viento y lleve el humo esparciendo oblicuamente; es decir, un tipo de rechazo de Dios al sacrificio de Caín; y en realidad así fue.
¿Qué es pues, aquello que podría hacer que nuestra oración sea bien recibida de Dios? Porque la oración es un sacrificio, especialmente es un sacrificio, una ofrenda de forma superior hacia Dios. Los antiguos ofrecían su oración siempre con sacrificio. El cristiano diríamos, puede ofrecer aún con algunos elementos exteriores su oración que tienen forma de sacrificio u ofrenda. Si por ejemplo, encendemos nuestro candil, el encender el candil cuando hacemos nuestra oración –no hacemos oración con el candil apagado- es una forma de sacrificio u ofrenda. Si encendemos una vela paralelamente con el candil es lo mismo, si incensamos es lo mismo, es decir, es un sacrificio o una ofrenda. Por eso cuando vamos a la Iglesia, encendemos nuestra vela que es un sacrificio u ofrenda. Es un sacrificio sin sangre, porque ya en el Nuevo Testamento no se permite sacrificio con sangre. Este sacrificio se ofreció una vez y es el sacrificio de Jesús Cristo. Así veis que ofrecemos un elemento exterior de un sacrificio.
Pero, ¿tenéis la impresión que, aquel que enciende su vela, este sacrificio está bien recibido?.
Cuando uno enciende una vela puede ser que diga una oración en aquel momento, sea en la Iglesia o en su casa. Digamos en la Iglesia. ¿Qué puede estar diciendo el que está encendiendo su vela?. Señor dame iluminación o como esta vela tiene luz, así yo también me haga luz, porque Tú lo dijiste: “que vosotros sois la luz del mundo”, hacerme realmente luz y no sea oscuridad; o aún, mi vida que sea una ofrenda hacia ti y a tu agapi, tal como se funde esta vela, así se funda mi existencia tu agapi-amor el amor hacia ti y el prójimo; o podría encendiendo mi vela estar pidiendo dinero; o para conseguir amoríos ilegales. Muchos encienden velas, os lo aseguro esto, pidiendo éxito de amoríos y cosas ilegales. Decidme, ¿qué escuchará Dios?. Veis aquí como la oración y el sacrificio u ofrenda se diferencia. Entonces con razón, ¿cómo puedo saber si mi oración está bien recibida y agradable a Dios? Es correcto, pues, el que pregunta. Pues, os diré algunas cosas de las que hacen la oración agradable a Dios.
En principio, lo primero de todo es cuando uno está orando, debe tener espíritu humilde. Es decir, que tenga conducta interior humilde, acordaos la parábola del publicano y el fariseo. El Dios rechaza la oración del fariseo porque no era humilde. Dice el Cristo: ¿Qué creen, quién fue escuchado el publicano o el fariseo,… quién de los dos?. Cuando dice el publicano salió ajusticiado, significa que su oración fue escuchada. En cambio la oración del fariseo no fue escuchada. Por lo tanto, no salió del templo sagrado ajusticiado.
Y qué quiere decir humildad. Es muy curioso que uno delante de Dios se enorgullezca y no os parezca raro. Yo os contaré una icona, imagen acostumbrada de los hombres, cómo exactamente no se hacen y no son humildes delante de Dios. ¿La confesión qué es?, es un Misterio. El sacerdote tiene el sacerdocio y el epitrajilio (estola especial de confesión), es condición oficial del Misterio. Cuando aparece el que va a confesarse, ¿ante quién aparece? Ante la persona de Dios, atención, la persona de Dios. Pues, allí los confesados dicen: que yo soy buena persona, yo no hice daño nunca a ninguna persona, siempre soy justo y me gusta lo justo, la justicia. Esto lo escuchamos en abundancia. ¿Qué os recuerda esto? En principio falta de autoconocimiento. Este hombre básicamente no tiene autognosía-autoconocimiento y no teniendo esto, tiene orgullo. ¿Qué decía el fariseo de la parábola?. Decía que: soy buena persona, doy limosnas, hago caridades, no soy injusto y no soy como aquel indecente, desgraciado publicano, el pecador. ¿Habéis visto?. Escucharéis muchas veces y lo escuchamos mucho, somos testigos los confesores de esto, por eso os lo digo.”Yo no soy como los demás”; si supierais la cantidad de veces que escuchamos esto os quedaríais muy sorprendidos. Pero hombre cristiano, ¿a mí, el confesor, me dices esto? Yo no tengo ganas de saber quién eres tú, solo has venido, viniste en presencia de Dios. Por lo tanto, ¿tu confesión será bien recibida y agradable a Dios?. Sin duda que no. Pues, esta cosa, queridos, se dice también en la oración. Por desgracia muchísimas personas oran así de esta manera. Si supierais cuán realista es la parábola del publicano y el fariseo, cuánto refleja la realidad, y me fue necesario para decíroslo.
Pues, la primera condición para que sea escuchada y agradable nuestra oración es la humildad. Es aparecer delante y en presencia de Dios humildemente y con autoconocimiento de mí pecaminosidad.
La segunda es cuando haya perdonado a mi enemigo. Yo no puedo estar en mí oración, pidiendo de Dios lo que voy a pedir, estando con maldad sobre una persona. Cierto que Cristo también tenía enemigos y los Santos también tenían y tienen enemigos. Se entiende que los otros tienen enemistad hacia los hombres espirituales. No es esto, el tema es si tú tienes enemistad hacia algunos humanos. Este “si tú”, es básico, acordaos qué dice Cristo sobre esto: “Si ofreces tu ofrenda en el sacrificio y allí te acuerdas que un hermano tiene algo contra ti, deja allí delante del lugar del sacrificio y vete primero a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve y ofrece tu regalo”. Es decir, en otras palabras no será recibida tu petición en la oración, si estás en conflicto con tus hermanos y no los has perdonado, sobre todo si tú eres la causa.
Qué queréis que os diga. Deciros que hay personas que no perdonan y dicen: aunque vaya al infierno no te perdonaré. Esto es terrible. Hijos míos, somos humanos y tenemos roces, más o menos vivimos en un mundo que tiene escándalos, es imposible que no tengamos escándalos; pero se debe, dentro de este mundo con fricciones, cualquier cosa que nos pasa debemos pedir perdón, Nosotros no debemos tener enemigos. Si a hombres, no les caemos bien y no nos tragan, esto concierne a ellos. Nosotros no debemos sentir que no podemos perdonar a algunos que puede ser que nos hayan molestado, o han sido injustos con nosotros, etc.
Tercera condición que la oración es bien recibida es cuando el hombre es misericordioso. Cuando su oración está acompañada de misericordia. Os recuerdo al centinela Cornelio, cuando se le apareció el ángel y le dice: “Cornelio, tus misericordias y tus oraciones subieron y llegaron a Dios”. Subieron, pues, es como la ofrenda de Abel, que el humo va hacia arriba no paralelo a la tierra, sino que la oración subiendo hacia el cielo es vertical. ¿Cuál oración?. Aquella que está acompañada con las misericordias. Es un elemento muy importante esto.
Un cuarto elemento es cuando la oración está acompañada con ayuno. Es obvio que no siempre ayunamos, pero esto, sin que creamos que sin ayuno, no debemos orar. Por ejemplo, los cincuenta días después de la Resurrección no ayunamos, no significa por eso que no debemos orar. Pero tenemos también períodos que ayunamos como son: las dos cuaresmas, los miércoles y los viernes, etc. ¿Por qué?. Es aquello que dice el apóstol Pablo: “para que persistamos en ocuparnos de la oración y el ayuno”. Oración y ayuno van juntas. Y dicen los Padres que el ayuno hace ligeras las alas de la oración, da alas a la oración. Porque cuando comemos y llenamos nuestra panza mucho y hemos bebido también vino, no tenemos ganas de orar, no podemos. Cuando por ejemplo, los días que podemos comer de todo, hoy los hombres comen, comen y comen todo el año y no pueden orar, no pueden, no es posible. Pero cuando hay ayuno, entonces oramos bellamente. Cuando decimos ayuno, no es sólo el cambio de comida, sino que es también la falta de comida. Si preguntáis, ¿Por qué el domingo por la mañana, puesto que no comulgaremos, vamos sin comer a la Iglesia?. Esta es la razón. A no ser que haya alguien que se desmaye. Atención, cuidado alguna vez lo hace el diablo esto de que nos desmayemos. No quiero decir este caso, aquí lo verificaremos. Pero cuando está certificado que una persona es muy débil y se desmaya, entonces le permitimos que coma. Pero esto no lo hacemos por una codicia o gula sino por causas obvias. Así que, ayunamos cuando oramos.
Esto lo encontramos en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. La Iglesia nunca ha encomendado una misión, ni asumió una obra sin ayuno. El apóstol Pablo, por ejemplo, con Bernabé cuando se trataba de ir a Chipre, etc., en aquella primera misión de ellos, ayunaron ellos y también la Iglesia. Un libro muy antiguo con el título didají o enseñanza de los doce Apóstoles, habla sobre el ayuno antes del Misterio del Bautismo. Cuando ayunamos en cada acto nuestro, sobre todo, en la oración, el ayuno hace la oración agradable, bien recibida.
Quinto es cuando no pedimos cosas materiales, sino espirituales. El Señor nos dijo: “pedid primero la realeza de Dios y su justicia y todo el resto se añadirá”. Qué es “todo el resto”, pues, las cosas materiales os serán añadidas. Hijos míos, que pidamos la realeza de Dios y la vida espiritual, todas las demás vendrán. No Dios mío dame dinero, dame dulces, Dios mío dame pan, ropa, etc., esto no va, no vale. Si buscamos la justicia de Dios, la virtud de Dios, la santidad y la realeza de Dios, entonces todo lo demás el Dios nos lo da. Porque es nuestro Padre y sabe lo que necesitamos, tal como nos dice el Señor y nos lo dará.
Sexto es cuando oramos para las necesidades del otro. Es muy importante esto. Aquí, hijos míos, aún hasta necesidades materiales podemos pedir, pero para el otro. Atención, para el otro. San Isaac el Sirio dice algo maravilloso en su 30º logos: “Sea que tu prójimo pasa hambre, sea dolor o está en luto o tiene un fracaso, cualquier cosa que sea; cuando en tu propia oración tomas su asunto, entonces verás que se irá haciendo una fuente de misericordia. Estará dando Dios a aquel que tu le pides”.
Hijos míos muchas veces preguntamos, ¿la oración hace milagros?. Ciertamente que sí. Es conocido que los santos orando hacían los milagros. ¿Queréis en vuestra vida hacer milagros?. Obviamente, no por vanagloria. Pues, nos pararemos con humildad, la primera condición que dijimos al principio y estaremos pidiendo para los demás bienes espirituales o materiales. Señor, mi compañero de clase o trabajo no tiene habilidad mental, intenta y no puede, dale luz para que entienda los estudios. O el padre de mi compañero es un hombre descuidado en su vida, te ruego dale tu misericordia para que este hombre se arrepienta y cambie de mentalidad (metania) y entre en el camino Tuyo. Hijos míos, si oráis para causas ajenas de esta manera, veréis delante de vuestros ojos milagros y esto os lo aseguro. Esto lo certifica san Isaac el Sirio, lo certifica la experiencia de los Santos que así se hacen milagros. Pero quieren una cosa más. Debéis orar también por vuestros enemigos, no sólo por las necesidades de los demás. Qué dice el Señor: Orad por los que os persiguen y os insultan. Es decir, aquellos que os afectan, os molestan y crean situaciones difíciles para vosotros. Entonces vuestra oración es muy bella a Dios y es escuchada.
Séptimo es cuando tenemos fe y agapi a Dios. Es cuando encuentras un amigo, un pariente y tienes simpatía y agapi hacia esta persona. Decidme, ¿cómo habláis entre vosotros? Obvio que no habla uno, atención a este punto, no decimos, ¿sabes?, te quiero. Esto no lo decimos nunca. La manera por la que nos movemos y hablamos es el modo de agapi. Tenemos amabilidad, somos agradables, porque amamos. Así también en nuestras oraciones, hijos míos, cuando amamos a Dios, tenemos una posición o conducta diría frente a la agapi Suya. No tenemos dureza, crueldad. El hombre que no ama tiene una dureza, severidad. El hombre que ama, tiene algo muy blando, algo agradable, algo muy bello, deja derramarse su corazón de agapi hacia el Dios.
Octava condición por la que está escuchada nuestra oración a Dios cuando ortodoxamos. La oración del herético no es bien recibida a Dios. Por eso el Señor dijo: “En espíritu y en verdad debemos orar”. Aquello “en verdad” significa ortodoxamente debemos orar y alabar a Dios.
Novena es cuando insistimos en nuestras oraciones. El Dios ama no dar enseguida aquello que le pedimos, para sentirnos la alegría del regalo cuando nos lo dará. Para decirnos esto, que no evitemos, nos fatiguemos y no hagamos nuestras oraciones, nos dijo también una parábola. Es la del juez injusto, que iba una viuda que le decía: por favor juzga mi asunto con mi contrario, porque me está perjudicando. Pero el juez era un hombre vil y no tenía ganas. Pero como ella iba cada día, dijo el juez por su cuenta: a Dios no le tengo miedo, a los hombres no los tengo vergüenza, es decir, el juez era una persona miserable. Si una persona llega a decir que a Dios no le teme y a los hombres no les tiene vergüenza es una persona gentuza. Este, pues, miserable hombre dijo: como me he hartado de esta mujer que venga cada día a molestarme, tomaré su asunto para que acabe de una vez con ella. Y dice el Cristo: ¿habéis visto cómo ha pensado éste?. Tramita el asunto de la mujer a pesar de que es un personaje gentuza, únicamente porque se cansó de oírla. Vosotros qué pensáis: el Dios que es vuestro padre y que no es más que bondadoso, ¿no escuchará a sus hijos cuando oran?.
Décima condición, aquí quiero que tengan especial atención. ¿Qué pedimos en nuestra oración?. Si debiera de daros papel y lápiz para que me escribáis anónimamente, ¿qué pedís en vuestras oraciones?, así por hacer una prueba. No sé lo que se escribiría en vuestros papeles, ¿pero lo puntal, lo superior que debemos pedir, qué es?. Hoy vino uno al monasterio, una personalidad social alta, se va de Larisa y me dice: decidme algo, un logos o un consejo. Le digo: te deseo y bendigo que entienda que nos hace falta tener el Espíritu Santo y esto pida en su oración. Me dice; gracias, pero qué más. No tengo nada más para decirle y desearle. Porque si tenemos el Espíritu Santo lo tenemos todo. ¡Escuchad! ¡Lo tenemos todo! Pues, lo más alto, el puntal que debemos pedir, es esto, el Espíritu Santo. Señor dame tu Espíritu Santo. Padre Santo mío, Padre mío celeste, dame el Espíritu Santo. Saben que el Espíritu Santo es Dios, es Persona-Hipóstasis. Decimos, Padre nuestro celeste, dame tu Espíritu Santo, ¿por qué?. Porque el Espíritu Santo procede del Padre. Decimos Señor Jesús Cristo dame el Espíritu Santo, ¿por qué?. Porque el Espíritu Santo se envía por el Hijo, no procede del Hijo sino que se manda por Él. (Es como una carta que ha escrito nuestro padre y nos la da a nosotros para enviarla al destino.) Tercero, decimos: Espíritu Santo ven a mí, porque es Dios. Así que, nos dirigimos al Padre y al Hijo y también al Espíritu Santo nos dirigimos, pidiendo que tengamos el Espíritu Santo. Dice en la epístola a los romanos el apóstol Pablo: El Espíritu Santo ha venido con nosotros a percibir lo que nos hace falta, cuando nos encontramos en dificultades y peligros. Porque lo qué oraremos y cómo se debe, no lo sabemos, pero este Espíritu coexiste y sobre-ora para nosotros con gemidos inefables. El Espíritu Santo lo necesitamos en nuestra oración, como también en nuestra vida entera. Que significa que el Espíritu Santo es insustituible y si lo tenemos, como os dije antes, lo tenemos todo.
Onceava condición es cuando en nuestra oración salen lágrimas, lloramos. No os impresione esto, ¿lloran en la oración?. Claro que sí lloran. Los que siembran en lágrimas en deleite segarán, recogerán, dice un Salmo. ¿Saben qué son las lágrimas? Son lo que es la lluvia para la semilla que siembras al campo. No brotará la semilla en el campo, si no cae la lluvia y esta lluvia al campo de la psique, que sembrarás la semilla de las peticiones, no son otra cosa que las lágrimas. Pero con la siguiente diferencia, que no debemos convertir las lágrimas como fin. Algunos con las lágrimas se alegran y deleitan e intentan llorar para sentir una felicidad. Esto no es correcto. Dice san Nilo el Sinaíta en la Filocalía en el primer tomo: “Que utilices las lágrimas para conseguir cualquier petición. Porque tu Señor se alegra cuando te ve que oras con lágrimas. Pero ten cuidado, no conviertas en pazos aquello que aleja los pazos, porque entonces enfadarás a Dios, quien es el que te da la jaris (la energía increada)”; es decir, no hagas las lágrimas como propósito o fin. Simplemente las lágrimas es un medio para acercarnos a Dios. Aún más, como dice san Nilo el Sinaíta: “¿Cuál y cómo podremos adquirir oración agradable a Dios? Cuando hemos adquirido el carisma de la oración”. ¿Existe carisma de oración?. Sí, hijos míos, es aquello que muchas veces decimos: éste hombre en un hombre de oración. El carisma de la oración es que uno ama en cada momento tener su referencia a Dios; en cada momento, esto es el carisma, don de la oración, el cual pocas personas lo tienen. Por eso debemos pedir en nuestra oración que Dios nos dé este carisma de oración, hacernos personas orantes, generalmente orantes y no hagamos nada sin oración. Atención, esto todo el día, no sólo la oración establecida por la mañana y por la noche y os ruego que hagan oración mañana y noche, no sólo diciendo la oración de Jesús, sino que debemos estar orando en todo tiempo y en cualquier lugar. Sales del coche y entras en el autobús, bajas, subes a tu casa, entras en una tienda, vas paseando por la calle, tened continua referencia a Dios. Señor ilumíname, ten misericordia de mí, ilumina esta persona, ayúdame, sáname, etc., muchísimas cosas, una continua referencia a Dios, una memoria continua de Dios. Diría que el elemento básico del carisma o don de la oración es esta continua memoria concienciada de Dios. Por la que dice, el que hoy es su santo, san Gregorio el Teólogo: “Acordarnos o tener memoria de Dios es más necesario e importante que nuestra respiración. Esta memoria de Dios nos da la buena oración y la buena oración nos hace subir a lo alto”. Esto para esta pregunta.
¿La oración incesante del corazón o de Jesús ayuda a la catarsis (sanación y pureza) del corazón y del nus?. 31,55
La oración es “Kirie (Señor) Jesús Cristo, eleisón me”. Esta oración se llama incesante, no para nunca, crea una memoria continua de Jesús y tiene los siguientes elementos. Cuando decimos Kirie (Señor) Jesús Cristo, tenemos tres nombres que pertenecen a la misma persona. Le llamamos, Señor, Jesús y Cristo. Esto es la primera parte que caracteriza el nombre. La segunda parte de la oración dice: “eleisón me”. La oración entera es esto, dos partes. Repito, una parte concierne el nombre de Cristo y la otra concierne a mí, es decir el “eleisón me”. Eleisón me es una expresión general de cualquier petición, es decir, compadécete de mí, ten misericordia, caridad, ayúdame, sáname, alíviame, etc. Pero aquello que interesa es el nombre. Porque en dinami-potencia del nombre de Cristo, tendremos lo que vamos a tener, todo el fruto y la cosecha. En concreto, cuando decimos, Kirie (Señor), confesamos la deidad de Jesús Cristo. Cuando decimos Jesús confesamos la humanidad o la naturaleza humana de Cristo, es decir, que es perfecto Dios y perfecto hombre. La expresión, pues, Kirie (Señor) Jesús es confesión de que es Θεάνθρωπος (Zeánzropos, Dios y hombre) y esto es enorme, es terriblemente grandioso confesar la teantrópina-divinohumana fisis-naturaleza de Cristo. Y Cristo, el tercer nombre expresa la obra del teántropos. ¿Y cuál es la obra?. Es la mediación de Dios, de Cristo, es decir, Su obra mesiánica a favor de los hombres ante Dios. Y que es, en principio, esta misma humanización suya, después es Su sacrificio en la Cruz, después Su Ascensión al cielo y que allí el Cristo con sólo Su presencia, es decir, con esta naturaleza humana es mediación hacia el Santo Dios Trinitario en favor de nosotros los humanos. Por lo tanto, con estos tres nombres confesamos la naturaleza divina y humana y también la obra de Cristo. Esto es expresión Ortodoxa, porque si no confieso a Cristo Kirios (Señor), entonces soy arriano, es decir, soy como la herejía de arriano que no aceptaba la deidad de Cristo. Si no digo a Cristo Jesús, entonces soy monofisita, porque niego la naturaleza humana de Cristo.
¿Y cuál es su obra?. La obra es la sanación y salvación de los hombres. Cristo no vino aquí a hacer política o a darnos de comer con cucharas de oro o como creyeron los de capernaum (cafarnaum) que estarían comiendo en el desierto sin trabajar, dándoles el Cristo en abundancia el pan y los pescados. No, nada de todo esto. Toda la teología de la persona de Cristo está en esto, en esta pequeña oración: Kirie Jesús Cristo. Ahora, puesto que te confieso así ortodoxamente, ahora Tú eleisón me. Y el “eleisón me” es una calificación general de cada necesidad mía, de cada caso mío, lo que me pasa y lo que quiero y como no sé lo que voy a pedir, entonces digo a Dios “eleisón me” y Él sabe lo que me va a dar. Amín.
MIEDOS y COMPLEJOS
¿Cómo luchar contra nuestro miedo y temor a la muerte?
Es cierto que el fenómeno del miedo a la muerte es universal y muy humano. Además, si quieren, si no existiese el miedo a la muerte, entonces el hombre no filosofaría. Aquello que decíamos en otras clases, que el hombre busca para encontrar la verdad, en el fondo realmente, es porque existe la muerte. ¿Me diréis que no podría el hombre filosofar aunque no existiese la muerte?. Os digo, que en el fondo es el fenómeno de la muerte. ¿Qué hay más allá, viviré eternamente o acabo en la tumba? Esta pregunta dió a luz a la filosofía. Por esa razón diríamos que es un fenómeno universal y claro está, como el hombre no puede encontrar la verdad, por eso exactamente tiene miedo, temor. Quizá algún sistema filosófico es posible que me tranquilice sobre la muerte, pero el hombre pone la pregunta: ¿es verdad que existe esto, como dado o es un dato de la filosofía?.
Vosotros sabéis que en los años de Jesús Cristo, es decir, en los años del Nuevo Testamento, todos los sistemas filosóficos habían caducado y todas las religiones estaban en deuda y duda. Aún quedaba por decir algo referente a la filosofía estoica, la cual como sabéis sirvió al emperador Marco Aurelio. Marco Aurelio era filósofo y escribió un libro con el título “en mí mismo”. Pero lo curioso y trágico para él es que fue filósofo, escribió libros y fue perseguidor de los cristianos. La Santa Paraskeva, que lleva su nombre este templo en el cual nos encontramos ahora, fue martirizada en la época de Marco Aurelio. Estas son las cosas curiosas y contradictorias. Si realmente fueras filósofo, dejarías libre el campo para que el otro busque, filosofe, encuentre y tenga fe, ¿porqué pones en martirio terrible a los cristianos, Marco Aurelio?. Es curioso.
Pero este miedo proviene de la ignorancia de lo qué existe en el más allá. Dentro del judaísmo tenemos gnosis-conocimiento sobre lo que existe en el más allá, pero el miedo permanece, no se va, ni huye. ¿Saben por qué?. Porque el hebreo conoce por apocálipsis, revelación, qué existe. ¿Y qué aprende y sabe?, aprende que existe el oscuro Hades. Por eso, David en uno de sus salmos dice: “Señor antes de que me lleves de esta vida, déjame un poco para alegrarme en esta vida, además, ¿allí en el Hades quién te alabará?, puesto que nuestro cuerpo con sus órganos fonéticos se disolverá en el sepulcro.” Por eso, la larga vida se consideraba uno de los mayores regalos naturales de Dios. Acordaos que en el primer mandamiento de la promesa, como se dice, “honra a tu padre y a tu madre” que te han hecho nacer bien y que vivas largo tiempo en la buena tierra. ¿Por qué en la tierra buena y que estés lagos años?. Exactamente porque el lugar de las psiques, el Hades, era terrible. Sobre el Hades hablaron también los antiguos helenos (griegos), pero esto no podían asegurarlo. Existe, no existe y cómo existe. Aquí tenemos apocálipsis, revelación, que existe el Hades y es terrible, es oscuro, lúgubre para las psiques. Por lo tanto, ahora, el regalo para el hombre creyente es vivir muchos años encima de la tierra, así cuanto más tarde llega el hombre al Hades, mejor.
Viene el Cristo, quien bajó al tétrico Hades. Y parte del Hades, allí donde están los justos, se convirtió en paraíso. Cuando dijo al ladrón: “te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”, ¿dónde se fue el ladrón?. Se fue al Hades. Cristo se fue un poquito antes, porque el Señor murió sobre la Cruz a las tres del mediodía. Los ladrones un poco más tarde, puesto que antes les rompieron los huesos de las piernas para que murieran. Así que el ladrón llegó un poco después. El buen ladrón no encontró el Hades, encontró el paraíso. Esto pasó en el sentido estricto, pues, fue lo que le dijo el Cristo: “te aseguro que hoy irás conmigo al paraíso”. ¿Cuándo?. Antes que se ponga el sol. Esto es, pues, el “hoy en el paraíso”, según el calendario hebreo; el buen ladrón que estaba en la cruz no fue al Hades, sino al paraíso. Así que, cuando el Cristo murió y descendió al Hades, parte del Hades, porque los que no creyeron y permanecieron como psiques pecadoras, congeladas y no creyeron en Cristo, ni allí Le aceptaron, se quedaron tal como estaban, no os parezca raro esto, pues, esperan el juicio para entrar en el infierno. Las psiques de los justos aceptaron a Cristo y Cristo se los llevó, transformando parte del Hades en paraíso. Así pues, el paraíso está luminoso, lo único que es imperfecto, porque falta el cuerpo, están solamente las psiques y están en bienaventuranza, felicidad divina, dentro de la gloria de Dios. Estas psiques están deificadas, todos los santos están allí, pero esperando y como os dije hay una falta, esperan en volver a adquirir el cuerpo perdido por la muerte o el martirio. Así que, cuando se hará la resurrección de los muertos, ellos pasarán del paraíso a la realeza de Dios. En la realeza de Dios estarán viviendo con sus cuerpos y en el paraíso están solamente como psiques y en el Hades los pecadores están como psiques y en el infierno estarán con sus cuerpos.
Por consiguiente, uno que conozca que la muerte fue vencida por el Cristo y si se va de la vida presente y ama a Cristo y es cumplidor de los mandamientos de Cristo, entonces ¿tiene ya miedo a la muerte?. Por supuesto que no. Por eso, tenemos el fenómeno de los mártires. Como sabéis, en el Antiguo Testamento no tenemos mártires, excepto una familia. La familia de los Macabeos, los cuales, tienen todas las características del martirio cristiano, a pesar de que es un caso de religiosidad nacional. Uno de los siete hijos de Salomé mártir y también el maestro de ellos Eleazar, ¿sabéis lo qué dijo Salomé a Antíoco, griego de los descendientes de Alejandro Magno: Tirano, si tu ahora destruyes mi vida y nos cortas los miembros de nuestros cuerpos, te digo esto: Dios nos resucitará y nos volverá a dar los miembros perdidos de nuestros cuerpos. He aquí, porque os dije que el martirio de los Macabeos es un precursor del martirio cristiano. Si en el espacio del antiguo Testamento con el verdadero Dios tenemos como mártires sólo estas psiques, ahora echad una ojeada al Nuevo Testamento, tenemos millones de mártires. Por qué, porque ya el Hades no es tétrico. Así el cristiano ya no tiene miedo a la muerte. Sólo debo deciros algo. El tema no está ahí. El tema es en que medida yo fui hombre fiel y cumplidor de los mandamientos de Dios, ¿fui cumplidor correcto?. Quizá no lo fui, entonces puedo tener miedo. Un miedo porque no sé donde resultaré, ¿me absolverá, perdonará, el Dios?. Esto lo vemos en la vida de muchos santos que tengan algo de miedo. También es un elemento más, permitidme que diga que es un elemento natural, a pesar de que los cristianos van hacia el martirio. Es la separación de la psique del cuerpo. Como la separación es una cosa innatural y es el impuesto que pagamos por nuestra caída, por esta razón siempre existe un poco de miedo. Pero este miedo está cerca del cero o es cero. El hombre con fe, el que ama a Jesús Cristo, no tiene miedo a la muerte, basta que tenga la información de que Cristo habita en su interior y naturalmente, que la muerte fue vencida por Cristo y así el fiel queda incorporado dentro de Cristo, por eso comulgamos Su cuerpo y sangre; y como dice el apóstol Pablo: Cuando aparezca Cristo durante la Segunda Presencia, es decir, el Cristo que es nuestra vida, entonces aparecerá también nuestra vida, nuestra existencia. Porqué Aquel vive y viviremos nosotros también en Aquel, porque estamos implantados e incorporados dentro de Cristo. Por eso, vivimos la vida mistiríaca, participando en los Misterios (sacramentos), siendo un deber vivir la vida correctamente, exactamente para resucitarnos, como dice el Señor el día ésjatos o último. Así sea.
¿Por qué existe el miedo generalmente en los hombres?
Por ejemplo, si en este momento explotara una bomba todos saltaríamos de nuestras sillas. ¿Por qué existe el miedo?. Porque existe la culpabilidad. Hijos míos, el miedo tiene dimensión metafísica. Adán le dijo a Dios: he escuchado tu voz y me asusté. Adán, ¿por qué antes cuando escuchabas la voz de Dios no te asustabas y ahora sí que tienes miedo?. Porque eres culpable.
Hijos míos, nuestro subconsciente es culpable. No hay hombre con subconsciente limpio, por eso tenemos miedo. Qué hacemos. Luchamos para limpiar, sanar o purificar la conciencia y el subconsciente. Luchamos para estar debajo de la jaris, la energía increada de Dios, bajo la bendición de Dios. Por eso, san Juan Evangelista dice: “La agapi (amor, energía increada) perfecta echa fuera el miedo”. Y cuando dice miedo o temor, no da a entender aquel miedo que nace por no perder las cosas que hemos conquistado. Si por ejemplo, tengo joyas de incalculable valor sonando en mi bolsillo y voy a la ciudad y me ven, estoy en peligro. Entonces cerraría bien con imperdibles los bolsillos, etc. ¿Por qué?. Para no perder lo que tengo. Es pues, el miedo que hay para no perder lo conquistado. En este sentido dice el apóstol Pablo: Con miedo y temblor guardad vuestra salvación, tened cuidado que no la perdáis. Pero para temer a Dios, dice san Juan Evangelista: “La agapi perfecta echa fuera el miedo, el temor.” Pero si uno me dice: yo tengo agapi perfecta. Le diría: vete, que tienes mucho trabajo aún para poder llegar a la agapi perfecta, la cual está muy lejos de ti aún.
¿Por qué a veces nos sentimos tan vacíos y con tanta soledad?
Es una buena pregunta. Es un estado psicológico que vive el hombre, pero especialmente -si quieren- lo vive el hombre joven. Muchos fenómenos de este tipo pasan en la juventud y ciertamente muchas veces las causas son inexploradas. Es decir, uno no podría fácilmente encontrar la causa de lo que le pasa y que se sienta así. Por eso también hay la duda. Pero vamos a ver qué podemos decir sobre esto.
En principio, esta soledad, este vacío, de nuestra psique se debe a la ausencia del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo se ausenta, el hombre se siente así. El hombre contemporáneo, ciertamente es el hombre que no tiene el Espíritu de Dios, por eso se siente vacío. Esto lo subrayo y debemos entenderlo. Porque lo que desde siempre tiene necesidad el hombre y sobretodo el hombre actual, es la presencia misma del Espíritu Santo. Y si quieren, la vida cristiana ha de hacernos conseguir el Espíritu Santo. El Cristo por eso ha venido al mundo, para que venga el Espíritu Santo y hacernos portadores del Espíritu, hacernos espiritualizados y llenarnos con el Espíritu Santo a nosotros los cristianos, para que sea repetido continuamente el Pentecostés. Es innecesario que os diga que esto hoy lo ignoramos y esto es una desviación de la forma en que vivimos la vida espiritual. Además, cuando decimos, vida espiritual, no significa más que la vida en el Espíritu Santo. Así que, cuando no vivo la vida en el Espíritu Santo, es decir, cuando me falta el Espíritu Santo, es muy natural sentirme vacío y sentirme en soledad.
Pero, ¿cuándo se va el espíritu de Dios?. Porque me pueden decir que cuando fuimos bautizados, hemos tomado el espíritu de Dios y cuando fuimos crismados hemos tomado las donaciones del Espíritu Santo. Sí, es verdad, pero estas donaciones quedan inactivas, cuando el hombre peca, es decir, cuando no desarrolla ni aprovecha la presencia del Espíritu Santo, aísla al Espíritu Santo y así finalmente se siente tal como os dije.
Así que, cuando pecamos y nos vanagloriamos, nos sentimos vacíos. No os podéis imaginar cuanto vacío siente el hombre cuando se vanagloria. Si se quiere, aquí se hace un círculo vicioso y os lo voy a explicar. Debemos romper este círculo vicioso, para que acabe esta historia en nosotros. Es decir, ¿qué quiere decir me vanaglorio?. Pues, pido y busco una gloria vana y vacía. Por ejemplo, cuando busco que me digan que soy bello, moderno, que me digan que tengo joyas muy caras y que me visto con ropa de mucho valor, de última moda, u otras cosas, etc., y que tengo gnosis-conocimiento, por fin, que soy brillante, soy el no va más. Todo esto es una gloria vana y vacía, porque simplemente el tiempo pasa y todas estas cosas pasan y puedo perderlas en un momento u otro.
Si alguna vez habéis visto a un hombre que haya enfermado, pues yo lo he visto. Hace poco fui a ver a un conocido mío en el hospital. Tiene 35 años y está casado. Este tiene cáncer de hígado. Cuando le ví me quedé sorprendido, era imposible reconocerle, sólo tenía huesos y piel y sólo resaltaban sus orejas, era desconocido. Era algo terrible ver a este hombre, yo me quedé anonadado mirándole, me pasó lo que les ocurrió a los tres amigos de Job. Dice la Escritura: en tres días los tres jóvenes no podían hablar, por la sorpresa que tuvieron al ver la penuria del amigo Job. ¡Ay, hombre y te jactas que eres guapo! Estas cosas las pierdes rapidísimamente. Te jactas que eres listo. Resbalas en la calle, te das en la cabeza, tienes una herida cerebral y te conviertes en un clásico idiota. ¡Atención, esto es importante! En unos segundos se pierde todo. Hijos míos, qué terrible esto.
Así que, ¿qué pasa con la vanagloria?. Atención en esto: El hombre empieza a proyectarse a sí mismo. Pero cuando se proyecta a sí mismo en su ambiente, entonces el Espíritu Santo se marcha; puesto que dice: Dios es contrario a los orgullosos; porque la vanagloria es el principio del orgullo o la soberbia; entonces la jaris (gracia), la energía increada de Dios se va, no puedes sentir en tu interior la presencia del Espíritu Santo; por lo tanto, el vacío se hace aún mayor. Entonces compruebas que existe el vacío en tu interior. En los vanagloriosos hay un vacío en sus psiques. Después el vanaglorioso se presenta y se proyecta aún más, para llenar el espacio vacío de su psique y así siente aún más vacío porque se aleja más aún el mismo espíritu de Dios y así se hace un círculo vicioso. ¿Saben cómo se tiene que romper esto?. Simplemente que el hombre tiene que hacerse humilde, para que regrese el espíritu de Dios y sentir en su interior que se ha llenado. Esto es todo. Pero el hombre esto no lo entiende y está igual que aquel que quiere quitar su sed con agua salada, cuanto más agua salada bebe, obviamente, más sed tiene.
Aún más, este vacío dentro de nuestra psique, lo podemos sentir cuando tenemos una ilimitada extroversión. Este punto, mucha atención. ¿Cómo entendemos esta extroversión? Cuando hablamos mucho, charlataneamos, cuando reímos mucho, cuando decimos muchas bromas, cuando tenemos muchos encuentros, relaciones, visitas y saludos con la gente, etc., todo esto al final vacían la psique. Una persona que pueda observarse a sí mismo, verá que después de muchas risas, de muchos chistes, etc., si se queda solo sentirá que se ha vaciado; sobre todo si ha acusado a otros o ha dicho bromas y chistes sucios, si esta tiene un poco de conciencia en su psique, si tiene un elemental autoconocimiento, sentirá que automáticamente se ha vaciado. Es aquello que decimos entre nosotros que cuando tenemos un poco del espíritu de Dios, he sentido la jaris (gracia) la energía increada de Dios que se va. Cierto que se va temporalmente, en aquel momento se va, pero cuando vuelvo a mi sano juicio, otra vez regresa la jaris de Dios.
Por consiguiente, para que estemos sintiendo nuestra psique siempre nueva, llena y nunca sintamos este vacío, debemos estar permaneciendo con Jesús Cristo, que tengamos la zeoría-contemplación de Jesús Cristo. ¿Sabéis qué quiere decir zeoría-contemplación?. Estar pensando en Jesús Cristo, estar pensando en Él en todo lugar y tiempo. Os parecerá raro esto que os digo, ¿cómo puedo estar pensando en Jesús Cristo en todo lugar y en todo tiempo?. Cuando uno se ha instruido, educado en pensar a Jesús Cristo, le piensa siempre y en todas partes. El Cristo está dentro de las existencias o mejor dicho, el Cristo, el Logos de Dios está dentro de los logos (causas, razones) de los seres. Cuando ve la creación, allí está el sello de Dios Logos (Causa), de Su sabiduría enhipostasiada-personificada y entonces se alegra, hasta de una flor o una estrella que mire. Aún, dentro de la ciencia, allí donde puede ver a los seres y la relación de los seres, allí el hombre espiritual vive los logos (causas) de los seres dentro de los cuales encuentra al Logos (causa) inicial de los seres, el Logos de los logos. Encuentra el Logos de los logos de los seres, es decir, encuentra la Causa inicial de las creaciones. ¡Y se alegra de esto!.
Después, a Dios le encuentra dentro de la historia. Ve como se mueven los hombres, ve todo, guerras, catástrofes, situaciones raras en personas, en pueblos y ve como entra Dios allí y esto lo estudia. Aún ve a Jesús Cristo en el Apocalipsis, dentro del Evangelio, es decir, tiene esta continua zeoría-contemplación, de Jesús Cristo. Zeoría, faz, visión, veo a Jesús Cristo. Puede, aún, encontrarle y tener zeoría del Logos de Dios en el estudio y en la oración. Aún más, cuando el corazón no haya hecho, no haya sufrido la catarsis (purificación, sanación), nos sentimos a nosotros mismos vacíos. ¿Queremos sentirnos a nosotros mismos llenos, plenos? Entonces nuestro corazón ha de hacer y sufrir la catarsis. Algunos dicen, si no cometo ningún pecado, no voy allí donde no debo ir e hice lo que debía hacer. Sí, pero no es bastante esto. Debo tener catarsis del corazón. No debo desear ningún mal, ni en un momento.
Catarsis (sanación, terapia) del corazón es un trabajo difícil, no es fácil. Es un esfuerzo perpetuo del hombre, es una ascesis, ejercicio continuo. Lo dice Cristo: “Bienaventurados los que han hecho la catarsis (sanación, terapia) del corazón, ellos verán a Dios” y le verán desde esta vida presente. Cierto que llega a decir san Simeón el Nuevo Teólogo: “si no has visto a Dios desde la vida presente, ni allí le verás”. Y esto se consigue sólo con la catarsis del corazón. Pero atención, ni la catarsis del corazón es bastante. La catarsis del corazón es el medio, pero se debe de llenar el corazón. Puede que se limpie, pero se debe llenar. Pero de qué. Pues, del espíritu de Dios, de la presencia de Dios. Veis cuanto trabajo tenemos. Dónde están aquellos que dicen, tal como me dijo mi guía, no fui a tal sitio o no hice aquello u lo otro, pero las deseas, las anhelas estas cosas, la moda, las juergas, etc. Entonces tu corazón no está en el camino de la catarsis. El corazón debe limpiarse y llenarse.
Finalmente, alguna vez el hombre espiritual se siente sólo, siente una soledad y siente su corazón como vacío. Aunque descubra que allí alguna vanagloria se haya introducido en su corazón. Pero no es por otra cosa que por fines pedagógicos de Dios. Se ausenta el Dios para que la psique le vuelva a buscar y así se crea una necesidad de nueva llamada, para que así se cree en el hombre una ocasión para una madurez espiritual. No olvidemos que los escalones de la madurez los subimos con correspondientes ausencias de Dios. Es decir, siento una plenitud y en otro momento siento que no tengo esta plenitud, es como si me faltara algo, me falta el Dios. Realmente el Dios falta, pero por razones pedagógicas, no por razones castigadoras, sino por razones de madurez. ¿Qué hago, pues?. ¿Dios mío dónde estás?, te busca mi psique, tal como lo dice san Simeón el Nuevo Teólogo en sus poesías. Y entonces reaparece la jaris (gracia increada) de Dios. Dentro de la psique, esta segunda vez teniendo la experiencia de la ausencia de Dios, entra en una nueva experiencia de la presencia de Dios. Así, con estas sucesivas ausencias de Dios, se crean sucesivas experiencias de madurez en la vida espiritual. Si tenemos cuidado, vigilancia y atención a esto, os lo digo en verdad, esto es una manera de progreso espiritual. Por eso, me he entretenido tanto en esta muy buena pregunta y duda que me habéis puesto, para explicaros porqué nos sentimos muchas veces este vacío interior.
¿Por qué unas personas sienten que su vida no tiene sentido, cómo pueden superar esta sensación o sentimiento?
Es un sentimiento que tienen muchas personas, sobretodo en nuestra época.
Diría epigramáticamente que es porque pierden su camino. Pero esto voy a analizarlo.
En épocas más antiguas, cuando los hombres tenían una ocupación sencilla de costumbre, digamos para los pueblos que tenían ocupaciones del campo, nunca se tenía este sentimiento de que la vida no tiene sentido o significado. La demostración es que no había suicidios, sino sólo en algún caso que hubiera algún amorío enfermizo de tipo erótico. Uno fracasaba en el amor y se suicidaba, pero, nadie se suicidaba porque no tenía sentido o significado su vida. Una demostración más, es que el hombre hacía lo imposible para vivir. Cada dificultad intentaba superarla, porque quería vivir. Por lo tanto, encontraba un significado en su vida. Aquello que hace que el hombre encuentre sentido en su vida es tener una ocupación. Si hay una ocupación sencilla encuentra un significado. El hombre que no trabaja, no encuentra ningún significado.
Hace tiempo, el hijo de un millonario en Estados Unidos de América se suicidó a la edad de diecisiete años, diciendo que todo lo había probado en la vida. Es obvio, como era rico no trabajaba. Se suicidó dejando un escrito diciendo que no encontraba sentido y significado en su vida, por eso me suicido.
Pero veis que los pájaros del cielo, las hormigas, los mosquitos, etc., quieren vivir. Por qué. Porque encuentran el significado de la vida, porque luchan buscando comida para sobrevivir. Todos los entes, existencias, encuentran un sentido de su vida. Cierto que también está la aflicción o tristeza o depresión, vienen las frustraciones, decepciones y la fe muchas veces se tambalea. Pero, ahora quiero ir un poco más allá, no son sólo estas cosas particulares, sino que es algo más. Es cuando el hombre pierde su camino que le conduce a Dios. Porque el trabajo le impide pensar que su existencia tiene otro sentido y significado. Y este otro concepto de vida es llegar a Dios.
Si, pues, pierde el camino y no encuentra a Dios, entonces es cuando es nus (espíritu) filósofo y se pregunta diciendo: Cada día voy a mi trabajo, cada año siembro y siego mi campo, pero qué significado tienen estas cosas. He tenido hijos, mis hijos tendrán sus hijos, y los hijos de mis hijos tendrán sus hijos, ¿ y qué sale de todo esto?. Cuando el nus va pensando y es filósofo, se hace esta pregunta y la respuesta es la siguiente: que el Dios nos ha creado para Sí Mismo y el cosmos-mundo actual es una casa de pruebas, es decir, haremos nuestros exámenes y nos encontraremos cerca de Dios. Porque una vez nos apartamos de Dios. Yo como hombre debo saber mi historia. Si estuviese cerca de Dios, estos temas no existirían, porque mi existencia tendría un sentido y significado, porque tendría la bienaventuranza, la felicidad divina, del paraíso. Pero he perdido el paraíso y estoy dentro del mundo de los padecimientos, sufrimientos y angustias de la vida presente, pero puedo reencontrar el camino cerca de Dios. Por eso el hombre que no pierde su camino que le conduce a Dios, éste nunca puede hablar y decir que su vida no tiene sentido y significado.
¿Cómo puedo afrontar y detener situaciones psíquicas en las que pierdo el interés y las ganas de vivir y lo veo todo negro?
Diríamos que es una confirmación típica y que de alguna manera existe en muchas personas, pero más en las jóvenes y no menos en los chicos, además, por la sintaxis parece que la pregunta sea escrita por una chica.
Yo diría lo siguiente. Simplemente si pones gafas oscuras de sol, no ves al sol, viendo a través de ellas lo ves todo oscuro, si pones gafas verdes, lo ves verde, si pones rojas, lo ves rojo, etc. Entonces si en tu interior y a tu alrededor lo ves todo oscuro, es porque no tienes unas gafas correctas; no tienes los ojos bien y no ves como se debería ver. ¿Qué ocurre exactamente aquí? Hijos míos, falta el Cristo. Y así el sentido y significado de la vida “en Cristo” no existe. ¿Qué quiere decir, sentido y significado de la vida “en Cristo”?. Porque el significado de la vida, si es que uno puede encontrarlo, puede ser que uno lo busque también fuera de Cristo. Pero finalmente no encontrará ningún sentido, ni significado. Sobre todo, puede ser joven y filosofar, o también de avanzada edad y estar viviendo diciendo: aunque he vivido, qué sentido tiene, qué pasa y qué he ganado. He aprendido la filosofía del mundo, tengo tantos títulos, he dado la vuelta al mundo, he estado en todas las naciones de la tierra, ¿qué he sacado de esto, puesto que moriré?. ¿Saben que la muerte es la que crea estos problemas? Porque, puesto que moriré y existe la muerte, entonces, ¿para qué existe la vida?. Para que sea una vida castigada de sufrimiento, como es en todos los hombres más o menos, con tormentos y amarguras, etc. ¿Qué significado tiene la vida?. Al final, si busco sólo filosóficamente en encontrar el sentido y significado de la vida, llegaré a la conclusión que no hay significado, ni sentido y que esta misma vida es una vanidad. Pero pregunto, ¿cuándo el Dios crea, crea vanidades o cosas vanas?, ¿es posible esto?. Algo no va bien. Sí; La muerte entró exactamente porque el hombre ha pecado. Así que, con la presencia de la muerte el hombre pierde el sentido y significado de su existencia. Pero lo vuelve a encontrar cuando vive “en Cristo”. Por eso os dije “el significado de la vida en Cristo”, porque en Cristo fue vencida sobradamente la muerte. Puesto que se ha vencido a la muerte, ¿no decimos en el símbolo de la fe?, “espero la resurrección de los muertos”. Entonces, ya le encuentro un significado en la vida. Quizá, y lo importante, es que yo no haré aquello que haría un hombre de espíritu mundano, el que todo aquí es conocer y vivir; no, simplemente la vida presente es un pre-estadio de una vida futura.
Si, pues, las cosas las vemos negras, es exactamente porque aún no hemos conocido a Cristo para encontrar el verdadero sentido y significado de nuestra vida.
