Otra vez desde el cielo cae un objeto terrible, llamado estrella, en estado candente y queda afectada la 1/3 parte de las aguas dulces, de modo que de la falta de agua, porque se habrá envenenado, morirán muchos hombres. Probablemente, igual que la herida anterior, no tiene una característica alegórica sino realista; como una contaminación del ambiente, hoy en día es muy posible una guerra química, una explosión radiactiva etc., pueden traer la muerte de muchos hombres.
Con este, fue afectada la 1/3 parte del sol, de la luna y de las estrellas, es decir, de una manera el resplandor de estos a la tierra será reducido por los correspondientes cuerpos celestes en 1/3. Se trata de alteraciones meteorológicas y corresponde con la novena plaga de Faraón.
Hasta en esta plaga tenemos daño en el ambiente del hombre. En las siguientes plagas que quedan tenemos daño al hombre. Aquí se hace un intermedio de los toques de trompeta que traen plagas e interviene un paréntesis de metania (introspección, conversión, arrepentimiento y confesión).
Se trata sobre un Ángel en forma de águila que vuela al cielo y dice: “¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!” (8,13). Es un intento último del cielo en crear el regreso de los hombres a Dios. Pero como no se arrepienten, ni se confiesan, ni se convierten, vienen también las plagas restantes.
Con este toque cae una estrella en la tierra, y se le ha dado la llave del pozo del abismo. Es el Diablo que a continuación trae muchos males en la humanidad. Y desde el pozo del abismo subió humo que el sol se oscureció. Del humo salieron saltamontes que parecían a caballos y en sus cabezas tenían algo que se asimilaba con oro. Sus caras eran humanas y tenían cabello como cabello de mujer. Sus dientes como de leones, tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos tanques corriendo a la batalla; sus colas parecían como escorpios que afectan dolorosamente a los hombres. Y el rey de ellos es el Apolión.
¿Qué significan todas estas cosas? Por la descripción, no parecen ser seres biológicos. Se asimilan más con verdaderas y destructoras maquinarias satánicas. Nos recuerdan bastante los aviones actuales, con revestimiento metálico en las alas como saltamontes. El nombre “Apolión” significa una persona que destruye totalmente. La plaga completa posiblemente insinúa guerras muy catastróficas. Los hombres por los resultados de estas guerras estarán buscando la muerte pero no la estarán encontrando. Quizás se trate sobre enfermedades producidas por la radiactividad con resultados terribles y aún enfermedades psíquicas por lo tremendo de estos acontecimientos, como una guerra nuclear. La quinta plaga quizás sea una imagen contemporánea y realidad esperada.
Son desatados cuatro ángeles que estaban atados al río Eufrates y se provoca una gran guerra. Estos ángeles son malvados, es decir, demonios que provocan esta gran guerra. El número de los ejércitos es de 200.000.000 de hombres. Y el lugar es Mesopotamia, el actual Irak. La caballería tiene armadura de tres colores: rojas, amarillas y azules.
¿Quiénes son los “rojos, amarillos y azules”? De todos modos todas las especificaciones de esta plaga por parte de la ciencia técnica actual son absolutamente realizables, como también el número de los soldados. Sólo China puede disponer de 200.000.000 de soldados. El lugar de la guerra también es muy sospechoso, porque hoy allí hay muchos conflictos bélicos. Quizás esta plaga advierte de una gran guerra o conflicto mundial de una forma no acostumbrada.
Y lo sorprendente: “Los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así no se convirtieron, ni se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera…, y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación (sexomanía), ni de sus hurtos” (9,20-21).
Encontrado al capítulo 10º, el Ángel entrega a san Juan una caña para medir el Templo de Dios, el antiguo y el Altar de antes del Templo y los peregrinos que se encontraban allí adorando. Pero recibe el mandamiento de no medir el patio del Templo porque se ha entregado, como también la Ciudad, a las naciones para que sea pisoteada o dominada durante 42 meses.
Es una praxis simbólica que equivale con la selladura de los fieles. La ciudad es la Iglesia, que significa que no sólo será saqueada en su interior, es decir, los verdaderos cristianos, ya que los ostentosos cristianos serán afectados por la moral mundana y llegarán a alabar al Anticristo. ¡Es terrible! Este párrafo del Apocalipsis se debe estudiar profundamente en particular de todos nosotros.
Y continúa el santo Evangelista con una nueva profecía (11,3-14). Se trata de dos testigos que aparecerán durante los días del Anticristo y que una interpretación de Padres muy destacados son el profeta Elías y Enoc, que nunca han conocido la muerte sino que fueron ascendidos al cielo. Ellos ahora actuarán en la Ciudad Santa, la Jerusalén histórica.
Ellos vendrán como segundos Precursores de la Segunda Presencia de Cristo, predicarán el kerigma de la metania y retorno, mostrarán e inspeccionarán al Anticristo por 3½ años, los mismos que el reino del Anticristo, y después serán matados por él en la plaza de la histórica Jerusalén, y sus cuerpos permanecerán 3½ días sin ser sepultados. Entonces todos los habitantes de la tierra se alegrarán porque los habrán visto en sus televisiones, y por su alegría intercambiarán regalos entre sí. Pero sorprendidos, y esto lo verán todos los pueblos de la tierra, después de 3½ días, ellos serán resucitados y ascenderán al cielo.
Θά ἔλθουν ὡς δεύτεροι Πρόδρομοι τῆς Δευτέρας Παρουσία τοῦ Χριστοῦ, θά κηρύξουν κήρυγμα μετανοίας καί ἐπιστροφῆς, θά ὑποδείξουν καί θά ἐλέγξουν τόν Ἀντίχριστον ἐπί 3 ½ χρόνια, ὅσα καί ἡ βασιλεία τοῦ Ἀντιχρίστου, καί κατόπιν θά θανατωθοῦν ὑπ᾿ αὐτοῦ εἰς τήν πλατεῖαν τῆς ἱστορικῆς Ἱερουσαλήμ, καί θά μείνουν τά σώματά τους ἄταφα ἐπί 3 ½ ἡμέρες. Τότε ὅλοι οἱ κάτοικοι θά χαροῦν τῆς γῆς, γιατί θά τούς ἔχουν ἰδῆ εἰς τήν τηλεόρασιν, καί θά ἀνταλλάξουν δῶρα μεταξύ των ἀπό τήν χαρά των. Ὅμως, κατάπληκτοι, καί τοῦτο θά τό ἰδοῦν ὅλοι οἱ λαοί τῆς γῆς, ὕστερα ἀπό 3 ½ ἡμέρες, αὐτοί θά ἀναστηθοῦν καί θά ἀναληφθοῦν εἰς τόν οὐρανόν.