Dice más abajo la pregunta:
¿Cómo puedo anular los complejos de inferioridad que tengo y que me crean problemas de comunicación en mis relaciones diarias? ¿A qué se debe que me siento diferente de los demás, rara, aislada y pierdo mi naturalidad en mi comunicación o conexión con los demás?
La ausencia de sencillez es presencia de egoísmo. En todos estos fenómenos se encuentra la presencia del egoísmo. ¿Si supieran de este “pulpo” que es el egoísmo? El egoísmo es como un pulpo que tiene muchísimas patas. Es terrible el egoísmo y al final hace que el hombre quede aislado. Pues, sí, todos estos problemas se crean desde un yo enfermo. Y para la que ha preguntado no se crea sólo enferma ella, os diría que más o menos todos tenemos un yo enfermo. Creedme que en un cien por cien “un yo o un ego” saludable no tiene ninguna persona en la tierra, desde el momento que arrastramos en nuestro interior al viejo Adán. Es pues, nuestro egoísmo el que nos hace sentirnos aislados, etc., y también es la falta de sencillez. La sencillez, como os he dicho muchas veces, es la resultante de todas las virtudes. Pues, que veáis sencillamente, la creación, los hombres y todo. Me quedo aquí, porque el mismo papel más abajo continua con otra pregunta:
¿Es pecado cuando deseo ver en mi sueño una persona querida?
Veis, aquí está lo interesante. Atención con lo que os voy a contestar ahora. Desde el momento en que un hombre deja de tener comunicación con las demás personas, a causa del egoísmo, como os dije antes, empieza a buscar comunicación con los muertos. Quiere ver personas queridas que existen y están en el otro mundo.
La pregunta es, ¿si es pecado?. En principio es pecado ocuparme de los sueños. Además, ¿quién os ha dicho que la persona que veo en mis sueños, sea mi madre o mi padre, es a la persona que quiero? La mayoría de las veces es reciclaje o reflejo de esta misma fantasía nuestra, tal y como lo dice también la Santa Escritura. Y muchas veces los sueños son el contra-reflejo de nuestros deseos. No son ni mi padre, ni mi madre. Es el fenómeno que en todo el mundo pasa, sobretodo en el mundo cultural o primer mundo, el del progreso avanzado, pero que se presenta en una excentricidad en los países muy desarrollados, como en Europa y en Estados Unidos. Veis a personas que no tienen ya ninguna comunicación con los demás, porque dicen que se han decepcionado y desengañado; Esto es egoísmo puro y falta de sencillez; y tienen gatos, perros, se ocupan con todo tipo de animales y lo peor y escandaloso es que dejan diez millones de dólares de herencia al perro o al loro. Estas cosas que continuamente leemos en los periódicos. ¿Es verdad?. ¿Esto no es excentricidad?
Pues, la realidad no quita que amemos a los perros, los gatos, etc., todos los animales son creaciones de Dios, pero no debemos aislarnos amando solamente a ellos y no a los hombres. Llegar a gastar comidas carísimas para los animales mientras personas y niños pasen y mueran de hambre.
La conclusión, pues, es que aquí también se ve que hay un engaño. Hay una desviación, querer encontrar una salida en unas cosas, porque estoy deprimido o negué la comunicación con las demás personas. Os diría aún más, si se supone que buscamos una comunicación con Dios especial, esto también es una cosa enfermiza. Porque me diréis: ¿y los ascetas¿. Pues, los ascetas son los hombres más filántropos. Tomad a san Antonio el Grande, vivió veinte años sin ver ningún hombre, ni fue visto por ningún hombre. Pero, podría decir alguno si hay persona más filántropa (amigo del hombre) que san Antonio. Tenía comunión con Dios, pero esta comunión suya desarrolló su filantropía. En cambio, las otras cosas son enfermizas. Muchas veces decimos yo y mi Dios, no me importa ir más allá. No es así. La respuesta sobre esto, la da san Juan el Evangelista en sus tres epístolas, y dice: “A Dios que no lo has visto, dices que le amas y las personas que las ves no las amas, eres un falso,”, eres un gran mentiroso. Porque así nos engañamos a nosotros mismos con creer que tenemos una comunicación o hemos encontrado nuestra forma de comunicarnos con Dios. No, no es así, se trata de situaciones enfermizas.
¿Qué sentido positivo puede tener “el fracaso” en la vida del cristiano?
(La pregunta es de estudiantes de bachillerato pero la respuesta sirve también para los mayores tanto en el campo laboral como en el espiritual)
Si suspendes todo un curso de tus estudios o una asignatura, entonces entenderás y sabrás qué sentido tiene el fracaso. Si fallas en unos puntos de tu vida y si ciertamente eres un nus (espíritu) filosófico, es decir, que te sientas y estudias las cosas de tu vida cómo te han pasado, entonces seguro que entenderás el sentido y el significado que puede tener un fracaso.
Pues, hijos míos, atención, porque la manera en que vivimos en nuestra época, es de un modo como si quisiéramos quitarnos el fracaso de encima nuestro como responsabilidad propia, y esto, es el peor enemigo. En principio, hemos exiliado el concepto de fracaso de la educación. Y así hemos llegado al punto de que cuando tenemos un enfermo grande, este se le llama maleducado y está dentro de un fondo grande de fracaso. Uno mismo lo ve claramente esto. Así que, vamos para no fracasar y al final nos encontramos teniendo varios fracasos. La misma cosa ocurre también en nuestra vida, que luchamos para no fracasar y al final nos encontramos en el espacio del fracaso.
Me acuerdo una vez de un chico muy bueno. Esto aconteció antes del 1960 lo que os voy a contar, apuntaos que desde entonces historias de este tipo se han repetido, pero como esta la he vivido personalmente, os la cuento. Este chico tenía siempre sobresalientes, con el 20 como la máxima puntuación. Así en el colegio tenía muchos regalos, alabanzas, etc. Pero sin darse cuenta adquirió el llamado entre nosotros “complejo del éxito”. Es decir, este complejo le hacía estar con miedo delante de un supuesto fracaso. Entonces, me acuerdo, antes de que yo me marchara de Atenas y viniese hacia aquí, el chico fue a examinarse para la universidad para ser abogado. Era hijo de periodista, bien situado, etc., con grandes alabanzas sociales. Entró en la clase que se examinaría y le cogió un miedo “terrorífico”, de que no escribiré con nota de sobresaliente. Se juzgó a sí mismo que no estaba bien preparado y no se examinó, se marchó. Los demás le insistieron que se quedara a examinarse, aunque fuera con la mínima puntuación entraría en la universidad, si lo que vale es entrar no la puntuación, tú lo quieres es entrar con sobresaliente, no siendo necesario. Pero se había acostumbrado en sí mismo y también a su ambiente en esta puntuación y ya estaba esclavo de su ambiente. Por favor, tened atención a estas cosas, ahora se ha generalizado mucho esto, entonces eran casos aislados, pero hoy día dependemos mucho del enfermizo “qué dirán”. Entonces, tal como os he dicho, era esclavo de su ambiente, dependía y tenía miedo de lo que iba a decir su ambiente sobre él. Y que se disminuirían las buenas impresiones que podrían tener los demás sobre él. En fin, no se examinó, pero se preparó para examinarse al año siguiente. Volvió a ir, entró y salió sin examinarse repitiéndose lo mismo. Entonces tomó la decisión de ir a Alemania a una escuela y al final acabó trabajando en las obras. Después de diez años volvió a Grecia y vino a verme, en la ciudad de Lárisa que estoy ahora. Y me dijo: Padre voy a tomar el último tren de mi vida. He pedido diez mil dracmas de salario y el salario normal era de mil. Y yo le contesté, es demasiado dinero esto, empezarás con menos y poco a poco irás subiendo cada vez más. Me contestó él entonces, que esto no puede pasar, y le volví a contestar: “aún no has cambiado”. La verdad es que al final no sé lo que ha pasado con este chico.
Habéis visto cómo pensaba. Porque en su ambiente tenía que decir siempre que era un hombre con éxito, que tengo y tengo, etc., en fin, falta la humildad. Así que esta conducta la aprendemos en nuestra juventud. Y por desgracia nuestra, esta forma de conducta primero nos la enseñan erróneamente en nuestras propias casas. Nuestros padres que nos aman, ellos nos inspiran a este espíritu, cierto que no a todos, pero a bastantes les ocurre. Confieso que esto actualmente está muy de moda. También ocurre en la escuela de la manera en que funciona. Vemos, sobre todo en las niñas, cuando compiten entre ellas, pasan por angustias y se destruyen casi cuando se tienen que examinar, no vaya a ser que no sean las mejores. Una vez una maestra vino amargada a decirme que su hijo no salió el primero en los exámenes, sino segundo. Estaba amargadísima. Y su hijo le decía: ¿madre, no te es bastante que sea un buen estudiante?, no ocurre nada, soy el segundo, no se ha acabado el mundo. Y yo le dije: “tu hijo es más sabio que tú.” Debo de deciros que las personas jóvenes cuando piensan así, están expuestas a enfermedades psíquicas. Empezamos con la angustia, el estrés y no sabemos dónde acabaremos.
Pues, hijos míos, el fracaso tiene un sentido y un significado. Primero en el colegio, no quiero decir con esto que seáis perezosos para fracasar, pero si ocurre que tengamos algún fracaso no se termina el mundo, no pasa nada. No podemos vivir con la impresión del que pensarán los demás sobre nosotros; qué quiere decir esto de impresionar, pues no existe esto. Lo que si tiene valor es que seas trabajador y honesto y en la medida que puedes rendirás, nada más. Y si alguna vez tienes algún fracaso, no se termina el mundo, al contrario, ese fracaso se convierte en motivo para más lucha.
De lo que hablamos ahora sobre el colegio, es válido para la profesión, es válido para la sociedad en que vivimos y también para la vida espiritual. Quién os ha dicho que no vamos a tener caídas en la vida espiritual. Y si tenemos caídas, qué debemos hacer, dimitir de cada lucha. No; ¿entonces qué hacemos?.
Pues, el fracaso tiene su importancia y sentido. Y muchas veces el Dios permite un fracaso nuestro, por ejemplo, cuando somos egoístas, permite un fracaso para que nos hagamos humildes. Así con el fracaso podamos adquirir la virtud de la humildad y hacernos autocrítica, etc. Cuando el apóstol Pablo en la epístola a los Corintios dice: “se me ha dado un parásito para que me perturbe, un ángel satán, que Dios me lo puso, para que cuando levanto la cabeza me dé o me pinche… para que no me ensalce o enorgullezca.” Explica san Juan el Crisóstomo que interpreta al apóstol Pablo, que no se trataba de ninguna enfermedad, sino que se trataba de la tentación que venía de su generación judía, la de los hebreos. Apenas iba hacer algo, detrás estaban los judíos y le estropeaban su trabajo. Y dijo que le había sido dado este parásito para someter a su carne, es decir, para que se conviertan y crean en Cristo sus compatriotas, su carne, o sea, se refiere a sus parientes o compatriotas. Esto lo dice san Crisóstomo y es posible que esta sea la interpretación exacta. Por lo tanto sus compatriotas no le dejaban tranquilo. Todos estos fracasos fortalecían más a Pablo. ¿Sabéis lo qué decía? “Cuando estoy enfermo, entonces soy fuerte”, es decir, cuando le provocan en temas que puede avanzar y también cuando progresa le fortalece para que no se enorgullezca. Por lo tanto, uno ve qué sentido e importancia toma aquí el fracaso.
Sabéis que el gran Moisés que fue escogido de Dios para aquella gran misión y le hizo mega, grande, en la historia y también en el cielo, y era de una voz muy débil y apenas se le oía y su lengua muy lenta en hablar; le pidió al Señor que le liberara de esto por los defectos que tenía. Dios le contestó que no, y le dijo: “irás”. Porque Dios quería el mismo resultado de lo que después dijo Pablo: “…mi fuerza en la enfermedad se perfecciona”. “Con mi fuerza se completará tu debilidad o enfermedad, tú quién eres para no obedecer.” Así pues, no busquemos lo absoluto, lo perfecto, el éxito, el sobresaliente. También vendrá el fracaso y deberemos bajar la cabeza y decirnos a nosotros mismos, no pasa nada, gracias y gloria a Dios y lucharemos otra vez, sea en el campo de estudios, sea en el laboral, sea en el ámbito del ejercicio espiritual.
Debemos de aprender en volver a empezar frente a un fracaso. Repito, tiene mucha importancia el fracaso, no lo echemos, ni despreciemos, es útil.
Sobre el fracaso sigue del anterior32,1´
El día anterior hablamos sobre la pregunta: ¿cómo y cuanto puede contribuir el fracaso al cristiano?. Diría que no sólo al que es cristiano, sino a cualquier persona, el fracaso es un material importantísimo, el cual no sé el por qué en nuestra época lo hemos rechazado y dejado. Creemos que nuestra vida es un camino lleno de rosas. Una vez había unas postales, a lo mejor existen aún, que los enviaban a los recién casados y decían: “Os deseamos que vuestra vida se llene de rosas,” u otros deseos utópicos, etc. Es un camino de Cruz y no lleno de rosas. Esto es lo que os quería decir, para que no estemos en utopías, no existe la vida del hombre sin fracasos. Y si el hombre no sabe utilizar este material, la realidad del fracaso, entonces no sabe vivir. No conoce el secreto y el arte de la vida. Esto es lo que decíamos más o menos anteriormente.
Pero quiero dar continuación a esta pregunta debido a una carta que he recibido. La encontré de gran interés y pensé contárosla. Es de 29 de mayo del 1987, hace un año más o menos. Me la mandó un joven que yo no conozco, ni él me conoce. Puede ser que sus padres hayan venido al monasterio, algo así parece ser la cuestión. Cierto que es un chico muy amable. Escuchad lo que escribe: “Estimado Padre, el Domingo a las diez de la mañana me examino en unos ejercicios gimnásticos panhelénicos; si paso la ronda de estos ejercicios por la tarde estaré en las finales, donde competiré para el primer lugar. Por eso os ruego, orad al bondadoso Dios y a la santísima Madre, que me ayuden en estas pruebas para que sea el primero pasando todas las eliminatorias. Por la mañana que salga el primero y por la noche en las finales obtenga la máxima puntuación. Perdóneme por tantas cosas que le he escrito y cansado y pone su nombre y firma”.
Posteriormente apunta que: “si salgo primero, la medalla y la mitad del premio que es de veinticinco mil dracmas lo he prometido a la Santísima Madre.”
¿Habéis comprobado cuántas veces repite que sea el primero y el sobresaliente? y otra cosa, la mitad del dinero lo dona a la Madre de Dios. Escuchad, si uno tiene en su interior “ser amante de ser el primero”, entonces dona la cantidad entera y no la mitad. Porque allí también será el primero y los periódicos y todos, dirán que tal campeón ha donado su premio, la suma del dinero percibido.
¡Veis lo que domina en nuestra época! Ser primero, la primicia (como el papa de Roma). La primicia, ser el primero, el number one, es decir, el fracaso no es material, no vale, es un material que lo tenemos que desechar de nuestra vida. Si supierais, hijos míos, si quitáis el fracaso en la edad joven, ¡si supierais qué os espera en vuestra vida!. Cuando no podemos salir adelante posiblemente hasta el suicidio podemos llegar. Por esta razón, es mejor que pasemos un poco de hambre, aunque sea de manera técnica, como es el ayuno de una cuaresma, pasemos un poco de sed, no pasa nada. No tenerlo todo al momento y si se tiene dinero tener un poco de autodominio, no comprando compulsivamente. Pensad que si viene una guerra, hambre, cualquier desgracia o algo que destruya todas estas facilidades, ¿entonces qué haremos? Hijos míos, luchad y utilizad en vuestras vidas todos los elementos de vuestros fracasos que deberán ser para vosotros una lucha constante de progreso, de ejercicio y fortalecimiento. Decirse a uno mismo, tener miedo a la vida, ¿por qué?. Dios es nuestro ayudante. Por qué; Porque nos hemos cultivado con nuestros propios fracasos. Tengo una caída de las notas, no hay que sentirse fracasado, estudiar más y lo recuperarás. Una enfermedad, no se termina el mundo, te pondrás bien. No te has recuperado bien, pues, gloria y gracias a Dios, así lo quiere Dios. Llegaré a morir ¿y qué?. Ya hemos dicho que tenemos como patria el cielo. Entonces no nos desesperemos, no lleguemos a sentirnos fracasados y a causa del fracaso llegar a tener enfermedades psicológicas sin salidas. Esto guardadlo muy bien, estas cosas no son mitos, los mitos son todas las demás cosas, las cuales realmente conducen a la vida sin salida. Y continúo en otra pregunta.
Muchos temen a Dios y otros le insultan en momentos difíciles y otros se acuerdan de Dios cuando tienen problemas, el Dios es nuestro Padre, ¿cuál es la mejor posición frente a Él?
Todos los casos que se han referido en esta duda son negativos e interesados. Si insultas al Señor, porque las cosas no te van bien tu posición es negativa, por esta razón la culpa no es de Dios. Pero por otro lado, pones y enciendes tu vela y quieres que tus cosas y tus trabajos te vayan bien, aún incluso hasta tus pretensiones pecadoras. Sabéis que existen hombres que muchas veces para conseguir una relación ilegal que a Dios le da asco, uno no duda entrar en la Iglesia encendiendo velas. A veces dentro de los ortodoxos, pasa que tejen o crucen dos o más velas; es decir, una praxis mágica, una vela para él y la otra para la persona que quiere conquistar, tejen las velas y las encienden. ¿Para conseguir qué? Para conseguir algo que Dios lo prohíbe. Lo veis. Repito, cuando algo no es la voluntad de Dios y queremos coaccionar a Dios para conseguirlo, esto se llama praxis mágica. Y ¿sabéis cuántas cosas dentro de nuestros actos y cultos, nosotros los cristianos los hemos convertido en mágicos? Cantidad y multitud de cosas. Mirad el icono que antes reverencié, tiene una moneda encima. Muchas veces la moneda no es porque sea una donación o una ofrenda. Cuando el icono está vertical y la moneda que ponemos queda pegada, es una especie de devoción ortodoxa, significa que conseguiremos aquello que pedimos, pero a veces equivocadamente lo convertimos como una especie de adivinanza. Si la moneda no se pega no se hará lo que pedimos. Pero nosotros, quiera o no Dios, queremos esto y ponemos un poco de cera a la moneda para conseguirlo. Y nos decimos: que quieras o no Dios mío me lo darás. Para que veáis cuantos elementos mágicos utilizamos en nuestra vida.
Pues, todas estas cosas, hijos míos, son posiciones negativas frente a Dios o utilitarias. “Nos acordamos de Dios cuando santa Bárbara truena.” Es decir, me importa mi interés. Sea entendido bien o mal, me interesa esto. Por eso se ha dicho muy bien que nuestras relaciones con Dios se parecen a un paraguas. Llueve, abrimos el paraguas, hace buen tiempo, dejamos el paraguas. Lo mismo cuando tenemos necesidad de Dios, le imploramos; Cuando no le tenemos necesidad y las cosas nos van bien, entonces no le imploramos, le dejamos de lado. Esto lo dice un Salmo: “Cuando caía fuerte la mano de Dios y castigaba a los hebreos en el desierto, dice que por la mañana temprano salían de la tienda de campaña a implorar, honrar y alabar a Dios, cuando pasaba el castigo, otra vez se olvidaban de Dios”. Y aquel otro que dice: “el pueblo me alaba con sus labios y no con su corazón.”
¿Cuál es la posición, actitud o conducta que debemos de tener frente a Dios, según la pregunta? Hijos míos es la agapi-amor. Debemos amar a Dios. Os diría quizá un extremo. Si se supone que yo no fui correcto y voy al infierno, entonces incluso allí amo a Cristo. Entonces solamente podemos hablar de una relación correcta con Dios. No habrá ni utilidad egocéntrica, ni interés propio egoísta, nada de todo esto, todo ello desaparecerá.
Un pequeño ejemplo natural. Si os habéis fijado en niños muy pequeños entre 3-4 años que por una gamberrada lo toma su madre y empieza a pegarle. El niño cuanto más le pega su madre más se agarra y se apega a ella. Esto es una icona-imagen muy característica. Esta es la icona del creyente; “Señor castígame, haz de mí lo que quieras, lo merezco, pero yo te amo y cuanto más me pegas más te abrazo.” Habéis visto a Job cuando cayó fuerte la mano de Dios y no porque era injusto, -no tenía culpa-, es la conocida historia de Job para no repetirla. ¿Job se olvidó de Dios? No. Pues, nuestras relaciones con Dios serán relaciones de agapi (amor desinteresado). Cualquier cosa que hagamos, sea caridad sea lo que sea, será porque amamos al Señor. Cualquier virtud que ejercitamos, será porque amamos al Señor. Todo lo que hacemos será porque amamos al Señor. Amín.
¿El Dios castiga, prueba o instruye?
Pues, las tres cosas, castiga, prueba e instruye. Hemos aprendido y esto en un aspecto es herejía, ¿ ay, cuántas cosas hemos aprendido y son herejía?. Si por ejemplo, divulgas la inmoralidad, la indecencia, esto es una herejía al campo ético y vivencial del Evangelio. Cuando quitamos la justicia de Dios y hablamos sólo de una agapi (amor desinteresado, energía increada) de Dios, esto es una herejía. Por lo tanto, ¿qué cosa más curiosa?, no queremos ver un Cristo juez, sino sólo un Cristo lleno de agapi. Así que, decimos, nuestro dulce Cristito o Jesusito. Hijos míos, Cristo es dulcísimo pero también es muy justo. No podemos quitar de su Persona la justicia. La hagiografía e iconografía ortodoxa esto lo muestra y demuestra. Desgraciadamente el arte cristiano occidental no posee esto, muestra un Cristo demasiado dulce, porque sobre esto se trata. En cambio la hagiografía o iconografía muestra estas dos siguientes y como prototipo tomaré a Cristo del monasterio de Dafne, que está en la cúpula. Si le miráis, aunque sea un instante, os asustaréis, cuando miráis hacia arriba a la cúpula, -circulan postales y podéis verlo-, te sobrecoge un temor, un respeto, ¿por qué?. Porque es el Pantocrator, Todopoderoso. ¿Por qué te asustas, teniendo miedo de la lluvia y el rayo y no tendrías miedo, temor y respeto del creador de la lluvia y el rayo? Si miráis el icono cerrando un ojo y mirándolo con un solo ojo en la imagen veréis lo siguiente. Un ojo de Cristo lo veréis lleno de paz, serenidad y agapi, porque los ojos expresan la expresión. Si giráis para ver el otro ojo de Cristo, entonces veréis que el otro ojo de Cristo está lleno de justicia, está preparado el Señor en pedir cuentas. En la misma cara, el arte consiguió expresar la agapi y la justicia de Cristo. ¿Cuántas veces el Señor mostró la parte de la justicia? Uno de tantos os digo, no os hablaré del juicio final donde dice que vayan los malditos al fuego eterno consumador, sino recordaos de la parábola de las diez vírgenes; hubieron cinco que fueron tontas y no se prepararon, pero eran vírgenes, que es lo mismo que tener la cualidad cristiana pero sin haber hecho nada en tu vida. “Señor, Señor, ábrenos la puerta y el Señor dentro de su nuncio, es decir, de su realeza, contesta: No os conozco”. ¡Terrible! Nos dice que aquel día le dirán los hombres: Señor, ¿no hemos comido contigo, no hemos bebido juntos, no has predicado en nuestras plazas?, lo dice más para sus contemporáneos. Entonces les diré: iros de mí lado trabajadores de la ilegalidad, no os conozco.
Decidme, ¿dónde está la agapi-amor de Cristo?. Por lo tanto, si permanecemos sólo en la agapi de Cristo y hemos extraviado la justicia de Dios, esto es herejía. Hijos míos, el Cristo está lleno de agapi pero también de justicia. Por lo tanto, el Dios es cierto que castiga aquí y también en la otra vida. De otra manera, ¿cómo se explica el infierno eterno?. Pero también aquí el Dios castiga. Muchas veces castiga condenadamente. Tal como con Caín, fue castigado condenadamente.
Es cierto que tenemos el castigo que no es con condena, sino pedagógico, tal como es con Israel en el desierto. Allí el Dios castiga a su pueblo, obviamente con castigos, pero no para condenarle y destrozarle, sino para que se vuelva a sí mismo, regrese a Él y entre en la tierra prometida.
Aún el Dios también prueba. Me referiré sólo a un caso, aunque existen muchos, es el caso de Abraham. El Dios prueba a Abraham, prueba su fe. Se va de sus existencias materiales, recibe tantas peripecias hasta llegar, sin llegar a instalarse en la tierra prometida, no tuvo en propiedad ni un acre de tierra, confió en las promesas de Dios, es sorprendente eso. El por qué, es un tema grande, no os diré más que cuando le pidió el hijo de la promesa, Isaac, para que lo sacrifique el padre a Dios. No dudó. Cuando fue a sacrificar a su hijo, entonces el Dios le dijo: “no sacrifiques a tu hijo, te probé y he visto quién eres.” No porqué el Dios no conocía quién es Abraham, sino que quería dejar un gran monumento de fe con esta prueba dentro de la historia.
Así que, el Dios castiga con condena, pedagógicamente y también prueba e instruye, ya que son tres las preguntas.
VARIAS DEMOSTRACIONES
Se dice que el cristianismo entero está fundamentado o se fundamenta en la resurrección de Cristo. ¿Pero existen testimonios que prueban la Resurrección de Cristo?
Es cierto que podemos decir que el cimiento del cristianismo es la Resurrección de Cristo. Un pequeño ejemplo os diré que es un enorme cimiento. Cuando voy a tomar la comunión, es decir, el cuerpo y sangre de Cristo, dentro en el santo cáliz hemos puesto vino y pan, el prósforo (oferta de pan especial de comunión) que hemos hecho. Y decimos que esto es el cuerpo y sangre de Cristo. Atención, mi lengua, ¿qué siente?. Siente vino y pan. ¿Es vino y pan?. No. ¿Qué es? Es el cuerpo y la sangre de Cristo que no cae en la cuenta de mis sentidos. Tal como no caía en cuenta a los sentidos la persona o hipóstasis de Cristo; el Cristo era entre los hombres un hombre humano, tan hombre que le tomaron y le crucificaron. No captaban y no caía en sus sentidos que era el hijo de Dios, cosa que ni siquiera caía en los ojos de los ángeles, ni en los ojos de los demonios. No conocían ni los ángeles ni los demonios quién era el Jesús Cristo. Porque la deidad es totalmente invisible, no existe ojo de creatura creada que pueda ver la deidad. La Santa Escritura dice: “Nadie jamás ha visto a Dios”. ¿Qué veían los sentidos de los hombres en Jesús Cristo?. Veían Su cuerpo, la deidad no la veían. Tal como no veían la deidad de Cristo, así lo mismo ahora no podemos ver el matábole (transformación) del pan y del vino en cuerpo y sangre de Cristo.
¿Pero cómo los sienten nuestros sentidos?. Como vino y pan.
¿Cómo percibían los sentidos de los hombres cuando le prendieron y le clavaron en la Cruz?. Como un hombre en la cruz y nada más.
¿Dónde está la base y el cimiento de que esto que comulgamos es el cuerpo y la sangre de Cristo?. Simplemente, porque el Cristo ha resucitado y como ha resucitado es Dios.
Por lo tanto, cuando nos dijo que estaréis tomando vino y pan, por decirlo así de una manera sencilla, y haréis la liturgia, esto será mi cuerpo y mi sangre.
¿Cómo lo sé que es el cuerpo y la sangre de Cristo?. Respuesta: Lo dijo el Cristo.
¿Y de dónde sé que esto que dijo es cierto?
El Cristo se ha resucitado de los muertos, ascendió, y descendió el Espíritu Santo y certificó quién es el Jesús Cristo.
Así que la llave de la gnosis-conocimiento de todo lo que nos dijo el Cristo, es la Resurrección de Cristo. Correctísimo. Os dije el cimiento, la llave es la Resurrección de Cristo.
Así que si uno dice, ¿ahora esto qué es?. ¡Lo dijo Cristo!
¿Y por qué lo dijo?, ¿es así?
Sí, es así, ¡porqué ha resucitado!, se acabó.
¿Quieren ver como lo dice el apóstol Pablo?, vamos al capítulo 15º de la Epístola a los Corintios: “Y si el Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe y vano nuestro kerigma o predicación” (1ª Cor 15,14). Es decir, que la cualidad de cristiano cae al vacío. Esto que antes decíamos sobre nuestro nombre como cristianos, esto cae al vacío.
Más aún, como el cristianismo, el Evangelio es crucificador y dice: cortarás tus pazos, no serás hombre vano, rico etc. Recibirás y aceptarás injusticias en vez de ser injusto. Más bien, en esta vida sufrirás y llevarás tu cruz en esta vida, etc. Si el cristianismo no es verdadero, entonces por qué voy a sufrir. Por qué tengo que tener esta prenda negra continuamente que es el color de luto. Y si quieren, no es para el sacerdote esta prenda, es para cada creyente. En realidad significa que todos tenemos que tener luto por nuestros pecados. Dice el Señor en las bienaventuranzas: “Bienaventurados los que están en luto, bienaventurados los que ahora lloran por sus pecados porqué en la realeza reirán…” ¿Qué significa esto? Que para ser cristiano debe de asumir unas tesis o posiciones.
Pues, si el cristianismo no es verdadero y estoy en esta situación y no disfruto de esta vida, ¿qué vida?, esta vida mundana, materialista. No es digna ni hablar sobre la vida mundana, pero en este caso, hago a mi gusto, hago lo que me da la gana, hago mi voluntad, porqué no hacerlo. Dice el apóstol Pablo: “Si nosotros los cristianos lo que esperamos de Cristo es sólo para esta vida, somos los hombres más desgraciados” (1ª Cor 15,19). Perdemos una vida futura que no existe, por decirlo de una manera, porque si Cristo no ha resucitado, nosotros no somos nada, pero perdemos también en la vida presente. Porqué no comer, beber y disfrutar de todo. El mismo apóstol Pablo lo dice: “Si luché con las fieras humanas en Efeso sólo por motivos humanos y mundanos, ¿de qué me sirvió? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos” (1ªCor 15,32). Sea que luche con fieras reales como un mártir en la arena con las fieras o metafóricamente con bestias humanas, ¿porqué tengo que sacrificarme?, si no existe la Resurrección de Cristo. Pero dice el apóstol Pablo: “Pero, Cristo νυνί (niní, ahora mismo, es decir, en cada momento,) resucitó de entre los muertos, como primicia de los que murieron” (1ª Cor 15,20) y el apóstol Pablo trae sus testimonios, porqué también la pregunta es ¿Y cómo se demuestra, prueba? Además, la pregunta dice, “históricamente.”
39´ Pues, atención. Primero, cuando decimos fundamento o cimiento histórico, entendemos acontecimientos. Segundo, testimonio de los acontecimientos, no es sólo que una cosa se haya hecho, sino que debemos tener testificación de las cosas que han pasado. He aquí. El apóstol Pablo en la primera epístola a los Corintios se refiere a las siguientes: “Os transmito, en primer lugar, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras” (1ªCor 15,3). Atención, mucha atención, cuando queremos asegurar un acontecimiento históricamente, decimos que no hay más que tener testimonios históricos. Esto es un fundamento o cimiento. Especialmente en el campo de la fe, en el campo del cristianismo tenemos dos cimientos. Atención dos fundamentos o cimientos. El primero es el acontecimiento histórico y su testimonio. El segundo es la profecía cuando se realiza. Para todas las cosas mundanas, sin duda, no tenemos profecía. Decimos Alejandro el Magno, etc., a pesar de que él tiene profecía, está en Daniel, pero digamos que tenemos la historia mundana, que dice que vivió, hizo, conquistó, etc. ¿Cómo demostraré que hubo Alejandro Magno? Sólo por los acontecimientos.
¿Cómo demostraré un acontecimiento del cristianismo? Pues, de dos cosas, de los acontecimientos y también de la profecía.
Por eso si leemos el Nuevo Testamento encontramos en cada paso que “está escrito o según las Escrituras”, lo dice tal profeta etc.
Aquí el apóstol Pablo dice que “… el Cristo murió según las Escrituras”. Es testimonio y esto es según la Escrituras, es decir, según las profecías; Y “que fue sepultado y resucitó el tercer día según las Escrituras” (1ªCor 15,4), el apóstol Pablo aquí dice que esto lo tomó como tradición porque es un hecho o acontecimiento. Esto es testimonio y esto es según las Escrituras, es decir, según las profecías; El que “fue sepultado… y resucita durante el tercer día, según las Escrituras”. También Su Resurrección acontecimiento, hecho, entregado, testificado también según las Escrituras y las profecías. En el Símbolo de fe decimos “según las Escrituras”, esta frasecita, ¿saben lo fundamental e importante es?
Dice ahora acontecimientos y muchísimos testigos, que: “Apareció a Cefás (Pedro), luego a los Doce, después a más de quinientos hermanos a la vez, de los que la mayoría viven todavía y algunos murieron; después se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles; y después de todos, como a un abortivo, se me apareció también a mí”. ¿Dónde se apareció a Pablo? Cuando iba hacia Damasco. El mismo apóstol Pablo dirá que: “… ¿no he visto a Jesús Cristo el Señor nuestro?. Sí, le he visto. Aún más, tiene este testimonio y a esto apela, porque si fueran a Damasco, allí habían también otros junto a él. Los demás vieron la luz, el resplandor, escucharon la voz, pero no captaban lo que decía Cristo a Pablo porque no se debía. Por lo tanto, el testimonio de la aparición del Cristo resucitado era un testimonio real, en presencia de muchas personas. No fue por separado, ni interior, fue fuera de los hombres y para muchos hombres.
Queridos míos, la mayor respuesta en este tema es lo siguiente. El Pablo no se convertiría el gran Pablo, si Cristo no se hubiera aparecido a Pablo. La gran espina para los hebreos fue san Pablo. El gran testimonio del Cristo resucitado es Pablo, por eso le perseguían para matarle. Tal como perseguían a matar también a Lázaro que era la demostración de su propia resurrección y la prueba que Cristo resucitó a Lázaro.
Así que tenemos testimonio, son tantos testigos, y lo importante es que este testimonio hasta hoy está vivo. ¿Hubo alguna época que no habían cristianos y se empezó de nuevo hacerse cristianos?. No. Tenemos, pues, una continuidad de los cristianos. Esta es la tradición viva. ¿Cuál es la tradición? El que Cristo resucitó de entre los muertos, por lo tanto el Cristianismo es verdadero. Esto es grandioso, enorme. Todo está sostenido sobre esto.
Por consiguiente, el Cristianismo es demostración de la historicidad de la Resurrección de Cristo. ¿Saben cómo el Señor lo demuestra esto? El Señor dijo al apóstol Pedro, cuando se habrá creado la Iglesia, el cristianismo encima de la tierra: “…entradas o fuerzas del hades no la destruirán”, hasta hoy el cristianismo permanece en pie y está luchando. Por lo tanto, tenemos esta testificación histórica que es la misma presencia del cristianismo.
Me gustaría preguntaros: ¿Saben cuántos testimonios tenemos sobre la existencia histórica de Alejandro el Magno? ¿Quizá, saben quién nos da el testimonio de que existió Alejandro Magno? Queridos míos, sólo un escritor, el Arriano y él no es contemporáneo de Alejandro Magno. Hoy ciertamente no tenemos las conquistas de Alejandro Magno. Tenemos hallazgos antiguos. Pregunto: el encontrar en los extremos de Persia y a las orillas del río índico, monedas antiguas helénicas, ¿es mayor demostración que llegó allí Alejandro Magno que el tener cristianismo vivo dentro de la historia?, ¿es mayor demostración el encuentro de una moneda o un monumento cultural helénico?. Y si quieren, hoy no existe Alejandro Magno, ni sus conquistas, ¿puede alguien dudar que existió Alejandro Magno?: ninguno; acaso, ¿por qué dudamos si tiene historicidad la Resurrección de Cristo que es tan testificada? Os contestaré: la duda y la respuesta se encuentra en el siguiente punto. Si existió o no Alejandro Magno, esto no tiene repercusiones en nuestra vida, en nuestro futuro y en nuestros problemas. Es decir, si existe el infierno y la realeza de Dios, si la psique vivirá o no o será perpetua, si tendremos resurrección de muertos o no y cuál es mi suerte, cuál será el camino mío como hombre, como existencia, esto si que tiene importancia. Si existió o no Alejandro Magno no tiene importancia; por consiguiente, si existen humanos que puedan dudar o no sobre esto no tiene importancia. Pero no dudan de la presencia, de la historicidad de Alejandro Magno, en cambio, dudan de la Resurrección de Cristo. ¿Por qué? Porqué si acepto que Cristo ha resucitado, entonces el cristianismo es verdadero, entonces el Cristo es el Dios, es el humanizado Dios y aquel nos habló de infierno eterno y eterna realeza de Dios. Pero a mí no me interesa, porque quiero estar pecando. Y como quiero seguir pecando, quiero hacer desaparecer las demostraciones de la historicidad de la resurrección de Jesús Cristo. Aquí está la cosa grande, que estas cosas quiero hacerlas desaparecer, destruirlas. Dice en su Evangelio san Juan: “La luz vino al mundo y los hombres no le aceptaron”, porqué, “porque las obras de ellos son malignas y viles, todo aquel que hace cosas malas odia la luz y no viene hacia ella, para que sean examinadas y salgan a la luz celeste sus obras (Jn 1)”. La psicología de los hombres que niegan la historicidad de la Resurrección de Cristo es esta: quieren permanecer en sus pecados (enfermedades) y me pregunto una vez más, ¿tal vez molesta si existió o no Alejandro Magno? para nada, ¿estorba si fue o no Dios verdadero el Jesús Cristo? te molesta esto, pues molesta. Por eso, hijos míos, atención; la prueba y demostración la tenemos en nuestro bolsillo y ¿saben cuál es? Escuchad lo que es: Cada domingo incensamos la santa mesa o altar y decimos: La Resurrección de Cristo hemos contemplado, reverenciemos al Señor Jesús Cristo el único impecable… etc. Mirad, “Resurrección de Cristo hemos contemplado”, hemos visto la Resurrección de Cristo. ¿Dónde la hemos visto? ¿Somos testigos presentes? ¿Quizá sea una formulación equivocada o espejismo poético? No lo es. El creyente vive dentro de su interior el Cristo resucitado. ¿Saben lo que dice? Fiel el Señor, verdadero el Jesús, verdadero el Jesús Cristo. Por consiguiente, hemos contemplado a Jesús Cristo. Queridos míos, esta es la experiencia personal que tiene cada creyente.
(Jristos Jrisoulas, el traductor, sobre esta duda tengo mi propia experiencia: “Χριστός Αληθινός Θεός, Jristós Alizinós Zeós, Cristo Verdadero Dios”. En el Monasterio de San Gregorio del Santo Monte Athos, en 2-2-2002, festividad de ipapantí-presentación, en Espíritu Santo, el inesperado e inexplicable mayor acontecimiento de mi vida. “El que tiene nus, (espíritu) que entienda”
¿Cómo podemos nosotros los cristianos explicar y demostrar a uno que creemos al verdadero Dios?
Muchas veces nos dicen ¿cómo sé yo que cuando dices que tienes fe y que el Dios que crees es verdadero?
Simplemente de la manera que viviremos el cristianismo demostraremos que lo que creemos es verdadero. Es decir, si vivimos con consecuencia y congruencia entonces daremos la medida a los otros que nuestro Dios es Dios verdadero, Dios vivo. Porque tendremos encima nuestro la jaris (gracia, la energía increada) de Dios y los jarismas (dones) del Espíritu Santo. ¿Saben lo que decían los idólatras?, y esto nos lo salva Tertuliano. Dice que decían los idólatras: mira los cristianos se aman antes de conocerse. Esta inmensa agapi-amor desinteresada de los cristianos entre ellos. ¿Esto qué indicaba?, pues, que lo que creían era verdadero, porque cómo podrían tener esta jaris. Escribe el apóstol Pablo lo siguiente digno de mencionar: “Nuestra carta sois vosotros, escrita en vuestros corazones que está reconocida y leída por todos los hombres y os hacéis evidentes que sois epístola de Cristo y esta epístola escrita no de tinta sino del espíritu del Dios vivo, no está escrita en material de escribir, en placas de piedras sino en vuestros corazones”. De todos como entendéis, demostraremos a los demás que esto es verdadero por consecuencia y congruencia. Debemos vivir correctamente para que el otro diga que eres un verdadero cristiano. ¿Saben lo que dice el Dios en el caso a revés?. Dice que cuando el creyente no tiene consecuencia y congruencia, por causa vuestra es blasfemado mi nombre en las naciones o a los no cristianos. Porque dicen los hombres: mira tú eres cristiano, ¿esto es el cristianismo?, y es blasfemado Dios. Por eso tenemos que tener cuidado para convertirnos y hacernos realmente personas divinizadas, que nuestra propia vida esté resplandeciendo a nuestro Dios. Cristo nos dijo: “En esto conocerán todos que sois mis alumnos, si tenéis agapi-amor desinteresado entre vosotros”, por esto conocerán todos, los ateos, los idólatras, etc. Es muy importante esto. Es decir, ser consecuentes y congruentes en nuestra vida espiritual. Esto es la mayor y mejor demostración que nuestro Dios es verdadero. Mas si quieren es también el mejor kerigma que podemos hacer en los hombres, sin decir mucho, con la forma de nuestra vida mostramos como exactamente el hombre debe vivir y moverse.
Muchos ateos sostienen que todas las religiones tienen sus propias percepciones, convicciones y creen que igual cada una tiene sus fines y propósitos propios superiores. Así irónicamente preguntan: ¿Dónde se ve que el cristianismo es una religión verdadera? ¿Qué podemos contestar a estas palabras de ellos? ´
Es muy sencillo. No olvidemos que todas las religiones son por invención del hombre, es decir, un descubrimiento del hombre. Mirad la masonería, ¿qué ven delante de ellos?, el sol. Ay solecito mío te hago dios mío. Esto es una invención humana, lo crea el hombre. Pero el cristianismo, primero, es por apocálipsis, revelación. Segundo, el cristianismo tiene acontecimientos. ¿Cuáles son estos acontecimientos? Lo de menos, son los milagros de Cristo, los mayores acontecimientos son la Resurrección de Cristo, Su Ascensión y el Pentecostés. Acontecimientos palpables, tangibles y no os digo su enseñanza, sus milagros tomo sólo estos tres, Su resurrección, Su Ascensión y el Pentecostés que son piedras inquebrantables de la fe que el Cristianismo es verdadero. Porque si Cristo no fuera verdadero Dios, ¿vendría el Espíritu Santo? Si como decían los hebreos usurpaba cualidades divinas, dice el Pilatos, ¿habéis escuchado lo que dijo?, dijo que es el hijo de Dios con especial sentido, qué otro testimonio queremos. Culpable, condenado a muerte gritaba la asamblea del tribunal. Si fuese culpable frente a Dios, iría a los tártaros del hades (oscuridades profundísimas), pero aquí el Dios se complace y manda el Espíritu Santo. Además, que Cristo resucitó y manda el Espíritu Santo que el mismo ha dado y da testimonio de quién es el Cristo. Por eso Cristo dijo: “El Espíritu Santo dará testimonio sobre quién soy yo” (Jn 14,26 y 15,26 y 16,13).
Por consiguiente, podemos decir que todas las religiones que se jactan que son algo, son por invención de la mente humana. En cambio el Cristianismo primero es por apocálipsis, revelación y segundo tenemos los acontecimientos. ¿Qué acontecimientos tienen los otros? Que ha venido el sol a tocar sobre la tierra y decirnos buenos días señores soy el dios. No dijo tal cosa el sol. No olviden que Jesús de Naví paró al sol. ¿Por qué? Porque proclamó el nombre de Dios. El verdadero Dios, el apocaliptado, revelado está más allá y por encima de su creación y todas son obras suyas y que nosotros tenemos fe y religión verdadera y sólo ella y no hay nada más que sea verdadero. Esto sobre esta pregunta. 30´
El Misterio de la divina Efjaristía o Comunión
Nota del traductor: Todas las preguntas y dudas que son sobre el Misterio de la divina Efjaristía casi tienen que ver con el capítulo sexto del Evangelio de San Juan. Por eso hemos creído conveniente poner el capítulo seis entero traducido del antiguo y del nuevo griego.
El Evangelio de san Juan Capítulo 6
Multiplicación de los panes y los peces, 1-15. Jesús camina sobre las aguas, 16-21. El pan de la vida, 22-59. El retiro de algunos alumnos, 60-66. La confesión de Pedro, 67-71.
1 Después de esto Jesús pasó al otro lado del mar de Galilea, el llamado Tiberiades,
2 y le seguía una gran muchedumbre, porque veían los prodigios y los milagros que hacía con los enfermos.
3 Entonces subió Jesús en un monte y allí se sentó con sus discípulos.
4 Y se acercaba la pascua, la fiesta de los Judíos.
5 Jesús alzó los ojos y contemplando la gran muchedumbre que había venido a él, le dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman todos ellos?
6 Esto se lo decía en broma para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer.
7 Felipe le respondió: Doscientos dinarios de pan no bastan para que cada uno reciba un trozo.
8 Le dijo uno de sus discípulos, Andrés el hermano de Simón Pedro;
9 Hay aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero esto ¿qué es para tantos?
10 Entonces Jesús le dijo: Mandad que la gente se acomode; Había en aquel sitio mucha hierba verde, porque era primavera. Se acomodaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil varones.
11 Tomó entonces Jesús los panes, y dando gracias al Padre, los repartía a los discípulos y ellos a la vez a los hombres que estaban acomodados; así mismo de los peces y les dio todo lo que quisieron.
12 Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: Recoged los fragmentos sobrantes, para que no se pierda nada.
13 Recogieron pues, y llenaron doce cestas de fragmentos de los cinco panes de cebada que sobraron de los hombres que habían comido.
14 Aquellos hombres viendo el milagro que había hecho Jesús, decían: Este verdaderamente es el Profeta que tenía que venir al mundo, (según la profecía de Moisés.)
15 Jesús conociendo claramente que querían llevárselo para hacerle rey, desapareció y se retiró otra vez al monte él solo.
16 Al anochecer descendieron sus discípulos al mar,
17 y subiendo a la barca, se dirigieron al otro lado del mar, hacia Capernaum. Había oscurecido y Jesús aún no había vuelto con ellos.
18 Y el mar se estaba alborotando por el viento fuerte que soplaba.
19 Habiendo, pues, remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba ya a la barca, y se asustaron, teniendo mucho miedo.
20 Pero él les dijo: yo soy, no tengáis miedo;
21 Cuando confirmaron que era el maestro, quisieron recogerlo en la barca, pero al instante la barca tocó tierra en el lugar donde se dirigían.
22 Al día siguiente, la muchedumbre que había quedado al otro lado del mar, notó que allí no había más que una sola barca, y que Jesús no había subido en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos.
23 Entretanto, llegaron de Tiberiades otras barcas y atracaron junto al lugar donde habían comido el pan que se había multiplicado por la efjaristía del Señor.
24 Y cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, subieron en las barcas y se fueron a Capernaum en busca de Jesús.
25 Lo encontraron al otro lado del mar y le dijeron: Maestro, ¿cuándo llegaste aquí?
26 Les contestó Jesús y dijo: «Amín, amín, de verdad en verdad os digo, vosotros me buscáis no porque habéis visto los milagros, sino porque habéis comido hasta hartaros.
De verdad en verdad os digo que vosotros me buscáis porque habéis comido de los panes y os habéis saciado y otra vez queréis que os dé bienes materiales. No me buscáis por los milagros que habéis visto y os han convencido sobre mi misión divina y la verdad sanadora y salvadora de mi enseñanza, de manera que seáis beneficiados espiritualmente.»
27 Trabajad, no el alimento material que es provisional y perecedero, sino el alimento espiritual que permanece y asegura la vida eterna, el que el Hijo del hombre os dará; Porque este alimento espiritual Dios Padre lo ha acreditado y sellado para la vida eterna.