Cuando ocurran todas estas cosas, entonces habrá un gran terremoto que 1/10 parte de la ciudad se habrá derrumbado y habrá matado 7.000 personas. Es un número simbólico de la catástrofe de la ciudad y la muerte de hombres, para que sea confirmado que los dos Mártires, Elías y Enoc eran de Dios.
Con el toque de trompeta del séptimo Ángel, no comienza inmediatamente la séptima plaga sino que precede una praxis en el Cielo, como una preparación psíquica en vista de la aparición del Anticristo. Es un diapsalmos (tipo de salmo) donde se oyen grandes voces en el cielo. Es una Oración de agradecimiento de los Santos, porque está tocando el final de la historia con el Juicio de Cristo sobre las Naciones.
En este se ve una visión tripartita. En la primera imagen se describe una mujer majestuosa y celeste junto con su hijo varón. La segunda imagen describe el combate del dragón-Diablo con el Arcángel Miguel y la caída del primero sobre la tierra. En la tercera imagen tenemos la ira del dragón que persigue la mujer de la primera imagen, la cual huye al desierto.
Ahora vamos a la primera imagen: “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento” (12,1-2)
Magnífica imagen. Gran milagro con grandísima importancia y con dimensión esjatológica. Es la Madre del Mesías, la Santísima Zeotocos María, pero a la vez esta imagen en dimensión esjatológica es la Iglesia. Sobre la Iglesia el sol es el símbolo de la Justicia de Cristo. La luna es el símbolo de la vida mundana alterable, se encuentra bajo sus pies que muestra la transcendencia de la Iglesia sobre la vanidad del mundo. Las Doce Estrellas, es la enseñanza de los Doce Apóstoles sobre la que se fundamenta.
Sobre la primera imagen, que es la Santísima Zeotocos, “la que estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento” (12,2), es la Concepción en Espíritu Santo de Jesús Cristo que prepara la Zeotocos para dar a luz a Cristo. Mientras se realiza la primera imagen, viene en escena la visión de la segunda imagen. “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra” (12,3-4).
El Dragón es el Diablo. Aquí el “cielo” es el firmamento, como en el caso de la “Mujer”, y expresa dos realidades terrenales, el Misterio de la Piedad que es la Iglesia y el Misterio de la Ilegalidad o iniquidad que es el Diablo y su instrumento fiel el Anticristo que combaten en la historia la Iglesia.
El color rojo del dragón expresa “la ansiedad por matar y su sed por la sangre” (San Andrés de Kesarea). Las siete cabezas significan la multitud de sus instrumentos o medios de comunicación y su infiltración al mundo. Los diez cuernos muestran su fuerza y poder en el mundo. Las diez diademas son la coronación del mal por parte de la gente, de las cosas que piensa y opera el monstruo satánico con múltiples cabezas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo que expresa, tanto los ángeles caídos, como la caída de los Cristianos sin fundamento.
Y el Dragón, a partir de entonces, estuvo preparado para devorar el niño varón que la Mujer daría a luz. Son las operaciones escalonadas del Satanás tratando de destruir la obra mesiánica de Cristo. Y cuando la mujer ha dado a luz, el niño fue arrebatado al cielo, que muestra que el Ascendido Cristo después de su Resurrección al cielo y no ha dejado capacidad y posiblidad al Diablo para destruirle.
Pero el Diablo no se rinde. Se dirige hacia la Mujer-Iglesia, “que muestra que el apóstata diablo siempre está armado contra la Iglesia y lucha contra renacidos (espiritualmente) a los que la Iglesia ha armado…” (San Andrés).
La Mujer-Iglesia huye al desierto donde allí se ha preparado de Dios un lugar para permanecer el tiempo que reinará el instrumento fiel del Sananás, el Anticristo, es decir, los 3 ½ años que reinará en la tierra.
De ahora en adelante, ya que el Cristo ha puesto el cimiento de la Iglesia sobre la tierra, y el Diablo estará maniáticamente contra ella, ella se irá yendo al desierto y en las Catacumbas, sea localmente, sea trópicamente.
Y ahora vamos a la tercera imagen de toda aquella visión. San Juan Evangelista ve que se hace una guerra en el cielo entre el Arcángel Miquel con sus fuerzas celestes y el Dragón con sus fuerzas. “Fue vencido y lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles demoníacos fueron arrojados con él” (12,9). Entonces se oyó en el cielo el himno de los santos a Dios que finalmente se ha vencido “el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (12,10).
La caída del diablo tiene tres fases. La primera fase de la caída es cuando el Eosforos (Lucifer) cayó del cielo, queriendo igualarse a Dios, padeciendo de orgullo y de la arrogancia de ser equivalente a la deidad. La segunda fase de la caída es su quebrantamiento, destrozo del diablo por el sacrificio de Cristo en la cruz. Y la tercera fase es cuando volverá el Señor durante Su Segunda Presencia y el Diablo será arrojado al infierno eterno, donde será ya su derrota definitiva.
Y cuando el Diablo vio que fue arrojado en la tierra, persiguió a la Mujer que había dado a luz el Varón, es decir, la Iglesia. Como vemos, el santo Evangelista narra personas y acontecimientos históricos con la característica simbólica. Entonces la Mujer-Iglesia huye al desierto volando con dos alas de águila, que son símbolos de la protección divina. Y el Dragón-Diablo vomitó de su boca un río de agua para ahogar la Mujer-Iglesia, que son todas las corrientes filosóficas, anticristianas y heréticas que durante los tiempos inundan e intentan “ahogar” la Iglesia de la tierra. Y la tierra personificada abre su boca y traga entero el río diabólico, que muestra que también la creación se convierte en instrumento de Dios para salvar la Iglesia, tal y como ocurrió con el antiguo Israel cruzando el mar rojo perseguido por la manía de Faraón.
Pero otra vez el Diablo se enfada después de este fracaso suyo y se llenó de ira “y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús Cristo” (12,17). Son los fieles Cristianos que han quedado en los pueblos y en las ciudades. Es el “resto o la levadura” de los que no se han rebajado para adorar, reverenciar al Diablo dentro en la sociedad y soberanía mundana que se llama civilización, socialismo o sociabilidad, libertad sin límites ni restricciones, liberación de la ética y de los mandamientos de Dios, axiomas, honores y alabanzas del mundo pecador.
Se trata de la aparición de dos Personas, del Anticristo y del Pseudoprofeta, que san Juan los ve, y el primero como una bestia escarlata con siete cabezas, con diez cuernos y con las diez diademas que estaban escritos los nombres de la blasfemia, y que surge del mar, que es el símbolo del desorden, de la inestabilidad y de la pecaminosidad mundana, y que su descripción es similar con el Diablo-Dragón de donde toma también su poder.
Y la segunda bestia, emerge de la tierra, señal de su soberanía malvada, teniendo dos cuernos de cordero y habla como dragón, que es señal de su hipocresía como bueno sin maldad pero en el fondo demoníaco. De todos modos debemos apuntar que estas dos personas serán verdaderas e históricas, serán personas humanas que operarán “por la energía del Satanás” y la segunda bestia, el Pseudoprofeta será una especie de precursor, predicador y preanunciante, haciendo publicidad del Anticristo.
Pero vayamos ahora al Anticristo para ver algunas de sus características de su actividad, su gobierno y su vida. El mismo o en alguno de los que sirven sus voluntades, parecerá que ha muerto y después provocará una supuesta resurrección, como una mala imitación de la muerte y Resurrección de Cristo. De esta falsa resurrección se maravillarán los hombres infieles y frívolos de toda la tierra; y estarán reverenciando al Dragón-Diablo que ha dado un poder de este tipo al Anticristo. Parece ser que toda esta cuestión será proyectada por la televisión para que sea admirado, y la televisión estará totalmente al servicio de él, ya que desde ahora se ha puesto sistemáticamente a los fines demoníacos.
Se concede de Dios, a causa de la gran apostasía de los hombres, para que el Anticristo se ponga injuriamente contra el Dios y guerrear contra los fieles Cristianos y vencerlos, se entiende con el mal trato y el martirio. El dominio del Anticristo será universal porque “también se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (13,7). Y como dicen los santos Padres de la Iglesia que con su visión profunda y perspicaz investigan la Santa Escritura, encuentran que el Anticristo será de origen judío y será enmarcado por el pueblo hebreo para sus conquistas universales.
Pero vamos a ver algunas características de la segunda Bestia, el Pseudoprofeta. De cualquier manera trabaja para que sea adorado el Anticristo, incluso haciendo sorprendentes falsos milagros. Espiritismo, Magia, Filosofía, sistemas sociales humanocéntricos, kerigmas sobre ateísmo, serán su principal obra precursora para conducir al Anticristo.
La relación de las dos bestias en la historia es por un lado el Anticristo o los parciales precursores del Anticristo que estarán operando dinámicamente como poderosos y soberanos, y por otro lado, el Pseudoprofeta o sus precursores que estarán operando como una ideología o herejía con dimensión espiritual.
La actividad del Anticristo comienza inmediatamente de la salida del Paraíso de los primeros en ser creados, a donde el Diablo escuchó el mensaje de sanación y salvación y actúa anti-salvíficamente. Esta actividad es “el misterio de la ilegalidad o iniquidad” que ya se está operando, según el Apóstol Pablo (2Tes 2,7) y paralelamente está firme y contrario al Misterio de la Piedad que es la Iglesia (1Tim 3,16).
El Misterio de la Piedad fue activado en línea recta por Abel, Siz, Noé, Sim, la Zeotocos (Madre de Dios) y llegamos a Jesús Cristo que crea la Iglesia sobre la tierra. El Misterio de la iniquidad fue activado en línea recta por Caín, Judas, Arriano, Occidente Cristiana como percepción de cristianismo secularizado, mundanizado, y finalmente del Anticristo como persona.
¿Cuándo vendrá el Anticristo? San Pablo refiriéndose sobre la Segunda Presencia de Cristo, apunta a los Tesalonicenses que si primero no viene la gran apostasía, es decir, el Anticristo no vendrá el Cristo, y sobre todo inmediatamente después del Anticristo. Por lo tanto, el tiempo o fecha de la venida del Anticristo que está vinculada con la Segunda Presencia de Cristo, permanece desconocido.
A pesar de esto nos ha dado muchos signos o señales para la segunda venida, como el ejemplo característico de Noé, donde la construcción del Arca no podía sobrepasar algunos límites lógicos, como los 120 años de su construcción y la posible metania de aquella generación, mientras que la fecha del cataclismo permanecía desconocida. Así también entonces, dice el Señor, en el tiempo habrán estas señales o signos y estas serán muchas, y vendrá el Cristo y antes de él el Anticristo. Nuestros tiempos han comenzado a mostrar algunas de las señales preanunciadas por el Señor sobre el fin del mundo.
Ἐν τούτοις ὁ Κύριος μᾶς ἔδωσε πολλά σημάδια διά τήν δευτέραν του ἔλευσιν, ὅπως χαρακτηριστικά τό παράδειγμα τοῦ Νῶε ὅπου ἡ κατασκευή τῆς κιβωτοῦ δέν μποροῦσε νά παραταθῆ πέραν κάποιων λογικῶν ὁρίων, ὅπως τά 120 χρόνια κατασκευῆς της καί τῆς τυχόν μετανοίας τῆς γενεᾶς ἐκείνης, ἐνῶ ὁ χρόνος τοῦ κατακλυσμοῦ παρέμενε ἄγνωστος. Ἔτσι καί τότε, λέγει ὁ Κύριος, κάπου γύρω χρονικά σέ ἐκεῖνα τά σημάδια, καί αὐτά εἶναι πολλά, θά ἔλθη ὁ Χριστός καί πρό αὐτοῦ ὁ Ἀντίχριστος. Ἡ ἐποχή μας ἄρχισε νά δείχνη κάποια προαγγελθέντα ἀπό τόν Κύριον σημάδια τοῦ τέλους.