28 Le preguntaron: ¿Qué debemos de hacer para poner en práctica y hacer las obras que Dios quiere?
29 Respondió Jesús y les dijo: «Esta es la obra que Dios quiere que hagáis, en que creáis en aquel que él ha enviado.»
30 Ellos le dijeron: Pues tú ¿qué señales y milagros haces que demuestran tu misión, para que veamos y creamos? ¿Qué obra sobrenatural haces tú?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito en los salmos: “Les dio a comer pan del cielo.”
32 Respondió Jesús y le dijo: «Amín, amín, de verdad en verdad, yo os digo que Moisés no os ha dado el verdadero y eterno pan del cielo, sino el material, (que es prototipo del pan espiritual.) Mi Padre, pues, quien entonces por Moisés os dio aquel pan material, ahora os da el verdadero pan celestial y espiritual.
33 Porque el verdadero pan de Dios es el que baja del cielo y transmite y da a todo el mundo vida (infinita y eterna).»
34 Le dijeron: Señor danos siempre de este pan.
Después de estos logos del Señor y sin que ellos hubieran captado lo que les había dicho, le dijeron: Señor danos siempre este pan, tal como se daba diariamente a nuestros padres.
35 Entonces Jesús les dijo: «Yo Soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá más hambre; y el que cree en mí no tendrá sed jamás; 35. Yo Soy el pan que transmite la verdadera vida con la comunión de mi cuerpo y sangre, como también con mi enseñanza y la jaris del Espíritu Santo. Aquel que por la metania y la fe viene a mí no pasará hambre espiritual y el que cree en mí jamás tendrá sed espiritual. Además, encontrará descanso y alivio espiritual en su corazón y en su psique entera.
36 Pero ya os he dicho que me habéis visto, y no creéis;
Pero ya os he dicho que a pesar de haberme visto quién soy y me testifico con mis milagros, vosotros no creéis que soy el Mesías.
37 Todo ser lógico que el Padre me da, vendrá a mí (y se convertirá en mi discípulo y se salvará.) Y aquel que viene a mí no lo rechazaré ni lo echaré fuera.
38 Porque he bajado del cielo y estoy ya en la tierra como hombre, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me ha enviado.
39 Y esta es la voluntad del Padre que me ha enviado: que yo no pierda ninguno de todos los que él me ha dado, sino que les resucite gloriosamente aquel ésjato-último gran día (de la Parusía, Presencia universal.)
40 Y esta es la voluntad de aquel que me ha enviado, que el que contemple al Hijo y crea en Él tenga vida eterna y yo le resucitaré en el último día.
Y esta es la voluntad de aquel que me ha enviado al mundo, que el que tenga los ojos de su psique limpios y purificados contemple al Hijo y crea en Él, y tenga ya desde la vida presente la eterna y yo le resucitaré gloriosamente en el ésjato-último día del Juicio.»
41 Los Judíos entonces indignados gemían y criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo Soy el pan que descendió del cielo.» (Por lo tanto, no he nacido como han nacido los demás hombres).
42 Y decían: ¿No es éste el Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora: Yo he descendido del cielo?
43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis indignados y dejad de criticar entre vosotros. (Vuestros gemidos son a causa de vuestra incredulidad.)
44 Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo atrae (con su jaris-gracia.) Y yo lo resucitaré en el ésjato-último gran día del juicio.
45 Esto está escrito en los libros proféticos: “y todos aquellos que creerán en el Mesías serán enseñados por Dios.” Todo el que escucha (en su corazón) la voz de mi Padre recibe su enseñanza, aprende la verdad y viene hacia mí.
46 No que alguno haya visto al Padre, sino sólo el Ων el existente, el que está y existe en Dios, (y proviene de Él), éste ha visto al Padre.
47 Amín, amín, en verdad de verdad os digo, el que cree en mí tiene ya desde la vida presente la vida eterna.
48 Yo Soy el pan de la vida.
48.Yo soy el pan que transmite la vida real. Tal como el pan material refuerza y propaga la vida somática, lo mismo también yo con mi enseñanza y mi cuerpo vivifico y alimento vuestras psiques.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron.
50 Pero este pan que yo os digo ahora que desciende del cielo, tiene incalculable fuerza y energía de modo que el que lo coma no muera espiritualmente, (sino que disfrute mediante él la vida eterna.)
51 Yo Soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les daré es mi sarx (cuerpo y sangre) que yo la ofreceré como sacrificio para la vida de todo el mundo.
Yo Soy el pan vivo bajado del cielo o yo soy el pan, que en mi interior tengo la vida y que también la transmito a los demás, y que he bajado del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les daré es mi sarx (cuerpo y sangre) o mi hipostasis física humana que la ofreceré como sacrificio para la sanación y salvación de todo el mundo.
52 Entonces los judíos disputaban entre sí diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su sarx o cuerpo físico?
53 Jesús les dijo: Amín, amín, de verdad en verdad os digo que, si no coméis la sarx (cuerpo y carne) del hijo del hombre y no bebéis su sangre, mediante el misterio de la divina efjaristía, no tendréis vida en vosotros;
54 El que come mi sarx y bebe mi sangre, (mediante el misterio de la divina Efjaristía,) tiene vida eterna y yo lo resucitaré al esjato (último) gran día del juicio.
55 Porque mi sarx es verdadera comida espiritual y mi sangre es verdadera bebida espiritual.
56 El que come mi sarx y bebe mi sangre en mí permanece y yo en él.
Cada uno que come mi sarx y bebe mi sangre, se une conmigo en un cuerpo espiritual, de modo que éste permanece dentro de mí y yo en su interior y se convierte en mi templo.
57 Y como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
El fruto que disfrutará de esta unión será la vida eterna. Así como en el mundo me envió el Padre, que por sí mismo tiene la vida y es la fuente de la vida, y como hombre, yo también tengo la vida eterna, puesto que me la ha dado el Padre y vivo por Él; lo mismo aquel que comulga, mediante el misterio de la divina Efjaristía, vivirá porque recibirá de mí la vida eterna.
58 Este es el pan que ha bajado del cielo. No como el maná que comieron los padres en el desierto y murieron. El que come este pan vivirá para siempre.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga de Capernaum enseñando a la multitud.
60 Luego al haberlo escuchado, muchos de sus discípulos dijeron: Son duros estos logos ¿quién puede escucharlos y creerlos? Esto que dice es inadmisible.
Muchos de sus discípulos cuando escucharon estos logos dijeron: son muy duros y repulsivos estos logos, ¿quién puede escucharlos y creerlos? Es inadmisible lo que está diciendo. ¿Quién puede escuchar apaciblemente sin exasperarse cuando se presenta como obligatorio comer carne humana?
61 Conociendo Jesús en sí mismo que sus discípulos gemían sobre esto, les dijo: ¿Esto que he dicho os escandaliza?
Conociendo Jesús, por su divina gnosis increada, que sus discípulos gemían sobre esto, les dijo: ¿Esto que he dicho os escandaliza y perturba vuestra fe?
62 Pues, ¿qué sería si vierais al Hijo del Hombre ascender a donde estaba antes?
Pues, ¿qué sería si vierais al Hijo del Hombre ascender (mediante la ascensión) a donde estaba antes de encarnarse? ¿Entonces creeríais en este acontecimiento que se oye por primera vez?
63 El espíritu es el que da vida. La sarx, (cuerpo y carne) no sirve para nada. Los logos que yo os hablo y enseño son espíritu y vida, por eso transmiten vida.
Os habéis escandalizado porque os he dicho que tenéis que comer mi sarx, cuerpo y carne para tener la vida eterna. Para mayor aclaración os añado también lo siguiente: El divino espíritu es el que vivifica. Mi sarx da vida eterna, porque se ha concebido por el vivificante Espíritu Santo y en ella habita el Espíritu. Cualquier otra sarx como no habita la deidad, no sirve para nada. Y los logos que yo os hablo y enseño, como son espíritu de Dios, dentro de ellos está el espíritu, por eso tienen y transmiten vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque conocía Jesús desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que había de entregarlo.
65 Y decía Jesús: “Por esto os dije que nadie puede venir a mí y seguir mi fe si no le es dado el carisma por mi Padre.
66 Desde entonces muchos de sus alumnos se volvieron atrás, a sus casas y trabajos, y ya no le seguían.
67 A causa de esto dijo Jesús a los doce: «Queréis acaso iros también vosotros.»
68 Entonces respondió Simón el Pedro: Señor ¿a quién vamos a seguir? Tú tienes logos que transmiten y dan vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y tenemos conocimiento por experiencia personal que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce? Y sin embargo, uno de vosotros es un diablo.
71 Hablaba de Judas el Iscariote hijo de Simón; porque éste era el que en el futuro le iba a traicionar y entregar, y era uno de los doce.
¿Cuál es el pan el επιούσιο (epiúsio, sobre-esencial o más que esencia que pedimos a Dios en la oración del Padre nuestro?
Τόν ἄρτον ἡμῶν τόν ἐπιούσιον (ton arton imón ton epiúsion)
El pan nuestro el sobre-esencial
δός ἡμῖν σήμερον (dos imín símeron)
dánoslo hoy
Todos sabemos que se llama la oración del Señor, porque el Señor nos la ha entregado. Y nos referimos a una de las seis peticiones. Las tres primeras se refieren a Dios y las otras tres al hombre. En una de las peticiones, si queréis, la primera de las tres que se refieren al hombre, es: “el pan el επιούσιο (epiúsio, sobresencial o más que esencial) danos hoy”. Obviamente, las palabras en el logos de Dios tienen gran profundidad. Son exactamente como una tierra que tiene muchos niveles. Pues, en el primer nivel, cuando decimos pan, entendemos esto que dice la palabra. Es decir, cubrir las necesidades materiales. Es cierto que tenemos necesidad de comida, casa, ropa y zapatos. Es muy sencillo. Lo decimos también hoy en día, voy a trabajar para ganarme el pan para hoy. Significa que en el sueldo que recibimos, obviamente no compramos sólo pan del horno, sino que también otros alimentos, como también pagamos el alquiler y mantenimiento de la casa y demás cosas necesarias. En el término general “pan” significa todas aquellas cosas que son de primera necesidad para el hombre. En el primer nivel, pues “pan” es esto. Nuestras necesidades primarias materiales.
¿Queréis que esto os lo muestre con una cosa paralela?. En la parábola de la multiplicación de los panes, una vez finalizado Cristo se fue al desierto para que sus alumnos descansaran un poco. Entonces más tarde, aquella multitud para encontrar a Cristo, cruzaron el lago de Tiberiades y también el Señor llegó con una barca… Entonces el Señor todo el día les enseña y sana a los enfermos y después dice: Me compadezco y me da pena esta multitud. Y para que se decline, desespere en el camino de vuelta porque todo el día estaban aquí y habían venido desde lejos, pidió que les dieran de comer. Y les dio de comer de la manera conocida. Había cinco trozos de pan y un par de pescados. El Señor los multiplicó de manera admirable y se sació aquella gran multitud que había ido a su encuentro. Volveré a este milagro.
Atención, el segundo nivel de la palabra “pan” es el pan celestial, no el terrenal sino el cuerpo y sangre de Cristo. Es el Misterio de la divina Efjaristía. Cuando el Señor estaba en el desierto sólo, después de cuarenta días de ayuno viene el diablo y le dice que haga pan de las piedras, contestó el Señor: no sólo de pan vive el hombre, sino también de cada logos de Dios. Es decir, si el Dios dice que puede vivir el hombre sin comida, vivirá sin comida, tal como seremos en la Realeza de Dios. Allí no estaremos comiendo, no por otra cosa sino porque el Dios dirá y hará que no sea necesario que coman los ciudadanos de la realeza de Dios. Es muy simple y naturalmente posible para Dios.
Pues, ¿qué es el misterio de la Divina Efjaristía?. ¿Porqué se llama “el επιούσιο (epiúsio, sobresencial o más que esencial)? Quiere decir sobre la esencia o más que esencial, aquello que alimenta nuestra existencia y nuestra existencia entera no la alimenta el pan. Porque el pan del horno no puede alimentar la psique. Por lo tanto, mi esencia es mi cuerpo y mi espíritu. Por consiguiente, no es sólo el pan terrenal sino que es también el cuerpo y la sangre de Cristo que alimentarán a mi psique.
Vuelvo a aquello que he dejado antes. El Señor allí en el desierto cuando multiplicó los panes y los pescados, cuando vió que de esta manera se saciaron, al día siguiente buscaron al Señor y principalmente los de Capernaum le dicen: Señor te buscamos. Y el Señor, les contesta: Como os habéis saciado de pan, por eso me buscáis, no busquéis el pan que cuando uno lo coma vuelve a tener hambre y muere, sino el pan o el alimento aquel que cuando uno lo coma no muere. Y este pan, hijos míos, no es otra cosa que el cuerpo y la sangre de Cristo. Hay un continuo diálogo, y dicen los de Capernaum: ¿cuál es este pan?. El Señor contesta: mi cuerpo. Dicen ellos y ¿quién puede comer tu cuerpo?. No captaron la cuestión y por eso desgraciadamente se marcharon quedando solamente en el primer nivel de la palabra, en este nivel que llamamos pan del horno. Pero el hombre creyente desciende más abajo y ve la teología del término “pan”. Así que acepta que cubriremos las necesidades materiales y las espirituales. Y si se quiere, no es este el pan epiusio, el terrenal, porque el Cristo nos dijo en la homilía de la Montaña que: “pidamos primero la realeza de Dios y su justicia, es decir, la santidad y el resto, lo material, la comida, etc., se os añadirá” (Mt 6,33). Diríamos en primer aspecto que no pidiéramos estas cosas sino a Cristo, porque si pido a Cristo tendré todo lo demás. Amín.
¿Cuál es el sentido más profundo que se da en el culto cristiano en el misterio de la divina comunión o efjaristía?
Hijos míos, el Misterio de la divina Efjaristía o comunión constituye el corazón de todos los Misterios y obviamente de la divina Liturgia que lo enmarca y acompaña. Es el corazón del corazón, no sólo del culto sino también de nuestra fe. Porque allí se celebra y honra solemnemente el mismo Cuerpo y Sangre de Cristo. Tenemos al mismo Cristo, al verdadero Cristo con Su naturaleza somática verdadera presente. Digo con su naturaleza humana presente. Esto es lo que más conmociona y esto constituye, diríamos la esencia de todo el tema.
El Cristo dijo: “Tomad y comed, este es mi cuerpo, y bebed todos, porque esta es mi sangre del Nuevo Testamento que se ha derramado para muchos en absolución de sus pecados y esto hacedlo en memoria mía” (Lc 22,20). Esto nos lo dice el Evangelista Lucas y añade el apóstol Pablo en su 1ª epístola a los Corintios: Nadie más que los alumnos de Cristo no han entendido tan bien el Misterio de la divina Efjaristía y ellos nos lo han descrito tal como se lo dijo Jesús Cristo y ellos lo entendieron. Por eso el apóstol Pablo escribirá: “Porque yo he recibido del Señor, aquello que os he entregado a vosotros. Que en el día que el Señor se entregaba, tomó pan y agradeciendo con oración hacia el Padre, partió el pan y dijo: tomad y comed, este es mi cuerpo,…” Porque el Señor se le aparecía a Pablo y toda esta gnosis-conocimiento no la tomaba de otra mano, es decir, de otro alumno o Apóstol, sino directamente. Así, pues, vemos que aquí las cosas son exactamente lo que dijo el Señor.
Y si queréis ver la otra cara, la negativa. ¿Quizá no haya sido bien entendido?. Esto se vio por un acontecimiento. Cuando el Cristo una vez dijo a la multitud y a los representantes que fueron, en aquella comida de los cinco mil de Capernaum, que después le buscaban, les dijo: Me buscáis porque os habéis saciado de comida, no busquéis el pan que se pierde, sino el pan que permanece y da la vida real. Ellos preguntaron, ¿cuál es este pan?. Y el señor contestó: Yo soy el pan verdadero que baja del cielo, el verdadero maná. Son realmente palabras conmovedoras y verdaderas, tened atención: “El que no come mi cuerpo y no bebe mi sangre, no tiene vida eterna, ni perdón, ni absolución de pecados”. Como lo entendieron muy bien, se extrañaron, ¿comer su cuerpo y beber su sangre?. Por eso dijeron: es muy duro este logos. Y le dejaron y se marcharon. Entonces cuando el Señor vio que le dejaron y se marcharon, se giró hacia los doce alumnos, y les dijo: Quizás, ¿vosotros también queréis marchar?. Porque es esto lo que dije, lo cual significa que el pan y el vino, eran Su cuerpo y Su sangre. Realmente, si se entiende literalmente sería mal entendido, entonces podría decir a los representantes, estos que vinieron de Capernaum, mirad, no daba a entender que me trocearéis para que me comáis, sino que daba a entender de forma metafórica, icónica, alegórica, simbólica, o tomadlo como queráis. Pero no sólo esto, sino que gira hacia los alumnos y les dice: Si creéis que os digo algo diferente de lo que dije, iros también vosotros.
Así, pues, el Señor daba a entender esto que entendieron y conceptuaron los alumnos. Realmente es Su cuerpo y Su sangre. Para que esto lo veamos muy bien, veremos una confesión que ha hecho Dositheo de Jerusalén y la 17ª condición de su confesión, a causa de la aparición en la historia de los protestantes. Dice: “Durante el Misterio de la divina Efjaristía creemos que está presente el Jesús Cristo. ¿Pero de qué forma está presente? Porque ahora también está presente Cristo aunque vaya a la montaña o donde sea. Y dice que en el pan y el vino está presente, pero no de tipo, es decir, de una manera que el vino y el pan sean como un tipo de Su cuerpo y sangre, no. Tampoco icónicamente, es decir, que iconiza o es una icona de Jesús Cristo, ni en el pan y ni en el vino hay una jaris (gracia, energía increada) superior a Dios, ni es una presencia a causa del pan y el vino, ni una coexistencia dentro del pan y del vino, nada de nada de todo esto que dicen los protestantes. Sino real y verdadero, es el Cristo real y verdaderamente.
Así que, después de la santificación del pan y del vino, “transformarse, cambiarse y transubstanciarse” de estos tres términos se ha predominado decir “metábole, cambio” “transformado por el Espíritu Santo,….” Y por un lado el pan después de la santificación se transforma en este cuerpo verdadero del Señor. ¿Cuál cuerpo?. Aquí ahora es lo estremecedor: aquel cuerpo que tomó el Logos de la siempre virgen María Zeotocos (la que da a luz a Dios), aquel cuerpo que fue bautizado en el Jordán; padeció sobre la Cruz, fue sepultado, resucitó en aquel cuerpo que tocaron los alumnos, es el mismo y es este el que ascendió al cielo, se sienta a la derecha del Dios y Padre, el que va a venir sobre las nubes del cielo en el futuro y vendrá para juzgarnos. Con respecto al vino también se transforma, transubstancia en la sangre real del Señor, esta sangre que se derramó para la vida del mundo por el Señor cuando fue clavado en la Cruz. ¡Esto es lo más estremecedor! Por esta razón toma y tiene sentido y significado toda nuestra fe, porque tomamos este cuerpo y sangre de Cristo. Por eso no podemos comulgar si no estamos preparados, no se debe y por eso tenemos cuidado que tengamos algún perjuicio. Por eso nos preparamos, todo por esto. Repito, no tendría sentido nuestra fe, si tuviéramos presente a Cristo, tal como exactamente nos dice esta confesión del Dositheo de Jerusalén.
Y san Cirilo de Jerusalén dice: Lo dijo el Señor: este es mi cuerpo, ¿quién, pues, se atreverá a dudar que no es el cuerpo de Cristo?. De este Señor que certificó y aseguró diciendo: Esta es mi sangre, ¿quién puede decir que no es la sangre de Cristo?. Me diréis que cuando comulgamos, no sentimos sino el sabor del vino y del pan. De acuerdo, esto no es importante y sobretodo algunos cuando comulgan cierran sus ojos -y eso no es bueno, porque puede que sufra algún daño el que hace esto- para que puedan emocionalmente sentir el cuerpo y la sangre de Cristo. Es decir, quieren de alguna manera salirse de sus sentidos. No es bueno esto.
¿Entonces mis sentidos no sentirán más que pan y vino?. Es sencilla la respuesta. Cuando el Jesús Cristo, es decir, el Logos de Dios se hizo hombre y fue conocido como Jesús, ¿los hombres qué veían?. Veían a un hombre. Pero con este hombre estaba unida la naturaleza divina y la humana. Por lo tanto, tal como entonces veían un hombre común, mientras que también era la deidad unida con la naturaleza humana, así también aquí vemos pan común y vino común; en cambio, en realidad, es este mismo cuerpo y sangre del Jesús Cristo; tal como los hombres entonces no veían la deidad, lo mismo nosotros no saboreamos ni vemos en nuestros ojos el cuerpo y la sangre de Cristo, tal como creeríamos si fueran un cuerpo, carne con sangre. Y esto si queréis, no sólo se mantiene de esta manera el testimonio de la fe, sino porque sería muy feo; nos pasaría lo que les pasó a los de Capernaum, esto lo dicen los Padres. Cómo podemos comer su carne y beber su sangre, cuando realmente es cuerpo y sangre de Cristo. Esto hijos míos, es el centro sobre el cual gira todo el contenido de nuestra fe y si esto lo sacáis de contexto, entonces no tenemos nada. Entonces el cristianismo automáticamente se convierte en un sistema filosófico, social, ético, llamadlo como queráis. Una cosa más. Todas estas cosas, ¿en dónde están basadas? En que aquel que las dijo, el mismo Jesús Cristo, Éste resucitó y ascendió al cielo, por lo tanto es verdadero y aquello que dijo es verdadero. Todo está basado en esto. Todo lo concerniente a esta pregunta es muy importante ya está respondido y tengamos mucho cuidado sobre esto.
Os sugeriría que siempre estudiéis algo sobre el acto litúrgico, porque debemos entender nuestra praxis litúrgica, porque esta nos trae muy de cerca a la realidad de nuestra fe.
¿Durante la celebración del misterio de la Divina Efjaristía la presencia de Cristo es real, pragmática o se trata de una presencia simplemente simbólica, espiritual?
Es un tema muy importante y concierne a todos, porque debemos tener una concienciación del gran tema sobre el Misterio de la Divina Efjaristía. Porque no hay mayor cosa, no sólo en nuestra vida, ni en nuestra tierra y ni en el universo entero; no sólo en el universo entero sino también en el mundo espiritual y de los santos ángeles, no existe mayor cosa que el Misterio de la divina Efjaristía. Es el puntal, lo culminante de todo lo que vale. Delante de este Misterio no vale ni este universo. Nada tiene el valor que valía que tiene esto, porque es el cuerpo y la sangre de Cristo.
Ahora voy a contestar a esta pregunta y en principio voy a rectificar una palabra que dice aquí: “durante el Misterio de la divina Efjaristía”. Es decir, quiere decir aquel que pregunta: lo que dura la Divina Liturgia, ¿tenemos presente a Cristo?, cuando acabe la Divina Liturgia entonces, ¿no está presente Cristo? Y, por consiguiente, ¿el Misterio de la Divina Efjaristía es el pan y el vino tal como estaban desde el principio?. Es desaprobada esta formulación o descripción de “durante”. Pero para los protestantes no es desaprobada, porque ellos creen en esto: Que el Cristo está presente durante la Divina Liturgia, pero presente, ¿en qué sentido?. Presente por el pan o dentro del pan y así la presencia de Cristo entonces es espiritual y de una manera concreta para poder comulgar a Cristo. Estas cosas no son ortodoxas. El Cristo permanece fijamente, o más bien, está permanente en el pan y en el vino, consagrados. Simplemente, ¿cómo podríamos mantener el pan consagrado del Gran Jueves Santo?. Porque el Jueves Santo, cuando celebramos la Liturgia tenemos dos Corderos, igual tenemos cada domingo de la gran cuaresma para celebrar las presantificadas. Tenemos, por ejemplo, dos presantificadas, miércoles y viernes o puede ser que tengamos más. Ponemos en la santa patena tres panes en el sentido de corderos. Uno se utilizará el mismo domingo y los otros dos se utilizarán miércoles y viernes porque ya se han consagrado. Por eso se llama la Liturgia presantificada. Es decir, tenemos cuerpo de Cristo que lo guardamos para celebrar la Liturgia, que no es una Liturgia entera, plena, sino que es una celebración que ya enmarca el existente pan consagrado para que comulguemos cuerpo y sangre de Cristo. Por eso las presantificadas no son Liturgias normales.
Entonces, si Cristo estuviera sólo durante la celebración de la Divina Liturgia, entonces no debería ser válido el caso cuando mantenemos el pan consagrado para la Divina Comunión, tanto para las presantificadas como para todo el año cuando tenemos que dar a comulgar a los enfermos u otros casos especiales. Por lo tanto, esto no es correcto. Siempre es cuerpo y sangre de Cristo. Tened en cuenta que los protestantes que aceptan una fina presencia de Cristo, una presencia espiritual, después de la celebración de la Liturgia tiran la Divina comunión al fregadero, porque simplemente es un símbolo. Comulgan y lo que sobra lo tiran en la fregadera como inútil. Porque lo consideran como un mero simbolismo del cuerpo de Cristo, tal como aquí lo expresa la pregunta o como presencia espiritual de Cristo. Estas cosas son inconcebibles por parte de la Ortodoxia.
Hijos míos, esto que tenemos es realmente el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Cuánto real puede ser el cuerpo y la sangre de Cristo? Hay infinidad de pasajes de los Padres cómo han vivido ellos personalmente el Misterio de la Divina Efjaristía, que es tal como fue entregado por los santos Apóstoles en la Iglesia. Además, tenemos pasajes dentro de la misma Santa Escritura. El mismo apóstol Pablo dice: “Aquellos que comulgan el cuerpo y la sangre de Cristo sin discernimiento, no es de extrañar que no pocos enferman y mueren”. Qué quiere decir, “¿sin discernimiento?”. Quiere decir, que creen que comulgan sólo pan puro y no disciernen que es el cuerpo y la sangre de Cristo. No es pan común ni simboliza a Cristo, ni tenemos presencia espiritual de Cristo, ni el Cristo está escondido dentro del pan. Sino que este pan es el cuerpo de Cristo y este vino es la sangre de Cristo. Dice san Cirilo que el pan que vemos después de la consagración de los regalos venerados no es pan común, aunque en el sabor parece que sea pan, sino que es cuerpo de Cristo. Y el vino visible no es vino normal sino que es sangre de Cristo aunque su sabor querría sentirlo como vino. Es decir, os lo diré muy sencillamente. ¿Quién podía imaginar y descubrir que detrás de la naturaleza humana de Cristo estaba escondido el divino Logos, la deidad?, nadie. Si esto lo viesen los demonios, temblarían. Nunca se atreverían los demonios tentar al Señor, como el satanás tentó en el desierto o le subió en la Cruz. ¿Se atreverían alguna vez a condenar al Señor, Pilatos, Herodes el Antipa, Caifás y Anás, si vieran la deidad de la naturaleza humana?, nunca. Significa que no veían la deidad y es muy natural que no la vean. Porque la deidad ni los ángeles la ven. Por lo tanto, era el Dios que se hizo hombre, pero veían a un hombre simple. O sea, que es la misma realidad, porque lo dijo el mismo Cristo. Él dijo: su cuerpo es pan y su sangre es vino. Si no lo diera Él, nadie podría sostener que es una realidad. Por lo tanto, viendo ahora el vino y el pan, es como si entonces viéramos una persona con rostro humano que no sospechamos en absoluto qué hay detrás de ella. Lo mismo aquí, vemos vino y pan y nuestros sentidos nos informan esto, pero es el mismo Cristo que no se ve. Algunos intentan crear una falsa sensación en sí mismos y se dicen: mira, sabes, es sangre de Cristo. ¿Porqué esto?. En el tema de los sentidos no hace falta, sobra, es innecesario, porque el Cristo está en el Misterio y realmente es Su cuerpo y Su sangre.
Por eso dice san Juan el Damasceno: “Que la metábole, transubstanciación se hace por el Espíritu Santo.” Lo decimos esto, como imploración: Padre, manda tu Espíritu Santo, para hacer los regalos que nosotros te hemos ofrecido, el vino y el pan que están delante de ti y te los hemos ofrecido, cámbialos con tu Espíritu Santo en cuerpo y sangre de Cristo. Así que el Espíritu Santo que lo manda el Padre transforma los regalos en cuerpo y sangre de Cristo.
Aquí pido atención, es la misma manera que se encarnó el Dios Logos en las entrañas de la Zeotocos (la que da a luz a Dios), por eso el Arcángel Gabriel dice a la Zeotocos, porque ella preguntó: ¿cómo se hará esto? El Padre complació en mandar su Espíritu Santo para que te ensombrezca y este será el que encarnará al Logos. Así pues, tal como se encarnó el Logos en la entrañas de la Zeotocos, “el Logos se hizo sarx cuerpo con carne y sangre” (Jn, 1,14), el Espíritu Santo trabajó la encarnación, entonces de la misma manera tenemos la metábole, transformación del vino y el pan en cuerpo y sangre de Cristo. Si pues, creemos que el Hijo de Dios se hizo hombre, de la misma manera creeremos que lo que comulgamos es cuerpo y sangre de Cristo. Si no creemos que es cuerpo y sangre de Cristo, entonces no creemos que el Hijo de Dios se hizo hombre. Porque es la misma praxis. Pero preguntaréis. ¿Qué es este cuerpo de Cristo?, ¿cómo y quién es?. ¿Es el cuerpo de Cristo el mismo antes o después de la resurrección?. El cuerpo de Cristo no lo podemos diferenciar antes o después de la Resurrección. El cuerpo de Cristo es uno y siempre estaba glorificado, esto se vio en la Metamorfosis, y como incorruptible e inmortal después de la Resurrección. Pero por concesión y condescendencia el cuerpo de Cristo estuvo entre nosotros como supuesto enfermo y la supuesta muerte. El cuerpo de Cristo no era mortal, sería curioso que fuera mortal, sino que concede que se convierta en mortal para pasar el trámite de la muerte. Porque en el cuerpo de Cristo ocurre esto que nosotros pasaremos y nos abre el camino. Atención pues, el cuerpo de Cristo siempre es el mismo, únicamente que antes de la Cruz aparece como mortal y pasible y después de la Resurrección al igual que antes como mortal y pasible. Porque así lo quiere el Señor, pero es el mismo cuerpo.
La confesión de Dositeo de Jerusalén dice: ¿Qué cuerpo comulgamos?. El cuerpo de aquel que se encarnó en las entrañas de la Zeotocos y que fue crucificado, resucitado y ascendido y que se sienta a la derecha de Dios y Padre y que volverá a venir para juzgar al mundo. Este cuerpo, dice el santo, que comulgamos.
San Juan el Crisóstomo dice: Aquello que comulgamos no es de inferior importancia que aquello que comulgaron los alumnos cuando el Señor les dijo: “Tomad y comed este es mi cuerpo”. Es cada Liturgia, cada Templo o mejor dicho, cada Santa Mesa la Santa Cena de los alumnos del Gran Jueves Santo. Esto pues, es lo que comulgamos, por eso tenemos mucho cuidado en que no se derrame, que no caiga nada al suelo, por eso tenemos cuidado que no sea incorrecta la manera en que vivimos y no comulgar indignadamente, etc. Por eso nos preparamos, por eso decimos atención, cuidado que vas a tomar la Divina Comunión. O cuando uno comete algún pecado le decimos, ten cuidado no se te ocurra tomar la Divina Comunión, se lo recalcamos, ¡atención!. ¿Por qué atención?, porque es así. Por eso hay una oración en la Divina Liturgia que dice que no comulguemos injustamente sino en nipsis-sobriedad de la psique, la absolución de los pecados, en vida eterna y en completar la realeza de Dios.
Así pues, tenemos realmente el cuerpo y la sangre de Cristo, Decidme pues, ahora. ¿Existe algo superior a Cristo, que es el creador de todo? No. Hoy, pues, tenemos el cuerpo y la sangre de Cristo que es superior a todo el universo, del mundo angelical y de cualquier cosa que exista en la creación. Es lo puntal, lo culminante, porque es el mismo Creador encarnado. Hoy vivimos el Misterio de Cristo. Mañana, cuando nos encontremos en Su Realeza, le veremos, como dice el evangelista Juan, cara a cara.
Debo de deciros que el Dios a veces concede y esto ocurre hasta hoy y también lo apunta en sus obras san Simeón de Tesalónica que, puede alguna vez aparezca dentro del Santo Cáliz sangre y carne real. Y sobretodo dice lo siguiente: Puede ser que Dios lo haya permitido por la increencia de alguien. Y le encomienda el santo al sacerdote, ¡atención!, no comulguéis de esto que es visible como sangre y carne, es decir, que los sentidos lo perciben. Cuidado, no des la comunión de esto, sino que toma del pan consagrado del Jueves Santo y con esto comulgarás a las personas. Y Dios cuando complacerá quitará esta visión del Santo Cáliz, cuando los sentidos lo ven como sangre y cuerpo. Veis, esto no lo acepta la Iglesia, sino sólo que sea en Misterio, no quiere verlo. Hay algunos que son vanagloriosos y piden que quieren verlo, es terrible. Es inútil que os diga que tenemos muchísimas visiones de sacerdotes y de laicos, es decir, santos que realmente vieron dentro del Santo Cáliz, no carne y sangre, sino el mismo Cristo como niño. Es terrible, y si digo terrible, quiero decir que crea dentro del hombre un gran temblor y mucho terror. Porque, dice san Juan Crisóstomo que conoce una persona, y esta persona seguro que es él mismo, que ve a ángeles cuando hace la Divina Liturgia. Y los ángeles, ¿de qué forma se disponen alrededor de la Santa Mesa?, pues, con temor y miedo, porque es en honor del yaciente Cristo.
Y cuando los sacerdotes damos la comunión a alguien que está moribundo, los ángeles llevan su psique, obviamente si este ha comulgado dignamente. Tal como dice en la parábola del rico y de Lázaro, que los ángeles tomaron la psique de Lázaro. Dice san Crisóstomo, ¿no fue bastante que un ángel llevara su psique?, no. Pero no es en honor de la persona que llevan sino en honor del cuerpo y sangre de Cristo que ha comulgado el creyente. Esto referente a esta pregunta y debemos de vez en cuando renovar este conocimiento para que sepamos qué es exactamente lo que comulgamos.
Se dice que comulgamos dignamente el misterio de la Divina Comunión, si es así, ¿cómo podremos los creyentes hacernos dignos y ser merecedores para tomarlos?, ¿tomamos realmente el cuerpo y sangre del Señor?
Aquí os debo decir que el Misterio de la Divina Efjaristía que tomamos es en realidad el cuerpo y la sangre del Señor, tanto si lo tomamos dignamente o no, merecidamente o no. Aquí la pregunta se refiere, cómo uno puede valorizar y hacerse merecido del Misterio, cómo puedo decir que comulgo y participo dignamente.
En principio, es cuando crees que no eres merecedor y digno. Porque nadie nunca puede venir a este Misterio diciendo que merecidamente y dignamente ha comulgado. Porque está la soberbia, el orgullo, ¿quién es digno?. Dice una oración dentro de la divina Liturgia, que nadie de los que están unidos con los deseos carnales viene dignamente al Misterio…, etc. Nos hace dignos la jaris de Dios. Es un valor relativo. Y cuando decimos relativo, quiere decir que hacemos una preparación para el Misterio, pero absolutamente digno no es nadie, absolutamente nadie, ni el sacerdote, ni el laico, nada de todo ello.
Pero si tenemos que crear unas condiciones sobre una valorización del Misterio, no tenemos más que acordarnos cuando nos llama la Iglesia para que nos hagamos partícipes, porque dice: Con temor a Dios, fe y agapi venid. He aquí los elementos básicos.
Primero es el temor de Dios. Al tener el temor de Dios, tendré la sensación de la presencia en todo de Dios, que Dios me ve y me escucha en cada momento. Después tendré la fe, que lo que voy a comulgar es realmente el cuerpo y sangre de Cristo. Por eso en el último momento, antes de comulgar, los últimos troparios, si hay posibilidad que se digan por el sacerdote, sino los dice el psalmista y si no lo dice el sacerdote, entonces lo dice por sí sólo y cada creyente también por su cuenta. El primer tropario dice: además creo que esto es Tu cuerpo y Tu sangre; aquí el creyente renueva la confesión de su fe. Porque dice el apóstol Pablo: Por eso se enferman y mueren, no pocos, porque no disciernen que es cuerpo y sangre de Cristo y lo consideran pan y vino. Y alguna vez si algún niño esté llorando y debe de comulgar, puede que su madre le diga: ven hijito mío, el sacerdote te dará panecillo y vinillo. Es malísima esta expresión, pero muy mala. Aquí se sobre-esconde una increencia. Por eso, pues, renovamos nuestra confesión en Dios y creemos que esto es el cuerpo y la sangre de Cristo. Y después es la agapi-amor desinteresado. ¿Pero agapi dónde? Este Misterio es el Misterio de la agapi. Por lo tanto, ¡cómo vendrá si no tengo agapi, primero en aquel que me llama, que es Dios y después es la agapi hacia mis prójimos y hacia toda la creación!
¿Es posible que el Espíritu Santo de Dios en los Misterios de la Iglesia pueda energizar, operar o actuar a través de un mal sacerdote?
Es cierto que si en cada Misterio se debiera operar mediante la calidad del sacerdote, se entiende sobradamente lo que podría pasar. Tendríamos que estar fijándonos y buscando constantemente quién tiene buena calidad para poder recibir la jaris, la energía increada de Dios. Incluso os podéis imaginar que la Iglesia se convertiría en juez, porque cada creyente se convierte en juez. ¿Se deberá juzgar qué clase y de qué forma es el clérigo?. ¿Entonces qué hacemos, si el creyente se convierte en juez?. El derecho de juez sólo lo tiene el Dios. Por lo tanto, no es muy acertada esta posición de si el sacerdote es o no es una persona correcta, u otras cosas y que el Misterio sería inválido o la mitad.
La posición es la siguiente. Cada Misterio está trabajado por Cristo. Como lo dice nuestra enseñanza dogmática: es de obra trabajada. Lo que se está ofreciendo es una obra que la ha trabajado el Dios, el Cristo. Por ejemplo, el Misterio de la Divina Efjaristía. ¿Quién lo trabajó?. El Cristo es quien ha hecho este Misterio. Es Su cuerpo y sangre, la remisión en la Cruz que continuamente existe dentro de la historia. La obra, pues, no la hace el sacerdote, -atención, esto es muy fino de discernir-, la obra no la celebra el sacerdote. El sacerdote, por decirlo de alguna forma, es aquel que presta las manos para la continuación del Misterio de la Encarnación dentro de la historia. Por lo tanto, es como un camarero que toma de la cocina la comida preparada y la sirve. También se asimila con una conducción de agua que nos lleva el agua hacia nuestra casa desde el pantano. La conducción no es el que produce el agua sino el pantano. El tubo transporta el agua hacia casa. Ahora bien, si este tubo, el sacerdote, es un tubo de piedra, durante el flujo del agua también absorbe agua. Es decir, cuando yo celebro, yo también comulgaré y yo también me beneficiaré y si tengo piedad, entonces sin duda, el primer beneficiado soy yo. Pero si yo, por la razón que sea, prescindo del interés, me han dicho que haga esto, pero lo hago porque me lo han dicho, no participo, entonces me convierto en una especie de tubo metálico que no absorbe agua en sí mismo. Pero aquel que ha pedido agua la recibe y la bebe. Así que, si yo no soy el sacerdote correcto, pero correcto en el aspecto de cualidad, es decir, cometo pecados, cada cual piense lo que quiera, entonces los Misterios son válidos y se ofrecen para la gracia de los creyentes. Pero el sacerdote sólo no se beneficia. Esto no debemos de olvidarlo, porque los Misterios son siempre válidos bajo una condición. Que el sacerdote sea canónico. Es decir, que haya sido ordenado por obispo canónico. Cuando no hay impedimento, es decir, si el poder eclesiástico le ha concedido el poder para celebrar, porque la santidad del sacerdote, no se dio para siempre, sino que se da en cada momento. Es una cosa que muchos no lo saben. El sacerdocio “del cura” en cada momento emana del poder eclesiástico. Si le dice el obispo por cualquier razón, no confesarás, aquí el cura está impedido, no celebrarás la divina Liturgia, aquí también está impedido, entonces queda inenergizado, inoperado, nulo, no es válido el Misterio. Pero cuando no existe esto y hay sacerdocio normal sin ningún tipo de impedimento, entonces sin duda los Misterios son correctos, válidos y el beneficio para los creyentes es grandioso. Tal como si vas a la fuente y tienes mucha sed, la fuente no absorbe nada de agua porque el tubo es de metal, pero tú bebes y bebes hasta saciarte. Por lo tanto, puede ser que por desgracia, el sacerdote no se beneficie, pero tú sí que recibes el Misterio de las manos del sacerdote y recibes ricamente la Jaris (energía increada) de Dios. Yérontas Mitilineos
El Cristianismo y las religiones
¿Cual es la causa por la que hoy los hombres están lejos de la Iglesia? ¿son los errores de los jefes de la Iglesia, de los fieles u otras razones?
En el mismo papel que me han entregado hay una segunda pregunta que la uniré con la primera, que dice: ¿Porqué hay esta diferencia porcentual del cristianismo con las demás religiones?. ¿Porqué el cristianismo, puesto que contiene la verdad, no se ha proclamado también a los demás pueblos que son tan inteligentes y están sedientos sobre la verdad, como por ejemplo, los chinos? También aquí va añadido a la pregunta el recorte de la revista de la Iglesia, que dice:
En la revista Iglesia, en un artículo cuenta que en el año pasado se censaron los fieles que hay dentro de las grandes religiones y confesiones. Los resultados son de la siguiente manera: ortodoxos, romanocatólicos, protestantes, mahometanos, hinduistas, confucianos, y budistas. Omito aquí algunos números, de todo ello sólo el 32,28 por ciento son cristianos. Es decir, uno de cada tres es cristiano, todo el resto son de varias religiones. La duda es, ¿a qué se debe esto y por qué?. “El Señor dijo que fuéramos a los confines de la tierra enseñando a todos los pueblos”. ¿A qué se debe que hoy, dos mil años después, no se cristianizaron los habitantes de la tierra?.
Hijos míos, no se debe al hecho de que el cristianismo no sea la verdad. El cristianismo es la verdad. Las demás religiones son una mentira, son falsas. Si queréis, hay una forma muy sencilla y lógica. Atención: ¿Qué son todas las religiones?. Son invención, es decir, creación del mismo hombre. Principalmente las religiones asiáticas son invenciones humanas, son según la mente del hombre que los forma. El hombre lleva en su interior siempre una tendencia hacia el Dios, es decir, el fenómeno de la religiosidad, con el resultado de constituir o formar una religión para sentirse satisfecho, según sus propias convicciones. Pero todas estas religiones se llaman endocósmicas (de dentro del mundo) y como endocósmicas, no salvan. Sólo una religión que apocalipte, revele el verdadero Dios, porque el Dios existe y se apocalipta, se revela a sí mismo, sólo entonces esta religión es verdadera. Porque esta religión no es endocósmica, (del seno mundano) sino que es exoscósmica (fuera del seno mundano). ¿Cómo podemos percibir y captarlo esto?. Para que lo entendáis un ejemplo que ya os he dicho otra vez. Si tú pesas 70 kg, naturalmente puedes levantar 100 Kg. Si te dicen que te levantes a ti mismo que pesas 70 Kg, ¿lo puedes hacer?. Pues no, no puedes levantarte a ti mismo. Por qué. Porque la física nos dice claramente que tenemos dinamis-fuerzas cerradas y no podemos levantarnos a nosotros mismos tirándonos por nuestros pelos. Mientras que puedo levantar 100 kg, los setenta míos no los levanto. ¿Qué significa esto?. Pues, que no puedo salvarme con mis propias fuerzas, deben venir a mí fuerzas de fuera. Todas, las religiones del mundo son endocósmicas o religiones naturales y no es más que una búsqueda de la salvación con medios que el mismo hombre ha pensado e inventado por sí mismo. ¿Puede salvarse de esta manera?. No. Debe tomar de fuera estas fuerzas y esto de fuera es el cristianismo. Es aquel que vino desde el cielo, aquel que existe en el cielo, tal como nos dice el Evangelista Juan sobre Jesús Cristo, “y vino a nuestro mundo y Él nos lo ha explicado y dijo quién es el Dios verdadero y cuáles deben ser nuestras relaciones con el verdadero Dios” (Jn 1,18). Esto es claramente la religión verdadera, por lo tanto, el Cristianismo.
¿Qué pasó pues, en el transcurso de dos mil años que el mundo no se hizo cristiano, a pesar del mandamiento que recibieron los alumnos de Cristo y mediante los alumnos todos aquellos que debían comportarse así, y que fueran a todas las naciones enseñando el Evangelio ?. Escuchad, existe otro pasaje que está en el Antiguo Testamento, pero que también pasa al Nuevo Testamento. Dice el Dios: “por vosotros es blasfemado, insultado mi nombre en las naciones, que son idólatras”. Así pues, el kerigma del Evangelio es auténtico, correcto y salvador, entonces, ¿qué culpa hay?. Los culpables son sus portadores, los hombres, los cristianos, de entonces y también de ahora. Gandi dijo: “me gusta Cristo pero no me gustan los cristianos”, que el cristianismo es bueno, pero los cristianos no son nada buenos. La manera, pues, que los cristianos actúan y se gobiernan, no es la que podría ser el factor de cristianización de los pueblos.
Os diré un ejemplo resumido. Cuando los europeos empezaron a conquistar África procuraron en cristianizar los africanos con el fin de explotarles. Gracias a Dios, los ortodoxos no tomaron parte. Tenemos pues, un caso como es el de san Frumendio que le manda san Atanasio el Grande a Etiopía a cristianizarlos. Entonces cuando san Frumendio llegó allí no tuvo visiones coloniales. En cambio, cuando fueron los europeos y la Iglesia occidental en África hicieron conquistas de tierras y empezaron a explota los productos de África, todos estos tenían visiones conquistadoras y coloniales y el cristianismo para ellos era un medio y una manera.
¿Queréis más?. Es cuando los europeos se fueron a la India, por no decir exactamente quiénes de los europeos, allí fueron con el propósito colonial y conquistador. Pero, cuando tú que tienes una religión que es verídica, llegas, pero das el peor ejemplo y te conviertes en colonizador y yo me convierto en el objeto de tu explotación, entonces, yo que soy hindú, africano o chino o en América, cuando llegaron los españoles con Colón, etc., cuando tú vienes a explotarme, es normal que entonces rechace la religión que me traes. Esta es la razón o la causa que el mundo no se hizo cristiano. El mal comportamiento de los cristianos.
Y si queréis más, ¿por qué tenemos que ir tan lejos y no en nuestro barrio, en nuestros familiares o en nuestro colegio?. ¿Por qué nuestros familiares aún no se han hecho cristianos correctos?. ¿Porque yo, que he empezado en la vida espiritual aún no me hice cristiano correcto?. ¿O en el mismo colegio, no soy el alumno cristiano correcto?. ¿Cómo pues, influiré?. Por esta razón, pues, daremos cuentas terribles a Dios, porque nosotros fuimos la causa de que los pueblos o naciones no estén sostenidos al logos de Dios y dentro de la Iglesia. Me diréis: ¿todos deberían creer?. Hay también otros factores, en los cuales no son responsables los cristianos, aquello de “que la fe no es para todos…”, etc.