Debemos aún señalar que el Pseudoprofeta operará de un modo de amenaza de cataclismo económico, impondrá un sello o chip en la frente o en la mano derecha a los que acepten el Anticristo. Se trata de una identidad indeleble y específica que será la negación del sello del Espíritu Santo (que es el Misterio de la Crismación) que hemos recibido durante el Bautismo. El selo será constituido con el nombre del Anticristo o con el nombre del número que es el 666. De todos modos hasta que venga el Anticristo su nombre permanecerá desconocido y cuando venga será apocaliptado-revelado sólo en aquellos que están en nipsis espiritual (o espiritualmente sobrios).
Después de la amarga descripción de todo lo anterior, interviene un magnífico diapsalmos (tipo de salmo) de los 144.000 que tienen tres atributos, son en su vida entera castos o vírgenes, se han dedicado a Cristo y están inmaculados, sin mancha (14, 1-5). Con el cierre del séptimo toque de trompeta que contenía lo que concierne al Anticristo y al Pseudoprofeta, viene una tercera septenaria (conjuntos de 7 imagenes) de plaga o heridas con forma de bombonas doradas con siete ángeles correspondientes derramando en la tierra.
Con el derrame de la primera bombona “vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen” (16,2). Se trata de una herida corporal que recuerda la sexta plaga de Faraón.
Con derramamiento de la segunda bombona en el mar, el agua se ha pintado de rojo como sangre, con el resultado de morir toda vida marítima, recuerda la primera plaga faraónica.
Con el derramamiento de la tercera bombona en los ríos y en las fuentes, las aguas se convirtieron rojas como la sangre y fueron inadecuados para beber.
Con el derramamiento de la cuarta bombona sobre el sol, se fue dado quemar a los hombres con terrible fuego, que viene a completar la plaga anterior de falta de agua y sed. Y los hombres en vez de arrepentirse, blasfeman el Santo Nombre de Dios.
Con el derramamiento de la sexta bombona sobre el trono del Anticristo, se hace una oscuridad sensible o confusión espiritual y audible, es decir, confusión entre los teatreros del Anticristo, que recuerda la novena plaga de Faraón. Y una vez más no se arrepintieron.
Y viene el derramamiento de la sexta bombona. Esta se refiere a la última guerra de la historia, el terrible Armagedón, que se hará en vísperas del gran día del Señor, es decir, de la Segunda Presencia. El lugar de Armagedón, que territorialmente pertenece a Palestina, pero en el Apocalipsis no se trata de este lugar, habrá una gran destrucción de la humanidad que seguirá al Anticristo, y realmente todas las naciones habrán comenzado la gran guerra contra la Ciudad amada, es decir, la Iglesia, y al final se encontrarán matándose los unos a los otros. Y esto se ve también de la guerra de Gog y Magog que se refiere al libro del Apocalipsis en el capítulo 20.
Y finalmente viene la plaga de la Sexta Bombona, que fue derramada al aire, con el resultado de que ocurran terribles fenómenos atmosféricos y geológicos. Y esta plaga o herida se asimila con la séptima plaga faraónica. Fue tan grande esta plaga o herida que los hombres en vez de arrepentirse llegaron a blasfemar el Santo Nombre de Dios.
Nos encontramos al capítulo 17º, donde un ángel dice a San Juan: “Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación (17, 1-2). Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre la bestia escarlata, que antes os conté, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones e inmundicia, suciedad de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA (17,5). Vi a la mujer ebria de la sangre de los Santos, y de la sangre de los Mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con este espectáculo. Y el ángel me dijo: “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición” (17, 8).
Ya el santo Evangelista utiliza el nombre de Babilón, pero entonces Babilón no existía, una ciudad que ejerció un dominio terrible sobre la tierra, y el pueblo de Dios había sido cautivado de ella. Pero entonces con la antigua Babilón se asimilaba Roma con su cesarolatría (adoración al cesar) y las terribles persecuciones y castigos a los Cristianos. Sin embargo, se trata de una ciudad virtual, es decir, un centro de apostasía y corrupción que influye y afecta en todas las magnitudes geográficas, siempre por inspiración del Anticristo. Hoy en día el “centro” es “Occidente” no en sentido geográfico sino cultural que influye a todas las culturas y civilizaciones de la tierra. Pero este “centro” de la apostasía no durará mucho.
San Juan el Teólogo escucha un Ángel clamar con voz potente: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho residencia de demonios y guarida de todo espíritu sucio e inmundo…” (18,2). Y entonces empieza el luto, el llanto y el dolor de los reyes de la tierra, y también de los comerciantes y de los armadores por su penuria. Nuestro mundo actual es un mundo babilónico y podrido que está a punto de caer.
¿Y los criterios para la caída? Pues, el ateísmo, el amoralismo, la arrogancia de la vida dentro de los lujos, la abundancia de bienes materiales y el derroche, cuando los demás pueblos pasan hambre, que muestra la crueldad abismal de los hombres. Y no se hunde sólo este mundo apóstata y demoníaco, sino a la vez se convierte también en la casa de los demonios, donde por supuesto que es ausente la jaris (gracia, energía increada) de Dios y la bendición.
En este mundo que se está derrumbando, se oye otra vez del cielo: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (18,4). Se trata de la relación de los fieles con los infieles. El Dios pide un “éxodo, salida” de su pueblo, a veces trópica (manera o forma de vivir) y a veces local, territorial. Noé, Lot, Tobit son ejemplos de salida trópica. La huida de los cristianos de la asesina de Cristo Jerusalén, es una salida local. La salida o éxodos de los ésjatos-postreros tiempos será trópica (manera o forma de vivir) y también territorial o local, según y cómo el Espíritu Santo estará dictando en la Iglesia.
Después de la destrucción de la Babilonia intelectiva o virtual, se oyó del cielo una gran voz de gran multitud, que psalmodiaba: “¡Aleluya! Salvación, honra, gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella” (19,1-3). Ya entramos en la última praxis y el desenlace final de todo el drama de la lucha de Cristo contra las potencias contrarias. Es digno de máxima atención desde el aspecto interpretativo, porque a partir de ahora el Profeta Juan lo que nos va a describir no está sujeto en secuencia cronológica, sino en la Primera y Segunda Presencia de Cristo, pasado, presente y futuro, futuro inmediato y ultimísimo, todo se encuentra en una y la misma imagen. Si buscamos la secuencia cronológica peligramos en aceptar las posiciones milenaristas, las cuales nuestra Iglesia las ha condenado, aunque sean de una forma muy espiritual. Como ejemplo, el de la batalla de Armagedón por la que hablaremos otra vez más abajo, sin significar que se hará dos veces, sino para describirla sin buscar datos cronológicos. Con estos datos avancemos en la interpretación del texto sagrado.
Después de las tres septenarias de plagas o heridas y las sucesivas imágenes del Apocalipsis, el santo Evangelista ve el cielo abierto, no para que sean apocaliptadas-reveladas los misterios del futuro, sino para que se manifieste el Juez Cristo, el Juez de toda la Creación, visible e invisible. Sale del cielo el caballo blanco y el sentado sobre este tenía el nombre: «ὁ Λόγος τοῦ Θεοῦ el Logos de Dios» (19, 11-13). Es el Juez Cristo que está acompañado de Potencias celestes angelicales.
A continuación san Juan ve “a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército” (19,19). Se trata, por segunda vez, sobre la última gran y terrible guerra de Armagedón que se ha referido al capítulo 16, como también por tercera vez se hará referencia en el capítulo 20.
¿Cómo debemos entender esta batalla que estarán todas las naciones y será capitaneada por el Anticristo y el Pseudoprofeta, contra al jinete Cristo-Juez? Quizás esto será como nos lo describe proféticamente Ezequiel. Refiriéndose a Gog, donde el Apocalipsis inmediatamente un poquito más abajo (20,8) nos habla, se trata de la misma identidad del tema, escribe: “Esto dice el Señor Dios a Gog… en aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, (es decir, contra la Iglesia y los santos), dice el Señor Dios, subirá mi ira y mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor…; que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice el Señor Dios; la espada de cada cual será contra su hermano (es decir, guerra y destrucción mundial, a causa de la apostasía y la posición en enemistad contra la Iglesia); y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre” (38, 17-22). Donde se cree que se trata de una destructiva guerra mundial.
Sobre la matanza entre hermanos que señala Ezequiel, podría realizarse entre Potencia antiteas (contrarias a Dios), como entre el ateo comunismo de oriente y el ateo materialismo de occidente y el ateo Sionismo de los judíos. Además un choque de este tipo hoy en día es muy posible y se espera.
Observamos que el jefe de estos ejércitos será el Anticristo y el Pseudoprofeta, los cuales son detenidos y arrojados vivos al lago del fuego, el eterno infierno, donde finalmente el Anticristo y el Pseudoprofeta desaparecen del escenario de la historia.
Sin haber siempre sucesión histórica cronológica en los acontecimientos, pero cosas descritas en una y la misma imagen, el santo Evangelista ve a un Ángel que ata con cadena pesada y gorda el Dragón, el Diablo y le arroja al abismo por mil años.
El atado de Satanás no es otra cosa que permanece desactivado, con su fuerza y poder mutilados, con bloqueo de su atrevimiento y audacia, que el Cristo con Su primera Presencia le ató, y naturalmente sólo para los que están en conciencia Cristianos bautizados.
Los mil años es un número redondo que manifiesta el tiempo entre las dos Presencias de Cristo en el mundo, o el tiempo del Evangelio, y no son mil años después de la presencia del Anticristo como enseñan los milenaristas antiguos y nuevos (testigos de Jehová).
Τά χίλια χρόνια, εἶναι ἕνας στρογγυλός ἀριθμός πού φανερώνει τόν μεταξύ τῶν δύο Παρουσιῶν τοῦ Χριστοῦ χρόνον, ἤ τόν χρόνον τοῦ Εὐαγγελίου, καί δέν εἶναι 1000 χρόνια μετά ἀπό τήν παρουσίαν τοῦ Ἀντιχρίστου ὅπως διδάσκουν παλαιοί καί νεώτεροι Χιλιασταί.
Después de largo período del Evangelio, y un poco antes de la Segunda Presencia de Cristo, cuando los Cristianos habrán comenzado a secularizarse o mundanizarse, entonces será desatado el Satanás por poco, y entonces vendrá la gran apostasía, durante la cual acturá el Anticristo y el Pseudoprofeta, e inmediatamente después el Juicio y el final de la historia.
Μετά ἀπό τήν μακράν περίοδον τοῦ Εὐαγγελίου, καί λίγο πρίν ἀπό τήν Δευτέραν τοῦ Χριστοῦ Παρουσίαν, ὅταν οἱ Χριστιανοί θά ἔχουν ἀρχίσει νά κοσμικοποιοῦνται, τότε θά λυθῆ ὁ Σατανᾶς γιά λίγο, ὁπότε θά ἔλθη ἡ μεγάλη ἀποστασία κατά τήν διάρκειαν τῆς ὁποίας θά δράση ὁ Ἀντίχριστος καί ὁ Ψευδοπροφήτης, καί εὐθύς μετά ἡ Κρίσις καί τό τέλος τῆς ἱστορίας.
Todo esto se resume en el logos del ángel: “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo y va a perdición…” (17,8). “Era” significa el tiempo antes de Cristo que actuaba el Diablo con la idolatría. “No es o no existe”, es el tiempo del Evangelio, el tiempo de las dos Presencias de Cristo o el tiempo de 1.000 años. “Está para subir del abismo”, es el desatado del Diablo y el tiempo del Anticristo, es decir, 3 ½ años. “Y va a la perdición”, es decir, después de todo esto el Diablo va a la perdición, ya va al eterno y definitivo infierno.
Después de todo esto que marca el final de la historia, san Juan ve al cielo “un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos” (20,11). Es el trono de Cristo-Juez aparente ya ante todas las creaciones lógicas visibles e invisibles y que se encuentra entre el cielo y la tierra.
Es esto que escribe el apóstol Pablo: “Que el mismo Señor… bajará del cielo” (1Tes 4,16-17), o esto que describe el Señor: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos” (Mt 25,31-32).
A continuación con simples líneas, pero con rayas muy fuertes, san Juan describe la resurrección de los muertos, pequeños y grandes, tanto en la edad como en axiomas, y de cualquier manera muertos, natural o violentamente, dando cuentas ante el Cristo-Juez, a base de los libros abiertos de sus praxis o actos que están en la memoria de Dios. Mientras estará ocurriendo esto en tiempo casi cero, el cielo y la tierra estarán pasando de la corrupción a la incorrupción y el cambio de forma en forma nueva.