De todos modos, cuando el Cristo profetiza, el final de la historia, dentro de la profecía incluye también el comportamiento de los cristianos y que el mundo entero no sería cristianizado. Atención en este punto, se dio una señal, que el Evangelio se escuchará en toda la tierra. Escuchad lo que se dijo: “se escuchará”. Realmente el Evangelio, el logos de Dios, hasta hoy se ha traducido en 1700 lenguas y dialectos, es decir, en todos los idiomas de la tierra. A pesar de ello, no toda la tierra es cristiana. ¡Atención! mirad qué exactitud tiene la profecía: “se escuchará el Evangelio”. Por lo tanto, podemos decir que el Evangelio esencialmente se ha escuchado, pero no se ha aplicado, ya que se ha traducido el Evangelio en todas las lenguas de la tierra y cualquiera puede leerlo. Esto quiere decir que no esperemos que se hagan todos creyentes cristianos encima de la tierra, sino que simplemente fue escuchado el Evangelio, y no ha sido aplicado a causa del mal comportamiento de los cristianos. Esto también está contenido en la profecía. Por eso el Señor dijo: “cuando vendré” –y de que vendrá no hay duda- “¿encontraré fe sobre la tierra?”. Alude a que la fe desaparecerá, no existirá en la faz de la tierra. No sólo en aquellos que desde el principio no la aceptaron, sino que en los mismos cristianos, ¿encontraré fe?. La tercera parte del mundo estamos bautizados, ¿pero vivimos correctamente?, sin duda que no. Cuánta negación tenemos, aquí los mismos griegos que somos cristianos ortodoxos. Cuánta negación tenemos, mientras que estamos bautizados, nos convertimos en ateos, no creyentes, pecadores, indiferentes, indecentes, etc., no nos adaptamos a la voluntad de Dios. Una cosa más que dijo el Señor. Cuando vendrá, habrá precedido una gran indiferencia y una congelación del corazón, dice que la agapi-amor de muchos se enfriará y estará congelada, habrá una decadencia y un derrumbamiento moral, un declive general. Así que vemos que todo esto ya está profetizado. Lo repito otra vez, que la complacencia de Dios es que todo el mundo conozca el Evangelio, pero los portadores, nosotros los cristianos desgraciadamente no hemos correspondido en este mandamiento del Señor, que es saber evangelizar al de al lado. Por lo tanto la causa está en nosotros y el castigo también caerá en nosotros.
El Cristianismo y la semejanza con las demás religiones
Estudiando la historia de los antiguos pueblos orientales encontramos elementos de la religión en ellos comunes con el Antiguo Testamento. Por ejemplo, la existencia del bien y del mal, en la religión de los antiguos persas, el mito del cataclismo en la tradición religiosa de los sumerios. Y escuchamos continuamente de maestros académicos que en este punto tenemos influencias de religiones orientales en el cristianismo. ¿Podría aclararnos en qué medida estas cosas son verdaderas y si pueden crear dudas en el cristianismo como religión apocalíptica o revelativa?.
Realmente esto es un tema muy interesante y amplio, pero como estamos en los temas de preguntas y dudas, intentaré responder brevemente. Es verdad que sostienen que tenemos influencias en el Antiguo Testamento, porque encontramos acontecimientos, fenómenos, ideas y tesis del Antiguo Testamento que los encontramos en religiones más antiguas que el Antiguo Testamento. Como por ejemplo, en el cataclismo (el diluvio universal), principalmente se refieren a un antiguo poema, de los más antiguos escritos en la filología, etc., pero no se trata de influencias. La respuesta y explicación es la siguiente:
Tomemos el tema del cataclismo. El tema del cataclismo fue un fenómeno universal. Universal no en el sentido exacto, porque puede ser que no se haya hecho en toda la tierra este cataclismo, sino sólo en aquel lugar. Cuando decimos universal es en relación con la ecumenicidad, es decir, allí donde habitaban hombres y se ahogaron todos y sólo quedaron Noé, su mujer y sus tres hijos con sus tres mujeres, total ocho personas. Estos ciertamente salvaron en sus tradiciones el acontecimiento del cataclismo y lo transmitieron a sus descendientes. Fue tan terrible y quedó impregnado en sus memorias muy intensamente, no quedando como un acontecimiento indiferente. Así que, explicando a sus descendientes, que no eran testigos del cataclismo, lo que ocurrió sobre el cataclismo, les narraron diferentes cosas. Después creció la población y los hijos de ellos se esparcieron en todas direcciones, después del acontecimiento conocido como “la torre de Babel” a donde la humanidad se esparció por toda la tierra. Pero la humanidad llevaba consigo las tradiciones de sus progenitores, esto es muy natural. Pero como estas tradiciones se decían oralmente de boca en boca y como tomaron un carácter religioso habiendo salido de la misma cuna, fue muy natural que se convirtiera como un cuento, por decirlo de una manera, del cual el núcleo era verdadero. Así que, aquellas cosas que nos escribe el Antiguo Testamento no son por influencia de aquellos otros pueblos, simplemente son apocálipsis, revelación de Dios para aquellas cosas que no se podían ver y dar así el hombre testimonio histórico. En concreto, Moisés que escribe el libro del Génesis, porque el cataclismo está descrito después del capítulo sexto, ¿cómo podría saber el cómo se hizo el mundo?. Le fue apocaliptado, revelado, cómo se hizo el cosmos-mundo. Y que esto diríamos constituye una descripción inspirada del espíritu de Dios (zeópnefstos) y uno lo ve hoy como estas aguantan y se verifican aún científicamente hasta hoy. Por ejemplo, primero se hace la luz y después se ve el sol. Porque simplemente el sol no es la luz, es un portador de la luz y realmente la luz se hizo primero, como energía. Por lo tanto, la primera cosa que se hizo es la energía, porque es conocida la pregunta: ¿qué se hizo primero, la materia o la energía?. Y la ciencia contesta: se hizo primero la energía bajo la forma de luz. Realmente, vemos que el primer día, diríamos, en el comienzo de la creación, dijo el Dios: hágase la luz y se hizo la luz. Y explicándolo en el lenguaje contemporáneo: Hágase la energía y se hizo la energía y de la energía se hizo nuestro conocido mundo material. Esto es inmensamente grandioso, que no se podría explicar, sino sólo si aceptamos que es zeópnesto (inspirado por Dios o su espíritu).
Así que, Moisés, como dice el geólogo Francés Delonei, no tenía los conocimientos de nuestra época. Además, la geología como ciencia no tiene más que doscientos años de vida. Por consiguiente, Moisés era zeópnefstos (inspirado por el espíritu de Dios). Así, pues, de la manera en que pudo describir los seis días del Génesis y sobre todo la ordenación de estas creaciones del reino físico y animal a lo más perfeccionado, es algo maravilloso y sorprendente. Todo esto, como os dije es por apocálipsis, revelación y de la misma manera el Dios le presenta a Moisés sobre el cataclismo, etc. Es decir, lo muy anterior que se había puesto como envoltorio de mito, el Dios indica a Moisés la única verdad. Es pues, muy natural que sean verdad las cosas que dice la Santa Escritura, hasta su última palabra y que se asemeje con las tradiciones de los pueblos; puesto que todos los pueblos desde la cuna común empezaron a llevar estas tradiciones, pero diríamos con la envoltura mitológica. Es muy natural entonces que después dieran nombres a sus dioses diciendo que era el dios tal o cual, etc. Pero perdieron al verdadero Dios y entran en el espacio de la idolatría y ponen al dios tal como lo crea la fantasía de ellos, esto es muy natural.
Y otra cosa que dice aquí, sobre el caso del bien y del mal. Naturalmente es un fenómeno universal y un problema filosófico y también religioso, ¿por qué existe el bien y por qué el mal o mejor, por qué existe el mal puesto que existe el bien?. ¿Y por qué tiene que existir el mal y se creó la conocida “dualidad” en todas las religiones del mundo?. ¿Qué es esto?. Atención mucho a este punto que os voy a contar. Esto es un intento de interpretación de la presencia del mal dentro del mundo y en la vida. Pero es muy característico que mientras la “dualidad” da origen al bien y al mal en dioses correspondientes, en cambio el antiguo Testamento lo ve uno que es apocálipsis, revelación y no un mito, no tiene ningún elemento dual. Pero habla sobre un Dios, el cual desde el primer momento de la descripción, le refiere como el Dios creador de la materia y de los espíritus. Dijo el Dios: hágase la luz, pero la luz es material. Dijo el Dios: hágase el firmamento, hágase esto y aquello, los animales y las plantas, ¿estos qué son?, son materiales. Después hace el hombre y después le sobre-sopló aliento de vida, es decir, le da vida y psique o psique vivificada. ¿Quién pues es el Dios creador de los espíritus y la materia?. Uno, no hay dualidad dentro del antiguo Testamento. Esto está claro, la escritura del antiguo Testamento no recibió influencias de fuera, sino que permaneció pura y limpia. Esto en pocas palabras acerca de esta duda.
¿Quizá el Dios es uno, pero se presentó a los pueblos de oriente como Buda, Mahoma, etc., y en nosotros como Jesús Cristo?
Esta pregunta muestra la influencia de la maldad que existe. Es decir, que en cada pueblo se mostró con diferentes personas o rostros, distintas leyes y los que las han cumplido ganarán la eternidad. Más abajo hay otra pregunta que dice: ¿por qué no debemos leer a Kazantzakis y porqué se condenó su libro “la última tentación”?. Pues no debemos leerlo para que no tengamos percepciones erróneas como en la primera pregunta. Porque, si leemos libros como estos que narran cosas raras y falsas, es muy natural que tengamos este tipo de percepciones.
Pues, ¡atención!, yo aquí lo considero sólo como una duda y nada más. Sobre esto hemos contestado cuando hablamos sobre la teosofía. Pero si llegamos a aceptar que el Jesús Cristo puede estar en la misma línea que Buda, Mahoma, u otros, todos estos, a los cuales llaman “mistas o instructores místicos” aquellos que tienen su propio interés de llamarlos así, entonces, ¡ay! de nosotros. Tened en cuenta que existe un libro antiguo del siglo XIX con el título “los grandes mistas” y huele muy mal, su autor es Siré. Allí, si uno lee, sin dificultad entenderá y catalogará también a Jesús Cristo en la misma línea que Confucio, Mahoma, Buda y no sé qué más. Pero aquí la cosa es miserable. Me gustaría contestar y dar la calificación de la siguiente manera. ¿Sería posible alguna vez que exista un Dios, el cual se manifieste cada vez con una persona o rostro distinto y dar leyes diferentes en cada época y en cada pueblo?. Sobre todo si reunimos estas leyes y órdenes, veremos que están en contradicción entre sí. ¿Sería posible que alguna vez un Dios así, cada vez estar cambiando de persona o rostro y viniendo a la humanidad diciendo aquellas cosas que dice el budismo, el cristianismo, el islamismo, etc.? Puesto que estos entre sí no compaginan, no combinan. ¿Es posible que salgan de un Dios solamente?. ¿Es posible esto alguna vez?. Hijos míos, es muy natural que se digan estas cosas, en el momento que en la teosofía desde el siglo XIX, como decíamos cuando hablábamos sobre ella, intenta hacer este sincretismo, (comparación). Es decir, esta reunión para demostrar y decir que todo esto es producto de un Dios único, para que salvaguarde el monoteísmo y, además, para arrastrar a las personas de cualquier religión a entrar en la teosofía. Es decir, que puedas ser como un masón, porque la metafísica de la masonería es la teosofía, para que puedas estar en la misma mesa con el budista y que tengas ligera tu conciencia creyendo esencialmente que el Dios es uno o hacer oración común con ellos; entonces, si tú oras a Cristo o a Buda, es la misma cosa. Y así nos aquietamos como las marmotas. Entonces, pregunto, ¿con este sentido, podemos tener la salvación que nos trae el Cristo?. Imposible. ¿Y la fe adónde va?. Al aire. Es aquello que decíamos antes en la clase sobre el ateísmo, que en la realidad esto es el ateísmo, si decimos que el Dios se manifiesta siempre como una persona variable en la historia. Es ateísmo cien por cien, por lo que tengamos mucho cuidado de este tipo de tesis, las cuales desgraciadamente leemos en libros que abundan y dominan nuestra época. Por eso, en el tema sobre el ateísmo analizaremos muy bien esto para que estéis en guardia de todas estas cosas. Amín.
MONAQUISMO ORTODOXO
¿Qué ideales salvaguardan los monasterios kinobios?
Los monasterios kinobios (de vida común) no salvan ningún ideal. Simplemente expresan e interpretan ortodoxamente, correctamente el Evangelio. Esto es todo. La palabra ideal y las ideas las utilizamos en nuestro lenguaje, pero si se quiere, no es correcta la formulación, como cuando decimos la metafísica, estos términos no son correctos para el cristianismo. Porque el término está desaprobado y está tomado de la filosofía. Como también los términos, bioteoría, cosmoteoría, son términos de la filosofía. Lo mismo también las ideas, los ideales, etc., todas estas cosas están tomadas del campo de la filosofía y por parte cristiana son términos desaprobados. Porque, si tuviésemos que decir qué son las ideas y los ideales, etc., el cristianismo no tiene ideas, porque simplemente tiene apocálipsis, revelación, la revelación de Dios. La apocálipsis, revelación de Dios, no son ideas. Por consiguiente, los monasterios no salvaguardan ideales, sino que expresan el Evangelio.
¿Qué quiere decir esto?. Es cierto que en cada época habían los monasterios, paralelamente a la figura parroquia, no era sino siempre una manera de que se exprese más ortodoxamente un monasterio. Un monasterio, comparándolo dentro de la expresión y la praxis del cristianismo, es cómo debe vivir el cristiano siempre en relación con lo que hay fuera en el mundo. Pero, diré algo que es triste, no en relación de un monasterio del siglo pasado o del siglo X o del siglo VI o del siglo V. Porque si se debiera juzgar y comparar un monasterio del siglo V con un monasterio del siglo XX, deberíamos dejarlo todo y marcharnos. Pues sí, y para que no creáis que esto lo digo yo, me remito a san Simeón el Nuevo Teólogo. Mirad el higúmenos (abad) san Simeón el Nuevo Teólogo, ¿sabéis que significa esto?. Nuestra Iglesia le ha dado el nombre de Nuevo Teólogo. Nuestra Iglesia llama a muchos padres teólogos, pero sólo en tres ha dado el título de Teólogo, que son san Juan el Teólogo, san Gregorio el Teólogo y san Siméon el Nuevo Teólogo una personalidad muy importante y que dice lo siguiente a sus monjes: “Vale que no nos asemejamos nada con los ascetas y los monjes del siglo V, de la época de san Antonio el Grande, por lo menos que tengamos un poco de agapi (amor desinteresado).” Porque allí había ocurrido un acontecimiento de revolución hasta con amenazas de muerte. ¡Terrible!. Se interpuso hasta el Emperador. Mirad lo que dice: “por lo menos que tengamos un poco de agapi, ya que no llegamos a los ascetas de la época de san Antonio el Grande”. Pues, si estas cosas las decía san Simeón el Nuevo Teólogo del siglo X, entonces en el siglo XX, qué diríamos. Tenemos pues, una degradación continua y continuada. Ahora el por qué y el cómo y qué saldrá al final, no es el momento para decirlo, sino sólo os digo que un monasterio se puede juzgar el cómo vive en relación con el mundo y que presente lo más posible ortodoxamente la vida cristiana y que llame al mundo a imitar esta vida. Es decir, que es como una vitrina, un escaparate. Aún más, un monasterio es el vigilante del dogma ortodoxo. Es conocido que principalmente los monasterios descubrían y señalaban las herejías. Por lo tanto, veis que los monasterios son los guardianes de vida y fe ortodoxa, correcta.
Existen hombres que sostienen que el monaquismo tiene sus raíces en el período de recesión espiritual. Dentro del segundo centenario Bizantino ponen en duda auténticos criterios que pueden conducir al monaquismo. ¿Nos puede decir algo sobre sus raíces y de estos incentivos?
Es muy importante la pregunta y contesto no por otra cosa sino que el tema del monaquismo no concierne solamente a los monjes sino a todos. Si se tiene en cuenta que el monaquismo es un elemento de la misma Iglesia. No puedes, pues, tomar un elemento y despreciarlo, porque quizá históricamente esto lo han atacado y despreciado. Obviamente aquí no haremos un estudio completo, pero daremos algunos elementos para responder alguna pregunta.
El monaquismo no es otra cosa sino que lo más selecto e ilustre que tiene la Iglesia y se mueve dentro de ella. El monaquismo no es algo que esté fuera de la Iglesia sino que es la crema, la elite, diríamos así, la aristocracia de lo concerniente a la Iglesia. Porque simplemente es la manera que un creyente dentro de la Iglesia quería dedicarse a Dios. Y esta dedicación no tendría sólo, diríamos, una posición pasiva, es decir, que yo doy algo pero también pido algo. Me doy a mí mismo con el fin de la gnosis-conocimiento de Dios. Así pues, es también un negocio, una transacción entre el monje y el Dios. Os recuerdo a san Antonio el Grande, cuando escuchó, en la Iglesia que había ido, aquello que dijo el Señor a aquel joven rico: “…todo lo que tienes véndelo y repártelo a los pobres y luego tú sígueme”. Aquel joven desgraciadamente no correspondió. Como nos dice el evangelista, era un hombre muy rico, muy bueno, muy ético y pidió cosas superiores. Entonces el Señor le dijo: ven conmigo. Es decir, una dedicación plena. Esto no pudo hacerlo, porque tenía que vender sus existencias y se marchó. Esto cuando lo escuchó san Antonio el Grande hizo lo contrario. Vendió sus pertenencias, las dio a los pobres y se marchó para hacerse monje, es decir, seguir al Señor. Así vemos que tenemos una dedicación. Aún, tenemos una gnosis-conocimiento de Dios. Esta gnosis de Dios es la retribución que tomará de Dios aquel que se dedica a sí mismo a Dios. Porque simplemente cuando doy, recibo. Dice en una parte el libro del Apocalipsis que salió el Señor, es el Cristo teniendo su retribución o salario en su bolsillo. ¿Qué es este salario? No es el salario que dará a los hombres. En principio es el salario que recibirá el mismo de los hombres, ellos tienen mi salario, es decir, esto que yo quiero y que yo daré. Es el salario de Cristo y el salario del creyente. ¿Dónde está el salario de Cristo?. El salario de Cristo está en que se hizo hombre y se sacrificó para adquirir el salario que se llama creyente. Por lo tanto, el salario de Cristo es el creyente, “yo te he ganado, entonces eres mi sueldo”. Después, ¿dónde está el salario del creyente?. El salario del creyente es el Cristo. Porque mi beneficio, mi salario es que he ganado a Cristo. Así pues, el sentido de salario es, lo repito, salario de Cristo es el creyente y salario del creyente es el Cristo. Es muy característico esto, pues, las cosas son recíprocas. Exactamente esto ocurre en un estado más intenso dentro del monaquismo.
Pero vamos a tomar las cosas un poco históricamente. Hemos visto que el monaquismo es lo mejor que ofrecería la Iglesia. Las raíces del monaquismo se encuentran dentro del mismo Antiguo Testamento. Obviamente cuando decimos raíces del cristianismo no entendemos las formas, porque las formas cambian. Pero esto no tiene importancia, si construyo un monasterio o no, si tendrá esta forma o no, estas cosas cambian de época en época. Pero apuntad que en el Antiguo Testamento, el profeta Elías era célibe. Es el único profeta líder que era célibe, Moisés, Aarón, u otros., estaban casados. Así que el profeta Elías era célibe, puro, insolvente, pobre y obediente, bajo la obediencia de Dios. Son estas tres cosas que caracterizan al monaquismo: pureza, pobreza y obediencia. Cuando Elías llamó a Eliseo que tenía fortuna, tenía tierras y animales, le dice: ven conmigo. Dice la Escritura que cuando le encontró arando la tierra con los bueyes y le dijo ven conmigo, Eliseo, que también era célibe, rompió los arados, órganos de madera que tenía, mató a los bueyes, hirvió la carne y la repartió a los pobres y se fue y se convirtió en sucesor del profeta Elías. Ellos ahora, por su parte, habían creado las llamadas escuelas proféticas. Cuando Elías ascendió al cielo, no sólo Eliseo observó su ascensión, sino entre doscientas y trescientas personas que eran de las escuelas que fundaron los profetas Elías y Eliseo. Son los llamados “hijos de los profetas”, esto lo encontraréis con este nombre en la Santa Escritura, en el capítulo cuatro de Reyes. Ellos eran pobres, hacían kerigmas al pueblo y guardaban también la historia del pueblo. En ellos, en los hijos de los profetas, se debe la escritura de algunos libros de la Santa Escritura.
Sólo os diré un acontecimiento. Una vez dijeron al profeta Eliseo que fueran, él y sus monjes, a habitar en el bosque que estaba al otro lado del río Jordán. Él les dijo que sí. ¿Qué harían allí? Allí cortarían madera y harían cabañas para quedarse. Uno de ellos cuando cortaba una planta se le escapó el hacha cayendo dentro del agua. Empezó a gritar, ¡ay, lo que me ha pasado!, se me ha caído el hacha dentro del río y el hacha no es mía, el profeta Eliseo estaba al lado,. Es decir, vemos un kinovio (monasterio de vida común) donde no tienen algo personal sino que todo es de uso común, etc. Así pues, se ve dónde están las raíces del monaquismo. En cambio, el último monje puntal, santo y perfecto del Antiguo Testamento, ya con una forma muy santificada es san Juan el Precursor. No es al azar que los evangelios nos describen qué comía, cómo vestía y cómo vivía. ¿Quién podría ofender a san Juan?. Pero, como desgraciadamente los hombres no entienden e insultan, etc., ya en la época de Cristo y de Juan, esto lo dice el mismo Cristo, que: “Vino el hijo del hombre comiendo y bebiendo”. Porque el Señor hacía una vida social, no vivía en los desiertos, así debería de ser y cuando al Señor le llamaban a una comida o cena él comía y bebía normal. Y vosotros decís: ¿éste es el Mesías?, porque es un bebedor y comedor. Vino Juan, haciendo ascesis y ayuno y decís: tiene demonio. ¿Por qué dijeron que tiene demonio?. Porque no podían captar toda la vida de un hombre que sale de unas supuestas dimensiones naturales.
Yo tomaré sólo un caso de dimensión natural. ¿Por qué no te casas?. Es muy natural, dicen muchos, ¿el Dios no bendijo la boda?. ¿Y quién os ha dicho que la boda es un Misterio bendito?. ¡Atención!, es porque el Dios lo quiso así. Pero es la voluntad posterior de Dios por concesión. No existiría la boda si los primeros en ser creados no hubiesen pecado para morir luego. La demostración es que: en la realeza de Dios, lo dice claramente el Señor, no se casan, no existe la boda. El matrimonio pues, no es la voluntad por complacencia de Dios, el estar célibe es la primera voluntad por complacencia de Dios. Por eso, ¿qué hace aquel que permanece célibe?, me refiero sólo al tema del celibato, pues, sencillamente prueba antes la realeza de Dios, antes que aún se revele y es cierto que se revelará, cuando el Señor regrese. No es pues una cosa no natural. La boda en principio cuando fuimos creados no era lo natural por decirlo de una manera, porque el hombre fue creado, a sabiendas de que caería y así vino la boda. Entonces pregunto: ¿Quién es más natural, el hombre tal como vive encima de la tierra o el hombre nuevo que está en la realeza de Dios?. Sin duda el segundo. Así que, os lo digo esto, porque muchos acusan y dicen, mirad, este hace una vida no natural, anormal. No es innatural o anormal, tu propia vida es innatural, si debemos verla desde el prisma de la dogmática, es decir, por la verdad de nuestra fe, no es innatural.
Una cosa más vamos a decir, repito, no agotaremos el tema porque es enorme. Cuando apareció el monaquismo, y apareció poco antes del cese de las persecuciones, más o menos a mitad del tercer siglo, quizás un poco antes. Entonces los cristianos perseguidos se iban hacia los desiertos. Si me dicen el por qué no apareció el monaquismo antes, os contestaría que es porque los cristianos ya vivían del martirio en las persecuciones. ¿Sabéis por qué? No os extrañe, es porque el cristianismo esencialmente es un martirio. Pero no os diré más. Y así, puesto que existía el martirio, ¿por qué añadir otro martirio?. Pero cuando la Iglesia se pacificó y sobretodo lo peor, cuando los cristianos vieron que por razones de interés muchos hombres idólatras, que estaban en puestos principales empezaron a hacerse cristianos, la calidad de la Iglesia empezó a caerse. Es decir, que se enfriaba el calor, entonces empezaron a marcharse hacia el desierto, para seguir en ese calor de la aplicación de la vida del Evangelio. Por lo tanto, esto de que cayó el calor de los cristianos por bautizarse de manera multitudinaria, también ocurrió en Rusia que millones se bautizaron, pero no se había hecho la catequesis necesaria. Acordaos que los candidatos a cristianos antes se catequizaban y pasaban por un período de catecumenado que duraba un año, dos, tres y cuando los consideraban adecuados, entonces se bautizaban y crismaban. Entonces esto luego se perdió y tenemos las señales de caída del calor y si queréis también del declive. Entonces viene el monaquismo a salvar lo que puede. Por lo tanto, el monaquismo es una señal de esplendor. Es decir, es lo contrario de lo que dicen los hombres. El monaquismo no es una señal de declive, sino un punto de esplendor de la Iglesia. Por eso una Iglesia que no tiene monasterios peligra a perderse, secularizarse o mundanizarse totalmente.
Por ejemplo, en el mundo protestante. Ellos no tenían monasterios y observaron que era necesario que existieran. Porque los hombres dentro del mundo se mundanizaban día tras día, año tras año y siglo tras siglo. Ahora en los últimos años los protestantes, es extraño, pero sí, han empezado a fundar monasterios. Obviamente como ellos lo entienden e inventan, de todos modos, monasterios.
¿Qué significa esto?. Significa que el monasterio, el monaquismo no es una señal de declive, sino de esplendor. Principalmente allí donde se cultivó de una manera abundante en número, es decir, que hubieran bastantes miles de monjes y monjas, como era en los desiertos de Egipto; se desarrolló una forma de vida y una cultura particular original. Son los gerónticos (libros de la vida de los ascetas, santos y padres) que leemos, que no morirán nunca y se estarán escribiendo con nuevas hazañas, hasta que se acabe la historia. Qué queréis que os diga, solamente que los monjes eran los que captaban las herejías de las ciudades, bajaban de los desiertos y decían a la gente: esto es herético. También contribuyeron los monasterios en temas de enfermedades o hambre, etc., acordaos de san Antonio el Grande que vivía en el desierto, dos veces bajó a Alejandría en causa de las herejías. Una vez contribuyó en la lucha contra los Arrianos y la otra porque había una enfermedad contagiosa y fue a ayudar. Os diré más, los monasterios son la mayor producción de santos, de la dogmática de la fe y de la himnografía y pertenece a los monjes y monjas. Casi toda la himnografía, el noventa y nueve por cien pertenece a los monjes. Esto que llamamos música bizantina pertenece a ellos y a ellas. Así que cualquiera puede constatar que tenemos una gran producción. Es tanto que no sé por dónde empezar. En Europa los museos están llenos. Los libros de la Santa Escritura se salvaron gracias a los monjes. La cultura antigua helénica, los filósofos se salvaron gracias a los monasterios, hasta Homero fue salvado por ellos. ¿Sabéis como se salvaron?. Porque en la hisijía (serenidad) del monasterio se sentaban los monjes y copiaban. Sobretodo copias de libros originales y raros, difíciles de encontrar. Lo que se ha salvado del antiguo mundo helénico es obra de los monjes. Sólo con esto sería bastante para que las personas del mundo tengan que ver con buen ojo al monaquismo. Y también aquello que antes os dije, de que en el desierto se desarrolló una cultura, en la cual los hombres tenían como ejemplo para vivir en las ciudades. Es decir, cultura de la agapi (amor desinteresado), de la pureza.
Un ejemplo pequeño que muestra la lucha contra la filaftía (egolatría, excesivo amor a uno mismo y al cuerpo). Porque dentro de este mundo nuestros cristianos son ególatras, materialistas y en grado grande. Pues, escuchad un ejemplo característico. Una vez a un asceta le ofrecieron por la mañana un racimo de uva. Él pensó y dijo: porque tengo que comerlo yo y no lo doy a aquel asceta que le hará más falta que a mí. Lo mandó allí y aquel asceta hizo el mismo pensamiento. Después de pasar por varios ascetas y lugares, por la tarde, con un recorrido desconocido, volvió el racimo de uva al primero. Cuando lo vió, quedó admirado y lo agradeció a Dios porque le reveló que los hermanos tenían agapi-amor desinteresado, una comunión de agapi. Entonces se santificó y lo comió. Decidme, ¿esto ocurriría dentro de la sociedad de nuestra época que es como una jungla?. He aquí porque se desarrolla una cultura, una cultura de la psique. Qué más queréis que os diga, terminaré porque es un tema inmenso, sólo os digo que el monaquismo no sólo no es un elemento de declive, sino al contrario es elemento de esplendor de la Iglesia y os lo he demostrado. Obviamente con una diferencia, que es si los monjes tienen conciencia de su cualidad y corresponden a aquello que deben tener, de modo que la Iglesia sea glorificada y firme. Estas pocas cosas, así de una manera indicativa, sobre este enorme tema para satisfacer la pregunta.
45 PREGUNTAS Y RESPUESTAS VARIAS
¿Cómo podemos tener paz?
¡Ay, esta paz muy deseada!. Es cierto que no son palomas, tampoco viajes, ni congresos, sobre la paz. Estar corriendo de país en país, de continente en continente, para obtener la paz. No sé si me entienden, el que tenga nus, que entienda. Hijos míos, la paz no está allí. La paz es un fenómeno interior. El Dios, en el Nuevo Testamento se llama “el Dios de la paz”. Por lo tanto, si tengo a Dios, tengo la paz, es un fenómeno interior, un estado interior.
¿Cómo puedo tener paz?. No teniendo remordimientos de conciencia, es decir, la conciencia que me testifica que no soy culpable y que tengo conciencia limpia, pura, bondadosa; Obviamente cuando la conciencia no me dice nada y a la vez no está embotada y está sana informándome bien y bondadosamente. Así que, mi conciencia debe informarme que no tengo culpabilidad frente a Dios, frente al prójimo y frente a mí mismo. Son tres cosas, si uno de los tres lo hiero, no tengo paz, no puedo decir que tengo paz con Dios, con mi prójimo y conmigo mismo. Deberé, pues, tener paz conmigo, con el prójimo y con Dios. Y principalmente tienen que sinergizar, colaborar las tres facetas de mi psique en mis relaciones con Dios, con el prójimo y conmigo mismo, ¡atención cómo! Con la comprensión o sano juicio, con la voluntad y con la emoción. Comprensión, voluntad y emoción, con Dios; comprensión o entendimiento, voluntad y emoción con el prójimo; y comprensión, voluntad y emoción conmigo mismo. Si consigo este equilibrio y el no remordimiento de la conciencia o una conciencia no culpable, entonces seguro que tendré paz. La paz exterior, simplemente es fruto de la paz interior. Si buscamos encontrar esta paz en el exterior, de antemano nuestros esfuerzos son vanos. Sabéis cuanto corren los hombres, desde oriente a occidente y desde el sur al norte, para asegurarse la paz, pero no se asegura. Y después de tantos maratones y reuniones sobre la paz, tenemos guerras.
Os recordaré algo que puede que lo sepáis. En la olimpiada de Berlin en el año 1936, Hitler soltó dentro del estadio olímpico palomas para mostrar que era defensor de la paz e hipnotizaba, por decirlo de alguna manera, a los alemanes y a los europeos. Pero aquel, en realidad, se armaba para así después de tres años, producirse la segunda guerra mundial. De todos modos, se ha observado que donde se habla mucho sobre la paz, como es un fenómeno exterior y no interior, porque se ha expulsado y rechazado a Dios de la paz, el jefe de la paz, “el Cristo”, allí estaréis oliendo algo mal, porque se está preparando una guerra.
Si queréis, os diré un ejemplo más. Cuando una señora habla y repite que es muy honesta y lo proclama a voces en todas partes, que ella es muy honesta y justa. ¿Pero porque nos lo dices, es posible que no lo seas?. Algo tiene que haber escondido, por proclamar tanto que eres honesta. Funciona un mecanismo extraño en nuestro interior, que dice: yo soy honesto, soy justo; lo mismo pues aquí, detrás de los chillidos y los discursos de la paz, sabed que se está preparando una guerra. No olvidéis que la paz de Dios es aquella que dice el apóstol Pablo: “…la paz que supera a todo nus”. Esto quiere decir que la paz de Cristo no se puede entender por la mente humana. Si el que tiene la paz de Dios en su interior, si no le puedes entender, es porque no tienes la misma paz. Esta paz supera a todo nus, no existe expresión de esta profunda paz. No hay expresión, porque supera a todo nus (espíritu humano). Sólo lo que es del nus se describe o escribe, lo que es súper-nus no se puede describir o escribir.
Por lo tanto, si queremos tener paz, debemos de preocuparnos de ser correctos frente a Dios, al prójimo y a nosotros mismos y no tener remordimientos en la conciencia y hacer una vida como muy bellamente dice el apóstol Pablo: piadosamente refiriéndose a Dios, justamente refiriéndose al prójimo y divinamente refiriéndose a sí mismo. Si pues, vivo piadosamente, justamente y divinamente, entonces sin duda tendremos una profunda, pero muy profunda irreducible paz.
¿Qué es el fanatismo en el espacio cristiano?
Fanatismo, en principio, es un estado de la psique que ha creído en algo sin haberse utilizado la lógica ni el ojo de la psique que es el nus y el Señor en la homilía del monte de los olivos sobre las bienaventuranzas dice: “el candil de la psique es el ojo”. ¿Qué ojo?. El ojo espiritual, el nus, es el discernimiento, el poder ver interiormente. Cuando, pues, recibo algo y no tengo el ojo espiritual para verlo, entonces lo que hago lo hago ciegamente. Por lo tanto, el fanatismo es una situación que recibo algo y actúo conforme a esto sin los ojos, los ojos de la psique, sin tener discernimiento, por lo tanto, el fanatismo es ciego. Es innecesario decir que el fanatismo no sólo en el cristianismo es una cosa terrible sino en cualquier religión y campo. Es una cosa tremenda el fanatismo, yo os diría que lo que oís, aunque sea la peor cosa, siempre sentaos atentos y escuchadlo y pensadlo serenamente. No os encendáis ni salgáis corriendo. De cualquier forma podemos dejarnos arrastrar en manifestaciones muy terribles que se caracterizan por ser muy fanáticas y que no es otra cosa sino porque no hemos utilizado nuestra mente lógica. Nunca seáis hombres fanáticos en vuestra vida, en cualquier cosa, desde la religión hasta en la política. Dentro del espacio de la política es conocido que hay fanatismo. Se echan unos eslóganes, no hay reexaminación lógica seria y entonces hacemos aquellas cosas que sabemos. Porque si hay reexaminación lógica nadie se va a levantar de su silla para ir a romper sillas en otro lugar o hacer cosas indebidas porque lo han dictado los demás, por lo tanto, así se llega al fanatismo. Pero debo de decirlos que hay otro estado que no tiene relación con el fanatismo, que es el celo. El celo es aquel impulso que tengo en mi interior, pero no ciego, sino que he entendido muy bien. Por ejemplo, el celo de los santos y los mártires. Sobre el celo he contestado la semana pasada.
¿Por qué razón san Juan Bautista bautizaba. San Juan el Evangelista nos dice claramente que el Cristo no bautizaba?. ¿Por qué esta excepción?. Y ¿cuál es el fin y la fuerza del bautismo de Cristo?
En pocas palabras os voy a contestar sobre esta duda y son las siguientes:
El bautismo de san Juan era bautizo de metania. El bautismo cristiano era y es bautismo de adopción o ahijamiento. Me explico: hubo doce personas una vez que se encontraron en Efeso, en la época del Apóstol Pablo, él les preguntó: ¿Se han bautizado?. Y ellos contestaron, sí. Y pregunta: ¿Qué bautismo hicieron?, ¿tienen Santo Espíritu?. Ellos contestan: ¿Qué cosa es el Santo Espíritu?. Lo desconocían. Entonces les dice: ¿En qué os habéis bautizado?. En el bautismo de Juan. Entonces el apóstol Pablo avanzó más allá del bautismo de Juan. Y cuando ellos se bautizaron en el bautizo cristiano entonces recibieron el Espíritu Santo.
El Cristo dijo: “Juan bautizaba con agua, vosotros os bautizaréis en Espíritu Santo”. No es que el agua se aparte del bautismo cristiano, sino porque el agua se considera un símbolo y el Señor lo considera absolutamente imprescindible, porque dice: “Si uno no se bautiza con agua y Espíritu, no entra en la realeza de Dios”, pero muestra la diferencia que hay entre uno u otro bautismo.
Juan, pues, hacía bautismo de metania, es decir, cambio de la mentalidad de vida del hombre y regreso a Dios, sin que los bautizados al bautismo de Juan tomaran el Santo Espíritu. Pero aquellos que se bautizan en el bautismo cristiano, ellos reciben el Santo Espíritu. Por lo tanto, también los discípulos de Cristo que bautizaban, esencialmente era el bautismo de Juan. Porque el Bautismo cristiano en Espíritu Santo empieza desde el día de Pentecostés.
Una pequeña observación, aunque no se me pida en la pregunta. Es conocido que los doce Apóstoles y los ciento veinte hombres que estaban dentro del entresuelo no fueron bautizados con agua. Tenemos este caso especial. Aquí, dice san Juan el Cristóstomo (boca de oro) que aquella casa, es decir, al entresuelo que estaban reunidos, fue la pila bautismal para los ciento veinte hombres que habían, es un caso único. Al contrario, el Apóstol Pablo que crónicamente es distanciado del acontecimiento de Pentecostés es bautizado. Y os acordaréis quién le bautizó, fue Ananías, aquel discípulo de Damasco cuando el Señor le dijo: “Ve en busca de Saul que está en tal casa para que lo bautices cristiano” (He.9). Así pues, vemos cuál es la diferencia de los dos Bautismos.
El Apóstol Pablo en una de sus epístolas dice que: “subió hasta el tercer cielo”. ¿Qué significa esto? ¿El cielo se separa en varias plantas?
Es verídico que esta expresión existe, el que “fue arrebatado hasta el tercer cielo”. Diríamos que la gramatología hebraica hablaba de que existían estas plantas de pisos. Pero no son plantas de pisos sino es una expresión con distintos conceptos. La palabra cielo es una palabra que tiene varios significados. También nosotros, en la lengua helénica pasa la misma cosa. Además, el Apóstol Pablo escribe en helénico a pesar de ser judío y tiene estudios hebraicos.
Entonces si decimos, los pájaros vuelan por el cielo. ¿Cuál es este cielo? Es el cielo que contiene el aire, porque los pájaros vuelan por el aire y decimos los pájaros del cielo. Mejor dicho, es el cielo meteorológico. Por donde vuelan los pájaros y los aviones, es decir, vuelan en alguna altura, pero siempre dentro del espacio del aire, porque el avión no puede volar sino es por el aire, etc. Este es el primer cielo.
Segundo. Decimos, el sol, la luna, las estrellas están en el cielo. ¿Cuál es este cielo? Es el cielo astral que contiene los cuerpos celestes.
Tercero. Decimos el Dios está en el cielo. ¿Cuál es este cielo? Obviamente no es el primero ni el segundo, sino que es aquel espacio que está más allá de la creación material, más allá del universo, que es el espacio que Dios deja a sus santos ángeles que vean su doxa-gloria (luz increada). Cuando san Pablo dice que “fue arrebatado hasta el tercer cielo”, no dice otra cosa sino que fue al paraíso, lo dice el mismo, allí donde las psiques como psiques disfrutan actualmente, esperando la resurrección de los muertos, para que tomen otra vez sus cuerpos y presaboreen la doxa-gloria de Dios. Esto se llama, “tercer cielo”.
Cuando se presenta el satanás delante del hombre con forma de Dios, ¿el Dios siempre manifiesta algo del diablo?. Como por ejemplo el cuerno, la cola, etc.
Pues, hijos míos, no siempre. El diablo viene a tentar al hombre y aparece como dice el apóstol Pablo, “como ángel de luz”. El apóstol Pablo, por causa de algunos hombres que guerreaban la fe y tenían el nombre de fieles cristianos, los llama: a estos falsos hermanos, los llama perros, malos obreros. Y añade, si este patrón de ellos, el diablo, se metamorfosea en ángel de luz, entonces, ¿qué hay de extraño que estos sus seguidores e instrumentos de él, no se manifiesten con su piel de cordero como buenos, virtuosos y prudentes?.
Así, pues, no siempre. Pero, ¿cómo se salvará el creyente?. Aquí atención en una cosa importante. ¿Querríais discernir si viene de Dios o del diablo, si es que alguna vez veis algo así, como puede ser en vuestro sueño?. Cuidado, si tenéis humildad, pero mucha humildad y no estáis preparados para aceptar estas cosas, entonces estad seguros que el Dios os presentará una señal sobre aquella pseudovisión o pseudosueño de un pseudocristo y de una pseudopanayía o pseudosanto, os presentará una señalita que vosotros la veréis y enseguida diréis: es del diablo. ¿Cuándo se producirá esto?. Cuando disponemos de humildad. Cuando no dispongamos de humildad, entonces el Dios deja la visión tal como está y el hombre se engaña. Su engaño es su castigo porque es orgulloso. Si se me dice: ¿qué tipo de humildad debo de tener?. Os diría que en principio, en mi vida debo de ser hombre humilde. Pero en este caso, ¿cómo puedo mostrarme humilde?, ¿cómo entiendo esto que se llama humildad?. De la siguiente manera. No estaré nunca bien dispuesto a reverenciar cualquier cosa que se me presente delante de mí, si tengo en cuenta que el Señor nos dijo que estemos atentos y cuidadosos. Dijo: “os dirán, he aquí el Cristo o allí,, no los creáis”.
Os doy un ejemplo de dos ascetas: Una vez apareció el diablo como si fuera Cristo y dijo a un asceta que estaba despierto: soy el Cristo. Entonces, ¿qué debería de hacerse aquí?. El asceta contestó: El Cristo nos dijo que se diría a los hombres, he aquí o allí el Cristo, no los creáis. Apenas dijo estas palabras, las cuales eran palabras de humildad, inmediatamente desapareció el supuesto Cristo, porque era el diablo. Es decir, ¿qué quiere decir humildad?.Pues, el asceta permaneció en lo que dijo Cristo.
El segundo caso, es que otra vez apareció el diablo a otro asceta y le dijo que es el Cristo. ¿Sabéis cuántos fueron engañados y reverenciaron?. ¿Sabéis cuántos han perdido su cabeza y se han vuelto locos reverenciando al diablo?. Entonces aquel asceta gimió y dijo: ¿yo soy capaz y digno de ver al Cristo?.Yo no quiero ver al Cristo sino sólo cuando sea la resurrección de los muertos. El diablo desapareció. Esto quiere decir humildad.
¿Queréis saber qué quiere decir orgullo?, escuchad. Apenas que yo vea al supuesto Cristo, salgo a la calle diciendo siempre: Sabéis, yo he visto al Cristo o la Panayía y me jacto, así tengo orgullo. Es decir, que manifiesto a los demás que soy algo importante. A menudo vienen personas a mí, tanto hombres como mujeres y cuando les soluciono algo de su vida, aunque no dicen nada en la confesión, les pregunto, ¿no habéis hecho ningún pecado?. No dicen nada, pero es muy posible, porque pecadores lo somos todos los hombres y enseguida me contestan para taparme la boca: Sabes, yo he visto a Cristo. ¡Muy bien! Exactamente, aquí está tu engaño, que dices que has visto a Cristo y llegas a decir que no tienes pecados, porque sacas la siguiente conclusión. Si he visto a Cristo, quiere decir que no tengo pecados. Aquí está el gran engaño. ¿A qué se debe?, al orgullo y a la soberbia del hombre.
Creo que habéis entendido como va la cosa.
¿Por qué Dios permite al diablo tentar a los hombres, puesto que he leído que Dios quiere que nos salvemos todos los hombres y se encuentren en su Realeza, creo que por mucha fe que tenga el hombre se doblará al diablo y en aquel momento qué puede hacer el hombre?
Es una pregunta y un problema de muchos. El Dios cuando vino a renovarnos o reformarnos no destruyó al diablo, sino que le anuló definitivamente, pero le dejó dentro de la creación porque lo tiene guardado para el gran juicio. El diablo será juzgado. No olvidemos que una vez fuimos propiedad del diablo. Cuando el Dios nos creó éramos propiedad de Él. Después, cuando por nuestra preferencia y libre voluntad, no obedecimos a Dios sino al diablo, automáticamente nos convertimos en propiedad del diablo. Obviamente, no hemos dejado de ser propiedad de Dios, esto lo permitió el Dios. ¡Atención!. El diablo dice que tiene todo el dinero del mundo, en cambio no tiene ni si siquiera una moneda. Dice san Cirilo de Jerusalén: “pero, qué. El Dios permite que el diablo utilice lo que está alejado de Dios.” Así que, el hombre que está lejos de Dios, por su propia voluntad, entonces como libre, se convierte en propiedad del satanás.
Aquí ahora, vamos a ver otro aspecto de la pregunta. Hijos míos, si no sois esclavos de Dios, sois esclavos del diablo. Si estáis libres del diablo entonces sois esclavos de Dios. Seréis esclavos de Dios o del diablo. Me diréis, ¿porqué tengo que pertenecer a uno o al otro? Antes os lo expliqué. Pues, cada uno que escoja y tome lo que quiera, si quiere estar bajo el dominio de Dios o bajo el dominio de satanás. ¿Y quién es el Señor que castiga?, ¿ y quién es el Señor que ama y da bienaventuranza, felicidad y adopción, haciendo hijo suyo al hombre?.
Pero vamos a la pregunta: ¿Porqué tiene qué existir el diablo y estar castigándonos, puesto que el Dios quiere que todos nos salvemos?. ¿Sabéis que ni el pecado original como inclinación no se ha anulado con el bautismo?. Simplemente, porque el Dios quiere que exista la libre voluntad, la preferencia y la lucha. Uno debe luchar y combatir para llegar a la vida espiritual. Dios deja, pues, al diablo en el mundo presente como material de lucha y combate. El diablo ya no tiene gran fuerza. Aquí la pregunta es si el hombre será tambaleado. Depende del mismo hombre. El diablo después de la Crucifixión de Cristo está enfermo y débil y si queréis también el pecado está débil. Porque ya tenemos la Jaris, (la energía increada) de Cristo por un lado y por otro lado el diablo ya fue vencido por Cristo por Su honrada Cruz. Si nos acercamos mucho a Cristo, entonces el Señor nos reforzará. Pero es muy característico que muchas veces al luchador, el Dios le deja combatir el mismo al diablo para que sea más fuerte y probado.
Es muy característico el ejemplo de san Antonio el Magno, supongo que lo conoceréis. Cuando se marchó del mundo fue a vivir a un sepulcro oscuro. Allí se quedó para luchar contra el satanás. El diablo se transformaba en animales distintos. Iba y le asustaba con voces salvajes y a veces hasta le pegaba. Pero no os asustéis que el diablo pueda pegaros, no estamos a la altura de un Antonio Magno. Cuando lleguemos a la altura de aquel, entonces a nosotros también el diablo nos pegará. Ahora no se acerca a nosotros. ¿Sabéis en dónde estamos ahora?. Estamos muy cerca del diablo, por desgracia he de decir esto. Antonio el Magno, pues, luchaba e imploraba al Señor. “Cristo mío dónde estás”, días enteros luchaba con el diablo que le estaba maltratando. Después de un combate duro con el diablo, otra vez dice: ¿Señor dónde estás?. Entonces, escucha al Señor diciendo: aquí estoy Antonio, viendo como combates. Señor, ¿dónde estabas?, estaba observando cómo luchabas.
Así que, no sólo existe el diablo dentro del mundo, sino que el Señor deja que sus santos luchen contra el diablo. No olvidéis que el Señor después de Su Bautismo, fue conducido por el Espíritu Santo en el desierto para combatir al diablo. Si queréis más; ¿Habéis ido en algún bautizo?. Habéis visto que ponen aceite al bautizado. El aceite es un símbolo para vencer en la lucha libre. Los antiguos luchadores se ungían de aceite en su cuerpo para que resbalara cuando luchaban y no pudieran ser prendidos por el contrario. La Iglesia, pues, pone el aceite, para indicar que aquí el luchador bautizado tiene el aceite que es la Jaris (energía increada) de Dios, para que resbale el creyente luchador de las manos del satanás. Si tiene, pues, la Jaris de Dios, ¿qué tiene que temer?. Pero se debe luchar. Con seguridad el Dios quiere que todos se salven, pero se salvarán, no pasivamente, sino enérgicamente o activamente. Se salvarán después de lucha y combate. ¿Qué creéis, no es exactamente así el sentido de la salvación? Esto es para esta pregunta.