Y escribe el Teólogo: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (21,1). El final del mundo creado es en realidad maravilloso. Nada desaparecerá de su esencia, sino que todo habrá cambiado de forma, todo habrá pasado de la corrupción del cambio-matábole a la incorrupción, todo habrá recibido la doxa (gloria, luz increada) de Dios, y todo se convertirá en un “lugar, espacio” de la Nueva Jerusalén, de la Realeza increada de Dios.
A continuación san Juan ve bajar del cielo dentro en el nuevo mundo creado, la Ciudad Jerusalén, no la histórica y vieja, sino la nueva, glorificada ya por la Realeza increada de Dios que está iconizada como ciudad, porque entre los hombres y los ángeles estará habitando el Dios Triádico.
Y se escuchó una gran voz del cielo que decía: “He aquí la tienda de cabaña de Dios con los hombres, y él habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (21,3). En esta Ciudad nueva, es decir, en la Realeza increada de Dios, no habrá ya lágrimas, luto, llanto, dolor y muerte, porque el primer plano, el estado caído definitivamente habrá pasado.
Y el sentado sobre el trono Jesús Cristo, dijo: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (21,5). Los vencedores del mundo y de los pazos tendrán porción de la Realeza increada de Dios. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, es decir, el infierno eterno, la muerte segunda que es la peor con la separación de las existencias de Dios.
Y ahora el Escritor sagrado, ve a un Ángel que le dice: “Ven y te mostraré la Novia, la Mujer del Cordero”. Y le conduce extáticamente (en extensión espiritual) en una montaña muy alta, y allí le muestra la Iglesia, como santa Ciudad Jerusalén, que tenía la doxa (gloria, luz increada) de Dios. Iluminador de ella era el mismo Cristo con su brillantísima doxa increada.
Tenía muro grande y alto, muestra de la eterna seguridad de ella de el mal. Tenía 12 pilares, que son los 12 Apóstoles y la enseñanza apostólica del Evangelio por los cuales nos introducimos en la Realeza increada de Dios. Los pilares los vigilan doce ángeles, imagen de la divina protección. En cada columna también un nombre escrito de las doce tribus del Nuevo Israel, de cada nación, pueblo y raza de todos los tiempos.
La ciudad es cuadrada, que en cada lado hay tres pilares. Las cuatro triadas de pilares es la imagen de la disposición de las cuatro tríadas de razas del campamento del antiguo Israel en el desierto, con centro el Arca del Testamento, símbolo de residencia de Dios entre su pueblo.
Ἡ πόλις εἶναι τετράγωνη, πού στήν κάθε πλευρά της ὑπάρχουν τρεῖς πυλῶνες. Οἱ τέσσερις τριάδες πυλώνων εἶναι εἰκόνα διατάξεως τῶν τεσσάρων τριάδων τῶν φυλῶν τοῦ παλαιοῦ στρατοπέδου τοῦ Ἰσραήλ εἰς τήν ἔρημον, μέ κέντρον τήν Κιβωτόν τῆς Διαθήκης, σύμβολον ἐγκατοικήσεως τοῦ Θεοῦ ἀνάμεσα εἰς τόν λαόν του.
Los cuatro lados son símbolos de los cuatro Evangelios que atrincheran la Nueva Ciudad-Iglesia, y determinan su contenido. La disposición en cuarteto de los pilares, expresa aún la señal de la Cruz. Los cuatro lados de la ciudad ven hacia los cuatro puntos cardinales, hacia los cuales dirigen la misión sagrada, tanto con el kerigma de la Cruz, o sea del Misterio de la Encarnación, como también del Misterio de la Santa Trinidad que es representada por los tres pilares.
El kerigma como kerigma de la Ortodoxia es uniforme, porque también cada una de sus cuatro partes tiene sus tres pilares, que es el dogma de la Santa Trinidad. En la disposición cuarteta de la Ciudad se encuentran los cuatro atributos de la Iglesia como Una, Santa, Católica y Apostólica. La medida de la ciudad es de plano cuadrado, muestra de la perfección absoluta de la Realeza increada de Dios.
El interior del muro está constituido de 12 piedras preciosas, y la ciudad de oro puro, muestra de la limpieza y del lujo de sus habitantes. Templo no había en ella, porque el mismo Señor es su Templo. Necesidad de luz del sol no hay, porque la Divina doxa (gloria, luz increada) ilumina. Allí nada sucio puede introducirse.
Allí fluye sus aguas cristalinas el río de la vida que emana del trono de Dios y del Cordero, que recuerda el antiguo Paraíso que han perdido los primeros en ser creados. Este río Místico, es el Espíritu Santo que procede (emana) del Padre y se envía por el Hijo. Este río es también la vida eterna y el Santo Bautismo que renace al hombre. En el medio de la plaza y por lo dos lados u orillas del río está el árbol de la vida, que produce frutos eternos, que es el Cristo, y que el antiguo tipo histórico fue el árbol de la Vida en medio del antiguo Paraíso. En el siglo presente es el Misterio de la Divina Efjaristía. Los frutos del árbol es la teognosía (conocimiento increado de Dios) con toda su bienaventuranza y felicidad paradisíaca. Allí el trono de Dios y del Cordero, donde los fieles “contemplarán el Rostro de él” (22,4), que es la eterna contemplación del Rostro de Dios.
Los habitantes de la Ciudad llevan en sus frentes el nombre de Dios, que significa la eterna propiedad de Dios a los hombres, es decir, llevando la eterna doxa (gloria, luz increada) y el brillo sobre sus rostros, la eterna zéosis, deificación o glorificación y bienaventuranza, felicidad.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar. Ahora vamos al epílogo del Libro del Apocalipsis, donde se asegura repetidamente por Jesús Cristo que viene pronto y lleva el salario consigo para recompensar a cada uno según sea y según ha trabajado en su vida. Se asegura aún que lo que se ha escrito en este Libro es válido, digno de confianza y verdadero.
Καί ἐρχόμεθα εἰς τόν Ἐπίλογον τοῦ Βιβλίου τῆς Ἀποκαλύψεως ὅπου βεβαιοῦται ὑπό τοῦ Ἰησοῦ Χριστοῦ κατ᾿ ἐπανάληψιν, ὅτι ἔρχεται ταχύ καί ὁ μισθός του φέρεται μαζί του διά νά ἀποδοθῆ κατά τόν τρόπον πού ὁ κάθε πιστός ἐργάσθηκε εἰς τήν ζωήν του. Βεβαιοῦται ἀκόμη, ὅτι ὅ,τι ἐγράφη εἰς τοῦτο τό Βιβλίον εἶναι ἀξιόπιστον καί ἀληθινόν.
Un mandamiento importante se da a Juan: “No selles los logos de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca” (22,10). Esto significa que debemos estudiar este Libro con gran atención, y con esperanza esjatológica, porque el tiempo final de lo que se ha escrito está cerca.
Y termina todo el Libro del Apocalipsis con el eterno Diálogo de Cristo y la Iglesia que es reforzada por el Espíritu Santo: Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último… Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las Iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Novia dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén (de verdad) sí, ven, Señor Jesús. La jaris (gracia, energía increada) de nuestro Señor Jesús Cristo sea con todos vosotros. Amén.
Yérontas Atanasio Mitilineos, Junto con el Dios Triádico
π. Ἀθαν. Μυτιληναίου. Σύν Ἁγίῳ Τριαδικῷ Θεῷ.
Apocálipsis quiere decir revelación, donde no se utiliza el logos humano para encontrar la verdad, sino el Logos divino, es decir, es el mismo Dios quien me apocalipta, revela la verdad.
Introducción Εἰσαγωγή
Hermanos míos, con mucho respeto, temor y oración uno debe abordar el logos de Dios, la Santa Escritura y especialmente el Libro más profético del Apocalipsis.
La dificultad que proviene para hacer un resumen en dos homilías es evidente. Pero, implorando la ayuda del Santo Dios Triádico, intentaremos con toda nuestra fuerza a ofrecer algo para la edificación de la Iglesia de Cristo, la Ortodoxa. Antes de avanzar, desearía avisarles que sólo se utilizará una interpretación subjetiva de lo que está presentado y descrito en la enseñanza de nuestra Iglesia Ortodoxa. Se debe recalcar aún que el laós-pueblo de Dios debe estar estudiando este libro, según el mandamiento de Cristo: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia… y no selles los logos de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca” (Apo 1,11 y 22,10) Ἡ δυσκολία μάλιστα νά ἀποδοθῆ μία συντομωτάτη περίληψις τοῦ ὅλου Βιβλίου μέσα σέ δύο Ὁμιλίες εἶναι προφανής. Ὅμως, ἐπικαλούμενοι τήν βοήθειαν τοῦ Ἁγίου Τριαδικοῦ Θεοῦ, θά προσπαθήσωμε, ὅση δύναμις, κάτι νά προσφέρωμε διά τήν οἰκοδομήν τῆς Ἐκκλησίας τοῦ Χριστοῦ. Πρίν ὅμως προχωρήσωμε, θά ἐπιθυμοῦσα νά σημειώσω ὅτι καμμία ὑποκειμενική ἑρμηνεία δέν θά χρησιμοποιηθῆ παρά μόνον ὅ,τι εἶναι κατατεθειμένον εἰς τήν ὀρθόδοξον διδασκαλίαν τῆς Ἐκκλησίας μας. Πρέπει ἀκόμη νά τονισθῆ, ὅτι ὁ λαός τοῦ Θεοῦ ὀφείλει νά μελετᾶ τοῦτο τό βιβλίον κατά τήν ρητήν παραγγελίαν τοῦ Κυρίου: «ὅ βλέπεις γράψον εἰς βιβλίον καί πέμψον ταῖς ἑπτά Ἐκκλησίαις… καί μή σφραγίσῃς τούς λόγους τῆς προφητείας τοῦ Βιβλίου τούτου. Ὁ καιρός γάρ ἐγγύς ἐστίν» (Ἀποκ. 1, 11. 22, 10).
Dentro de este Libro el creyente estará intentando a “enterarse de los tiempos y a esperar al sin tiempo e invisible y por nosotros visible”, según san Ignacio (Carta III a Policarpos).
La tentación de que cada lector defina él los tiempos de los desenlaces de las profecías descritas, se limita por la condición que pone san Irineo sobre lo fundamental de la interpretación: “Lo más seguro y menos peligroso es que uno espere el desenlace de la profecía, en vez de meditar filosofando y hacer de adivino o mago” (Contra herejías V 30,2). Y añade san Andrés de Kesarea: “La experiencia y el tiempo apocaliptará (revelará) a los que están en nipsis (los sobrios espiritualmente)”.
El libro del Apocalipsis es el esjato (último) libro del Nuevo Testamento, y también de toda la Santa Escritura. Es el colofón del N. Testamento y tiene una correspondencia competente con el primer Libro, el Génesis, que consiste en el eje: Caída-Sotiría (sanación y salvación). Si el Génesis nos describe la Creación del Cosmos-mundo, del Hombre y su caída, el Apocalipsis nos describe proféticamente el camino de la Iglesia y la Creación dentro en el tiempo, la renovación del hombre, la recreación del creado mundo visible y la doxa-gloria eterna de estos.
El Apocalipsis contiene en resumen del Misterio completo de la Divina Economía, desde la Humanización (Encarnación) del Logos de Dios, donde la Mujer-Zeotocos con el hijo varón, el Jesús, es perseguida y que el hijo varón de ella es arrebatado al Cielo, es decir, la Ascensión del Jesús. Ἡ Ἀποκάλυψις περιέχει ἐν συντομίᾳ ὁλόκληρον τό Μυστήριον τῆς Θείας Οἰκονομίας, ἀπό τῆς Ἐνανθρωπήσεως τοῦ Θεοῦ Λόγου, ὅπου ἡ Γυνή – Θεοτόκος μέ τό ἄρρεν παιδίον, τόν Ἰησοῦν, καταδιώκεται καί τῆς ὁποίας τό ἄρρεν παιδίον ἁρπάζεται εἰς τόν Οὐρανόν, δηλαδή ἡ Ἀνάληψις τοῦ Ἰησοῦ.