¿Por qué algunas veces nos molestamos o nos dejamos tentar tanto hasta el punto de desesperarnos y cuáles son las armas con las cuales vencemos las tentaciones?
En principio debo de deciros que no debemos desesperarnos. Porque la desesperanza es el arma más fuerte del satanás, esto no lo olvidéis nunca. El último bastión del hombre es la esperanza, si este bastión cae, cae todo. Aún hasta el suicidio puede llegar si a uno le ha caído el bastión de la esperaza. Lo primerísimo es esto.
Después, si nos desesperamos, esto quizás sea por nosotros. Es decir, no que la tentación sea tanta, sino que nuestra idiosincrasia o temperamento, o la manera en que afrontaremos a una tentación o una dificultad, quizá sea esto lo que hace nacer la desesperanza. Es decir, que no tengamos el espíritu de la valentía o valor, o la fortaleza. Es muy importante el espíritu de la valentía. Si os lo tuviera que pedir, como un ruego especial y caluroso, os diría que concienciéis esta virtud, la virtud de la valentía o valor, de la cual nace la paciencia y la persistencia y de las cuales nace el martirio. Qué creéis, ¿cómo uno puede aguantar cualquier cosa y sobretodo el martirio, si no ha aprendido esta virtud de la valentía?. La valentía pertenece al campo de la voluntad. No está ni en el corazón, ni en la comprensión, sino en la voluntad. Por eso os ruego que tengáis mucho cuidado sobre esto.
Por ejemplo, tenéis sed y no hay agua cerca, no os digáis voy a marearme. No tengáis miedo, no os marearéis. Tenéis hambre y como es cuaresma buscáis desesperadamente encontrar algo que comer, porque pensáis que desfalleceréis de hambre si no coméis. No, no moriréis, no tengáis miedo. Es decir, tened conducta valiente y decid no. ¿Hemos aprendido a decir no?. ¿Cuándo podemos decir no?. Cuando nos ejercitamos, en estas cosas pequeñas. Dice un escritor para niños. Estás pasando por una pastelería y hueles los dulces. Entonces, pones la mano en el bolsillo tomas el dinero y una de sus piernas ya está en el primer escalón de la pastelería. Allí, puedes decir, no y volver hacia atrás y marcharte. Esto quiere decir tener fuerza de voluntad, no estar dominados como la gata por los pescados. Porque la gata no tiene conciencia de decir que no debe de comer pescados porque es cuaresma. Ha olido el pescado y “miau, miau”. Y tú, si hueles pescados, dulces o cualquier otra cosa, si dices no, esto sale de una voluntad fuerte. Y debo de deciros que es una virtud, que por desgracia en nuestra época no existe, por eso no sé qué ocurrirá en el futuro, que Dios ponga Su mano.
San Agustín dice: “haz tu trabajo oración y tu oración trabajo”. ¿Cómo pueden los alumnos hacer su trabajo oración?
Vamos a verlo. Esto que dijo san Agustín no es muy correcto. Debemos decir esto primero, no os extrañe con lo que acabo de decir, “no es muy correcto”, sin explicar más cosas. Está claro que el trabajo no se puede considerar oración. Porque la oración es en referencia, en alusión a Dios, es unión con Dios y homilía, conversación con Dios. Homilía quiere decir en compañía con Dios. ¡Atención!, el trabajo es cierto que no es compañía con Dios.
Aún, debo deciros que existe el peligro la oración se deje al margen, si se supone que uno empieza a creer que el trabajo es oración. Por consiguiente, si me levanto por la mañana de mi cama rápidamente a arreglarme y me voy a mi trabajo, porque el trabajo es oración. Algunos dicen: la oración es sagrada. Sí, es sagrada, pero con condiciones. No puedes decir que el Domingo por la mañana voy a mi terreno, porque la oración es sagrada. ¿Puedes decir esto?. Porque sencillamente, el Dios que te dijo que respetes el trabajo, como mandamiento de Él, Él mismo te dice que el Domingo por la mañana, deberás ir a la Iglesia. Entonces, pues, no puedes proclamar el trabajo como sagrado.
Aún, si tu vas a tu trabajo y lo consideras como oración, escucha lo que te dice Salomón: “Señor, tal como el maná se fundía cuando caían los primeros rayos del sol, así se funden también las obras de los hombres cuando no empiezan con oración”. Así pues, no puedo decir por la mañana que me voy a mi trabajo porque mi trabajo sea oración. Una cosa es el trabajo y otra la oración. Son dos cosas distintas y estas dos claramente se diferencian. Ahora bien, el que nuestro trabajo pueda ser que se haga bajo los mandamientos de Dios, esto es otra cosa, bajo el vigor de la oración esto es otra cosa. Cuando por la mañana empiezo, sea que esté en mi casa o en mi despacho o en mi terreno o en la fábrica, me santificaré, empiezo, entro en el espacio de mi trabajo, me santifico para empezar. No hago oración especial porque ya la hice por la mañana en mi casa. Pero ahora hago mi santificación complementariamente para que sea bendecido mi trabajo, esto es otra cosa. Y cuando el trabajo se hace bajo la oración, esto tiene mucha importancia. Aún si el trabajo que hago está de acuerdo con los mandamientos de Dios, entonces se santifica mi vida y mi trabajo y en potencia, diríamos, de la manera en que viviré, dentro de esta cotidianidad, conseguiré o perderé la realeza de Dios.
Pero la segunda parte de esto de san Agustin es correcta. El cuál dice: “haz tu oración trabajo” esto es correcto, pero “haz tu trabajo oración”, esto no es correcto. Quizá, no podéis imaginar que dentro de esta época en que vivimos hay una fiebre laboral y satisfacción económica y que la obra por excelencia del hombre no es su oficio, sino el trabajo de la oración. ¡Lo imagináis esto, que la oración es el trabajo por excelencia del creyente! Después del trabajo de la oración es el trabajo del cumplimiento de los mandamientos y después el oficio laboral del que viviremos, sea manual, sea espiritual, sea lo que sea.
Así que, el tiempo de la oración debemos decir que no está perdido, sino valorizado y sobre todo de un modo grandioso y admirable. ¿Por qué?. Porque la oración, puesto que constituye la obra por excelencia, nunca se nos ocurre decir que hago oración y pierdo mi tiempo, nunca, pero nunca lo digamos esto. Los Santos Padres, la oración la llaman “la ciencia de las ciencias”. Esto sobre esta pregunta.
¿Cuáles son las cualidades, características del progreso espiritual y cuáles no?
Es decir, ¿cómo podemos entender nosotros mismos y dar a entender a los demás que hay un progreso espiritual?. Entenderéis que es una pregunta interesante, porque tal como un médico puede estimar la salud de un hombre, así lo mismo, en el campo espiritual podemos estimar, si hay una salud espiritual o no. Cuando vas al médico, la primera cosa que te dice: a ver tu lengua. Porque como saben la lengua es el espejo de la salud. Si nos enfermamos, la lengua toma otro color está muy fea. Después busca las de más abajo. Lo mismo aquí. ¿Cuáles son las señales que realmente tenemos un progreso espiritual, porque puede ser que no progresemos?. ¿Cómo un maestro en la escuela puede estimar si un alumno progresa o no?. Es muy natural pues que se haga un diagnóstico. Escuchad, pues.
Primero es cuando en este hombre que se supone que existe o debe existir progreso espiritual, debe haber interrupción del pecado. Es decir, si uno hasta ahora cometía pecados debe tener interrupción, final con el pecado. Cuando digo pecado, me refiero por lo menos a los pecados gordos; te emborrachabas, ahora no te emborracharás; blasfemabas, ahora no blasfemarás; hacías praxis indecentes ahora no los cometerás, digo los pecados gordos, etc.
Segundo, debe de empezar a manifestar las virtudes. Antes no tenía virtudes, ahora tiene y empezarán a brotar del campo de la psique las virtudes.
Tercero, cuando ves una persona que tiene el espíritu de aprendizaje, tiene ganas de aprender, ¡esto es muy bello!, quiere aprender. Irá a escuchar logos de Dios, tiene ganas de escuchar y leer el logos de Dios, quiere aprender y conocer a Dios. Debe pues, tener este espíritu de aprendizaje. Y saben que estas cosas se ven, no son secretas, estas señales se ven como el sol, en el hombre que tiene un progreso.
Cuarto punto es que debe tener un espíritu de metania, (cambio de mentalidad, introspección, arrepentimiento y confesión). Siempre estas diciendo, qué hacía antes, quién era, cómo estaba antes y se entristece de sí mismo y dice a Dios: Señor, quién era antes. Esto es una señal de progreso. No se jacta. Sabéis que existen hombres que hacen barbaridades y pecados terribles y se jactan. Os diré un ejemplo que lo he leído antes, aunque es muy antiguo. Una vez un alumno del último curso del bachillerato, cuando fue al colegio por la mañana enseñaba un anillo y decía que este anillo lo había ganado de la siguiente manera. Estaba en una casa jugando a cartas y había varias mesas de juego. La madre en la mesa que estaba jugando perdía y el hijo ganaba. Un momento va y dice a su hijo que le preste dinero. Él responde: sí, pero déjame de fianza tu anillo. Veis qué relación entre madre e hijo, terrible. Ella saca el anillo y lo da de fianza a su hijo para tomar dinero de él. Y el día siguiente el hijo en el colegio se jactaba, porque tenía el anillo de su madre, que lo ganó, etc. ¿Habéis oído? Esta es la jactancia pecaminosa. Los hombres se jactan porque el joven por primera vez se emborrachó, por primera vez hizo varios actos pecaminosos. Así que, diríamos que metania es que me entristezco por estas cosas que se han hecho.
Quinto punto de progreso, este punto es de información para el mismo hombre pero no se ve. Es el ardor de corazón, cuando arde el corazón. ¿Dónde y cómo arde el corazón?. Aquí no daré muchas explicaciones, sino sólo que lo probéis y veréis lo que es esta cosa. Pero este ardor de corazón es algo que es “castigador” y extraordinario, es decir, es un estado que el hombre vive una parte de la realeza de Dios. Dice san Isaac el Sirio, ¿qué es ardor de corazón?. Es el corazón que tiene agapi por toda la creación. Y del ardor, saben que cuando nos quemamos, lloramos. De este ardor el hombre empieza a llorar, pero estas lágrimas son un derrame del corazón a causa de este ardor, es decir, que el corazón sabe que ha encontrado realmente su fin, su destino por este ardor del corazón.
Sexto punto es una alteración del corazón que tiene relación con el quinto punto. El corazón se altera, claro está que no biológicamente sino espiritualmente. Porque se trata del corazón espiritual, y entonces esto se ve en la cara y también en la vida. El hombre realmente cambiado o alterado espiritualmente se ve a un kilómetro de lejos. Por lo tanto, cuando veas un hombre alterado o cambiado espiritualmente que la virtud del ardor del corazón le ha alterado, entonces dices que este vive el ardor del corazón.
Los contrarios del progreso espiritual
Ahora por el poco tiempo que queda permitidme apuntaros los contrarios del progreso espiritual. En principio es cuando uno ha llegado a una altura espiritual y ahora no va bien. Empieza a no progresar, como cuando un buen alumno en algún momento empieza a no tener resultados buenos, no va bien.
¿Cuáles son los puntos?.
Primero es la degeneración de las virtudes. Es decir, aquellas virtudes que tenía empezaron a degenerar y recaen.
Segundo, puesto que ya se degeneran las virtudes, empiezan a brotar las maldades.
Tercero es que hay una acedia, una pereza, desgana espiritual, una vida realmente desinteresada descuidada espiritualmente.
Cuarto es el despiste, descuido. Empieza el hombre a ser descuidado en su vida, son fenómenos que los vemos a los hombres y les decimos no vas bien. Yo personalmente, me habréis oído muchas veces, decirle a alguien: no vas bien, no funcionas bien. ¿Dónde lo sostengo esto?. En estos puntos que os digo.
Quinto punto es nuestra asociación con el mundo pecaminoso, mezclarnos y co-navegar con y como ellos.
Y el último punto es el no temor a Dios. Ya no tenemos el temor a Dios y este es el último punto de desgracia, que muestra que esta persona no va bien. Amín, que Dios os bendiga.
¿Qué significa Divina Economía?
El misterio de la humanización de Dios se llama también Divina Economía. Es lo qué Dios economiza para la sanación y salvación del hombre. Por lo tanto, Divina Economía es el misterio de la humanización o encarnación del Logos de Dios, en el que el Hijo de Dios se hace hombre y vino al mundo para sanarle y salvarle.
Nosotros debemos vivir el Misterio de la Divina Economía. El hijo de Dios se hizo hombre y nosotros debemos hacernos y subirnos en aquella altura que se requiere para que entendamos la humanización del Logos de Dios. Es decir, diríamos que el Dios tiene humanización y el hombre debe tener divino-humanización, o sea, que el Dios se hace hombre y el hombre se hace un dios, por la Jaris, energía increada. Es aquello que dicen nuestros Padres, que el Logos se hizo sarx (cuerpo con carne, huesos y sangre), para que la sarx se convierta en Logos, es decir, que el Dios se hizo hombre para que el hombre se haga dios.
Por el léxico ortodoxo que hemos traducido en castellano. 66. Οικονομία iconomía Economía= arreglo, ordeno (del verbo “οἰκον νέμω”-ikon nemo, arreglo, ordeno mi casa) se llama así primero: la presencia por concesión de Dios de un hecho en nuestra vida para beneficio o instrucción (empleándose el verbo economizar con igual significado). Segundo: el término se usa para expresar el ancestral plan de Dios para la salvación del género humano, que se realizó con la humanización del Hijo. Tercero: (en la justicia canónica regular) el término economía es la provisional y concreta desviación de la exactitud del cumplimiento absoluto y al pié de la letra de un canon o regla eclesiástica o tradición, que se impone en una circunstancia con discernimiento -sin mover claro está, los términos dogmáticos- para la consecución de un objetivo o propósito de salvación de psiques.
¿Cuál es la tesis ortodoxa sobre el dogma cristológico?
¿Qué es el dogma cristológico?. Es aquel dogma que se refiere a la Persona-Hipóstasis de Cristo. Es decir, la apocálipsis, la revelación y la verdad sobre Jesús Cristo. ¿Cuál es la tesis ortodoxa?. Es muy sencilla. Yo diría que existen muchos detalles que expresan estas tesis, etc., pero me quedaré sólo en un punto y es bastante para que os acordéis y lo tengáis, yo diría, como un elemento de piedra angular. Nuestra Iglesia la Ortodoxa cree en la θεανθρώπινα (zeanzrópina, divinohumana) persona de Jesús Cristo, que es perfecto Dios y perfecto hombre. Esto si lo guardáis es muy importante e interesante, porque en la actualidad hay herejías, por ejemplo, los milenaristas (testigos de Jehová) y muchos más, que no aceptan la naturaleza divina de Cristo. Existen muchos de aquellos, filósofos, sociólogos de nuestra época que aceptan la naturaleza humana de Cristo, pero no aceptan la divina. ¡Atención a este punto!. Dicen, que buen hombre el Cristo, que buenas cosas nos dijo y así se co-asocia también el socialista, el comunista, el marxista, tal, y tal, etc., hasta el ateo puede utilizar a Jesús Cristo. ¿Qué relación puede tener el Cristo con estas artimañas?, es necesario que lo digamos. Muchas veces es un error grave nuestro, porque no sabemos la tesis Ortodoxa sobre la persona-hipóstasis de Cristo. El Cristo es persona teantrópina-divino-humana, perfecto Dios y perfecto hombre, o el perfecto Dios que se hizo perfecto hombre y que mantiene en el cielo también estas dos naturalezas en un grado perfecto; además, las mantiene unidas inconfundiblemente en una misma persona, ni la deidad se mezcló con la naturaleza humana material del cuerpo, ni el cuerpo se ha mezclado con la naturaleza divina, pero son esencias inconfundibles y no mezcladas. Por eso muchas veces en nuestros kerigmas, no hacemos un lujo para llenar la hora, cuando decimos a la persona teantrópina de Cristo, lo repetimos mucho, para que se formule y conciencie bien en los oídos del público, de manera que aprendan a decir: la Persona teantrópina de Jesús Cristo. Esto para esta pregunta.
¿Qué examina la antropología cristiana?
Como sabéis tenemos la antropología que aprendemos en el colegio y naturalmente constituye también el alfa, el principio de la ciencia médica. El objeto de la medicina es el hombre, básicamente el médico tiene que conocer al hombre y después hará su intervención sobre él. Es decir, de qué está constituido no sólo exteriormente sino también interiormente, el hígado, el corazón, el sistema neurológico, el sistema de circulación de la sangre, etc., todos estos sistemas que están dentro del hombre de manera que sea y funcione normal su existencia. Es cierto que todo esto lo examina la antropología natural.
Pero hablamos y decimos sobre la antropología cristiana. ¿Qué significa esto?. Como conoceréis la antropología es un objeto que se investiga, se examina, pero no podemos saber a través de ella cuál es el destino y finalidad del hombre. Es decir, tengo el hombre, pero, ¿por qué existe el hombre?, esto sin duda no lo contesta la ciencia médica. Si decís a un médico, doctor, dónde está mi hígado, te indicará donde está. O si le decís que me duele aquí en esta parte, el te dirá que es en tu hígado. Doctor, ¿me puedes decir por qué existo?. Te dirá que esto no es un tema suyo. Así que la antropología cristiana nos dice, quién es el hombre y qué finalidad tiene. En pocas palabras, el hombre está creado de dos esencias. Es decir, su cuerpo está hecho de los elementos materiales que encontramos en la naturaleza y su psique. Estas dos están atadas armónicamente. Creador del hombre es el Dios. El hombre es como una “icona, imagen de Dios”, tanto en su psique, como en su cuerpo, puesto que el Dios se hizo hombre. Y el Logos de Dios, la segunda Persona de la Santa Trinidad no se hizo hombre copiando al hombre; porque el Logos de Dios nos hizo en base de aquello que quería hacerse. El Dios Logos hizo a Adán y Adán no constituye el prototipo o modelo, sino el prototipo que se haría el Logos Dios, aunque crónicamente Jesús Cristo es posterior de Adán. Es más, la muerte se introdujo y ¿quién nos puede hablar qué es la muerte?, ni la medicina, ni la filosofía, nadie. No sabemos que es la muerte. No es el endurecimiento del tejido, un cese de una función, etc., esto es una consecuencia. El hombre muere porque ha pecado y tenemos la separación de la psique y del cuerpo, esperamos la resurrección de los muertos, que es el fruto de la obra redentora de Cristo y que el hombre otra vez unido con su psique y cuerpo vivirá por los siglos de los siglos en la realeza de Dios. Esto es lo que se llama antropología cristiana en pocas palabras solamente.
¿El hecho que se describe en el Génesis, según el cual los primeros en ser creados que comen el fruto es exactamente así o simboliza algo distinto?
Realmente esta pregunta es muy importante y os ruego que tengáis especial atención, pues, os será necesaria muchas veces y veréis el por qué. Es decir, cuando leemos la Santa Escritura en general y más especial la descripción que nos tiene la Santa Escritura sobre la creación del cosmos-mundo y la creación del hombre. ¿Tal como nos la dice la Santa Escritura son en sentido literal o unas cosas escribe y otras cosas da a entender?. Es decir, como se tendrá en cuenta el llamado mito filosófico. Todos los sistemas filosóficos, tomemos los nuestros de aquí, de la antigua Grecia. Estos sistemas para sostener unas tesis suyas, o sea, para hacer una interpretación de los fenómenos, creaban el llamado mito filosófico. Platón tiene el mito filosófico y los demás filósofos también. Es un tipo de principios, una especie o tipo de dogmática diríamos, que acepto algo para apoyarme e interpretar las cosas posteriormente. Es el cimiento sobre la interpretación posterior de un fenómeno. Como por ejemplo las matemáticas, que también ellas tienen sus cimientos, los cuales están aceptados y no son posibles de demostrar. Como cuando decimos, ¿qué es el número?. O ¿qué es el signo en la geometría y qué dimensiones tiene?. Aceptamos unas cosas, como línea o superficie, etc., estas constituyen unas bases para poder demostrar y edificar la casa de la lengua matemática. Porque las matemáticas son lengua. Es una lengua que expresa los fenómenos naturales, o expresa aquello que queremos decir sobre los fenómenos naturales. Es un lenguaje. Pero veis que tomamos los cimientos que no podemos demostrar y sobre estos nos sostenemos. Un pequeño ejemplo os diré, cuando hablamos de la geometría de Euclides, por ejemplo: que desde un punto fuera de una línea, sólo un paralelo empieza. Esto diríamos es una base, no se demuestra. Pero hay una segunda y tercera teoría sobre esto. La tercera es de un ruso, que dice: que infinitos paralelos salen del punto fuera de la línea recta. Con eso quiero indicaros que hay bases, cimientos. Así que la pregunta yo la amplio, quizás un escritor sagrado, Moisés, porque él ha escrito sobre el Génesis del mundo y del hombre, ¿quizás se haya basado sobre un mito filosófico?. Es decir, ¿en algo que escribe unas cosas y en otras da a entender otro sentido o quizás hay una alegoría?. Es cierto que si aceptásemos que puede haber una alegoría, entonces debería haber también cantidad de otros temas para interpretar de modo alegórico dentro de la Santa Escritura; y principalmente diríamos sobre la cuestión de la creación del mundo y del hombre que son tan básicas y fundamentales de modo que estas por sí mismas constituirían el cimiento para que veamos y aceptemos o no, todas las demás tesis dentro de la Santa Escritura, ¿sabéis hasta qué punto?. Hasta el punto de que si la humanización de Dios es real o es sólo una idea. Decía un filósofo contemporáneo, concretamente Engels, lo siguiente: “no me interesa si realmente el Dios se hizo hombre o no, me basta con tener la idea de la humanización de Dios o la deificación del hombre, con esto tengo bastante.” Por lo tanto, ¿qué hace Engels?. Rechaza y esfuma la historia y acepta sobre esta tesis una alegoría, una idea. Así, pues, si el mundo fuera una alegoría, entonces diríamos que el tema de la caída del hombre es una interpretación de que el hombre pecó, entonces diríamos que la salvación no sería más que una idea. Pero preguntamos, ¿la salvación es una idea o un acontecimiento?. ¿De dónde emana nuestra salvación?. ¿No emana de la Cruz de Cristo y generalmente de la humanización del Hijo de Dios?. Pero si tenemos una alegoría sobre la creación del mundo y del hombre, en la caída del hombre y en el pecado original, automáticamente se anula la persona de Jesús Cristo y también Su sacrificio y Su Crucifixión, todo ello se deja de lado. Veis, pues, que es demasiado importante y fundamental el tema.
Pues, dice: En principio el Dios creó el cielo y la tierra… y después dijo: hágase la luz, el sol, la luna, las plantas, los animales… finalmente el hombre, así hizo el Dios toda su creación. Después puso a los primeros creados aquella prueba de que no coman del fruto y con la consecuencia de la caída. El Dios ya había trabajado y preparado el Misterio de la humanización, para la salvación del hombre antes de que se hiciera el mundo. Por eso aparece en el libro del Apocalipsis el Hijo de Dios como cordero. Cuando allí presenta el cordero, significa dos cosas: una es la humanización y la otra significa sacrificio. Porque los corderos se ofrecían como sacrificio. Dice allí el evangelista Juan que “ha visto el cordero degollado y estando de pie”, aquí significa la Humanización, el Sacrificio y la Resurrección, antes de que fuera creado el mundo, antes de que fueran puestos los cimientos de la creación. No fue pues que el Dios quisiera probar a los primeros creados, ¿qué van hacer?. Conocía bien lo que iban hacer, pero se debería cimentar la virtud y la santidad de los primeros creados a base de la libre voluntad o preferencia. De modo que el hombre sea realmente “como icona, imagen de Dios”, libre en su voluntad y preferencia.
Por lo tanto el Dios dijo: no probaréis de esta fruta. Pero cuando dijo de la fruta de este árbol, no era otra cosa que lo que dice la historia. No se trata de mito filosófico, sino sobre historia. Y no sobre historia alegórica sino sobre historia, lo que dice la palabra, sobre historia, sobre acontecimiento, que había un árbol y habían los frutos de este árbol y dijo el Dios, que de este árbol no comeréis fruta. Era exactamente tal como se describe en la Santa Escritura. Pero este método para entenderlo, ¿cómo se llama?. Se llama método histórico, porque decimos que tenemos una historia y no tenemos nada más que hacer sino sacar conclusiones de la historia. Pero no podemos evaporar la historia convirtiéndola en alegoría. ¿Sabéis quién es aquel que tradujo el Antiguo Testamento alegóricamente e históricamente lo hizo desaparecer totalmente?. Es el filósofo platónico, judío, Filón de Alejandría. Diríamos que Filón es el introductor de esta interpretación alegórica.
Vamos a ver qué dirían los Santos Padres sobre este tema, sobre la manera que utilizamos para interpretar la Santa Escritura, si la vemos alegóricamente o históricamente. Os leeré qué dice san Basilio el Grande en su libro “sobre los seis días”, es decir, en los logos que se refiere a la creación del hombre. En su 9º logos dice: Conozco las leyes de la alegoría, aunque no los descubrí yo, pero los conocí cuando leí las cosas que otros han escrito. Como por ejemplo, Filón el judío. Estos que no aceptan los conceptos o significados acostumbrados del texto – el “no aceptan” os lo explicaré más abajo- entonces dicen que el agua no es agua, sino otra naturaleza. Y la planta y el pescado, lo interpretan tal como quieren e imaginan. Y la creación de los reptiles y las bestias, lo interpretan girando sobre sus propias fantasías y ensoñaciones, tal como los intérpretes de los sueños que explican las cosas que han soñado para el propósito de su propio interés. Aquí el intérprete de los sueños no son los libros que abrimos para leer en la interpretación de un sueño, sino que eran magos, los cuales interpretaban los sueños y se llamaban intérpretes de sueños. Pero yo, dice san Basilio el Magno, cuando escucho planta, entiendo planta y la planta, el pez y la bestia las entiendo todas tal como se dicen en la Santa Escritura. Y no me avergüenzo del Evangelio en presentarlo como historia y no alegoría. Por parte hermenéutica son muy importantes, apocalípticas, revelativas, estas cosas que nos dice san Basilio el Magno. Es decir, en este caso acepta el método histórico. El Dios hizo al mundo. ¿Qué quiere decir hizo el mundo?, lo que dice la expresión. Creó al mundo, hizo esta creación, hizo al hombre, las plantas, los peces, los pájaros, etc. ¿Qué quieren decir estas frases?, exactamente lo que dicen las palabras.
Pero aquellos que “no aceptan”, que os dije que os explicaré, los conceptos acostumbrados del texto son los siguientes. Uno que no es Padre de nuestra Iglesia, pero muy importante y de los grandes maestros, pero que se equivocó gravemente, es exactamente porque utilizó la alegoría, es Orígenes. Él ha interpretado la Santa Escritura alegóricamente. Os diré un ejemplo de su comentario al Evangelio de Lucas, que se refiere al acontecimiento que el Señor sació de comida a los cinco mil hombres y que les dijo que se fueran enfrente del lago y que luego allí iría a encontrarlos. Y Orígenes sobre esto dice lo siguiente muy característico: dejemos la historia para los simples y veamos nosotros los conceptos más profundos. ¡Así que la historia es para los simples!, ¡ay, qué gravísimo error!. Buscar conclusiones de la historia es una cosa y dejar la historia para los simples que no entienden es terrible. Y dice: nosotros buscaremos los conceptos profundos. Es decir, más allá de la historia, ignoramos la historia y la ponemos al margen. Hijos míos, este método existe hasta hoy y existirá siempre, en su mayoría es un método demoníaco, excepto algunas excepciones. Porque como os dije esfuma la historia. Entonces diríamos que el Cristo no existió.
Como dicen algunos alegoristas sobre todo contemporáneos, como es Depiau, un Francés, quién refutó unas tesis de un materialista y alegorista, quien decía que no existió el Jesús Cristo sino que era la personificación del sol. Y dijo que los doce Apóstoles significaban los siete zodíacos que se mueven alrededor del sol, etc. Pues, dice Depiau: esperad pues, ahora yo también diré qué pasa aquí. Entonces os digo que Napoleón fue una persona mítica. Aún los cañones de Waterlóo los escuchamos desde el siglo pasado y mirad, se oyen, los escucháis, apenas son del siglo pasado. Por lo tanto, ¿qué nos dices tú de que Napoleón es una persona mítica?. Sí, dice, es mítico y sobretodo deciros que es personificación del sol. ¿Cómo es personificación del sol?. Mirad, de la siguiente manera. Napoleón es palabra griega y, además, nosotros los helenos reivindicamos que es de origen griego, porque los corsos son espartanos que se marcharon del peloponeso, concretamente de Esparta y fueron allí, etc. Qué quiere decir Napoleón? Ne=sí, apolo, apolon, quiere decir destructor, del verbo apólimi-destruyo. Porque el sol con sus rayos destruye y también crea. Por lo tanto, Napoleo, ne=si apoleo=destruyo, “sí, destruyo”, entonces os aseguro que es el destructor. ¿Dónde nació apolon?, nació en Delos (una isla del mar egeo), es decir, en oriente. El sol, ¿dónde cae o muere?, en occidente, muy bien. ¿Dónde murió Napoleón?. Murió exiliado en la isla santa Elena, en occidente. Conclusión, pues, Napoleón es una persona mítica. ¿Habéis entendido entonces ahora qué quiere decir interpretación alegórica y que ella esfuma a la historia y que este método es demoníaco, con algunas excepciones?. Realmente hay unos puntos que los alegorizaremos, pero no podemos alegorizar toda la historia. Esto pues, quiere decir aquí san Basilio el Magno: conozco muy bien las leyes de la alegoría, pero yo cuando digo pez, yo entiendo pez y si digo planta, yo entiendo planta. Es decir, me quedo en el tema de la historia, por eso, hijos míos, tengamos mucho cuidado. Existen maestros en nuestras escuelas que cuando quieren ocuparse del tema de la creación, no son dignos de aceptar, como decía san Basilio el Magno que él no tiene vergüenza del Evangelio de Cristo, quedando tan sólo el tema de la historia, no siendo dignos de aceptar y hablar como algo que se hizo, sino como algo que es un mito filosófico, por el cual atacarán e impulsarán su criterio. Quisiera acabar diciendo que esta pregunta es muy importante y le tengamos especial atención, porque la alegoría es algo que esfuma a la historia y hay que vigilarla mucho.
Sobre Adán y Eva
Pregunta: Sabemos que el Dios creó a Adán y Eva, después los expulsó del Paraíso y fueron a vivir solos. El antiguo Testamento nos dice después qué pasó hasta el nacimiento de Cristo y hasta Su muerte. Pero en la historia aprendemos que el hombre vivió desde un principio primitivamente y poco a poco empezó a desarrollarse. Pero no nos dice que los primeros humanos eran Adán y Eva y la historia no sigue como en el Antiguo Testamento. ¿Cómo ocurre esto?. ¿Por qué ambas no conectan?
Hijos míos, es muy sencillo. La Santa Escritura que nos informa sobre todo ello, ¿qué es?. Es apocálipsis, revelación. ¿Qué es la historia?. Es la investigación que el hombre hace solo por sí mismo. El hombre solo, sin la apocálipsis, no puede encontrar aquello que quería encontrar. Por ejemplo. ¿Conocéis la historia de la vida de vuestros padres?. Seguro que sabéis muchas cosas pero no la historia entera. ¿La historia de vuestros abuelos la sabéis?. Aún menos sabéis. ¿Sabéis la historia de vuestros bisabuelos?. Me temo que no sabréis ni su nombre. Y la historia de los padres de vuestros bisabuelos, vete a saber quiénes serían. ¿Qué pasa, pues?. Perdemos nuestra historia. ¡Atención! así el hombre, para saber su historia debe investigar y busca. Esto se llama ciencia, se llama historia, buscamos y encontramos. ¿Pero, qué es la Santa Escritura?. La Santa Escritura es aquel libro que no nos dice que busquemos, sino que nos apocalipta, revela cómo y qué era en el pasado. Y es conocido que el pasado no lo conoce nadie, sino sólo el Dios. Y el Dios apocalipta, revela el pasado mediante hombres zeopnefstos, (inspirados por Dios), como en este caso es Moisés. Moisés es profeta del pasado, del presente y del futuro. Se sabe que la profecía no sólo concierne al futuro y es igual de difícil de profetizar el presente, decir lo que ocurre en tu época. ¿Queréis que os diga lo difícil que es?. Basta que os diga que la historia en el presente no se escribe nunca, porque es muy difícil. ¿Cómo puedes saber la realidad puesto que las cosas se están desarrollando y vives dentro de ellas?. No puedes saber cuál es la historia objetiva, por lo tanto es difícil hablar sobre el presente, entonces mucho más sobre el pasado. Moisés escribió sobre el pasado, la creación del mundo y del hombre, según la apocálipsis, la revelación de Dios. Esta es la diferencia. Y la pregunta, ¿cómo es que no conectan estas dos?. Es muy natural que no conecten, porque ya os lo he explicado, que uno empieza de la investigación del hombre y lo otro de la apocálipsis de Dios.
Muchos teólogos contemporáneos dicen que los acontecimientos del Antiguo Testamento podemos utilizarlos como verdaderos y como metáforas, etc.
Continúa la pregunta: Por ejemplo, la creación del hombre la consideramos como metáfora, es decir, el hombre no se hizo en un día, primero pasó un espacio del tiempo y después fue creado. Aún, la presencia de la serpiente en los primeros creados no es verdadera, sino que los primeros creados entraron en un pensamiento que lo asemejamos con la serpiente y empezaron a dudar, con el resultado que perdieran el Paraíso. ¿Son verdad estos hechos? ¿Cómo vamos a interpretar la Santa Escritura?.
Pues hijos míos, ¡atención!, se trata de un tema hermenéutico o interpretativo. Esto es un tema enorme. Pero con pocas palabras yo contestaría lo siguiente. Hay puntos que los interpretaremos alegóricamente. Hay puntos que los interpretaremos simbólicamente, otros tipológicamente y otros los interpretaremos históricamente.
Es conocido que existen muchos puntos en la Santa Escritura que si no conocemos el Antiguo y el Nuevo Testamento y no sabemos qué vamos a utilizar, entonces peligramos. Dice el Señor: si te escandaliza tu ojo derecho, quítalo. Pues, he visto algo y me escandalizó el ojo derecho, aquí el Señor quiere decir otra cosa. ¿Habéis visto alguno de vosotros que alguien en la historia se quite su ojo derecho?. Obviamente, no. ¿Cómo interpretaremos aquí este tema?. Cierto que no literalmente, sino que aquí el Señor quiere manifestar otra cosa. Quiere decir que algo que como tu ojo derecho que para ti tiene mucho valor te escandaliza, tienes que prescindir de él; por ejemplo, como es la riqueza o tienes un amigo que te beneficias de él, sepárate de él, “saca tu ojo”, para que no vayas al infierno eterno; porque no te salvarás, si tienes un amigo que te destruye (espiritualmente). Puede ser que tengas muchos intereses con él, pero te arruina.
Tenemos otras cosas, como es el caso de que el hombre se hizo en un día. Y la creación se hizo en seis días. ¿Sabéis que existe el aspecto de que la creación se hizo en un momento?. Pero, aceptamos y sacamos conclusiones desde la misma Santa Escritura que son espacios de largo tiempo. Por ejemplo, dice Moisés que el Dios hizo en el primer día esto, el segundo aquello, el tercero lo otro, etc., cuando acabó la creación dice: “en un día el Dios ha creado el cielo y la tierra” (Gén 2,4). Recapitula y dice la creación entera “dentro de un día”, que indica que no se trata de un día y noche. Y aún cuando dice día, uno con la creación de la luz, sabéis que el sol aparece en el día cuarto. Aquello que da el sentido de medición del tiempo, precisamente del día con su noche con veinticuatro horas es el sol. Pero aún no tenemos la presencia del sol. Por lo tanto, realmente no se trata del día de veinticuatro horas, sino de un gran período de tiempo.
Pero la serpiente, la tentación, etc., ¿es interior o exterior?. Fue exterior. Aquí la pregunta dice que era interior, que le vino un pensamiento.
Pues, hijos míos, san Basilio el Magno cuenta y esto está en su libro con el título: “Los seis días”, dice lo siguiente: Conocemos muy bien el método de la alegoría, pero aquí interpretaremos históricamente. Lo que dice el Logos de Dios, es exacto. (La respuesta continúa pero se acaba la cinta).
¿El progreso científico puede hoy hacer desaparecer la religión?
Es cierto que en una época había un gran entusiasmo y un súper optimismo y fue sobre todo en el siglo XIX, con los descubrimientos científicos y tecnológicos. Creyeron que el hombre, por fin, ya no tendría necesidad de Dios y que la ciencia, quizás sustituiría lo que puede dar la fe, y en concreto, el cristianismo. Hijos míos, aquí había un error grandioso. Simplemente porque el sentimiento religioso es innato y congénito al hombre. Esto no puede sacarse del hombre sin unas consecuencias. Por esta razón, no es posible nunca cualquier progreso científico que exista, hacer desaparecer el fenómeno de la religión o el sentimiento religioso, es imposible. Además, cuando decimos ciencia, siempre entendemos un propósito o fin, es decir, diríamos que es el mundo natural. A este investigamos y este nos sirve a nosotros. Cuando decimos religión, es un círculo diferente. Es un ciclo sobrenatural, más allá de la física y la naturaleza, más allá de la observación. Porque la ciencia por mucho que progrese, ¿podrá alguna vez eliminar el mal?. Quedó demostrado que no sólo no lo hizo desaparecer -y nuestro siglo lo ha demostrado enormemente,- sino que lo ha multiplicado en un grado superlativo. ¿Puede alguna vez la ciencia contestar al fenómeno y al sentido y concepto de la existencia?, ¿el por qué existo?. ¿Existo para comer y beber?. Al final de todo no hay ninguna respuesta que dé sentido y significado. Por lo tanto, en estas cosas la ciencia no contesta, lo contesta la religión. Y como el hombre es ων (on) “ser” o “existencia” no filosófica, sino “ser” o “existencia” teológica, puesto que tiene inclinación hacia lo divino, es “como icona o imagen de Dios” que busca y quiere su prototipo, modelo. Por esta razón, nunca podrá nadie hacer desaparecer el sentimiento religioso, la religión y el fenómeno religioso. Así que, podemos decir que simplemente son dos círculos diferentes. Uno se ocupa de lo material del universo, lo que vemos, tocamos y podemos hacer experimentos. Y el otro círculo se ocupa de lo sobrenatural, lo que concierne a Dios y da la respuesta al sentido y significado de la existencia, es decir, el por qué existimos.
Génesis y conflicto entre religión y ciencia.
La pregunta en concreto se constituye de dos preguntas que más o menos coinciden y dicen: Vemos que la Santa Escritura dice que al cosmos-mundo lo ha creado el Dios. Es decir, que ha hecho el mar, la tierra y el cielo. Pero los científicos creen que la tierra provino de una explosión del sol y que las aguas se hicieron por efecto de la unión de oxígeno e hidrógeno. Ahora bien, ¿qué podemos creer?.
La segunda pregunta es: ¿Existe conflicto entre religión y ciencia, en el tema de la creación del mundo y del hombre?.
Hijos míos, no hay ninguna contradicción. El que la ciencia nos dice o puede estar diciéndonos que el agua se hizo de hidrógeno y oxígeno, ¿en qué contradicción está con la Santa Escritura, que dice que el Dios hizo el mar?. ¿Qué debería de escribir la Santa Escritura?, ¿que el Dios hizo el oxígeno y el hidrógeno, los unió e hizo después el agua?. ¿Así de esta manera tenía que estar escrito en la Santa Escritura?. Sin duda no. No hay contradicción alguna. Pero debo deciros lo siguiente, para que lo sepáis de una vez por todas.
Lo que dicen los científicos, por un lado, -porque naturalmente no estaban presentes durante la creación,- no pueden tener una icona, imagen de la creación del mundo. Esta icona, imagen, muy correctamente en el espacio de la ciencia se llama “cosmo-ídolo”, es decir, el ídolo del mundo. Pero no habla cómo se hizo, sino cómo es. Si por el universo existente no podemos tener icona, imagen, ¡atención repito! sobre el universo existente no podemos tener una icona, imagen, porque no podemos entrar hasta el fondo de sus secretos o misterios y hacemos esto que llamamos teoría; es decir, hacemos un ídolo del universo, el cual llamamos “cosmo-ídolo”. Por lo tanto no podemos conocer como se hizo la creación. Pero como el hombre por naturaleza ama el conocimiento, necesita siempre hacer iconas, imágenes que las basa en algunas muestras. Es decir, produce las llamadas “dudas científicas.” Dice que el universo era una masa, diríamos de terrible densidad y esta masa se disgregó y así empezó a hacerse el universo, o el sol se disgregó e hizo sus propios hijos, nuestros planetas conocidos. Uno de estos planetas es también nuestra tierra. Que estos se hicieron en un momento del tiempo instantáneamente o hicieron falta billones de años para que se hagan. Todas estas cosas constituyen un creer científico. No podemos decir nada seguro. La demostración es que los mismos científicos dicen cosas diferentes entre ellos.
Segundo, es que tenemos cambio continuo sobre estas teorías. Hoy decimos esta teoría y mañana otra mejor, al siguiente una nueva, etc. O a veces podemos regresar a una antigua teoría y mejorarla, y al final de todo esto, cómo y para qué. Pues, todas estas están basadas sobre unas indicaciones. Porque si la teoría científica se basa sobre una demostración, entonces ya no tenemos una teoría científica, sino una verdad científica. Una cosa es la teoría científica y otra es la verdad científica.
Por ejemplo, la tierra gira, que el sol giraba alrededor de la tierra fue una teoría de Ptolomeo. Pero se demostró que no, que la tierra gira alrededor del sol. De acuerdo, ¿esto se demostró?. Sí, fue demostrado. ¿Claramente?, sí, claramente. ¿Cabe alguna duda?, no. Esto ya no es teoría científica, sino que es verdad científica. Esto para que entendáis cuál es la diferencia de una cosa a la otra.
Pero atención a una cosa. Yo os explicaré qué dice exactamente la Santa Escritura y cómo la podemos ver en el tema de la creación. La Santa Escritura no es un texto científico, sino un libro que de manera popular quiere informar a las personas de cada época y de cada formación y estudio, que el creador de todo es el Dios. Esto interesa en cuanto la Santa Escritura y no a introducir términos científicos o cualquier otra cosa. A pesar de esto, a pesar de la forma popular del ofrecimiento de la Santa Escritura sobre la creación del cosmos-mundo, tenemos exactitudes que sorprenden grandemente. Y no tengo que deciros más que lo siguiente:
Dice la Santa Escritura, que el primer día se hizo la luz. El sol se hizo al cuarto día. La luz con el sol no tiene ninguna relación. Porque el sol es un soma-cuerpo, que es portador de la luz. Pero el sol no es luz. Y la tierra se puede convertir en luz en algún momento. Y yo ahora, si tengo un mechero y lo enciendo, hago luz. Tengo una caja de cerillas en mi bolsillo, tomo una cerilla, la arrastro en la caja y os digo: Dije que se haga la luz y se hizo luz. Mirad las bombillas, qué son: luz. Estos son portadores. El sol es portador de la luz. En el siglo XIX dijeron que era una cosa curiosa, errores y cuentos de entonces. ¿Es posible alguna vez tener luz sin el portador?. A pesar de esto, se ha demostrado en nuestro siglo que la primera cosa que se hizo fue realmente la luz. Porque la luz es energía. Se puso la pregunta: ¿qué se hizo primero, la energía o la materia cuando empezó el universo?. Los científicos hoy nos dicen la energía. Precede la energía a la materia y de la energía obtenemos la materia. Y es conocido que tenemos muchas formas de energía. La forma perfecta es la luz y la forma inferior es el calor. De la forma perfecta, pues, tenemos la energía que es luz y lo grandioso: ¡el Dios dijo: que se haga la luz y se hizo la luz! Y de la luz ahora se hace la creación entera. Y si quieren una muestra, veamos los noventa y dos elementos del catálogo del Mendelegief, ¡sorprendente y admirable!. ¿Cuál es el primer elemento en este catálogo?. El hidrógeno. ¿Cómo podría hablar la Santa Escritura sobre el hidrógeno?¿Escribe la Santa Escritura sobre el hidrógeno?, pues, sí y escuchadlo. Es de la 2ª epístola del apóstol Pedro: “… οτι ουρανοί ήσαν έκπαλαι και γή εξ ύδατοs και δι’ ύδατος συνεστώσα τω τού λόγω τού Θεού… que los cielos (aquí cielos es el universo) estaban desde el tiempo antiguo y la tierra que provino, salió del agua y por el agua subsiste y está asentada, y fueron hechos y asentados por el logos de Dios.” (2ªPed 3,5-7). Qué quiere decir del agua. El agua es oxigeno e hidrógeno. Habla entonces sobre el agua y el agua contiene hidrógeno; para decir sobre el hidrógeno, “del agua y por el agua”, se hizo del hidrógeno y con el hidrógeno está adornado el universo “del agua y por el agua”. Por el hidrógeno tenemos la variedad de los elementos. Sorprendente y maravilloso. Y todo esto cómo: “mediante el logos de Dios”, el Dios dijo y se hicieron. El término o la palabra “dijo” aquí es el logos. ¡Maravilloso y admirable!. Si queréis, más abajo dice: “…7, pero los cielos y la tierra que existen ahora llevan atesorado dentro de ellos fuego que les ha sido dado, atesorado por el logos; y está guardado para el día del Juicio y la perdición de los hombres impíos…”, y se refiere a que la creación es un banco o caja de fuego. Hoy sabemos cuál es este fuego. Es esto que producimos y nos ha vuelto locos, es la energía nuclear. (Aquí acaba la cinta y os pongo un trozo del capítulo sobre la renovación del mundo, que es de la homilía 85 sobre el libro del Apocalipsis, os sugiero que la leáis, porque lo tengo traducido al castellano y es muy interesante).
Ahora vamos a ver de qué manera se hará esta recreación o renovación del universo. La manera de renovación del universo nos la describe el Apóstol Pedro. También diríamos que la manera de renovación nos la refiere también analíticamente el profeta Isaías. Este profeta tan rico que en tantos temas le ha revelado el espíritu de Dios. Vamos a ver qué dice san Pedro en su 2ª epístola capítulo 3: “5…que los cielos estaban desde el tiempo antiguo y la tierra que provino, salió del agua y por el agua subsiste y está asentada, y fueron hechos y asentados por el logos de Dios, 6, por lo cual, el mundo de entonces pereció anegado por el agua; 7, pero los cielos y la tierra que existen ahora llevan atesorado dentro de ellos fuego que ha sido dado, atesorado por el logos; y está guardado para el día del juicio y la perdición de los hombres impíos… 10 Pero el día del Señor vendrá como un ladrón, y en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos, abrasados, serán disueltos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas… 12 Esperando una nueva tierra y acelerando el día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos siendo quemados se fundirán. 13 Pero nosotros esperamos, según nos lo tiene prometido Dios, otros cielos y otra tierra nueva, en los que habita la justicia”. Esto nos dice el apóstol Pedro.
Según la ley de materia y antimateria los científicos creen en la existencia de otro mundo, la existencia de extraterrestres (ufos). ¿Qué cree usted sobre esto?
Según la ley de materia y antimateria, los científicos creen en la existencia de otro mundo, en la existencia de extraterrestres (ufos). Los libros de nuestra Iglesia, los hombres de Dios desde el período antes de Cristo hasta hoy, ¿qué dicen sobre esto? Si no existen informaciones sobre el tema, ¿usted qué cree?.
Hijos míos, el tema es famoso, ¿existen o no extraterrestres?. Naturalmente la fantasía se subleva y se electriza terriblemente cuando circulan libros y también representaciones en la televisión, en el cine, en la radio, etc., con imágenes y sonidos que cargan mucho al hombre, de manera que empiece a creer que existen seres extraterrestres, platillos volantes, etc. Hace más de treinta años que el tema ocupa a muchos. Aún movilizan hasta el más lejano pasado y escriben libros diciendo que en épocas remotas vinieron aquí hombres extraterrestres, desarrollaron cultura y después se marcharon de aquí. Dicen supuestamente que encuentran unos monumentos que son inexplicables e injustificables para la época en que estos se hicieron y muchas cosas más. Pues, no me quedaré sino sólo en dos puntos.
Uno es el científico, en el cual nadie puede decir nada, porque nuestro sistema planetario, cualquier punto de la ciencia de la astronomía que tomen verán esto mismo, que el sistema planetario nuestro no se ofrece para que vivan hombres o por lo menos un ser que debe desarrollarse y tenga cultura fuera de nuestra tierra. Ni afrodita que está muy cerca del sol, ni Hermes, ni Ares, ni los siguientes planetas, no tienen las condiciones adecuadas, nada de nada. Por lo tanto, está excluido en nuestro sistema planetario, ciento uno por ciento, esto es así y no hace falta decir más. Alguna vez un astrónomo podía observar los famosos canales del Ares y estar diciendo que son obras de cultura, pero hoy ya estas cosas no existen. Porque hoy no sólo tenemos telescopios muy buenos, sino que tenemos la manera de ir allí. Cuando hoy allí se mandan cohetes y pueden observar un planeta y nos mandan fotografías en color, muy bellas, vemos muy bien lo que hay. En el Ares no existe nada.
Pero, ¿quizás en otros sistemas planetarios?. Esto es imposible que lo aseguremos, porque apenas podemos ver sus soles. Si se tiene en cuenta que nuestra tierra es un millón trescientas mil veces menor que el sol. Si alguien en el universo pudiese ver a nuestro sol, ¿podría ver también nuestra tierra?, imposible. En cambio lo que vemos son soles, materia, no podemos saber si estos soles tienen sistemas planetarios. Pero me diréis que sí es posible; De acuerdo, sí es posible que tengan sistemas planetarios, pero en estos sistemas planetarios no podemos saber qué pasa, qué existe. ¿Existe vida o no? Esto por parte de la ciencia.
Pero, ¿qué dice la Santa Escritura?. Porque aquí la pregunta es, ¿qué dicen los libros de nuestra Iglesia, la Santa Escritura?. La respuesta es sencilla. Cuando el Dios hizo la tierra y al hombre sobre la tierra, el Dios se interesa sólo a lo concerniente a la tierra y al hombre. Os lo mostraré esto cómo se ve desde la primera fila de la Santa Escritura: “En principio creó el Dios el cielo y la tierra” (Gén 1,1), cuando dice el cielo se refiere al cielo con sus estrellas, es decir, lo que existe sobre el cielo, al universo. Entonces el Dios no se interesa de dar informaciones sobre el cielo, me refiero el universo. Porque al hombre no le interesa nada más que lo que concierne a la tierra. Escuchad como lo dice más abajo, sobretodo de una manera muy logotécnica: “η δέ γή, i de gi- en cambio o al contrario, la tierra”, porque no dice: “el cielo y la tierra sino “en cambio o al contrario la tierra…”; igual que en la oración del Padre nuestro y “ …como en el cielo también en la tierra …el pan nuestro el que es más que esencial, danos hoy”. Porque baja del cielo, filológicamente se entiende que habla sobre la tierra y después habla sobre el pan. Lo mismo también aquí, “…creó el cielo y la tierra y en cambio o al contrario la tierra está invisible, no constituida, etc. …”, inmediatamente pasa a la historia de la tierra y no se refiere a la historia del cielo. ¿Por qué?. Porque por parte teológica no era necesario para nada hablar de lo referente al universo. Pero también es una cosa más. El tema de nuestra salvación, en principio la gnosis-conocimiento de Dios y después el tema de nuestra sanación y salvación sí que concierne a nosotros. No concierne, si existen o no otros seres, digamos hombres constituidos como nosotros o seres lógicos, no concierne en nada de todo esto, sino sólo a nosotros mismos. Y la sanación y salvación es algo que concierne a nosotros mismos. Cuando “el Logos se humanizó o se hizo hombre”, pero ¿quién es este Logos?. Es aquel que ha creado el universo y todo “…sin Él no se hizo ni una sola cosa de todo lo hecho”, (Jn 1,3) nos apocalipta, revela la Santa Escritura mediante san Juan el Evangelista. Nada de todo lo hecho se hizo sin el Dios Logos, pero este Dios Logos se humanizó. ¿Qué quiere decir de humanizó?. Pues, tomó la naturaleza humana, es decir, una figura que existe encima de nuestra tierra, la figura nuestra. Esta figura no la expulsó, ni la deshizo, la tiene en el cielo, pero en el cielo espiritual (el increado). Por lo tanto, aquí en la tierra existió el pecado (el error y la enfermedad), aquí en la tierra se hizo la humanización del Dios Logos que es el creador del universo, aquí en la tierra se hizo nuestra sanación y salvación y a nosotros nos tomará en Su Realeza. Nuestra teología, es decir, la teología bíblica, no deja margen de que pueda que existan otros seres. Porque si existen estos seres, ¿qué seres son, han pecado o no?. Entonces, pues, la teología no deja margen, sino que los márgenes son sólo para el hombre. Lo más importante de todo es que no deja márgenes y que el creador del universo tomó la naturaleza humana y que tiene que ver con nosotros y nada más. Cuando en alguna parte de la Santa Escritura dice: “…también tengo otras ovejas que no son de este rebaño…”, obviamente no da a entender que estas otras ovejas se encuentran esparcidas en los planetas de las galaxias del cielo, no, las otras ovejas son el mundo de las naciones. Es decir, las personas que aún no han conocido a Dios.
Pero, aún más, si se supone que existen seres extraterrestres no tienen nada que cambiar en lo que respecta a nosotros, absolutamente nada. A nosotros sólo nos concierne el tema de la gnosis-conocimiento de Dios y nuestra sanación y salvación, otra cosa no existe. Y os diría que, si se supone que existen otros seres que quizás no tengan necesidad de salvación o para ellos sea extraño, pero que se hiciera algo análogo para con nuestra salvación, es extraño, porque el Cristo tomó la naturaleza humana de esta tierra. No toma otra y otra naturaleza, no tiene sucesivas humanizaciones o estar tomando otras naturalezas distintas de la nuestra, imposible, lo repito, es imposible. Una vez solamente el Cristo, el Logos de Dios, tomó nuestra naturaleza y nada más. Pero si se supone que existen, es una hipótesis, entonces estos los encontraríamos en la realeza de Dios, si se supone que para estos no hay tema de salvación.
Pero como preguntáis qué opinión tengo y yo siempre estoy basado sobre la teología, no tengo opinión propia, yo os diría: Tenemos, ¡ay, terrible!, nosotros los hombres, tenemos el privilegio exclusivo encima de la tierra, dentro del universo entero; tenemos el terrible fenómeno exclusivo de ser y estar sólo nosotros. Si me preguntáis, ¿entonces porqué existe este universo tan infinito y en qué sirve?. os contestaría. En principio para que se vea la potencia, la sabiduría y la doxa-gloria de Dios. Después, cuando este universo se renovará y reconstituirá todo se convertirá en un mundo nuevo, no la tierra, sino todo, el universo entero. Este universo se hizo grande, así lo decimos hoy en nuestro lenguaje como “infinito”, para que se convierta en nuestra nueva casa, como realeza de Dios. No es indispensable pues, que existan otros seres y ¡este infinito será nuestra casa! Y dentro de este infinito que será la realeza de Dios en todas partes, será visto el humanizado Logos de Dios y los hombres que estarán dentro de la realeza de Dios estarán alabando y glorificando. Así que no es necesario que haya seres extraterrestres. Esta es mi opinión, pero no opinión, sino lo que nos manifiesta el Logos de Dios y, por consiguiente, coincide también con nuestra opinión.
¿Cuál es la importancia de la presencia del Espíritu Santo para la vida de la Iglesia? 23.25´40´´
Pues, para la Iglesia, el Espíritu Santo lo es todo, ¡atención! “el todo”, porque el Espíritu Santo bajó en Pentecostés y este es aquello que regula lo que llamamos vida espiritual. ¿Qué quiere decir vida espiritual?. Vida espiritual no significa la vida del espíritu humano, sino la vida del Espíritu Santo sobre la existencia humana. Es decir, vivo la vida espiritual, significa que vivo la presencia del Espíritu Santo, esto es el todo. Porque la Iglesia recibió el cuerpo de la Iglesia que es el Cristo, el día de Pentecostés recibió también el Espíritu Santo. Así, la Iglesia aparece con estas dos faces, la faz cristológica, como cuerpo de Cristo y la faz espiritual, como presencia del Espíritu Santo dentro de la Iglesia. Debo de deciros que, como este punto es muy importante, fuera de la vida del Espíritu Santo no existe vida cristiana, no olvidéis esto. Y debemos preguntarnos en cada momento, ¿tengo el Espíritu Santo?, o creo que hago una vida espiritual pero en realidad no la vivo.
Y también constituye un punto importante también dentro de la Divina Liturgia. Es conocido que cuando tomamos el cordero del santo disco y lo metemos en el santo cáliz, después de la santificación, los tenemos separados en expresión de la crucifixión, de la muerte. Porque, ¿cuándo muere uno?. Cuando se separa el cuerpo de la sangre. Entonces hacemos la unión, que significa que tenemos resurrección, cuando tomamos un trozo y lo metemos dentro del santo cáliz es expresión de la resurrección. Los que están dentro del altar, lo conocerán bien esto. Inmediatamente, tenemos un pequeño recipiente con agua hervida. Entonces cuando echamos el agua hervida dentro del santo cáliz, no expresamos otra cosa que el Espíritu Santo, el cual tiene dos símbolos, el símbolo del agua y el símbolo del fuego. La Iglesia, pues, de manera sabia cierra el agua y echa el agua hervida dentro del santo cáliz, para expresar la presencia o la bajada del Espíritu Santo en la Iglesia. Veis pues, que sin el Espíritu Santo es imposible que exista la Iglesia. La vida espiritual es el otro Paráclitos, tal como nos dijo el Cristo. Porque el primer Paráclitos es el Jesús Cristo y el segundo Paráclitos es el Espíritu Santo y las tres personas de la Santa Trinidad, el Padre del que procede y envía al Paráclitos, el Hijo que se envía por el Padre al mundo, colaboran en la sinergia en la obra de nuestra sanación y salvación.
¿Cuál es la relación entre el sionismo y masonería y es verdad que los testigos de Jehová son una rama del sionismo?
Esto lo veremos cuando hablemos sobre la masonería. Es cierto que hay una relación estrecha. ¿Qué relación hay entre las nubes y la lluvia?. Esta es la relación que existe entre sionismo y masonería. ¿Es tan estrecha?. Pues sí, es muy estrecha la relación entre ellos. Pero también la segunda parte de la pregunta dice: ¿es verdad que los testigos de Jehová son una rama del sionismo?. Pues sí, es verdad.
Como tengo un manual muy bueno, que es del santo Monasterio del Paráclitos, de la región de Atenas, permitidme sólo leeros las tesis que tiene sin desarrollarlas. Se refiere sólo a los pseudo-mártires de Jehová, que es un enemigo malicioso, marrullero, falso, subterráneo contra el cristianismo y demoníaco. Odian enormemente al cristianismo y la Iglesia la llaman Babilón y organización prostituida del satanás.
Segundo, es una empresa comercial colosal, de venta de impresos, revistas y periódicos con grandiosos beneficios. Con las donaciones y ofrendas de sus seguidores sus beneficios se multiplican. Ver el libro “la dictadura de Broocklyn”, página 97.
Tercero, el material que comercian son libros y revistas. Sus grandísimas imprentas editan veinte millones de revistas cada quince días y todo esto se debe vender.
Cuarto, la organización más a-filántropa que existe, en todo el mundo ella no tiene ni ha creado ninguna institución filántropa, de caridad, orfanato o asilo de ancianos.
Quinto, la más terrible herejía. Mezcla y composición de todas las herejías del pasado. Arrianismo, milenarismo, mata-psiquismo, iconoclastas, protestantismo, etc., y primos hermanos de los adventistas.
Sexto, enemigos y negantes del Teántropos-Dios y hombre, Jesús Cristo, de la Panayía (Santísima), de los Santos, de la Cruz y de todos los misterios de la Iglesia Cristiana.
Séptimo, pretenden el dominio universal. Han separado la tierra en diez zonas, las zonas en partes y las partes en periferias, las periferias en regiones y las regiones en equipos. Trabajan sin parar para su propósito. Grecia la han separado en dos periferias y diecinueve regiones. Proclaman que todos los gobiernos de la tierra, desde el año 1914, son satánicas e ilegales, legal es sólo la organización de ellos y no debemos de reconocerlos. Es decir, proclaman universalmente la anarquía de desorden. No tienen enseñanza ética. Simplemente obedecen y actúan ciegamente las órdenes que vienen de su jefatura desdel Broocklyn de Nueva York. Mientras dicen que no toman armas, en la primera y en la segunda guerra mundial las tomaron. El 1943 en Suiza tomaron las armas y sugirieron hacer el servicio militar, en el periódico de ellos “consuelo”. Si obtienen la mayoría y Broocklyn les manda, tomarán las armas para exterminar a los cristianos y dirán que es por orden nueva de Jehová y la ejecutarán inmediatamente. Además, en sus libros escriben que no son pacifistas. Simplemente que aún Jehová no les ha dado orden de tomar las armas. Pero cuando tienen un interés particular pueden encomiar un gobierno, a pesar de que la consideran satánica. En este caso, utilizan el llamado artilugio de Yael, es la antigua Yael la mujer israelita que con artilugio engañó a Sisar subcomandante de los Cananeos y le asesinó con dolo. Y en general es una organización inmediata del sionismo.
El sionismo, que lo sepáis esto, para corresponder en todos los niveles de los hombres, tiene y ha desarrollado muchas formas. Sabéis que una fábrica puede que saque una, dos o cuatro cinco marcas de pasta de dientes, cada una con distinto aroma. Así, si no compras una, compras la otra, pero la compañía es una, simplemente cambia marcas de su mismo producto. También el sionismo tiene sus productos que cambian de etiqueta. Con la masonería y con el rótary, el sionismo capta a los intelectuales, los de alto nivel, los que están en sitios altos dentro de la sociedad y en el mecanismo estatal. El rótary os lo dije otra vez es la antesala de la masonería, diríamos que es el invernadero en que se desarrollarán las nuevas plantas de la masonería. ¿Cómo captarán el pueblo?. Lo captan con los testigos de Jehová o milenarismo. Y sólo porque insisten que el nombre de Jehová en hebreo es Kirios o Señor y no quieren decir el nombre Señor. Sabed que ni una vez el nombre de Jehová no está escrito en el Nuevo Testamento. Simplemente porque los santos escritores y traductores traducen el nombre Yahvé, como Kirios, Señor. Para que ellos insistan en hablar así, entenderéis porque lo hacen. Dicen que cuando leéis el Nuevo Testamento donde encontráis la palabra Kirios, Señor no la leáis, sino que la estaréis saltando y diréis la palabra o nombre Jehová. Sólo porque insisten en el nombre Jehová, ¿no os llama la atención, que esto es hebraísmo y sionismo?. Así pues, los sionistas intentan con la masonería captar los niveles más altos de la sociedad y con el milenarismo o testigos de Jehová el nivel más bajo de la sociedad, es decir, el nivel más bajo no éticamente sino en el sentido de pueblo llano. Por lo tanto, el milenarismo o testigos de Jehová tiene relación inmediata con el sionismo.
Cuando hablaremos sobre la masonería veréis cuantos nombres existen dentro de los grados de iniciación de la masonería que son palabras hebraicas. No hace falta pues, nada más sino que entendamos que todo esto lo mueve el sionismo internacional para que mediante muchos frentes un día poder dominar la humanidad.
¿Cómo se persigue hoy al cristianismo?
No es difícil aprender cómo se persigue al cristianismo. De grosso modo diríamos que con la calumnia y la difamación. Cuando empiezan a acusar al cristianismo diciendo: “esto o aquello hizo la Iglesia, esto ha hecho el sacerdote, esto el obispo, aquello hizo a o b cristiano, le veis que hace santificaciones muchas y grandes y hace esto u lo otro”. Con esto no quiero decir que no existe falta de coherencia e inconsecuencia. Porque nosotros los cristianos somos muy inconsecuentes, y esto es verídico, damos pie a los enemigos de la Iglesia. Pero más allá de esto, hoy existe esta disposición enemiga contra la Iglesia. Esto lo veis y está muy difundido, desde la televisión, la radio y hasta los periódicos, las revistas, en las escuelas, hay tantos que están contra el evangelio, contra la Iglesia y Jesús Cristo. Pero hoy principalmente es la calumnia y la difamación. La persecución tiene muchas formas.
Por ejemplo, cuando en el colegio os dicen: hijos, viene el carnaval, nos disfrazaremos, etc., todos estos preparativos. Pero si dices que el carnaval es idolatría, contestan: ¿qué cosa es esto de idolatría?, si es una tradición festiva. Si se supone que sucumbes, entonces has caído víctima de esta persecución de los perseguidores del cristianismo y de la Iglesia. Si se supone que te opones, entonces claramente te calificas y empieza la difamación diciendo: mira, tu eres un anticuado, nos haces de cristiano ético, etc., y allí empieza la calumnia y la difamación que eres así o tal y cual, etc.
Simplemente os dije un pequeño ejemplo. Hijos míos, hoy la Iglesia de Cristo está perseguida de todas las maneras posibles. Cuando existen libros que van contra la persona de Cristo, esto es una persecución; de quién queréis que empiece, del Kazantzakis, o de libros de la masonería del siglo XIX en Atenas y hasta hoy, hay infinidad de libros que calumnian y mienten en todo el mundo. Yo diría, Señor mío, si a Ti te insultan de esta manera, a mí tanto más que soy hombre. El Señor lo dijo: Si a mí me insultan, a vosotros también os insultarán, si a mí me escuchan a vosotros también os escucharán.
Así, con esta guerra que se hace, desgraciadamente en nuestra patria, diríamos que se está haciendo una separación profunda de aquel que permanecerá creyente y de aquel que no. Esto es importante que lo sepamos y el que guarda bien en su corazón y permanece fiel, que tenga cuidado y no se doble nunca a ninguna calumnia y difamación que le puedan tirar los enemigos de la Iglesia. Esto hay que tenerlo muy en cuenta.
¿Cuál será nuestra reacción cuando se declare persecución de la Iglesia?
Realmente, la persecución a la Iglesia no ha parado nunca y nunca se ha firmado alguna paz. Simplemente puede que en algún lugar que haya una paz por un momento, pero en otro lugar puede que haya guerra y persecución. Esto es desde la antigüedad, lo veremos dentro de la Santa Escritura, en el libro de los Hechos de los Apóstoles dice: “…Judea tenía paz”, es decir, que la Iglesia en Judea estaba en paz, no estaba perseguida. Pero puede ser que en otro lado que hubiera una persecución. Así que, la Iglesia sea en este lugar, sea en otro, siempre está perseguida desde el momento en que apareció. Diríamos que ahora en Grecia no tenemos persecución, pero puede que mañana por la mañana salga una ley o cualquier otra cosa y empiecen a acusar y guerrear contra la Iglesia. Me diréis entonces, ¿así tal cual mañana por la mañana?. Quiero decir que es muy rápido, en corto espacio de tiempo.
Pero, ¿cuando decimos persecución, qué entendemos por ello?. ¿Entendemos que nos embargarán nuestra fortuna, cerrarán las Iglesias o nos llevarán a martirio?. Es cierto que no sólo esto es una persecución, sino que hay también otras maneras. Un estado puede estar actuando en contra de la Iglesia estando separado de la Iglesia o no. Como sabéis aquí en Grecia el estado no está separado de la Iglesia. En otros países la Iglesia está separada del estado. Pues, el que hayan unas legislaciones y unas relaciones de manera que afecten a la Iglesia esto por costumbre existe. Esto lo vivimos también hoy dentro de nuestra Iglesia. Muchas veces habréis visto, oído y escuchado que esto u lo otro constituye un elemento de persecución contra nuestra Iglesia, etc. Así que, como veis, la persecución no es algo que lo podemos imaginar, como en la antigüedad que lo leemos en los martiroloyios (libros de mártires), hoy la persecución puede tomar muchísimas formas. Por ejemplo, quitar la asignatura de religión de las escuelas, esto es una persecución. El que sean tergiversados los manuales de religión, es una persecución, etc.
Pero en todos estos casos, ¿qué podría decir uno? O mejor dicho, antes que yo avance en esto, ¿qué creéis, esta persecución no existe ya dentro de nuestra propia casa?. Estamos hablando sobre algo exterior, ¿ pero quién os ha dicho que dentro de nuestra propia casa podemos tener una relación buena, si los padres o familiares no creen en Dios, no creen en Jesús Cristo?. O aunque crean, pero tienen una percepción distinta sobre el Evangelio y os ven a vosotros haciendo una vida distinta, ¿creéis que no pueden ejercer presión o persecución?. Si decís, que cada domingo me iré a la Iglesia, ¿no pueden ejercer persecución y deciros que no vayáis a la Iglesia?. Si decís, que queríais ayunar y nos os ayudan a ayunar o hacer oración y que venga vuestra madre o cualquier otro de la familia, a molestaros cuando hacéis oración, ¿esto no es una persecución?. No olvidéis aquel logos del Señor que dijo: “…y enemigos del hombre sus propios familiares”. No olvidéis aún cuando dice el Señor: “…que puede ponerse el hijo contra el padre o el padre contra el hijo, la hija contra la madre y viceversa, la nuera contra su suegra y viceversa…”. ¿Todo esto qué indica?. Todo esto revela que la persecución puede ser que esté muy cerca de nosotros, dentro de nuestra propia casa.
Así que, podríamos decir que esta persecución no es otra cosa que la cruz diaria que dice el sagrado Evangelista, es decir, la cruz que el cristiano debe aguantar cada día. Si un compañero se comporta hacia ti con ironía en la clase o en el trabajo, esto es una persecución para este día, una cruz para este mismo día. En todo esto, ¿qué debemos hacer?. Porque la pregunta dice: ¿Cuál será nuestra reacción en caso de persecución contra la Iglesia?. No esperéis que la persecución tenga que ser declarada para reaccionar. Deberemos de reaccionar con la cruz diaria. ¿Cómo y de qué manera?.
Prestad atención, con dos cosas o con dos armas. Uno es la fe y el otro, la paciencia. No deberá tambalearse mi fe, mi fe deberá estar fortaleciéndose de forma continua. Cuando se fortalece mi fe, entonces puedo aguantar. Por ejemplo, cuando llueve fuerte sin cesar y se ablanda el terreno de mi casa y veo que se va a hundir y peligra en derrumbarse, ¿qué hago?. Refuerzo los cimientos y las paredes, pongo sostenes e intento mantener la casa para que no se derrumbe. Esto se llama fe. Cuando veo las tentaciones caer encima mío, debo fortalecer la fe para que no me derrumbe. Porque cuando la fe se ha tambaleado, ya me he derrumbado, ya no tengo ningún soporte, algo que me pueda sostener. Dice el evangelista Juan en una de sus epístolas: “¿oh, jóvenes qué es aquello que os ha hecho vencer al mundo? Vuestra fe. Y esta es la victoria que venció al mundo: nuestra fe.” La fe, en la teantrópina (divino-humana) persona de Jesús Cristo. Cuando creo en la persona teantrópina de Jesús Cristo, esto es fundamental. ¿Habéis visto y oído cuantas teorías se dicen?. ¿Qué es esto, no es persecución?. Cuántas cosas se escuchan, cuántos libros existen y aún hasta en vuestras casas, ¿qué os dicen, qué os puede decir un hermano o hermana mayor o los padres o esposas y esposos, hijos e hijas, maestros, etc., todas estas teorías que se dicen contra la teantrópina-divinohumana persona de Cristo?. ¿Esto no es persecución?. ¿Cómo aguantaré?. Sólo si tengo fe y estoy unido con la persona teantrópina-divinohumana de Jesús Cristo.
Y lo otro es la paciencia. Dice el Señor: “El que tiene paciencia hasta el final, éste se salvará”. Por lo tanto, debemos de entenderlo bien esto, que la paciencia y la fe son los dos elementos básicos y fundamentales, para que uno permanezca de pie cuando se ejerza alguna persecución. Es cierto que también es la agapi-amor.
Pero mejor vamos a ver la siguiente pregunta que está en el mismo papel y es una continuación de la primera:
Tal como leemos en las vidas de los santos, todos los mártires se alegraban al morir por Cristo, ¿cómo y de qué forma podría el hombre actual comprenderlo?
La verdad es que el hombre actual no entiende esto. ¡Atención!, no lo percibe ni lo comprende, aquí está el elemento trágico de la existencia cristiana. Hijos míos, el hombre contemporáneo vive dentro de la efdemonía (bienestar de placeres carnales y materiales) de la época. Como tampoco puede entender el sentido y significado crucificante del Evangelio. El Evangelio es crucificante y debo de llevar mi cruz y seguir al Señor, esto quiere decir “crucificante”. Como esto hoy día no se puede entender, entonces es muy difícil comprender el sentido y significado del martirio y el del mártir. Si por ejemplo, dices sobre el sexo que se requiere engratia (autodominio y abstención), os contestarán: ¿Por qué?. Qué cosa más natural es en satisfacer el instinto de procreación. ¿Es natural, lo tomas esto como hecho?. Es lo buscado, pero en este caso, aunque así fuera, ¿podría contradecirse el Dios consigo mismo, que por un lado te hable de engratia y por otro lado te crea para que no puedas hacer engratia?. Cosa curiosa. ¿Qué haré?. Creeré, puesto que lo dice el Dios, esto es así. Pero cuando ves todos los demás que dejan este tema libre y satisfacerlo como quieran, esto es una tentación. Debes de creer que así lo dice el Dios. Tomad el tema del ayuno. Dentro de una época de prosperidad y dicha, uno te dice: si tengo todos los bienes, ¿por qué tengo que ayunar?. El hombre actual no lo entiende esto, el concepto del mandamiento del ayuno es incomprensible. Además, “¿por qué me tengo que martirizar, por qué razón?.No hay razón para martirizarme”. Finalmente, todo esto provoca que el hombre contemporáneo no entienda lo que llamamos martirio y mártir.
Pero no creáis que si alguna vez pasa alguna tentación o alguna persecución exterior, como aquellas persecuciones que hubieron con la dimensión conocida, no con lo que dije antes, aparecerán muchísimos mártires, demasiados. Tal como en nuestra época tenemos muchos mártires en distintos lugares. Porque, aquello que hace al mártir es el Espíritu Santo. Vosotros conocéis que el Espíritu Santo dona muchos carismas y todos estos carismas son suyos, no son nuestros. El carisma mayor, el culminante, es el Martirio. Que el espíritu de Dios me dé el carisma de sanación, no es importante, el carisma de sabiduría, de conocimiento, de prudencia, del temor a Dios, todos estos son carismas importantes, pero el mayor, el puntal de todos, es el carisma del Martirio. Dice san Cirilo de Jerusalén que es imposible uno dejarse martirizar por Cristo sin tener este regalo por el Espíritu Santo. Es imposible.
Ayer leía un libro del Antiguo Testamento, en concreto Judit, las cosas que pasó con su criada. Se encontraron con el ejercito de Olofernes con miles de soldados y que se encuentren dos mujeres y sobretodo con el ejercito contrario, es tremendo y entonces maquinó un plan terrible. Hacía oración a Dios con lágrimas para acabar este plan. Esto era un carisma. Judit corría un peligro: ser degollada por el enemigo, Olofernes, podía pero sería una mártir, etc.
Leeros, por favor, el martirio de los siete Macabeos, temblaréis cuando veáis los martirios que les hizo Antíoco el ilustre. A pesar de esto lo sufrieron. Los estaban despellejando vivos, les cortaban trozo a trozo los miembros del cuerpo, les quemaban, cualquiera diría cosas escalofriantes, horrorosas. ¿Quién puede aguantar estas cosas?. Si no tienes el carisma del Espíritu de Dios no lo aguantas. Por eso os dije que es regalo del Espíritu Santo.
Y hay más. ¿No puede el Espíritu Santo dar este carisma a mí o a ti?. No. ¿Cuándo lo da?. Cuando ve unas condiciones. Es la preferencia o libre voluntad y aún más, es también la agapi-amor, es la agapi de Cristo. Por eso dice el apóstol Pablo: “¿Quién puede separarnos de la agapi de Cristo, navaja, espada, hambre, etc., qué nos puede separar la altura, altura es cuando nos ofrecen axiomas o aún si caemos en el fondo y nos quitan todo lo que tenemos, fortuna, una alta categoría, axiomas y nos difaman públicamente, presentes, futuras, quién puede movernos de la agapi de Cristo, los ángeles,?” Y continúa el apóstol que “nadie nos puede mover de la agapi de Cristo”. Aquí tenéis una condición de martirio, es la agapi de Jesús Cristo. ¡Atención!, pues, debemos superar en creer en Cristo, sino que debemos llegar a amar a Cristo. Entonces podemos también tener un progreso en nuestra vida espiritual. El progreso espiritual no es producto de la fe es de la agapi y es cierto que la agapi es producto de la fe, primero creeré y después amaré.
¿Porqué la época de los mártires es fuente de fuerza para cada época?
El mártir es una persona escogida y especial. Porque da su vida, su existencia y todo, y pensad que la mayoría de los mártires eran jóvenes. Tenemos mártires desde niños. San Kíriko era un niño de tres años y cuando lo tenía en sus brazos su madre Julieta, el gobernador civil le intentaba engatusar tomándole en sus brazos y le decía que insultase a Cristo, apenas tenía tres años. Y el niño, el Kíriko, le dio al gobernador una patada en su barriga. Y el gobernador civil cogió al niño por los pies y lo tiró desde la ventana de su despacho y le mató. San Kíriko se considera como megalomártir, como también megalomártires son san Jaralambus y san Ignacio, que habían pasado los cien años de edad. Pero la mayoría eran hombres y mujeres jóvenes. La Santa Paraskeva, que es el templo que estamos ahora, era muy joven, la Santa Markela, la Santa Ekaterina y otros hombres metamorfoseados, (convertidos) teniendo axiomas sociales superiores e inferiores, como San Dionisio el aeropayita también es megalomártir y ayer festejábamos su memoria. Veis pues, que tenemos este repertorio de Santos. Se calculan dentro de los dos mil años, sólo los conocidos, aproximadamente en unos cuarenta millones más o menos y continuamente se añaden mártires dentro de la Iglesia.
¿Cuál es el valor del Mártir?. El valor del Mártir es que inspira, ejemplariza y apoya la fe de los demás. Cuando, por ejemplo, hay una persecución de la Iglesia y uno es martirizado testificando a favor de la Iglesia, se convierte en ejemplo de fe, aguante, tesón, valor y confesión. He aquí, porque el Mártir es fuente de potencia para los restantes. Sobre todo para su época y para cada época. Si leemos la vida de los mártires de épocas pasadas nos fortalecemos mucho y más aún si en nuestra época hay mártires. No olvidéis que los perseguidores del cristianismo, intentan no crear héroes y mártires. Porque tienen mucho miedo y aversión a la presencia del mártir. Pero intentan de manera escondida en exterminar a los cristianos, sin que se conviertan en objeto e icona de martirio, entonces enseguida los considerarán como mártires y tomarán mucha fuerza por el martirio de ellos. Por eso los desacreditan en todas las facetas posibles. Hoy en nuestra época existen terribles formas para despreciar y desacreditar al mártir. Por eso es la peor época. Porque en la época antigua el Mártir daba su confesión, estaba maltratado hasta la muerte, pero no había otra cosa que le estropease su conciencia y su nus. Hoy el nus y la conciencia del mártir candidato se le destruye.
Os diré un ejemplo muy típico sobre el Padre Dimitri Dulkof, sacerdote ruso, quien hacía homilías en Moscú. Una vez fue apresado por la policía, le dijeron que no hiciese homilías y el continuaba, vuelta a prenderlo, etc., entrando y saliendo de la cárcel y los calabozos de la policía. Salió a escondidas un libro suyo, con el título “nuestra esperanza”, conteniendo lo que hacemos ahora, “dudas y soluciones” y circuló por Europa. Y qué creéis que le hicieron. Poned atención, los medios que hoy se utilizan, es que te califican como loco. Dicen que decir estas cosas y te pongas en contra del estado, significa que estás loco. Puesto que estás loco, debes ir al manicomio, los locos van al manicomio y están en las clínicas neurológicas. Y allí empieza la “supuesta terapia”, es decir, allí te enloquecen, te idiotizan con los fármacos y ya no puedes reaccionar. Así, hijos míos, ocurrió lo siguiente que es terrible y penoso, pero el Dios es justo y lo sabe todo. Le hicieron esta “supuesta terapia neurológica” y lo sacaron en la televisión drogado con las pastillas para confesar ante las cámaras que las cosas que decía no eran correctas. Ciertamente los que le vieron en la televisión y conocían quién era, sabían lo que le había pasado y realmente las tuvieron en cuenta. Porque el hombre había perdido su personalidad. Y no es porque me frían y me pinchen, como a los antiguos mártires que podían mantener su conciencia, sino que cuando te hacen una terapia farmacéutica de este tipo pierdes tu conciencia. Por ejemplo, si te ponen una gran dosis de insulina, porque hoy esto lo hacen, pierdo mi personalidad. ¿Lo conocéis esto? ¡Es terrible, muy horrible! Hay muchos más fármacos que hacen al hombre perder su personalidad. ¿Es culpable él de todo esto?. Sin duda que no. Cuando unos conocidos visitaron al Padre Dimitri en Moscú, quedaron sorprendidos de la manera que le habían dejado, había perdido totalmente su cabeza y su personalidad. Tanto que cuando abrió la puerta de su casa, les recibió con su ropa interior, no tenía el sentido claro para saber que estaba así, y que tenía que estar vestido con su sotana o su pantalón, etc. Esta persona había perdido totalmente su personalidad y conciencia. ¿Por qué?. Porque los perseguidores tienen miedo a esto, a convertirlo en mártir. Porque la presencia del Mártir tiene gran valor e importancia, es terriblemente grande y diacrónico. Esto ocurre no sólo en el caso del campo religioso cristiano sino en el ámbito nacional y de los partidos políticos, y cualquier otro campo que quieran.
Por esta razón, repito, que la presencia del Mártir es una bendición pragmática para los creyentes. Debéis de saber que nosotros siempre debemos de inspirarnos de la presencia de antiguos y nuevos Mártires.
¿El ayuno es virtud?
Segurísimo que sí. El ayuno es una virtud y sobre todo es la primera de todas las virtudes, como veremos a continuación y os demostraré porqué es la primera. El que el ayuno sea una virtud, ¿de dónde lo podemos saber esto, qué quiere decir virtud?. En principio os voy a definir qué quiere decir virtud, para que lo sepáis para siempre y podáis juzgar algo si es virtud o no.
San Juan el Clímaco o de la Escalera en la pregunta: qué es virtud, contesta: “έργον (ergon) obra, trabajo hacia Dios por preferencia o libre voluntad”, esta es la definición de la virtud. ¿Qué quiere decir esto?. Tres cosas. Si algo es ergon, es decir, obra, esfuerzo personal y esto está referido a Dios y se hace con mi voluntad, en esto consiste la virtud.
Pues, ahora el ayuno. ¿Es esfuerzo?. Sin duda que sí es esfuerzo, porque cuando no comes aquello que quieres y debes comer algo simple y austero, esto es esfuerzo. Segundo elemento es que esto que haces, ¿lo haces con tu corazón?. Tercer elemento, esto que haces con tu corazón, ¿lo haces para Dios?. Si es sí, entonces esto es el tercer elemento. Entonces estos tres elementos constituyen la virtud. Si falta uno de los tres, entonces no tenemos virtud. Por ejemplo, si hago dieta, entonces ayuno y me esfuerzo y si lo hago con mi corazón, pero lo hago para adelgazar y hacer silueta, esto no es virtud. Aún una cosa más. Si lo que hago, lo hago para Dios, es obra o ergon, y si no lo hago con mi corazón, estoy gimiendo y quejándome, entonces no es virtud. Es decir, como aquí ahora tengo sólo jóvenes, si en casa el padre o madre dicen que empieza el ayuno y vosotros no queréis, o estáis gimiendo o quejándoos, ay, otra vez ayuno, esto no es virtud. Porque no se hace con libre voluntad o preferencia. Por lo tanto, veis que si falta un elemento de los tres que os he dicho, entonces no tenemos virtud. Así que el ayuno es virtud, porque presupone estos tres elementos.
Vamos a ver otra cosa. No olviden que el ayuno es de las primeras tres virtudes que se pusieron de Dios a los primeros en ser creados. La primera es que trabajen el Paraíso. La segunda es que vigilen el Paraíso. Y la tercera es que ayunen, es decir, que no coman de la fruta de aquel árbol que deberían comer. Por lo tanto, tres virtudes. Dice san Basilio el Magno que el ayuno o abstinencia es de la misma edad que el hombre. Veis, es muy antiguo este mandamiento. No sólo, pues, en el ámbito de la creación del tiempo, sino también en el ámbito cualitativo. Me diréis que no es la humildad, la agapi, la fe, etc., pues, escuchad. ¿Saben cuáles son los pecados mortales?. Son siete. ¿Saben cuál es el primer pecado mortal?. Es la gula. ¿Saben por qué la gula o glotonería es el primer pecado? Porque la gula o glotonería, el ansia de comer abre la puerta para que sean introducidos y realizados los seis restantes pecados mortales. Y se llaman mortales, porque conducen la psique a la muerte. Si uno no se arrepiente y no se confiesa, seguro que pierde su psique.
Pues, como ven el primero es la gula o glotonería. La gula es aquel pazos que quiero comer y satisfacer dos cosas. Como saciación, saturación del estomago que se llama la gula o avaricia de comer, ansia de comer y como saborear con la garganta que es comida sabrosa que se llama glotonería. Cuando me esclavizo en este pazos, es terrible y al lado, inmediatamente están los pecados carnales. El segundo pecado mortal, son los pecados carnales, etc. Así, pues, ¿qué es lo que es la puerta de los pecados mortales?. La gula o glotonería. ¿Cuál es la puerta de las virtudes?. Lo contrario de la gula, el ayuno o la abstinencia. He aquí pues, el ayuno es la puerta de las virtudes. Lo dice nuestra himnografía, por eso en la gran cuaresma hablamos sobre el ayuno, etc., entra el ayuno para que cultivemos las demás virtudes.
Pero, ¿cuál es la esencia de la virtud del ayuno?. Sabed que la virtud del ayuno es esférica o poliédrica. Tiene multitud de facetas valiosas. Obviamente en este momento no hago un análisis sobre el ayuno, sino que sólo resuelvo una duda. Pero supongamos que el ayuno no tiene ningún valor, ninguno, le quedaría una cualidad importante que es la obediencia. Es decir, lo dijo el Dios, se acabó. ¿Por qué ayunas?. Porque lo dijo el Dios, se acabó. Los primeros en ser creados, esto dijeron al diablo: que el Dios nos dijo esto, que no comamos, lo único que no lo cumplieron. Así, pues, queridos míos, es importante que sepáis porque ayunamos. Y¿dónde lo habéis visto escrito esto?, tal y cual y muchas cosas parecidas de aquellos que tienen la pereza espiritual, holgazanes que no quieren hacer ningún trabajo espiritual siempre preguntan y dónde está esto escrito y no sé que más, la respuesta es: lo dijo el Dios y como lo dijo el Dios se acabó o lo dice Dios mediante la Iglesia. Aunque el ayuno está en abundancia escrito dentro de la Santa Escritura. Pero aunque no fuera así, como lo dice la Iglesia y la obediencia a la Iglesia es la obediencia a Dios. Amín.
Sobre la virtud del ayuno
Aquí tendría que decir muchísimas cosas porque el tema es muy grande, pero me limitaré de haceros la columna vertebral sobre el ayuno, un tema muy rico. Atención, el ayuno es un mandamiento de Dios y debemos cumplir los mandamientos de Dios. Los primeros en ser creados exactamente no cumplieron el mandamiento del ayuno. Qué dijo Dios: no comeréis de la fruta de este árbol. No comer, es decir, ayuno. Los primeros en ser creados transgredieron el mandamiento de Dios. ¿Cuál mandamiento?. No comeréis y pecaron, perdiendo así el Paraíso. ¿Lo veis?, ¿era pequeño este mandamiento?. Esto que algunos creen que el mandamiento del ayuno es pequeño y no tiene mucha importancia. Por no decir, que lo tergiversan y dicen que no molestan las cosas que entran sino las que salen y muchas cosas más que no tienen ninguna relación con el ayuno, sino que son enseñanza del Señor sobre otro tema.
El ayuno, pues, es un mandamiento de Dios. Pero es un mandamiento que tiene un carácter pedagógico muy rico. Especialmente este mandamiento pedagógico, es el primero que se dio en el Paraíso y del cual diríamos que es el inproductivo de las demás virtudes. Por eso, en los pecados mortales los cuales son siete, el primer pecado introductivo de los restantes seis o siete es la gula o glotonería y el contrario el ayuno. Si la gula es la puerta de los pecados mortales, entonces está claro que el ayuno es la puerta de las virtudes. Pero como es una virtud, diríamos introductiva, tiene un carácter pedagógico muy rico y me haría falta mucho tiempo para analizaros esta tesis pedagógica.
Pero os diría que, cuando puedo decir el no porque el no lo dice el Dios, esto significa: primero que tengo una noesis comprensión ejercitada que percibe y capta la voluntad de Dios. Segundo, tengo una voluntad fortalecida, de acero, para que pueda estar diciendo el no. No es una cosa fácil poder decir el no. Cuando por ejemplo, me llaman las sirenas del pecado, ¿puedo decir el no?. Y dentro de la vida, ¿cuántas cosas son las que me provocan y conducen al pecado, puedo decir el no?. Sólo si fortalezco la voluntad. ¿Y qué me fortalece la voluntad?. El mandamiento, la virtud del ayuno. Porque si digo a la comida, no, también diré el no a la indecencia. ¿Lo han escuchado esto bien?. Si uno me dice, ¿cómo podré ser abstinente, tener autodominio y evitar los pecados carnales?. Diría: aprende a ayunar, con todas las consecuencias de la cosa. ¿Qué quiere decir esto?. Aprende a decir el no y cuando aprendas a decir el no a las comidas también aprenderás a decir el no a las hedonés (hedonismo o placeres carnales) y esto tiene un valor e importancia muy grande. Pero cuando digo el no, porque se fortalece mi voluntad, tampoco la emoción permanece ajena. Porque yo amo a Dios que me dice el no, para que pueda de esta manera permanecer ajeno y extranjero del pecado. Así que, mi noesis-comprensión y percepción percibe y capta el mandamiento; mi emoción está de acuerdo en lo que dice el Dios y amo a Dios y aquello que me dice, lo hago con alegría; y mi voluntad se fortalece, se hace de acero. Si un hombre consigue hacer, constituir un buen carácter, noesis-comprensión con buena percepción, voluntad y emoción, si estos los sana, ¿no se convierte en una personalidad bella?. He aquí el valor pedagógico del mandamiento del ayuno.
Y para que esto no lo olviden, cuanto importante es, no tengo más que recordaos un ejemplo muy típico de la Santa Escritura. Cuando fue cautivado el reino sur, es decir, del reino de Judas por el rey Nabucodonosor, el arrastró a todo el pueblo a Babilonia y entre ellos se llevó a cuatro chicos brillantes. Eran chicos jóvenes de menos de veinte años. Eran los llamados tres chicos y el famoso Daniel quien era un poco mayor de edad que los tres chicos. Pero, eran de la raza de Judas, tenían una educación de príncipes, esto que digo pesa, porque eran príncipes. Porque se supone que aprendieron de sus casas a ser como príncipes. Pero, cuando fueron transportados a Babilonia y el rey tomó de todos los pueblos que había conquistado, los jóvenes más especiales y escogidos y los trajo a su palacio. Utilizó, diríamos, los test, exámenes de su época. Entre todos los cautivados de los hebreos sólo escogió a estos cuatro chicos, imaginaos qué examen severo se hizo. Y ha dado mandamiento que sigan clases dentro del palacio y aún que coman de la comida real. Uno diría, si eran príncipes, permitidme la frase, ¿cuánto les favoreció la suerte de encontrarse otra vez en ambiente real?. Qué suerte y a dónde fueron favorecidos. No creían en suertes ni en favores. Creían a Dios y sólo a Dios. Entonces cuando vieron las comidas de los babilonios que la ley mosáica las prohibía, como carnes de cerdo bien asadas, etc., ellos dijeron nosotros no. Veis, ayuno, dijeron no. Sobretodo van y dicen al cocinero. El cocinero de esta época era también consejero del rey. Era también un general. No tengo mucho tiempo de explicaros el qué y el cómo. Principalmente, aquel que rodeó y quemó a Jerusalén fue este cocinero de Nabucodonosor.
Esto se interpreta místicamente de los Padres de la siguiente manera. Dicen que Jerusalén es la Iglesia, es la psique del hombre. Mirad, ¿ de quién fue detenida?. Por el cocinero, por la gula o glotonería, o ansiedad, avaricia de comer.
Pues, los chicos dicen al cocinero que ellos quieren legumbres y verduras. Imposible responde el cocinero. Porque si el rey percibe que adelgazáis, entonces ay de mí. Le dicen, pues: diez días danos legumbres y si ves que adelgazamos, entonces danos de las carnes que tenéis para el rey. El Dios le iluminó y dice, de acuerdo, vale. Esto también es una contestación a la pregunta anterior sobre, ¿cómo afrontaremos a nuestra familia que no ayuna?. Pues, comían legumbres. Cuando pasaron los días, el cocinero vio que los chicos estaban robustos y muy saludables. Finalmente quedó de acuerdo con ellos que no les iba a dar de comer nunca de la mesa real. Los otros chicos estudiantes dentro del palacio iban y comían de aquellos cerditos bien cocinados con salsas y asados y los llevaban a las narices de los cuatro chicos. Pero los cuatro chicos no comieron nunca. Atención, ni una vez probaron. Cuando vino el tiempo de los exámenes, el mismo rey quería comprobar la sabiduría de los alumnos. ¿Saben lo que comprobó?. Que los únicos que eran válidos de sabiduría eran sólo estos cuatro chicos y a todos los demás los echó. ¿Por qué?. Está claro que cuando comes y bebes bien, los antiguos helenos decían que la panza ancha, es decir, el comer mucho, no hace mente fina e inteligente, no puedes pensar bien. Come y bebe bien y ves a estudiar o hacer oración. No puedes hacer nada, ni estudiar, ni orar si comes muy bien. Estos cuatro jóvenes como comían estas comidas que no eran tan grasas, etc., eran más inteligentes, sus mentes cortaban cuchillas como se dice, es decir, eran genios. Y resultaron en axiomas o cargos altísimos, tanto Daniel como los tres chicos. ¿Cómo pudieron una vez decir a este mismo rey Nabucodonosor que no reverenciamos la icona, imagen de Marduc, el Dios y protector de Babilón?. Habían aprendido a decir el no en la comida y así cuando se encontraron en el horno, el Dios les protege y ¡no se queman!
Añadiré unas palabras sobre los familiares, el hacer ayuno no creo que sea tan difícil para la familia. El comer unas patatas, unas legumbres etc., unas comidas de ayuno no es una cosa difícil, no creo que les moleste mucho, tampoco a los familiares. Si en casa insisten, aprended cada uno a hacer vuestra propia comida. Lo importante será que si permanecéis firmes, estaos seguros que ellos un día empezarán a ayunar. ¿Cuándo?. Cuando tienen firmeza y estabilidad. No os dobléis, es la estabilidad que regala el ayuno cuando lo amamos y lo aprendemos, nos hace un carácter de acero, un carácter bello, este carácter bello se hace solamente con el ayuno en Cristo. Esto para este tema por hoy.
Sobre los siete pecados, (enfermedades) mortales
¿Recientemente se ha referido que la gula es uno de los siete pecados capitales, cuáles son los restantes y qué significado tiene cada uno. ¿La gastrimargía-glotonería se identifica con la gula y qué significa?
Como conocerán los Padres reconocen y disciernen los siete pecados (enfermedades) mortales y algunos ocho añadiendo la vanagloria. Se llaman mortales porque traen la muerte en la psique. Obviamente cada pecado que persiste, sin duda es mortal para la psique. Aún si persisto hasta el menor pecado, aquello que no se califica como mortal, si este pecado insiste y queda sin metania (arrepentimiento y confesión), entonces este pecado pequeño es capaz conducirme a la muerte de la psique. Pero aquellos pecados que con seguridad conducen la psique a la muerte, son los llamados siete pecados mortales. Antes que os cuente cuáles son, quizá pensaréis que el peor pecado es el homicidio. Pues, sepan que el homicidio no es pecado mortal, es un pecado grande pero no es mortal. Quizá, os extrañareis cuando aprendan qué pueden ser los pecados mortales. Por orden, el primero es la gastrimargía-gula o glotonería. El segundo es la lujuria o prostitución. El tercero la filaryiría-amor al dinero o avaricia. El cuarto es la ira. El quinto es la lipi- tristeza, depresión o aflicción, raro pero os lo explicaré. Sexto es la acedia-pereza espiritual, también raro pero sí. Y el séptimo es el orgullo o soberbia, arrogancia. Algunos Padres ponen ocho pecados mortales y separan el último en vanagloria y soberbia. Pero en realidad es lo mismo y por un lado la vanagloria es el primer escalón y la soberbia el último de uno y el mismo pecado. Vamos a verlos estos.
La gastrimargía-gula es el deseo de tener el estómago lleno, la panza llena. El discernimiento entre la gastimargía-gula, de la lemargía- glotonería, es la siguiente. Existen hombres que desean tener el estómago lleno y no les interesa con qué lo llenarán. Existen hombres que desean no tener el estómago lleno sino que tengan satisfacción a la garganta y esto se llama glotonería. Es decir, diríamos aquí, el deseo de satisfacer los apetitos sabrosos. Así que veréis a hombres que digan, yo no quiero comer mucho, sólo quiero poca comida, pero la quiero que sea especial. Aquí, pues, tenemos la glotonería. Obviamente es el mismo pecado que la gula, pero se discierne en esto que os he explicado.
Ahora me referiré con pocas palabras sobre cada pecado mortal.
La gastrimargía-gula es, el que uno quiera comer algo más de lo que tiene necesidad para vivir. El hombre goloso puede llegar hasta el punto de hacer propósito o fin de su vida la comida. Es decir, no come para vivir, sino vive para comer. Y aún, convierto en Dios a mi panza. Como dice el apóstol Pablo a los Filipenses: “… de los cuales su Dios es la panza”. Es decir, comamos y bebamos porque mañana moriremos. O como dice en una parte el segundo o el tercer capítulo de la Sabiduría Salomón: “Venid a disfrutar comiendo y bebiendo, porque la vida es corta”. La vida es lo que comas y bebas, dice el pueblo. Todo lo demás no existe, sólo lo que comas y bebas. Entendéis aquí qué materialismo más grueso hay, es decir, deificación de la satisfacción de la comida, del sabor, etc. La puerta de los pecados (enfermedades) mortales principalmente es la gastimargía-gula. Porque inmediatamente después de la gula viene la lujuria, la indecencia, es todo aquello que el Dios no permite. Las relaciones fuera del matrimonio están calificadas como lujuria o prostitución y es un pecado mortal. Dios permite sólo el matrimonio. Nuestras relaciones sexuales fuera del matrimonio están calificadas como prostitución y es un pecado mortal. Dónde están aquellos que sostienen estas relaciones fuera del matrimonio, el froidismo, los pansexualismos, (todo sexo), etc, ¿dónde están todos estos?. Hijos míos, atención, vosotros estáis escuchando logos de Dios y no debéis engañaros de estas cosas que se dicen en nuestra época, tened mucho cuidado para que sepáis cómo andar. No como hijos de la noche, sino como hijos de la luz.
Después, es la filaryiría-avaricia o amor al dinero. Filaryiría-amor al dinero, no significa recoger el dinero y guardarlo y sea tacaño, sino simplemente que ame al dinero. Sea que lo recoja y sea tacaño, sea que lo derroche. Hoy principalmente la avaricia tiene el significado de tacaño, en cambio el sentido antiguo es el amor al dinero, la plata. Sea que lo recojo y no lo gasto siendo tacaño, sea que lo recojo y lo gasto malamente siendo un derrochador, son los dos extremos de un mismo pazos que se llama filaryiría-avaricia. Es conocido que la lujuria domina a la edad joven del hombre; en cambio la filaryiría-avaricia a la edad mediana y sobre todo en los años de la vejez del hombre; porque el hombre cree que si no tiene dinero morirá miserablemente y así tiene su esperanza en el dinero y no en Dios, como dice san Casiano el Romano. Por eso dice el apóstol Pablo que la filaryiría-avaricia es idolatría. Y de aquí, de la avaricia empiezan muchos más pazos.
Cuarto es la ira. ¿Cuál es la diferencia entre la ira o resentimiento y el enfado?. El enfado es aquello que me coge por un momento y se me pasa. La ira es el enfado alargado. Es recordarme algo de un hombre y esté permanentemente en contra de esta persona siendo iracundo. Es obvio que desde el enfado, enojo llega la ira, no hay duda, por eso un hombre espiritual no debe enfadarse. Y si alguna vez se enfada deberá rápido arrepentirse y confesarse.
Quinto es la lipi-tristeza, depresión o aflicción. Hay dos tipos o categorías de lipi. Una es la lipi “según Dios” y la otra es la lipi “según el mundo”. La lipi según Dios, es cuando me entristezco por mis pecados y estoy en luto por ellos y entonces la lipi es bienaventurada. Porque dice el Señor: “bienaventurados los que están en luto, pena o aflicción, por sus pecados, porque estos serán consolados”. Esta lipi es deseada por eso es bienaventurada. Pero hay también la otra lipi que dice el apóstol Pablo, esta conduce a la muerte. ¿Cuál es esta lipi?. Cuando no puedo consolarme por la muerte de una persona familiar, madre, padre, hermanos, hijo, etc. Cuando me carcome la pena o lipi, por haber vendido algo, por ejemplo una parcela que después de equis tiempo vale el doble o más valor. Cuando me carcome la pena o depresión por haber perdido dinero y generalmente sobre cosas materiales. En general cuando tengo una lipi-pena o depresión insuperable y esta lipi me conduce a la muerte. Me acuerdo de una madre que en un accidente de coche murió su hijo. Esta madre no fue consolada nunca. Cuando iba a su casa siempre la encontraba con las ventanas cerradas y estirada en el sofá, no hablada y siempre estaba llorando. Después de poco tiempo sufrió cáncer y murió. Es conocido que el cáncer se considera que tiene muchas causas conocidas y desconocidas, pero una causa que produce cáncer es el estado psíquico del hombre, como es la lipi-depresión o tristeza. Veis que este pecado (enfermedad) condujo a la muerte biológica y la psíquica. Y como dice san Casiano, el demonio de la lipi-tristeza, depresión, aplaca la psique y es muy pesado. Conozco uno de hace veintisiete años, el cual siempre tenía el sentimiento de la lipi. Una lipi-depresión, tristeza pesada le aplacaba la psique. Hasta hoy este hombre no se ha liberado de esto y siempre lo dice: me castiga el demonio de la lipi. Es una cosa terrible esto, terrible, me quedaría mucho en este tema. (En otra pregunta que la he traducido, el Padre Atanasio contesta más extensa y detalladamente sobre este fenómeno de la lipi. De la cual padece mucho el hombre con espíritu occidental que se identifica con el materialismo. Los orientales que no tienen para comer y los que llevan la vida espiritual ortodoxa cristiana, no padecen de la depresión).
Sexto pecado mortal es la ακηδία (akidía) acedia, que es la pereza o desgana, despreocupación espiritual. Es cuando le dices a uno: lee y estudia el logos de Dios y te responde: mañana. Le dices empieza la vida espiritual. Te contesta: ay, bien pero cuando tenga tiempo o cuando sea mayor, ahora no puedo. El demonio de la acedia es multi-maquinador, siempre encuentra una forma o manera de tirarnos a la pereza espiritual.
Finalmente como corona de los siete pecados (enfermedades) mortales la soberbia, orgullo y la vanagloria. Es el pazos del satanás. Este es el que le hizo al diablo caer y de ángel le convirtió en diablo. Por eso, debemos tener mucho cuidado con la soberbia, orgullo que muchas veces es el motivo de todos los pecados mortales anteriores. Diríamos que la soberbia es la resultante de los restantes pecados mortales.
Entenderán, pues, que debemos tener mucho cuidado en no caer en estos pecados (enfermedades) mortales.
¿La lipi, pena, depresión y tristeza es pecado?
Λύπη (lipi): dolor, sufrimiento, pena, tristeza, pesar, depresión, aflicción interior psíquica, es uno de los ocho pecados capitales. Existe la lipi “por Dios y la lipi “por el cosmos-mundo”. La primera se identifica con la metania y el luto que nace de la esperanza a Dios y empuja al hombre hacia la lucha, combate y el ejercicio espiritual. La segunda es todo lo contrario, desanima al hombre y le conduce a la desesperación y una parálisis psicosomática, (depresión). La lipi por la pobreza o faltas materiales conduce a la muerte de la psique, según el Apóstol Pablo (2ªCor.7,10). San Gregorio Palamás escribe: si investigas la lipi cósmica o mundana encontrarás que está inmersa en los pazos y proviene de ellos y del materialismo, en cambio, la lipi por Dios te conduce a la metania y sin duda a la sanación y salvación de la psique.
Dice la pregunta: La lipi es pecado, ¿pero cuando se ha asentado en el fondo del corazón y del nus, qué nos aconseja que hagamos?
La lipi crea problemas terribles en el hombre, aún llega hasta la misma muerte. A pesar de que vivimos en una época que se puede caracterizar como época de satisfacciones, placeres y contentos; la lipi es un fenómeno que caracteriza a los hombres, es la melancolía o depresión. Por eso, los dispensarios especiales tienen mucho trabajo. Me diréis entonces, ¿esto no es contradictorio?. No, no es contradictorio, porque simplemente no he dicho la alegría, dije la satisfacción. Nuestra época tiene satisfacciones, placeres y contentos, pero estos no siembran la alegría. Porque las satisfacciones y placeres se refieren a la satisfacción de los sentidos, en cambio, la alegría es un fenómeno espiritual. Una cosa es la alegría y otra la satisfacción. Puedo comer un buen helado y satisfacerme sin que esto signifique que me dé alegría. O puede que haya tomado una pastilla amarga, pero como he conseguido mi título, hoy estoy lleno de alegría. Aquella amargura de la pastilla no me ha quitado la alegría de mi psique, o la alegría en otra cosa, etc. Quiero que entendáis que una cosa es la satisfacción y otra es la alegría.
De todos modos, la lipi es uno de los siete pecados mortales. ¿Lo habéis imaginado alguna vez esto?, pues, constituye uno de los pecados mortales. Pero cuando decimos lipi, ¿qué entendemos?. El Apóstol Pablo describe en su segunda epístola a los Corintios lo siguiente: “En efecto, la lipi, tristeza querida “por o según Dios” (divina) produce metania, arrepentimiento sanador y salvador; en cambio la lipi, tristeza “según el mundo” (mundana), la pecaminosa, engendra y produce la muerte” (2ªCor 7,10). Aquí vemos que el apóstol Pablo se refiere a dos categorías de lipi, tristeza o depresión, una dice que es “querida por o según Dios” y la otra “por el mundo”. La segunda, la lipi “por o según el mundo”, la pecaminosa, se considera pecado mortal. En cambio la otra lipi, “por o según Dios”, la divina, es más bien una virtud y en el lenguaje patrístico se llama “el luto por o según Dios”. Veremos la una y la otra.
¿Qué es la lipi “según el mundo”?. Es cuando me entristezco, pero exageradamente. Es cuando por cada cosa que encuentre desagradable o fea me entristeceré, pero cuando me entristezca exageradamente y supere los acostumbrados límites de tiempo que hay en los humanos, entonces obviamente debo empezar a preocuparme. Porque entonces empiezo a entrar en la región de la lipi, tristeza o depresión mundana, la pecaminosa. Como también existen cosas que por nada debo entristecerme y oprimirme. Por lo tanto, un fracaso constituye una lipi “por y según el mundo”. Por una enfermedad o por la muerte de una persona querida y útil, aún hasta la pérdida de mi salud, me puede llevar a una tristeza o depresión insuperable. La pérdida de dinero o de objetos lujosos y tesoros, mi anillo o la pulsera de oro, etc.; incluso cuando por una decisión que en el tiempo que la tomé, porque así lo pensé, lo reconsidero y como no puedo tomar una nueva decisión en el tema queda cerrado. Por ejemplo, me caso con una persona y ahora no me gusta, ¿qué tengo que hacer, separarme y buscar otra?. Esto no es fácil. Me coge la lipi, depresión, por no casarme con aquel o aquella, etc. y así empieza la persona a marchitarse. Esto último sobretodo es trágico. O cuando uno ha vendido un terreno y después de un tiempo sube mucho y empiezan los ¡ay!, ¿qué me ha pasado’, por qué lo vendí por un millón y ahora vale cinco o seis y veis que esta persona se enferma, deprime por esto. Padece terriblemente y no puede superar esta tristeza o depresión y no puede encontrar su alegría. Todas estas cosas que os he dicho como ejemplos y muchos más, no son otra cosa que la lipi, tristeza o depresión “por y según el mundo” que es uno de los siete pecados mortales. Y pecado mortal significa que es aquel pecado que con seguridad conduce a la psique a la muerte espiritual y por el cual la metania (cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión) muchas veces se hace difícil.
Entonces, pues, se requiere lucha. Y dice san Casiano el Romano: “contra el espíritu de la lipi o depresión que oscurece la psique de toda zeoría, (pensamiento y contemplación espiritual) impidiéndola de todo trabajo bueno y contra la consecución de obras, provocando odio por las personas y las cosas”. Sentimos odio a las personas y a las cosas porque nos cansan. Entonces te dices: no quiero cocinar, no quiero barrer, hay una desgana general. Por ejemplo y esto lo vemos mucho, ha muerto tu madre o tu hijo, etc. sobretodo en las mujeres que no hacen nada, no cocinan, no lavan, etc., observamos una desgana general, dejan las cosas tal como estaban. Todo el día se afligen, lloran, otras personas no van a trabajar, porque sienten una lipi, tristeza exagerada. Dice el santo que este espíritu maligno de la lipi pone dentro de la psique de la persona afligida un desánimo y una contrariedad muy grande contra las cosas fisiológicas y la vida normal de las personas. Por eso, sigue el santo, en cualquier circunstancia debemos vigilar y guardar nuestro corazón de este demonio de la lipi. Pero, antes de todo debemos de luchar contra la lipi que pone la psique en los brazos de la desesperación. Porque esta lipi pecaminosa “por o según el mundo”, mundana, conduce al hombre a la desesperación. ¿Y qué quiere decir desesperación?. Acordaos qué ocurrió con Caín y también con Judas. Sabéis que Caín, no solamente tuvo envidia a su hermano Abel y le mató, sino que cayó en un estado de desesperación y está muy claro, por aquello que el Dios le dijo: Caín, ¿porque estás triste y porqué has bajado la cara, porqué tu ofrenda no ha sido bien recibida?. Está en tu mano en escoger lo qué harás luego. ¿Habéis visto?, está en nuestras manos. ¿Qué intenta hacer el Dios?. Intenta librarle del demonio de la lipi. Pero como hubo el asesinato también sobrevino la lipi. Entonces Caín no pudo superarse a sí mismo y prefirió matar a su hermano, porque no pudo encontrar la redención de su psique. Obviamente es un mal peor que el otro. O Judas, ¿porqué se suicidó?. Por la exagerada lipi. Pero, qué lipi. Lipi “por y según el mundo”, querida por el mundo.
¿Sabéis que el noventa y nueve por cien de las personas que se suicidan en este mundo es por la lipi?. Cuando alguien me dijo, que una persona no tenía ni para comprar pan y por la lipi se suicidó, es porque no creía en la Providencia de Dios. Es decir, diríamos que la principal característica de los que se suicidan es la lipi. ¿Habéis visto alguna vez alguien que esté alegre y se suicide?. Nunca, nadie. Por lo tanto, la lipi es una señal negativa, mala y las señales o signos de la lipi “por y según el mundo” según san Juan Casiano son las siguientes. ¡Atención!, señales, porque uno puede decir que quizá cuando estoy triste es “por el mundo” o “por Dios”. La primera señal es la acedía o desgana. Acedía es la pereza espiritual, aquello por lo cual no tengo ganas de hacer nada. No porque esté cansado, sino porque la lipi me ha derrumbado y aplacado. Es la inquietud, la ira, el odio, la contradicción, la desesperación, todo esto lo trae la lipi y son palabras del santo Padre. Y aún, pereza por hacer oración. Cuando pues, tengo lipi y tengo estas características que os dije, no hace falta que las tenga todas, puede ser que tenga sólo una, entonces seguro que tengo la lipi “por y según el cosmos-mundo”.
Pero existe también la lipi “por y según Dios” que en la terminología patrística se llama: Πένθος (penzos) luto.
Πένθος (penzos) luto: en los textos patrísticos, es «la lipi por Dios, tristeza, sufrimiento, angustia, de la que nace la metania, (cambio de mentalidad, introspección, arrepentimiento y confesión)». El luto por Dios no se identifica con el luto cósmico mundano, el que sienten los hombres cuando, por ejemplo, pierden seres queridos, sino que es el resultado de su concienciación de sus pecados y la creación de sanas vivencias de metania y de regreso al Señor. Se trata de un luto con originalidad propia, que con la energía divina Jaris, combina la alegría y la tristeza del luto («luto alegre, o pena-alegre»). No causa conflictos, ni perturbaciones psíquicas, al contrario, trae paz y serenidad a la psique y buena disposición para cumplir los divinos mandamientos y esperanza en Dios.
Los signos o señales de la lipi querida“por y según Dios”, según dice el mismo Padre: “es la alegría mezclada con la esperanza”. ¿La alegría dentro de la lipi?. Pues, es extraño, pero sí; Buena disposición y obediencia hacia todo trabajo bueno, bien visto y cerca de los demás, porque saben que aquel que tiene la lipi “según el mundo”, no quiere ver ninguna persona, no se le puede acercar nadie, se molesta si se le acerca alguien, se queda completamente aislado.
Me acuerdo una vez, tenía unos trece años, cuando empezó la guerra y que no había clase en los colegios y mi padre me puso a trabajar en una farmacia. Mi jefe tenía una hermana que tenía dos hijos preciosos, un poco más jóvenes que yo, uno de diez y otro de once años. El pequeño, pues, fue a cruzar de una acera a la otra y le mató un coche. La madre cayó en una terrible lipi o depresión. Cuando yo iba a su casa siempre tenía cerradas las persianas y estaba en su interior a medio oscuras y siempre la encontraba en el mismo sitio, en el salón estirada en un sofá y nada más, ni hablaba, ni hacía nada. Esta mujer, después de poco tiempo sufrió un cáncer y murió. Porque, la lipi realmente conduce también a enfermedades terribles, como lo veremos más abajo.
Así pues, tengamos mucha atención en el tema de la lipi. La lipi “según el mundo” o mundana es oscura, inabordable e inaccesible. La lipi querida “según Dios” es accesible y afable, es humilde, acepto a la otra persona, es serena, no tiene maldad y es paciente. Es decir, estoy triste por un pecado mío, o cuando escucho al otro, me apeno por eso que le pasa, esto es lipi querida“según Dios”. El sabio Sirac nos dice en su libro en el capítulo 30, 18-20, lo siguiente: “No entregues tu corazón a la lipi, porque de la lipi sale la muerte”. ¿Qué muerte sale de la lipi?. Os diría la muerte espiritual y también la corporal, el ejemplo que os dije antes. Y la lipi del corazón consumirá tu vigor, dice el sabio Sirac. Está muy claro. Dice otra vez san Juan Casiano, que el fármaco que sana la lipi es la oración, el estudio y la esperanza en Dios y el comportamiento y la convivencia piadosa con los hombres. Empieza a hacer tu oración, pero no puedes, te apretarás, esforzarás a ti mismo. Empieza a leer algo, no te apetece, te esforzarás y te presionarás. Es lo mismo que hacemos cuando estamos enfermos y no tenemos ganas de comer. ¿Qué se hace?. De cualquier manera, sea como sea, tenemos que comer a la fuerza. Lo mismo aquí, tenemos que esforzarnos como sea y hacer oración, estudio y aún estar en compañía con personas piadosas. Esto lo último es muy, pero muy importante. ¿Por qué? Porque crea un movimiento desde la interiorización que hemos adquirido por la lipi hacia una exteriorización, en una apertura de nosotros mismos y esto está claro que es de un valor terapéutico muy grande.
¿Es verdad que algunos hombres tienen demonio en su interior y cómo ocurre esto?
Todos tenemos demonio, no os asustéis, pero con la siguiente diferencia. Cuando expulsamos el Espíritu Santo de nuestro corazón, el lugar lo toma el demonio. Pero hay una diferencia, porqué sé cómo es la pregunta y qué da a entender el que pregunta, es en dos sentidos o fases: uno es si tenemos el demonio en nuestro interior habitado, porque nos hemos alejado de Dios. El otro punto es si tenemos instalado el demonio, ya habitando en nuestro interior castigándonos y ya domina nuestra psique y cuerpo o las dos. Es lo que por costumbre decimos cuando un hombre está endemoniado, grita, hace cosas extrañas, etc. En este segundo sentido decimos que el hombre está “endemoniado”. Pero el demonio puede encontrarse en cualquier momento en cada hombre, tened cuidado en esto. Os he dicho que cuando se marcha el espíritu de Dios, su lugar lo toma el demonio, sobretodo con especialidades, si lo quieren. Parece raro, pero desgraciadamente es así. Si, por ejemplo, caigo en pecados carnales, es imposible por completo que permanezca el Espíritu Santo, esto es irreductible. Lo dice claramente el Apóstol Pablo: ¿No sabéis que vuestros cuerpos son templo del Espíritu Santo?. Si, pues, yo el templo del Espíritu Santo que es mi cuerpo, lo he entregado a la indecencia, en cualquier forma de indecencia, entonces ya no puede permanecer el Espíritu Santo en mi interior. El Espíritu Santo se va tal como se van las abejas por el humo. Entonces este lugar de mi psique lo toma el demonio de la lujuria o prostitución. Con la metania, (cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión) expulso este demonio y consigo la reinstalación del Espíritu Santo. Cuando, pues, lucho dentro de este espacio donde el espíritu de Dios unas veces se va y otras viene o unas veces viene el diablo y otras se va, entonces es seguro que tengo el demonio en este sentido, pero no de la forma en que lo tienen las personas endemoniadas como sabemos. Si el pecado se hace crónico, ¡atención!, entonces tengo una gran posibilidad de endemoniarme. Y demonio o endemoniado no es estar chillando por la calle, romper mi ropa, etc., sino cuando insisto en no querer arrepentirme y confesarme, cuando insisto en no querer comulgar, entonces si tengo el demonio. Una vez trajeron al monasterio un muchacho de quince años, que no sabían qué tenía. Algunos dirían que estaba enfermo, pero cuando uno está enfermo, ¿porqué tiene una especialidad en algunas cosas?, ¿cómo puede ser esto?. El chico se podía mover tranquilamente, le dabas dulce y lo comía normal, te hablaba correctamente, pero cuando lo acercaron al icono de la Panayía (todasanta o santísima) a reverenciar, fue imposible. Era como cuando un burro estira los pies y cuando tiene que pasar un riachuelo, por mucho que estires al burro no salta, es imposible, se echa atrás, porque tiene miedo al agua. Lo mismo este chico estiró los pies, se agarró de otros objetos del alrededor para no reverenciar al icono de la Panayía. Os pregunto, ¿esto qué significa?. Significa demonio de esta segunda forma, que es cuando se apropia del hombre y no le deja sanarse y salvarse. Pero tenemos muchas otras formas y distintas. ¿El demonio no lo tienen también los ateos y aquellos que blasfeman y las cosas que dicen contra la persona de Jesús Cristo y contra la Iglesia, etc.?. ¿El demonio no lo tienen también aquellos que no van a confesarse ni comulgan y no hacen vida espiritual, etc.? Hijos míos, una cosa os digo, que el Dios nos guarde y que tengamos mucho cuidado.
¿La blasfemia hacia el Espíritu Santo se perdona?
Es conocido que el Señor dijo: “…aquel que blasfemará en el Espíritu Santo no tiene perdón, ni absolución”. Pero cuando decimos blasfemia, ¿a dónde va y piensa nuestra mente?. ¿Creéis que va a las blasfemias aquellas que escuchamos en los mercados o en la calle?. Obviamente uno que blasfema contra las divinas es muy serio, es incalificable. ¡Atención, es incalificable! basta que os diga que no hay un canon de sanción para la persona blasfema, porque es inconcebible para un cristiano llegar hasta el punto de blasfemar las cosas divinas, es incomprensible. A pesar de esto, habréis visto muchísimos hombres que mientras han blasfemado o insultado las cosas divinas, se han arrepentido, os puedo decir que un porcentaje muy alto de personas que se confiesan en una edad joven o mayor lo confiesan. Desgraciadamente, nosotros los griegos y los latinos tenemos el privilegio de blasfemar, insultar las cosas divinas y es una herida grande y una desgracia. ¿Es esto la blasfemia?. No. A pesar de que la blasfemia es una cosa incalificable, terrible e incomprensible, pero no es esto lo que quería decir el Señor. Tened en cuenta que el caso que el Señor se refirió a este tema era el siguiente: era cuando los fariseos atribuían en fuerzas demoníacas la realización de los milagros que hacía el Señor. Decían que con la fuerza de los demonios saca a los demonios. Se conoce que el Espíritu Santo estaba presente y realizaba los milagros. No olvidéis que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un Dios, pero tres las hipostasis-personas, así que el dedo de Dios hacía estos milagros, esto está dentro de la Santa Escritura, es decir, que es el dedo de Dios el que hace los milagros y el dedo de Dios es el Espíritu Santo. Por lo tanto, cuando la atribuían como una fuente demoníaca la realización de los milagros del Señor, pues, blasfemaban al Espíritu Santo, puesto que en Espíritu Santo el Señor realizaba los milagros.
Ahora bien, ¿nosotros qué debemos de hacer para no caer en este terrible caso?. Son dos o tres cosas que os voy a decir. En primer lugar, no caer en una persistencia e insistencia de herejía. Dice el apóstol Pablo en su epístola a Tito: “al hombre herético después de la segunda instrucción si no te hace caso apártate de él. Pues, está pervertido, ha tomado otro camino y al perseverar en su error, se ha condenado a sí mismo”. Con su propia voluntad y preferencia insiste y permanece en la herejía. Segundo, es la a-metania, es decir, no arrepentimiento, no rectificación y no confesión. Es decir, cuando uno insiste en no arrepentirse, ni convertirse, ni confesarse. Tenemos casos de personas que no quieren confesarse, por varias razones, por vergüenza, por enfermedad, pero estas personas si les hablamos con mucho tacto y les apretamos un poco les dejamos sin salida y se confiesan. Tenemos muchos casos así, que al final se confiesan. Hay multitud de casos, que cuando un enfermo le leemos la oración de sanación y en ese instante le comentamos que si tiene algo a decir, algún pecado, lo aprovechan y se confiesan. ¡Atención!, el caso de estos hombres es aquel de la parábola que el Señor dice que vayan y les obliguen a venir en la comida de la boda y que en casa caben aún muchos, que en la mesa caben más; y el dueño de la casa en la cena, -la cena es la realeza de Dios,- dice: ves y busca más, cojos, enfermos, ciegos, pobres, etc., y tráelos. Ellos te estarán diciendo, ¿cómo voy yo a ir al palacio a la cena con el rey?. Pues, oblígales a venir. Esto de “oblígales” no es forzarlos quieran o no, sino en el sentido que ellos dirán: ¿cómo voy yo al palacio?. Tu estarás insistiendo en traerlos, diciéndoles que: el Señor de la casa es filántropo, amigo de los hombres, te aceptará tal como eres, con la ropa que tienes, no tengas miedo, ni vergüenza. Este sentido tiene la frase “oblígales a entrar”.
Pero existen casos que la persona permanece sin arrepentimiento, ni confesión. Ocurre mucho esto, me acuerdo de un caso que me pasó aquí de una persona mayor griego-americana. Era mayor de edad y tenía cáncer. Me habían dicho las hermanas enfermeras que esta persona moriría. Entonces miramos cómo le podríamos ayudar a confesarse. Me acerqué varias veces ayudándole y me dijo: no quiero confesarme. Pensé en una solución, de que voy a confesar toda la sala y realmente se confesó toda la sala. Había una salita pequeña vacía y allí se confesaron unas diez personas, todas las personas que estaban en la sala de la clínica. Quizá, así le podría conmover y volví a repetir la jugada una y otra vez y me dijo en tono enfadado: no me entiendes cura, no quiero confesarme. Este hombre murió y se fue así. Es algo terrible. Una persistencia extraña.
Y lo tercero es lo que más uno se puede encontrar, es el rechazo concienciado en contra de la Verdad. Es la concienciada tergiversión de la Verdad. Como cuando los fariseos, podían conocer la Verdad, pero la tergiversaban, esto es una blasfemia contra el Espíritu Santo. Os diré un ejemplo muy amplio. El Cristo ha resucitado, sabéis que el Hijo lo resucitó el Padre, el Espíritu Santo, pero también el mismo Hijo a sí mismo, se intercambian las personas, tal como tenemos varias expresiones dentro de la Santa Escritura. Pues, van los soldados romanos y dicen: el Cristo ha resucitado, vimos cosas terribles y los desgraciados fariseos y los sumos sacerdotes les dieron dinero y les dijeron: “no digáis nada sobre esto, decid que mientras estabais dormidos vinieron los alumnos y robaron el cuerpo.” ¿Habéis escuchado una tergiversación tan grande de la verdad?. En vez de estremecerse y decir: ¡Es verdad, hemos caído en un grave error al condenar a muerte a esta persona, ¡ay de nosotros!. Pero no hicieron esto, sino que insisten y pagan a los soldados romanos para tergiversar la verdad. Aquí pues, tenemos blasfemia contra el Espíritu Santo. ¿Se han salvado estos hombres?. No. La Santa Escritura no nos dice que se han arrepentido, sino que malamente se han perdido. Tal como lo dijo el Señor en una parábola: los malos malamente los hará perder el Dios.
Eso pues, diríamos que es más o menos la blasfemia del Espíritu Santo, aunque hay también otras. De todos modos tengamos mucho cuidado en no caer en este terrible pecado, enfermedad, es decir, que no podamos hacer de ninguna forma la metania (arrepentimiento y confesión).
¿Puede analizarnos los términos egrígorsis-alerta o guardia y nipsis-sobriedad?
Egrígorsis-alerta y nipsis-sobriedad, son términos muy importantes que conciernen a nuestra vida espiritual, por eso os aconsejo especial atención en esto. En principio el término egrígorsis-alerta o guardia significa que estoy en alerta o en guardia permaneciendo en vigilia, estoy despierto, no me duermo. Pero metafóricamente significa que no tengo sueño, no me duermo en temas espirituales y de lucha espiritual para olvidarme. Sobre esto siempre decimos: ¿pero, no ves, estás durmiendo, no te das cuenta?. Es cierto que no se duerme, no se tiene los ojos cerrados, está despierto, pero la mente o el espíritu, no está despierto. Cuando uno se olvida, se duerme, no se da cuenta de algo que puede que le amenace, algo que tiene que conseguir, etc. La egrígorsis-alerta, el estar siempre despierto, atento, es una cosa muy importante. Por eso el Señor decía: grigorite: estaos en alerta, vigilancia y vigilia, las cosas que digo las digo para todos, grigorite- permaneced espiritualmente despiertos. Veis que aquí el Señor pide insistentemente y muchas veces: grigorite- estaos en guardia, vigilia incesante, pide atención, porque también el diablo está en guardia, en vigilia, sin dormir. Puesto que el diablo no se duerme espiritualmente, ¿cómo tu hombre, que tienes una lucha sin cuartel, puedes estar durmiendo?. Es decir, que estés confiado y durmiendo en los laureles, diciendo que no pasa nada. Veis pues que la egrigorsis-alerta, vigilancia es un elemento importante. Por eso el apóstol Pablo a los Corintios dice: grigorite, estaos en guardia y vigilancia, estaos despiertos, permaneced en la fe, tened conducta valiente para que seáis fuertes. El Señor en el libro del Apocalipsis 3,2 dice: conviértete grigorón, es decir, que no estés dormido que seas vigilante, despierto continuamente y más. Y en el mismo libro 16,15 el Señor dice: Bienaventurado el grigorón, el que está en vela, alerta y guarda sus vestidos”. Dice un dicho popular: el que guarda sus vestidos tiene la mitad. Y si no los guarda, qué tendrá, nada de nada.
Hijos míos la lucha o el combate a veces requiere y tiene pérdidas. Si la lucha tiene pérdidas, la no lucha, ¿qué tiene?. Por eso, pues, el Señor dice que seas grigorón-en alerta, vigilante y guardes tus prendas. Un antiguo poema muy bueno con el título “recto en los muros del corazón”, dice que el corazón del hombre es una muralla y él está dentro con la puerta cerrada, vigilando, no vaya ser que entre el enemigo en el castillo. Dice Jeremías que “mediante las ventanillas entró la muerte”. Tened en cuenta que en los castillos hay ventanillas y por allí puede entrar el enemigo. En este caso las ventanillas son los sentidos físicos. Porque tenemos cinco ventanillas por las que entra la muerte. Es decir, esto que veo, lo que escucho, lo que huelo, lo que saboreo y lo que toco. Tenemos, pues, cinco sentidos y por cada uno puede entrar la muerte. Así que, por las ventanillas de los sentidos físicos entra el enemigo e introduce la muerte de la psique. Dice pues este poema: “Quizá, sepas allí en tu profundidad, en las profundidades que tú no has visto, que se elevan las murallas de tu corazón, y tú tienes la llave de la entrada. Los enemigos dan vueltas debajo de tus murallas, esperando el momento en que el sueño te lleve en sus alas y se te caerá la llave abajo. Entonces, tomarán la llave tus enemigos y abrirán la puerta de hierro y dentro de las murallas, con ímpetu atacarán, para esparcir la destrucción. Correctamente armado en las murallas, siempre estate en vigilia, vigilancia y guardián y no te importe nada el enemigo maniático, a tu lado ahora está el Cristo.” Espero que os haya gustado, es un poema muy bello.
Ahora, vamos con el segundo término que es la νήψις nipsis-sobriedad. El verbo es νήφω (nifo) y quiere decir que me abstengo del vino, cuando no bebo vino entonces mi mente está muy limpia, clara, porque aquel que bebe vino se marea. Puesto que se marea no tiene lúcido el pensamiento. Entonces, ahora metafóricamente, como extensión diríamos que cuando digo que estoy sobrio, quiere decir que tengo el pensamiento lúcido, limpio y puro. Tengo un pensamiento que está liberado de elementos que oscurecen mi mente, hay otro tipo de vino que también oscurece, son mis pazos. Por lo tanto en extensión, nipsis es el intento de que el corazón esté puro, limpio y sano de pazos. Dice el apóstol Pablo a Timoteo: “pero tú estate en nipsis en todo”. Muy bello esto. Ahora ya la nipsis se marchó del espacio de abstenerme del vino y tengo el pensamiento limpio, puro y lúcido y está en el espacio espiritual; vamos a ver qué dicen los Santos Padres.
San Presbítero, en el primer tomo de la Filocalía pág 157 nos dice lo siguiente: “vigilancia del nus y pureza, catarsis (limpieza y sanación) del corazón, esto es y se llama nipsis-sobriedad.” ¿Qué es nipsis pues?. La vigilancia de mi mente, no poner ni consentir en mi mente pensamientos malignos y viles y ser como un vigilante exterior que diga: no entra ni dejo entrar en mi interior pensamiento maligno. Esto quiere decir vigilancia, guardia del nus. ¿Y qué más?. Cuando tengo pureza del corazón, cuando tengo el corazón limpio, sano. ¿Qué es el corazón?. Es el espacio en el cual se deliberan las cosas que entran en mi interior desde el mundo exterior. Por ejemplo, estoy caminando y en el camino veo una escena maligna y empiezo a pensarla, maquinarla, entonces he manchado mi nus, inmediatamente empiezo a desear, querer y representar y estar deseando ardientemente, esto significa que mi corazón ya no está limpio. En primer lugar ensucié mi nus (espíritu o energía del corazón) y ahora ensucio también mi corazón (esencia). (Por el traductor: aquí hay que tener en cuenta que antropológicamente, el corazón es la esencia y el nus es la energía del corazón, la atención fina o el espíritu humano).
¿Qué quiere decir nipsis, es decir, quedar lúcido?. Se dirá que es aquel que tenga vigilancia del nus y limpieza, pureza del corazón. Es aquello que dice el Señor: “Bienaventurados los que han hecho la catarsis, sanción, pureza de su corazón, porque ellos verán, contemplarán a Dios”. El mismo santo hace un análisis, prestad atención y veréis cómo lo analiza. Tiene cuatro-cinco tesis. Una manera de nipsis que existe es que puedas examinar densamente tu fantasía. ¿Por qué?. Porque el ataque se hizo en el espacio de la fantasía. Sabed que primero se afecta la fantasía y después el nus y una cosa es el nus y otra la fantasía, son dos cosas distintas. Por lo tanto, diríamos que es cuando tienes una continua revista, examen. ¿Cómo se consigue esto?. Teniendo tu corazón en un profundo silencio y estando en hisijía (serenidad interior) de cada loyismós (pensamiento simple o unido con la fantasía) y a la vez estando haciendo oración, esto es el segundo punto. ¿Qué quiere decir, tener en un profundo silencio tu corazón?. El primer punto es el autoconocimiento, revisar si ha entrado algo dentro. El segundo punto es que el corazón esté en un estado de paz y serenidad, esto quiere decir silencio profundo. Porque lo contrario del silencio profundo son las tempestades, los ruidos y las voces. Pon en tu pensamiento, en tu mente y en tu corazón cosas malignas, viles y verás lo que pasará, serás como un barco en un mar bravo, tempestuoso. Lo contrario de esto es el silencio del corazón y del nus, es decir, no ocuparse con nada de aquello que es pecado. Si uno ha probado una y otra vez las cosas por experiencia tiene autoconocimiento y hace autocrítica y se dice: ahora veo una cosa maligna, si me abandono a mí mismo en esta cosa más tiempo, entraré en el mar de la tentación, esto me creará una gran perturbación y alteración y caeré en la tempestad. ¿Por qué, pues tengo que entrar en la tempestad?. Me diré, stop, regreso, esto que entró, que salga, no lo quiero y entonces el nus y el corazón se encuentran en una dulce y bella hisijía (serenidad). Este es el silencio, diríamos la hisijía del corazón, cuando no tiene sus tempestades.
Tercer punto o tesis, es la memoria y la imploración del nombre de Cristo, pidiendo ayuda continuamente implorando el nombre de Jesús Cristo. No sé como describirlo, me gustaría decirlo con alguna imagen si es que lo consigo, no sé, es una experiencia difícil de describir. Cuando vais a una casa ajena a dormir, en cada momento, mientras estáis durmiendo ¿tenéis el sentido que no es vuestra cama sino una cama extranjera mientras estáis durmiendo?, esto no ocurre en todas las personas. Lo diré de una manera más expresiva. Si estás durmiendo en una tabla de treinta centímetros de ancho y apenas puedes estar sujeto encima de la tabla estirado y no puedes darte la vuelta, si te duermes y giras, caes al suelo. ¿Puedes dormir en esta tabla y que trabaje en tu interior un mecanismo, no sé que mecanismo es este, pero un mecanismo que te esté informando en cada momento, mientras estás durmiendo, que estás encima de una tabla de treinta centímetros y debes estar atento para no caerte?. Muchos hombres pueden dormir en una tabla y no caerse de allí. Porque trabaja este mecanismo. ¿Qué quiere decir esto?. Ahora el ejemplo traedlo aquí, esto quiere decir que dentro de mi mente o espíritu trabaja continuamente esto que decimos, “el nombre de Jesús Cristo”, aquello que dice en el Salmo: ”siempre veo al Señor delante de mí”, siempre delante de mí, sea que esté durmiendo, -se entiende el sueño biológico-, sea despierto. Una expresión que digo muchas veces: “es cuando el Cristo haya entrado dentro de nuestra molécula, es decir, dentro de nuestro ser, cuando el Cristo se haya integrado con nuestra existencia”; entonces podemos decir que tengo mi continua referencia en Cristo, tengo mi existencia en Él, tengo mi consuelo y ruego; y entonces dice el santo: “que cuando oras al Señor Jesús Cristo en continua ayuda”, tal como os lo he explicado, en humildad, diciendo: Señor sabes quién soy, sabes mis puntos débiles, sabes mi talón de Aquiles, sabes que si miro allí me engancharé, si voy allá, caeré, si pienso aquello, me mancharé, Señor sabes quién soy, ayúdame. Esta es la lucha interior espiritual invisible.
Aún una cuarta tesis o manera de san Hisiquio, en la Filocalía: “Que uno tenga sin interrupción en su psique la memoria de la muerte”. Es decir, me diréis que tenemos que ser pesimistas. Yo os diría que el hombre más valiente y optimista es aquel que tiene la memoria de la muerte. El más miedoso, el cobarde, es aquel que no tiene memoria de la muerte y si le refieres el tema de la muerte te dice: toca madera, la muerte lejos de mí. ¡Veis, que cobardía!. En cambio si se familiariza con la muerte es valiente. Si va a la guerra no tiene miedo, si entra en peripecias de la vida, no teme. ¿Por qué?. Porque tiene la memoria de la muerte, pero una memoria de la muerte no de forma pesimista, sino de una manera fecunda, el que es posible que me muera. Yo, por ejemplo, cuando salgo del monasterio hago una oración antes de salir, también tengo en mi mente que puede ser que esté por última vez en el monasterio. Porque es sencillo, una parada del corazón, un accidente, etc., sin duda, todo es posible. ¿Qué significa esto?. Tengo que estar asustado o llorando por si me pasan estas cosas no salir. No, nada de esto, simplemente uno intenta tener presente la memoria de la muerte para no pecar. Dice la sabiduría de Sirac: “Recuerda que morirás y no pecarás nunca”. Veis, pues, que esta memoria de la muerte es muy benéfica e importante.
Y un último punto, más bien un resumen de todo esto. Dice el santo que si trabajas así, se podría poner la pregunta: ¿qué quiere decir trabajo o lucha espiritual?. Es esto del que estamos hablando tanto rato, este es el trabajo espiritual. Este trabajo debería haber tenido Adán en el Paraíso. Adán no tuvo cuidado, no estaba “grigorón” en guardia, vigilancia y cuando vino el diablo les pilló dormidos, en sueño espiritual. Adán y Eva debían de haber estado trabajando el trabajo espiritual y dice ahora san Hisiquio: cuando haces estos trabajos que me he referido, entonces, todas estas cosas serán como vigilantes, guardianes a las entradas de tu psique.
Así, como veis, es muy necesaria la egrígorsis-alerta, como también la nipsis-sobriedad, si queremos hablar seriamente sobre vida espiritual. Esta es la vida espiritual. Pero no es allí, ahora el caso es cómo tendré limpieza, lucidez, pureza, porque también es la siguiente tesis, aunque salga de la pregunta. Es tal como diríamos, por ejemplo, cuando un terreno lo limpio, le quito las piedras y lo tengo muy bien cuidado y cultivado, ¿pero es bastante esto?. No, tengo que sembrarlo también. Ahora, si el campo del corazón está limpio se tiene que sembrar de virtudes. ¿Pero si siembro es bastante?. No, también debo segar. Qué quiere decir siega, cosecha. Tengo que tener el fruto de las virtudes y ¿con qué propósito o fin?. Con el propósito en que mediante las virtudes adquiera el conocimiento, la gnosis y la comunión con Dios. Es decir, conocerle y unirme con Él. Este es el destino final. Por lo tanto la limpieza, pureza y lucidez del corazón que se obtiene con la nipsis-sobriedad, la vigilancia, guardia y las virtudes no son otra cosa que condiciones, camino y manera de llegar a un fin. Y este fin es, repito, la gnosis-conocimiento de Dios, no la gnosis-conocimiento como cuando leo un libro sino la gnosis-conocimiento por experiencia, empírico, tener pues la gnosis, la contemplación, visión y la unión o comunión con Dios, es decir, llegar a la zéosis por sinergia de la increada energía jaris (gracia) y el acto de la zéosis lo hace Dios. Agradezco a la persona que haya hecho esta pregunta, ha sido muy buena, amín.
¿Qué es la zeosis, es necesaria, cómo podemos adquirirla, sin ella podemos salvarnos?. ¿Cuáles son las condiciones por las que nos acercaremos a Dios?
Es un tema muy grande que haría falta muchas horas para explicarlo, como estamos en preguntas, intentaré hacer un pequeño resumen. Zéosis es cuando el hombre por su comunión con Dios obtiene aquellos atributos o cualidades que le convierten θεοειδής (zeoidís), o sea, en divinizado de modo manera “según Dios”. Diríamos, ¿qué quiere decir hombre luminoso?. Es cuando el hombre viene en contacto consciente con la Luz y se ha iluminado. Así que, cuando viene en comunión, conexión y contacto consciente personal con Dios, entonces se deifica, es decir, adquiere aquellos atributos, cualidades que son las que le hacen asemejar y pertenecer a Dios, o sea, el hombre se convierte en θεοειδής (zeoidís), en divinizado de modo, manera según Dios.
Dice a continuación la pregunta: ¿Es necesaria?. Pues, esto es el todo, no simplemente es necesaria, sino que es nuestro destino final.
¿Cómo podemos obtenerla, podemos salvarnos sin la zéosis?. La zéosis lo es todo, es el sentido y significado de nuestra existencia, por eso existimos para hacernos θεοειδείς (zeoidís), en divinizados de modo, manera “según Dios”. Como dice san Ignacio: hacernos xριστοειδείς (cristoidís) cristificados o a semejanza de Cristo. En esto consiste nuestra sanación y salvación. Por lo tanto, si en esto consiste nuestra salvación, entonces se entiende en cuanto puede ser útil y necesaria en lugar de prescindir de ella.
Hay una segunda pregunta que dice: ¿Cuáles son las condiciones por las que nos acercaremos a Dios?.
Pues, es el Evangelio. El Evangelio es el mapa estatutario, es la constitución y el parlamento entre el cielo y la tierra y en base al Evangelio serán juzgados los ángeles, los demonios y los hombres. ¿Y cuál es el criterio, cuál es el centro del Evangelio?. El centro, la base es la humanización del Logos, es decir, la Presencia del Θεάνθρωπος (Zeánzropos, Dios y hombre) Jesús Cristo, por lo tanto la fe. Entonces el primer elemento es la fe, es la primera condición. Después es cuando el hombre vive lo que dice el Evangelio. Por lo tanto, el Evangelio es aquello que contiene las condiciones de nuestra sanación y salvación y seremos ayudados a través de ello a acercarnos a Dios, como dice la pregunta.
¿Qué es la θέα (zea) vista de Dios, podemos adquirirla y cómo?, ¿qué es la fantasía?
Θέα (zéa) es la vista, el avistamiento, contemplación de Dios. El verbo es θεώμαι (zeome) veo, contemplo y no solamente veo sino que veo con atención teniendo una mejor imagen de la que tenemos cuando decimos ver, es la vista, contemplación clara y real de la luz de Dios. De aquí viene la palabra Θεός (Zeós) Dios y también θέατρο (zéatro) teatro.
En principio diríamos que la θέα (zea) vista de Dios es una realidad. No es algo que es imposible, al contrario como veremos al final constituye también la finalidad de nuestra existencia. Además, san Juan el Evangelista dice: “…aunque aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero cuando se apocalipte, se revele, contemplaremos, veremos a Él tal como es” (1ªJn 3, 2). Es cierto que el “tal como es” no se refiere a la esencia de Dios, sino a la persona, rostro de Dios y principalmente a la persona del humanizado Hijo de Dios. Porque en la persona de Jesús Cristo vemos también al Padre y al Espíritu Santo. Acordaos que fue preguntado por un alumno suyo: “Señor, nos hablas sobre el padre, muéstranos al padre y con esto tenemos bastante”. Y Él contesta: “Felipe, ¿tanto tiempo estoy con vosotros y aún no has entendido y aprendido que quien ve a mí ha visto al padre?”. Así que, veremos la persona, rostro de Dios y la persona, la veremos porque tomó la naturaleza humana. Se entiende por la persona o rostro del Hijo, estaremos viendo la forma, pero de qué modo, esto sólo lo sabe Dios y también el Padre y el Espíritu Santo. Por lo tanto, la θέα (zea) vista de Dios es una realidad. Pero para que lleguemos a la θέα (zea) vista de Dios, antes se tiene que hacer un trabajo deliberado.
Las cosas que vamos a decir pertenecen a la vida presente y para la vida presente, no son de algo que pertenece en la realeza de Dios, sino algo que pertenecerá en la vida presente. En principio empezamos a tener una catarsis (pureza, limpieza y sanación) del corazón. Es decir, lo primero de todo es el corazón limpio, puro, o sea, que no pequemos. Aún, es la fe, todo lo pongo en el mismo párrafo. Es la fe, la ascesis o el ejercicio espiritual, todo esto, sin duda, constituyen condiciones básicas para que uno vea la persona o rostro de Dios. Acordaos lo que dice el pueblo: Tal como vamos, no veremos el prósopo-rostro, persona de Dios. ¿Qué significa esto?. Que la manera en que uno vive crea las condiciones de ver o no ver la persona o rostro de Dios.
Segundo, uno que hace vida espiritual, la vida del Espíritu Santo, tal como lo quiere Dios, entonces empieza a tener una θεωρία (zeoría) teoría, meditación, consideración y contemplación de Dios, esto pertenece al creyente. Qué quiere decir θεωρία (zeoría). Es del verbo θεωρώ (zeoró) qué significa veo, contemplo y considero. Tiene casi el mismo significado que el verbo anterior θεώμαι (zeome) veo, contemplo, son dos verbos distintos con el mismo sentido y significado en la teología patrística. Los dos verbos θεωρώ (zeoró) y θεώμαι (zeome), significan, veo, contemplo, pero veo de una manera distinta, como también el observar, quiere decir veo pero no veo abstractamente, sino lo que veo lo examino. Así que el verbo θεωρώ (zeoró) qué significa veo, contemplo a Dios. ¿Cómo es esta θεωρία (zeoría) de Dios?. Escuchad como es esta θεωρία (zeoría) o muchas veces veréis que se habla sobre los Padres y ascetas, etc., de la Iglesia que dicen que “éste tuvo θεωρία (zeoría) o zeorías“, es decir, qué es exactamente. Son dos cosas diferentes, una es que veo a Dios y la otra es que me preparo dentro de mi nus a estar viendo a Dios, no como una fantasía o ensoñación, sino con una serie de imágenes en las cuales profundizo dentro de la persona y obra de Dios. (Aquí corazón y nus son uno pero corazón es la esencia y nus es la energía, atención y percepción fina del corazón o espíritu humano). Es decir, dice san Nicodemo el Aghiorita, que Adán antes de la caída no tenía fantasía, es un tema que lo hemos hecho antiguamente cuando hablábamos sobre la antropología cristiana. Adán no tenía fantasía, la fantasía fue creada desde el momento en que Adán cayó.
¿Qué es la fantasía?. La fantasía es el espacio aquel que es más fino que los sentidos y más gordo que el nus. Así que la fantasía está en medio. Esta región como almacén lo utiliza el nus, el nus es la energía lógica de la psique y allí pone el material que toma de los sentidos. Así, pues, lo que tomo de los sentidos lo pongo dentro del espacio de la fantasía, el cual el nus con su lógica puede tratar y procesar. Pero, el nus tiene una sorprendente capacidad recreadora, una capacidad de añadir y restar. Y por esta razón, y esto es una respuesta a los desarrollistas, el nus que es atributo de la psique o la psique, si fuera de contextura mecánica, debería fotografiar como una máquina fotográfica, como les gustaría a los materialistas. El nus no fotografía, o si queréis, fotografía pero tiene la capacidad de añadir y restar. Cuando cierro mis ojos, puedo añadir y restar lo que quiero. Puedo dar movimiento a un paisaje o un acontecimiento distinto de aquello que he visto. Si, pues, el nus fuera algo mecánico, entonces sus producciones serían muchas fotografías. Pero no es así. Así pues, el nus toma el material de la fantasía y lo examina y hace lo que quiere de este.
Dice san Nicodemo el Aghiorita, es cierto que la fantasía es un fenómeno post caída, no existiría en el hombre si no llegara a pecar. La fantasía ahora existe en todos los hombres, excepto en Jesús Cristo, porque él es el Adán antes de la caída, como tampoco existía el subconsciente. Todo esto es producto de la caída. Por lo menos, dice san Nicodemo, dentro de este espacio de la fantasía, procuremos poner cosas buenas, no cosas feas, indecentes y asquerosas. Ahora bien, ¿dentro de este espacio, qué puedo poner?. Lo que pertenece a Dios. Empezar a pensar, meditar e investigar dentro del espacio de mi fantasía, por ejemplo, el Misterio de la humanización de Dios, cómo el Dios se hizo hombre, qué significa esto. Entonces, cuando el nus ve toda esta elaboración o el proceso desde la “historia” de Dios, es decir, lo que el Dios hizo para el hombre o cualquier otra cosa que el Dios ha dado. Todo este proceso se llama: “hago zeoría, contemplación,”, es decir, soy zeoriticós, contemplativo, puedo elaborar, procesar, en mi interior lo que dice el Logos de Dios.
Os diré algo que yo hago, no sólo en la Santa Escritura sino aunque esté leyendo una novela. Digamos que estoy estirado y uno me vigila desde una ventanilla, cómo me muevo. Tengo un libro, digamos la Santa Escritura, y leo, leeré una frase sólo, no más, esto lo veré y le daré vueltas, lo volveré a ver haré aquel intento de conquistar los conceptos de la Escritura, como el modelo de Jericó, en silencio, alrededor de las murallas de Jericó, para que caiga la muralla y sea conquistada la ciudad, para que sea captado y conquistado el concepto, el significado. Entonces mientras lo he visto, estirado, el libro de la Santa Escritura, lo pongo en mi pecho y pienso, medito. Al cabo de un rato otra vez saco el libro y miro lo mismo o un poco más abajo y voy repitiendo lo mismo. En algún momento puede que me coja también el sueño, no porque he parado de pensar sino porque somos personas y esto ocurre. Pero este movimiento es continuo, ¡atención!: leo, paro y pienso, aunque sea una novela. Siempre tengo un bolígrafo a mano y señalaré una palabra, disfrutaré de ella, por eso me veis que con las palabras tengo una gran afición y amor, porque una sola palabra te da un concepto profundo. Entonces pienso y otra vez este movimiento circular. Esto se llama zeoría, contemplación. No leer rápido como una carretilla y se acabó. Esto no sirve, no es fecundo. Una vez cuando era estudiante de bachillerato, teníamos un maestro sabio. Sacó a un alumno para que leyera la traducción, de Protagoras o de Fedón, no me acuerdo, pero seguro que era obra de Platón. Empezó el alumno a leer, posiblemente por encima del texto tenía escrita la traducción al nuevo griego y empezó leyendo rapidísimamente. ¡Para!, le dice el maestro, ¡frena!, ¿sabes lo que estás leyendo?. La Santa Escritura y Platón no se leen así. Lo dijo a otro y yo lo capté. Desde la antigüedad se dice que cuando uno lee la Santa Escritura y los filósofos o cualquier libro serio, requiere pensamiento y estudio, hace falta que te sientes a trabajar el libro, de otro modo no haces nada.
Os lo diré con otro ejemplo. Hay unos animales que se llaman rumiantes. Si se supone que estos en sus prisas comieron la hierba, no se beneficiarán en nada si no vuelven a sacar la hierba del primer estómago para masticarla lentamente. Veis que cuando el animal mastica, va lento, pero cuando agarra la hierba, va de prisa. Hijos míos debemos masticar, rumiar. Esto en el lenguaje patrístico se llama zeoría o contemplación.
Entienden pues, lo que es zeoría, contemplación. Debemos entonces empezar a tener esta zeoría. ¿Dónde está basada?. En la memoria de Dios y en Su obra dentro de la historia.
Si queréis, una cosa tercera es que la zeoría, vista o contemplación de Dios podemos tenerla por las energías increadas. ¿Qué quiere decir esto?. Quiere decir la forma o el cómo muchos Santos y los Apóstoles tenían la zeoría de Dios dentro de la Luz, “porqué Dios es luz”, esto quiere decir energía increada de Dios. Así, por ejemplo, san Simeón el Nuevo Teólogo, está dentro de la luz increada de Dios y allí comienza un diálogo y en la pregunta de Siméon: Señor, ¿quién eres?. El Señor le contesta: “Yo soy el que se ha humanizado y ha sido crucificado para ti”.
Así que tenemos esta zeoría, contemplación de Dios por las energías increadas de Dios. Pero aquí hace falta un cuidado muy especial, porque tiene un campo resbaladizo y si tienes unos zapatos que resbalan, en un campo resbaladizo, resbalas y te encuentras con el Hades, el infierno. ¿Qué quiere decir esto?. Que el diablo vendrá y te presentará imágenes, iconas divinas, con luz, con sueños, con apariciones, etc. ¿Cuál es la llave para no ser engañado?. La llave segura para que no seas engañado es la humildad. Que uno diga: ¿hacia mi viene Dios, yo quién soy?. En principio no debo nunca pedir ni buscar en ver a Dios. ¡Atención!, si busco ver a Dios hay un peligro enorme, en vez de ver a Dios veré al diablo. Entonces engañado alabaré y reverenciaré al diablo, no pocos dentro de la historia fueron engañados. Deberé, pues, tener mucha humildad y no buscar de ver en nada a Dios, me es suficiente su agapi-amor increado, me es suficiente el que vivo dentro del clima de Él, dentro de Su atmósfera, me es muy satisfactorio esto, mi psique se llena mucho con la presencia de Dios, no buscaré ninguna cosa rara. Pero si Dios se complace y quiere indicarme algo, entonces diré: ¿yo quién soy?. Una vez apareció el diablo en un monje y le dijo: sabes, soy el Cristo. Y el monje, responde: El Cristo nos dijo: os dirán, he aquí el Cristo o allá, no lo creáis. El diablo desapareció. En otro monje apareció el diablo y le dice: soy el Cristo. Aquel contesta: ¿soy yo capaz de ver a Cristo?. Desapareció el diablo. Porque encontró la humildad y no pudo quedarse. Entonces mucho, pero mucho cuidado y con la condición de que debemos tener humildad. Así, pues, tenemos las energías increadas de Dios, por las cuales puede que alguna vez el Dios nos muestre algo. Pero, esto debo deciros que es un fenómeno raro. Es raro, muy difícil y os repito, que no estemos buscando esto.
Y una cosa más, la cuarta, es que veremos a esta misma persona, el rostro de Jesús Cristo, tal como os dije desde el principio, pero no la esencia, sustancia de Dios, sino la persona de Cristo, de Dios, pero esto principalmente pertenece al futuro. ¿Porqué pertenece al futuro?. La Santa Escritura nos avisa y nos lo dice el apóstol Pablo en la 2ª Epístola a los Corintios, que esta zeoría, vista de la persona de Dios, ahora la vemos como en un espejo, como un ídolo, es decir, no vemos el mismo Dios. Y aún en el mismo pasaje dice que “en enigma”, de manera enigmática, es decir, mediante símbolos vemos a Dios y no como le veremos cara a cara, persona a persona. Y esto, porque caminamos y vivimos en fe y no por visión, dice otra vez en 2ª Cor 5,7 de san Pablo. Es decir, creo en Dios, no veo a Dios tal como le veré en Su Realeza. No lo olvidemos esto. De todos modos la visión de Dios es nuestro propósito o finalidad de nuestra existencia. Porque, ¿para qué existimos, para qué vivimos y para qué hacemos vida cristiana?, para ver la persona, rostro de Cristo. Por eso, está escrito en el libro del Apocalipsis, que es el último libro de la Santa Escritura y en el último capítulo el 22,4, dice: “Y los fieles contemplarán, verán el prósopon, persona y rostro de Él”. Es pues, la vista de Dios un acontecimiento futuro y constituye el sentido, concepto y significado de nuestra existencia. Existimos para ver la persona y la cara o rostro de Dios, ahora lo vemos mediante los símbolos.
Me gustaría terminar con una cosa muy bella de un asceta que decía: “has visto el rostro de tu hermano, has visto el rostro de Dios”. ¿Cómo puede uno por el hermano ver el rostro de Dios?. Simplemente porque cada hombre es como una icona, imagen de Dios. Tienes, pues, la copia y mediante la copia ves el prototipo o el original. Dice entonces: “has visto el rostro de tu hermano, has visto el rostro de Dios”, es muy bello esto. Pero también Isaf cuando se encontró con su hermano Jacob y Jacob temió una antigua disputa porque le había robado la primogenitura, pero ya Isaf se había ablandado, porque ya habían pasado veinte años. Entonces Jacob, a pesar de que eran hermanos mellizos, el único que había nacido después de su hermano , dijo lo siguiente a Isaf: “Cuando he visto tu rostro, es como si hubiera visto el rostro de Dios”, es muy bello esto.
Así que, hijos míos, el Cristo dijo y nos lo dirá en el Juicio y nos avisó, que: Puesto que habéis hecho el bien, la caridad y la agapi o lo que sea, a vuestro prójimo, o en uno de estos pequeños, a estos hombres anónimos y desconocidos, os aseguro, dice el Señor, que en mí lo habéis hecho. Por qué, simplemente porque los hombres son las imágenes, iconas de un prototipo, modelo que es el Cristo. Esto sobre esta pregunta.
¿Qué es tiempo litúrgico y qué significado da a los acontecimientos festivos?
Quizá, en algunos es la primera vez que escuchan sobre “tiempo litúrgico”. Cuando decimos tiempo litúrgico no damos a entender el tiempo durante el cual se celebra la Divina Liturgia, digamos de 8 a 10. No. El tiempo Litúrgico es algo distinto. Por favor, prestad atención, porque esta pregunta y duda es muy importante, muy especial. Es aquel elemento que nos hará adquirir una ascesis, un ejercicio litúrgico y experiencia vivida. Esto es una ocasión de renovarnos espiritualmente. Escuchad lo que es.
Encima de la Santa Mesa celebramos el Misterio de la divina Efjaristía, esto es durante la Divina Liturgia, de donde ahora sacaremos el tiempo litúrgico. Allí donde celebramos el Misterio, no tenemos más que una condensación del pasado y del futuro en un momento del presente. Es decir, ¿qué quiere decir condensación? o mejor dicho, ¿anulación del tiempo pasado y del futuro que vendrá y existe sólo un presente?. O sea, celebraremos el Misterio de la divina Efjaristía. ¿De dónde emana el Misterio de la divina Efjaristía?. De la Crucifixión y Resurrección de Jesús Cristo. ¿Cuándo se hizo la Crucifixión y la Resurrección?. Pues, hace dos mil años; conforme, pero ahora sobre la Santa Mesa no tienes una distancia de dos mil años. Sino que tienes aquellos acontecimientos que se hicieron entonces, pero también la persona de las cuales hablaré, la persona de Jesús Cristo, de la Zeotocos (Madre de Dios), están presentes en la Divina Liturgia. Porque tienes el acontecimiento de la Crucifixión y la Resurrección tal como eran entonces. Dice san Juan el Crisóstomo, sea que hables sobre la estancia de la Santa Cena del Jueves Santo, donde el Cristo tomó el pan y el vino y dijo: “esta es mi sangre y mi cuerpo”. Dice que en cualquier Divina Liturgia tienes la misma cosa. Además, ¿cómo podemos hablar de muchas Iglesias y el apóstol Pablo que diga “uno es el pan”?. Principalmente, un antiguo libro que se llama “la enseñanza de los doce Apóstoles”, dice que uno es el pan y es el cuerpo de Cristo, aunque se celebre en mil o un millón de puntos de la tierra, “uno es el pan, uno el cuerpo, uno el acontecimiento de la Crucifixión y uno el acontecimiento de la Resurrección. ¿Qué tenemos aquí?. Condensación del tiempo, donde traemos los acontecimientos del pasado en el presente. Aún decimos: Señor nos dijiste que nos acordemos de tu Segundo Advenimiento. Es una pequeña oración que se dice antes de decir “te ofrecemos de lo tuyo para ti siempre, tal como nos dijiste y para siempre”. Un poquito antes hablamos sobre la Segunda Presencia de Cristo. La Segunda Presencia de Cristo no se hará entonces, ya está presente (porque Cristo Dios es omnipresente). Así, pues, tenemos condensación de los acontecimientos pasados y futuros en un momento crónico del presente. Uno es esto.
Segundo, las personas del pasado y del futuro, todas se reúnen en el presente. ¡Atención!, es conocido que, cuando cimentamos e inauguramos una Santa Mesa, ponemos las santas reliquias, es decir, reliquias de Santos. ¿Qué quiere decir, reliquias de Santos? Se refiere que estas personas cuando vivían han comulgado el cuerpo y sangre de Cristo. El cuerpo y la sangre de Cristo, pues, están presentes siempre, y es uno y el mismo. Puesto que nosotros comulgamos y como aquellos también han comulgado entonces están presentes. No presentes con una fantasía imaginativa, ni con un sentido filológico, sino que realmente están presentes, porque todos estamos presentes en el cuerpo de Cristo. Esto es una cosa grandiosa. ¿Porqué honramos la Zeotocos en la Divina Liturgia?. Porque ha dado su cuerpo y de su cuerpo tomó el Hijo de Dios, el Dios Logos e hizo la nueva creación, la nueva formación. ¿Esto qué significa?. Significa que la Zeotocos está presente. Todos los santos, todos los ángeles, el Santo Dios Trinitario, esto se ve en el santo discario (disco) cuando hacemos la proscomidí, está toda la Iglesia, los vivos y los dormidos (difuntos) los que se han ido del mundo presente. Entonces esto es espléndidamente importante. Cuando el sacerdote hace la Liturgia y tiene este sentido del tiempo litúrgico, ¿sabéis lo que le pasa?. No sé qué deciros, es indescriptible, vive dentro de la eternidad, supera el tiempo (cronos), lo supera todo, vive dentro de una realidad, la cual ha salido del tiempo, por decirlo de una manera. Pero también el creyente, cuando tiene este sentido, por eso os dije que es muy bella esta pregunta. Cuando el creyente tiene este sentido o sensación, la vida litúrgica le renueva espiritualmente, le hace nuevo, le hace sentir qué significa tiempo litúrgico y que el Dios con su Iglesia terrenal militante y la triunfante de los cielos y los santos ángeles, porque también ellos componen la Iglesia del cielo, todos están presentes. Cuando alguna vez se hace una celebración en honor de los muertos en guerra pasan lista y dicen el primer nombre y uno grita: ausente, el segundo ausente, el tercero ausente. ¿Por qué?, simplemente porque cuando vemos las cosas fuera de la Iglesia, aquellos que han muerto en la guerra y están ausentes eso se ve por la revisión de listas que se hace. Dentro de la Iglesia, san Esperidón que mañana es su santo, presente, san Atanasio, presente, etc., ninguno está ausente, todos están presentes. Y no están presentes filológicamente, sino pragmáticamente. Repito, todos nos encontramos dentro del cuerpo y sangre de Cristo que es la Iglesia. Esto sobre esta duda.
¿Cuando Pedro dijo: tú eres el Cristo… Porqué el Cristo les reprochó que no dijeran nada sobre ello, y también cuando hacía milagros, porqué a unos les decía que no digan nada y a otros sí?
Realmente cuando sanó aquellos dos ciegos, les dijo que no dijeran nada en ninguna parte. Aquellos salieron y divulgaron el acontecimiento en todas partes. Al contrario aquel endemoniado de Geryesa le dijo: “…no vengas conmigo, vete a tu ciudad Geryesa, porque se asustó, no me recibió, ni aceptó y tu ciudad quiere permanecer en el pecado y cuéntales las cosas admirables que ha hecho para ti Dios”. Los geryesanos eran hombres sin fe y pervertidos, por lo tanto, tenían necesidad de escuchar quién es el Cristo y qué hace. Otros tenían una percepción equivocada sobre el Mesías. Esta percepción equivocada sobre el Mesías está muy esparcida; lo mismo les dijo también a los alumnos que no dijeran nada. Porque Pedro fue inspirado por el Padre para decir: “esto no te lo ha apocaliptado, revelado hombre alguno sino mi Padre de quién yo soy, es decir, que soy el Mesías, el hijo del Dios vivo” y les dijo que no dijeran nada. ¿Por qué?. Porque había muy extendida la percepción de que el Mesías es el portador de cosas materiales. Es decir, que viene y nos trae comida para comer con cucharas de oro. Pero no era así. Se había tergiversado la percepción del pueblo sobre el Mesías, no interpretaban correctamente el Antiguo Testamento y los profetas y por esta razón ahora viene el Cristo a impedir la publicación de su cualidad, únicamente para que no haya una mala interpretación.
Os referiré un ejemplo. Cuando el Cristo sació de comida a los cinco mil, él solo disolvió la multitud, mientras que violentamente obligó a sus alumnos a que entraran en la barca y pasaran al otro lado, enfrente. ¿Por qué?. Porque la multitud murmuraba que querían hacer una revolución y llevar a Cristo y hacerle rey. Allí en el desierto quisieron hacer una revolución. Al día siguiente que volvieron a encontrar al Señor le dijeron: estás aquí. Él les contestó: me buscáis porque os habéis saciado de comida, pues, no busquéis el pan que se pierde, sino el pan que permanece. Y le contestaron: ¿qué es esto?. Él respondió: es mi cuerpo y sangre. Entonces contestaron, que es duro este logos, quién puede escucharlo. Porque pensaban sobre sangre y carne humana, quién puede hacer caso a este logos. Simplemente en aquel momento estaba arreglando el error sobre quién es el Mesías. No es un Mesías liberador étnico, ni un liberador económico. Como el pueblo no había madurado, por eso el Señor escondió esta cualidad suya como Mesías.
Además, había una razón más. Que se había de engañar y enganchar el anzuelo al diablo, el que engañó a Adán y Eva, ahora debía ser engañado. ¿Por quién?. Por el nuevo Adán. Llegar a ser crucificado por el diablo, porque al final, mientras el diablo le admiró y dijo: ¿Quién es este?. Después le conduce a la Cruz. Y allí en la Cruz, los Padres dicen que la Cruz era el anzuelo y el cuerpo de Cristo sobre la Cruz el cebo. Así se enganchó al pez, al mismo diablo. Porque Cristo murió en la Cruz y pagó por la muerte de Adán. Y ahora, puesto que ha resucitado, el diablo ha quedado derrotado. Se debería pues, engañar y vencer al diablo y por esta razón aún el Señor esconde Su mesianidad. Amín.
Podría explicarnos algo sobre lo que dijo Pedro, “…que tenemos más seguro el logos profético de lo que hemos visto” 2ª Ped 1,19.
Es una pregunta interesante. Realmente el apóstol Pedro se refiere a esto, principalmente se refiere al tema de la Metamorfosis del Señor y dice: “nosotros nos hemos hecho visionarios o testigos oculares de su majestad; vivimos encima del monte Tabor la Metamorfosis de nuestro Señor”. Y realmente fue un acontecimiento inolvidable, una experiencia única y maravillosa. Porque la Metamorfosis del Señor, realmente constituye una experiencia culminante para los tres alumnos, porque el Señor vivió en esta vida en κεννώσις (kenósis, vaciamiento), es decir, sobre-escondía su deidad y siempre se veía como una persona sencilla, aunque, obviamente le traicionaba, por decirlo de alguna manera, los milagros, delatando quién era. De todos modos, aquella experiencia, que no fue más que una ventana que abría a la Realeza de Dios, una ventana por donde pudieron los tres alumnos ver un aspecto de la Realeza de Dios. Porque la Realeza de Dios, no será otra cosa que el Señor, del cual la naturaleza humana estará dentro de la Luz increada de la deidad, la deificada naturaleza humana de Cristo, la cual obviamente ha sido deificada desde el momento de la concepción. Cristo no adquirió la zéosis (deificación o unión) posteriormente, ¡atención a este punto!. En cambio los hombres podrán estar viendo al Señor de la doxa-gloria, sí, claro está, que los mismos serán deificados. Como entendéis, tenemos este estado de la Realeza de Dios. Esto el apóstol Pedro lo vivió. Lo vivió y con muy pocas palabras lo explica en su epístola.
Apuntad que, el apóstol Pedro, el cual sin duda se mueve de forma divina e inspirado por el espíritu de Dios, no es aquel que se queda sólo en un abrir la ventana hacia la Realeza de Dios. Porque tiene que relacionarse con hombres que están en un nivel muy bajo y le podrían decir: “tú tuviste esta experiencia, ¿pero nosotros cómo podemos tenerla?”. Entonces, pues, esta experiencia debería de estar repitiéndose dentro de la historia, para que los hombres puedan tener una información. Seguro que aparecerían también aquellos que dirían que esto es una ensoñación y que uno no puede permanecer en un milagro, en una visión, en algo que trasciende la naturaleza y que se desarrolla algo sobrenatural, seguro que aparecerían también estos tipos de hombres. Pero el apóstol Pedro dice algo muy importante: “…A pesar de esto, yo os he referido mis experiencias sobre la Metamorfosis, pero tenemos más seguro el logos profético” (2ªPed 1,19). Porque el logos profético es un milagro que supera cualquier otro milagro; apuntadlo y tened muy en cuenta esto. Porque los milagros también los hace el diablo, pero el diablo no puede crear profecía. Esto es muy importante. También os lo explico esto para que se esfume toda duda, si el diablo creara profecía, no es más que cuando tú has creído en esto que te revela el diablo en un sueño o en una visión demoníaca; si lo crees, entonces el Dios permitirá que se realice esto que el diablo te ha manifestado y lo cual el diablo lo dijo al azar. El diablo no conoce el futuro y si tú lo crees, Dios permitirá que se cumpla para castigarte, porque has hecho caso a las palabras del diablo para que se realice. En este sentido se realizan las apariciones y visiones demoníacas a los hombres, sobre lo demás, el diablo no conoce el futuro, no sabe nada. Y cuando decimos futuro, no entendemos aquello que tú puedas estar viendo y los demás no. Por ejemplo, yo en este momento estoy de cara a la puerta del templo y vosotros estáis a espaldas de la puerta… entra una persona con un abrigo largo. Y os digo: viene alguien con un abrigo largo. Vosotros no lo veis y para vosotros esto es una profecía. Yo predigo, porque vosotros no lo veis. Cuando esta persona llega aquí delante diréis, he aquí un hombre con abrigo. Entonces se realizó lo que dije. Esto no es profecía, porque yo lo veo venir, pero para vosotros aún está desconocido. Lo mismo para el diablo, muchísimas cosas las ve venir, nosotros no las vemos y nos manifiesta cosas que nosotros creemos que el diablo mismo nos hace profecía. El diablo no es profeta, no sabe qué pasará al siguiente segundo.
Pues, los milagros no son siempre un testimonio, también el anticristo hará milagros. ¿Qué es más potente?. La profecía. Habéis visto, pues, el apóstol Pedro, como es zeópnefstos, (inspirado por el espíritu de Dios), no se arrastra a decir: qué decís, si yo he vivido el acontecimiento del Tavor. Sí, lo he vivido, pero, ¿queréis entrar en el camino para vosotros vivir estas cosas?. Empezaréis por el testimonio profético. Entonces dice: “y tenemos por más firme el logos profético al cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que luzca el día y el lucero se levante en vuestros corazones y puedan sostenerse” (2ªPed 1,19). Es enormemente grande esto.
¡Atención! en algo que está en la praxis de nuestra Iglesia. Cuando tenemos una fiesta, por ejemplo, la fiesta de la Metamorfosis ya que estamos hablando sobre ella. Desde las vísperas en nuestra Iglesia se ponen pasajes del Antiguo Testamento que son las profecías o tipos, es decir, acontecimientos que son tipos, modelos de unos acontecimientos futuros. Es decir, aquello que ocurre en el Antiguo Testamento constituye un tipo de aquello que ocurrirá en el Nuevo Testamento y los tipos igualmente tienen dimensión de profecía. ¿Qué hace pues, la Iglesia?. Proyecta la profecía. Porque imita al apóstol Pedro. Imita aquello que Dios o el espíritu de Dios describió en la Santa Escritura. Para presentarnos el milagro, nos proyectará la profecía. Esto es muy grande. Por eso, si alguna vez escucháis que digan esto o aquello, id rápidamente a la Santa Escritura y ver qué dice sobre esto, qué dice el logos profético. Y tomaré al anticristo que hará muchos milagros. Abrid en el punto del Apocalipsis y si queréis en muchos puntos de la Santa Escritura, en el Apóstol Pablo y en el Antiguo Testamento, en Daniel u otros profetas y miradlos. De allí aprenderéis que el anticristo hará milagros. Así pues, la Escritura me avisa, ¿cómo me avisa?. Proféticamente, es una profecía que el anticristo hará milagros. Entonces si yo veo alguien que no viene del cielo, porque claramente me lo dice el Cristo: “…aquél que viene del cielo y como el rayo en el cielo se ve desde una punta a la otra, así también vendrá el hijo del hombre”. Pero el anticristo no vendrá así, como lo ve Juan el evangelista, vendrá de la tierra. Estas cosas son profecías y si las leo, entonces diré que este que se manifiesta como Mesías no es el Mesías. Es algún anticristo o el mismo auténtico anticristo. ¿Pero, aquí, quién me ayuda?. Pues, me ayuda el logos profético de la Santa Escritura. El logos profético, hijos míos, es el gran almacén de armas del creyente. Como las profecías cristológicas se han realizado, las que se refieren a la persona de Cristo, esto no significa que no debemos estudiar los profetas del Antiguo Testamento. Porque en cada época, cada persona creyente reconocerá de la profecía al Jesús histórico y que el Jesús histórico es este que escribe la profecía. Esto es muy importante, por eso deberemos estudiar también el Antiguo Testamento y aún también debemos estudiar a los Profetas. Y siempre estaremos diciendo, ¿aquí qué es?. Y cuando en el logos profético descubrimos la persona de Jesús Cristo, que ya es persona histórica, es decir, realización de la profecía, entonces nos estaremos llenando de entusiasmo, de sorpresa, de profundísima fe y seguridad que el Jesús Cristo es verdadero y es Dios. Amín.
¿Qué papel o importancia tienen las recaídas en la vida espiritual?
Podríamos decir que existen las recaídas en la vida espiritual, pero por lo menos no deben tomar una extensión grande. Todos tenemos recaídas, no hay ningún hombre que no tenga recaídas, nadie. Sólo cuando nos hayamos ido de la vida presente y el estado de nuestra psique será congelado o estabilizado, entonces podremos hablar de no recaídas, pero ahora todos tenemos recaídas. Las recaídas se deben a muchos motivos. Primero se deben a nuestro estado psicológico. Cuando tenemos una disposición, una euforia de la psique, sea porque en un momento dado estamos muy bien de salud o porque hemos leído un pasaje muy bueno de la Santa Escritura o hemos escuchado un buen logos, etc., tenemos una exaltación, una emoción espiritual más elevada. Puede que nos duela la cabeza o dolor de muelas, o tener unas tentaciones que se han introducido en nuestras vidas, en nuestro pensamiento y que hayamos mostrado una condescendencia, inmediatamente tenemos un estado de caída. Estas cosas son cambiables. Pero, los cambios o metáboles, deberán ser pequeños. Si tomásemos el parámetro de álgebra sobre los números, diríamos que tenemos el más y el menos, pues, sobre el cero tienen que estar nuestras recaídas, un poco negativas y un poco positivas. Poco, lo muy mínimo, no grandes y alargadas recaídas. Sabéis que los grandes cambios de temperatura sobre la tierra, según una teoría, cambiaron una parte de la tierra y lo transformaron en desierto, por ejemplo en África. Una teoría dice que cuando de día tenemos temperatura muy alta y muy baja de noche, entonces los materiales en estos sucesivos cambios por la continua sístole y diastole (dilatación), se deshacen; alguna vez las fuerzas que componen las moléculas se disuelven, se rompen, se fraccionan y se convierten los materiales de la tierra en arena, existe una teoría que lo dice.
Entonces pues, esto puede pasar también en la psique. Si nuestras recaídas alguna vez son de gran dimensión y duración, estas cambian, transforman nuestra psique en desierto, la reducen en ruinas. Esto no es tan sólo en el tema de la virtud y la maldad o el pecado, es también en lo psicológico. Tened mucho cuidado en lo psicológico. Existen hombres que son muy emocionales y estos son los que más sufren esto. Tienen una exaltación, una alegría, los veis saltar de alegría y cuando les decís alguna cosa que sea desagradable caen en la depresión, la melancolía o en oscuridades tétricas. ¿Qué les pasa?. En el eje emocional tienen una gran diferencia entre la lipi (tristeza, pena o depresión) y la alegría. Se mueven, pues, entre un extremo y otro. Este salto de un extremo al otro tiene como resultado el arruinar la psique. ¡Atención!, el hombre correcto psicológicamente tiene la emoción, la voluntad y la comprensión, como fuerzas iguales, no tiene sobresaltos, sino que puede que se entristezca emocionalmente, puede alegrarse, pero es una persona que tiene pequeños cambios o metáboles. Esto sobre esta pregunta. Pero continua el papel con una segunda que tiene conexión con la anterior:
¿Cómo puede uno separar, discernir, si el calor, la alegría, el recogimiento que siente en el corazón es auténtico o enfermizo o emocional?
Es muy correcta la duda, muchas veces tenemos en nuestro interior una euforia, principalmente si es en el campo de la fe esta euforia puede ser grande, ¿cómo puede saberse si esta experiencia es verdadera, falsa o enfermiza?
La repuesta es lo mismo que os dicho a la pregunta anterior. Cuando puedo en mi interior examinar que tengo las tres dinamis-fuerzas iguales, equivalentes; obviamente ciento por ciento iguales sólo las tuvo la naturaleza humana de Cristo. Cuando Cristo fue al sepulcro a ver a Lázaro, le emocionaron los llantos de los parientes de Lázaro. Entonces a Jesús le saltaron las lágrimas y las personas allí presentes dijeron: Mirad cómo amaba a Lázaro. Entonces el pasaje dice: al Señor le saltaron las lágrimas sabiendo que al poco lo resucitaría, -aquí se ve que la naturaleza humana de Cristo tiene su emoción-, y sigue: Jesús se enfadó consigo mismo y se detuvo. ¿Por qué?. Porque la comprensión, la voluntad y la emoción estaban equivalentes. Nosotros si tenemos alguna variabilidad, no pasa nada, porque no tenemos la perfección, siempre y cuando no haya una gran diferencia. Por ejemplo, si el cien es la base y hay una lógica de diez y la emoción es de ciento cincuenta. Si tienes una lógica tan pequeña es normal que la emoción vaya de caída en caída de un nivel a otro, hay un gran desnivel. Por eso, pues, debemos de tener desarrollada también la lógica y entonces las emociones que tenemos las controlamos y así no estamos dentro de un espacio enfermizo.
¿Porqué Cristo no tuvo descendientes?
Esta naturaleza humana de Jesús Cristo de ¿dónde se ha concebido? Obviamente del género humano, que la muestra perfecta fue la Zeotocos (la que da a luz a Dios). Es cierto que la Zeotocos traía el pecado original. Pero el Cristo no tomó el pecado original. Y os lo explicaré.
Es conocido que todos los hombres nacen espermáticamente. No hay ninguno que no haya nacido espermáticamente, es decir, la participación de los dos sexos. ¿Adán cómo se hizo? Ciertamente no espermáticamente. Adán se hizo creativamente. Dice que: “Y el Dios creó al hombre tomando χούν tierra especial del suelo y le sopló en el rostro soplo de vida, y se hizo el hombre en psique viva o vivificada”. Aquí el zeópnefstos (inspirado de Dios) escritor utiliza la palabra χούν tierra especial, para darnos a entender que al hombre le hizo de distinta manera que las demás creaciones. En realidad la palabra tierra es χώμα (joma). La creación está hecha de manera imperativa: “Dijo el Dios: Hágase la luz, hágase etc.” En cambio al hombre dijo: “Y el Dios formó al hombre tomando χούν tierra especial del suelo…” Es decir, tomó de los elementos de la naturaleza y constituyó, formó a Adán. Así que Adán no fue nacido sino constituido, formado. Y Adán estando en vida cae porque transgredió el mandamiento de Dios y a partir de aquí los que nacen de él, sus descendientes, siempre que nacen espermáticamente llevan el pecado original. La Panayía (Santísima) también nació de padres espermáticamente. Pero cuando la Zeotocos recibió el mensaje del ángel, le dijo que: “aquello que nacería de ella sería Santo.” Contesta: ¿Cómo pasará esto, puesto que no conozco hombre, no estoy casada? Entonces el ángel le dijo que la cubrirá o ensombrecerá el Espíritu Santo. Es decir, que aquello que nacería no sería nacimiento espermático, sino nacimiento creativo. Porque nuestra Panayía la ensombrece el Dios Logos y el Espíritu Santo y entonces el Dios Logos tomó de la sarx (cuerpo y carne) de la Panayía, porque debería tomar de la sarx (cuerpo o carne) humana. Pero lo que tomó lo forma, lo crea para hacer su psique humana y su cuerpo humano, es decir, su existencia humana. Por lo tanto, en la Panayía tenemos un estado creativo, no espermático a lo referente a Jesús Cristo. Por eso el Jesús Cristo se llama Nuevo Adán. Y no es un nombre fino o una simple palabra que es Nuevo Adán. Porque al antiguo Adán no se hizo de esperma sino que fue creado, así también el Nuevo Adán no se hizo de esperma sino que fue creado. Y por un lado el primer Adán cayó y por otro lado, el segundo Adán, el Jesús Cristo se hace cargo, asume la situación del primer Adán para salvarnos. Por lo tanto, el cuerpo de Cristo no es espermático sino que es de creación, formación. Si os preguntáis ¿porqué Dios puso a Adán el poder espermático, puesto que aquel se hizo sin el poder espermático sin nacer, fue creado? Porque el Dios preveía que Adán caería y así sería introducida la muerte. Así que le puso este poder espermático para que sea perpetuada su creación humana, el hombre y no se pierda. Obviamente esto lo hizo Dios a priori, porque sabía lo que haría el hombre, el Dios lo conoce todo. Pero en Jesús Cristo no había caso de esperma, simplemente porque Jesús Cristo no dejaría descendientes, no había ninguna razón para esto. Tal como exactamente si Adán no cayera no tendría la configuración espermática. La configuración espermática es del siglo presente. Por lo tanto diríamos que el Dios crearía más y más humanos, tal como hizo a Adán. Como también los ángeles no nacieron el uno del otro, son creados, creaciones, pero no creaciones espermáticas. Lo mismo que para Adán, tal como se hizo él, se harían billones si queréis de existencia humanas sin el método espermático. Pero el Dios así lo quiso y así lo hizo. Pero Jesús Cristo ya no tenía necesidad porque es el Nuevo Adán, no caería y como no caería, por qué razón tiene que existir la manera espermática. Él mismo se crea y no tiene la espermaticidad.
Así, pues contesto a la pregunta de una teóloga de Atenas que me ha preguntado ¿Porqué Cristo no se casó, hacer y bendecir la familia? El mismo Cristo, el Dios Logos ya la bendijo entonces en el paraíso, porque es el mismo cuando dijo “creced y multiplicaos”, entonces la bendijo y también la bendice en las bodas de Caná. Por eso no hay razón que haga familia porque simplemente no hay el caso espermático, porque en Cristo no hay caída. Al contrario, cuando venga la hora que resucitaremos, entonces en nosotros tampoco habrá forma espermática. Seremos hombres perfectos, pero en la realeza de Dios, no habló el Cristo categóricamente que no se casan. Está clarísimo, pues, que la boda es un fenómeno post caída. ¿Porqué tiene que tener Cristo el fenómeno post caída? Entonces no sería el Nuevo Adán. Si murió, fue tomando las consecuencias del pecado original y con esto entra en nuestro camino para resucitar, porque nosotros morimos, para que resucitemos. Así que toma la consecuencia, que es la muerte pero la muerte ya no domina.
Y una cosa más, lo que tomó de la Zeotocos, es decir, su naturaleza humana no espermáticamente, como os dije, sino creativamente, esta naturaleza con la concepción al mismo momento la deificó. Atención, ¿qué quiere decir la deificó? El Cristo tenía cuerpo deificado, tal como era en Su Metamorfosis, pero encubría o escondía la doxa-gloria (luces de luz increada) de la zéosis, porque no debería verse esta doxa-gloria. Así entraríamos en otros temas, la fe ya se debilitaría y se aplastaría o allanaría la libre voluntad, la preferencia, etc. son muchas las razones. De todos modos allí en Tabor se dejó un poco ver quien es. Pero la misma zéosis transmitió también a la Zeotocos. La cual se limpió, purificó por el Espíritu Santo y dio sarx (cuerpo o carne) limpia a Cristo, pero la misma recibió también la zéosis puesto que traía el deificado Jesús en sus entrañas nueve meses. Por esta razón Isabel cuando vio la Zeotocos dijo: “¿Cómo es que la madre de mi Señor viene a mí?” ¿Escucháis? De mi Señor, porque también Isabel recibió carisma profético de su hijo el Precursor, quien tenía el carisma profético desde las entrañas de su madre. Porque la misma dice con claridad que apenas te vi “el niño en su interior se removió, saltó”. Es como si dijera, he aquí es él, lo que más tarde dijo “he aquí este es el Mesías”, ahora transmite el carisma profético a su madre Isabel y ella dice: “¿Cómo es que la madre de mi Señor viene a mí?” Pensad que la Zeotocos era pariente de Isabel y era muy joven 14-15 años, en cambio Isabel era mayor fue un milagro que diera luz a un niño en edad avanzada. A pesar de ser mayor, proclama a su pariente la Panayía, que era mucho más joven que ella, “madre de su Señor”.
Por lo tanto, el embrión, si es que está permitido decirlo así, estaba deificado en las entrañas de su madre. Es decir, que el cuerpo de Cristo en las entrañas de la Panayía estaba deificado. Pregunto: ¿Un cuerpo deificado el cual no se hizo espermáticamente sino creativamente, como Adán, no había la posibilidad de espermaticidad, por consiguiente, cómo presentamos ahora a Cristo, teniendo amigas etc.? ¿No creen que estas cosas son restos nacidos de un monofisismo? Porque desde el momento que aceptes que Cristo es perfecto Dios y perfecto hombre, el monofisismo pasa de lado. Por eso diría que con estas películas de cine se hizo una gran introducción de este monofisismo y muchas cosas más.
Por eso si tenemos formación y preparación teológica ortodoxa pragmática lo entenderéis todo. Os he dicho lo que no vais a escuchar ni leer. Sobre lo demás escucharéis y leeréis barbaridades. Os sugiero realmente que no vayáis a ver las películas de cine sobre Cristo, porque lo tratan como hombre y veréis y escucharéis barbaridades. Todo esto no pasaría, si nosotros los cristianos tuviéramos plenitud de gnosis teológica y plenitud de vida espiritual.
Dudas sobre el libro del apocalipsis de san Juan
Dicen que el libro del apocalipsis de san Juan, en su época el escritor o escritores, escribió en tiempo futuro las cosas que se hicieron en el pasado, así que cuando Juan habla sobre el anticristo en tiempo futuro se refiere al pasado, ¿es vedad esto?.
Pero, ¿cómo es posible tener escritas cosas que pasaron y las ignoremos?. La verdad es que no vale la pena ni contestar a esta pregunta. Porque sobre el libro del Apocalipsis se dicen y se escriben cosas terribles e idiotas en el sentido estricto. Pero aprovecho la ocasión de deciros que en nuestra época hay muchos que van en contra del libro del Apocalipsis y dicen muchas cosas, hasta barbaridades. Pero nosotros siempre sabremos que nuestra Iglesia determinó este libro dentro del canon del Nuevo Testamento. Y como está dentro del canon del Nuevo Testamento, significa que es un libro reconocido, el vigésimo séptimo (27) libro del Nuevo Testamento, cualquier otro comentario que hay sobra y es inútil. Aún querría deciros, y esto se me ha dado la oportunidad de decíroslo de una percepción personal, que cuando estudiamos el libro del Apocalipsis, entendemos que no tiene nada fuera de lo que escribe el Antiguo y el Nuevo Testamento, está entero dentro del espíritu de toda la Santa Escritura. Vosotros me diréis, ¿y estas plagas terribles?. ¿Sabed que estas plagas tienen como antecedente histórico las diez plagas del Faraón?. He dicho antecedente histórico, cuando digo que el río Nilo se contaminó, se puso rojo como la sangre, esto lo podemos hacer hoy de una manera natural con varios agentes químicos u otros agentes vivos y el agua se estropea y no sirve para beber. En cambio el Dios cuando manda una plaga no manda elementos nuevos del cielo, sino que de los materiales existentes de la creación los utiliza para castigar al hombre. Esto lo hizo Moisés cuando hizo falta y el agua del Nilo no se podía beber. Hoy tenemos contaminación del medio ambiente, de las aguas, de los mares, etc. Uno ve que todas estas cosas no sólo se refieren en la Escritura como antecedentes históricos, como las diez plagas del Faraón, sino que también las vivimos porque ya se van realizando. ¿Queréis una cosa más?. Habla también sobre el lago ardiente de fuego y azufre. ¿Sabéis que Sodoma y Gomora que fueron quemadas con fuego y azufre, es un tipo, modelo, histórico del infierno, lo sabéis esto?. Nadie se salvó menos Lot y sus dos hijas. Sí y tantos y tantos más. Por lo tanto, el espíritu del Apocalipsis no es otra cosa que el espíritu de la Santa Escritura. La única diferencia es que en vez de tener la teología de Jesús Cristo, tenemos la teología del cordero, está escrito en el Apocalipsis de Juan. Pero el Jesús Cristo es el cordero de Dios. Lo dijo Juan el Bautista: “He aquí el cordero de Dios que levanta los pecados del mundo”. Pero mientras que en el Nuevo Testamento se recalca la persona de Cristo y es muy natural, en el Apocalipsis, que es un libro simbólico y típico de tipos (modelos) se proyecta al cordero, es decir, como animal y como cordero degollado y de pie. ¿Cómo es que está de pie, si está degollado?. Es aquello que se dice en el principio cuando aparece Juan el evangelista y lo dice también después en el principio de sus epístolas a las siete Iglesias: “Yo que me convertí en muerto pero vivo”. ¿Qué insinúa aquí, “cordero degollado y estar de pie”?. Significa que fue crucificado, murió y resucitó. Hijos míos, hay una maravillosa y sorprendente identidad entre las tesis teológicas del Apocalipsis con todo el espíritu del Antiguo y Nuevo Testamento. Por lo tanto, lo que se dice contra el libro del Apocalipsis es una pura charlatanería e inmediatamente deberemos de rechazar estas tesis. AMIN
Yérontas Mitilineos
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