Se refiere de la fundación en la tierra de la Realeza increada de Dios, es decir, de la Iglesia, su presencia histórica y su expansión universal. La evolución de la lucha de la Iglesia con las potencias antidivinas, las últimas heridas que caerán en la humanidad que no se ha convertido y está sin metania. Ἀναφέρεται εἰς τήν ἵδρυσιν ἐπί τῆς γῆς τῆς Βασιλείας τοῦ Θεοῦ, δηλ. τῆς Ἐκκλησίας, τήν ἱστορικήν της παρουσίαν καί τήν παγκοσμίαν ἐπέκτασίν της. Τήν ἐξέλιξιν τῆς πάλης της μέ τάς ἀντιθέους δυνάμεις, τάς ἐσχάτους πληγάς πού θά ἐπιπέσουν εἰς τήν ἀμετανόητον ἀνθρωπότητα.
Finalmente la aparición del Anticristo, su destrucción definitiva, la Segunda Presencia de Cristo como Juez, la resurrección de todos los muertos de todos los siglos, el castigo eterno de los impíos, la eterna doxa (gloria, luz increada) de los fieles, la apocálipsis (revelación) de la Nueva Jerusalén-Realeza increada de Dios, la renovación del mundo visible y la eterna comunión de los fieles deificados, glorificados con el Cristo.
La idea central del Libro permanece siempre la Segunda Presencia de Cristo. El tema principal es la lucha de la Iglesia contra las fuerzas antidivinas con el resultado final la victoria de la Iglesia. Todo esto se describe con visiones, representaciones e imágenes que constituyen la lengua simbólica del Libro. Κεντρική ἰδέα τοῦ Βιβλίου παραμένει πάντοτε ἡ Δευτέρα τοῦ Χριστοῦ Παρουσία. Κύριον θέμα, ὁ ἀγών τῆς Ἐκκλησίας κατά τῶν ἀντιθέων δυνάμεων μέ νικηφόρον ἔκβασιν τῆς Ἐκκλησίας. Ὅλα αὐτά καταγράφονται μέ ὁράματα, παραστάσεις καί εἰκόνες πού ἀποτελοῦν τήν συμβολικήν γλῶσσαν τοῦ Βιβλίου.
El Libro del Apocalipsis como profético apocalipta (revela) no sólo las cosas futuras sino también las presentes en relación con el tiempo de su descripción. El mismo Señor apunta en el Evangelista, el cual es el que ha escrito el Libro del Apocalipsis en la isla de Patmos: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas” (1,19).
El propósito del Libro es la preparación de los fieles en vista de las aflicciones, sufrimientos y dolores que vienen, y para consuelo de ellos para el fin bueno de sus luchas y combates (físicos y espirituales). Pero sobre todo, el preaviso a ellos para las venideras aflicciones y tristezas de modo que no sean escandalizados y consideren la Iglesia débil e indefensa y a Jesús como indiferente para Su Iglesia. Algo similar ocurrió también con el inminente Pazos-pasión de Cristo cuando los Discípulos fueron avisados precisamente para que no sean escandalizados, y más tarde entendieron que el Pazos-pasión era voluntario.
Así que, no debemos ver el Apocalipsis con el sentido estricto de la profecía, sino como un Libro que viene a fortalecer, levantar el ánimo, avisar y constatar, especialmente en tiempos que el sentimiento religioso está bajo y débil. Ἔτσι, δέν πρέπει νά ἰδοῦμε τήν Ἀποκάλυψιν μέ τήν στενήν ἔννοιαν τῆς προφητείας ἀλλά σάν ἕνα Βιβλίον πού ἔρχεται νά ἐνισχύση, νά παρηγορήση, νά ἀνορθώση, νά εἰδοποιήση, νά ἐπισημάνη, ἰδιαιτέρως δέ σέ ἐποχές πού τό θρησκευτικόν συναίσθημα εἶναι χαμηλόν.
Es un Libro vivo, con mucha e inexpresable jaris (gracia energía increada) y frescura. Es una verdadera obra de arte del Espíritu Santo. Tiene cohesión, simetría, armonía, potencia del logos, riqueza de colores y tonos, variedad de temas, finura, vivacidad y elocuencia. Es muy teológico, despertador de conciencias y despertares espirituales, fascinante con escenas del cielo y la tierra, y con tiempo de evolución la historia universal y la eternidad. Por eso es un error interpretativo el querer interpretar el Texto del Apocalipsis con base un lugar, como Grecia, Constantinopla, una corriente como el Mohametanismo, el Comunismo, o en un período de tiempo, como los cuatro siglos de ocupación turca, el siglo XX, etc. Todo esto por supuesto que está contenido en el horizonte óptico del Libro del Apocalipsis, pero no se agota en estos.
Un punto más que se debe referir es: ¿Cuándo comienza a cumplirse el Libro del Apocalipsis? Debemos apuntar que no se limita sólo en la época del santo escritor, ni en los ésjatos (últimos tiempos y acontecimientos) de la historia, sino que comienza desde el momento que se está escribiendo. Algo que se realiza es preludio de los acontecimientos siguientes, con el resultado final las cosas sobre la Segunda Presencia del Señor.
Intérpretes Ortodoxos, como san Andrés de Kesarea, buscan en el Apocalipsis la dimensión histórica, ética, teológica y mística del texto sagrado. Ὀρθόδοξοι ἑρμηνευταί, ὅπως ὁ Ἅγιος Ἀνδρέας Καισαρείας, ἀναζητοῦν εἰς τήν Ἀποκάλυψιν, τήν ἱστορικήν, τήν ἠθικήν, τήν θεολογικήν καί μυστικήν διάστασιν τοῦ ἱεροῦ κειμένου.
La dimensión histórica es aquello que ya ocurre o trata de ocurrir, como en las Siete Iglesias de Asia Menor, los ésjatos (últimos), el Anticristo y la Segunda Presencia de Cristo.
La dimensión ética es que puede enseñar, restablecer, mantener, inspeccionar, castigar y consolar. Ἡ ἠθική διάστασις εἶναι ὅ,τι δύναται νά διδάξη, νά ἐπανορθώση, νά διατηρήση, νά ἐλέγξη, νά τιμωρήση, νά παρηγορήση.
La dimensión mística y teológica es el encuentro del significado y sentido más profundo del mensaje de Dios hacia el hombre que se desarrollará con una relación personal del hombre y de Dios, como también todos los actos y energías increadas de Dios dentro en la historia y la Creación, que expresan las increada sabiduría, fuerza y agapi de Dios.
Después de esta introducción reducida, podemos ver ahora muy reducidamente también la interpretación de algunos párrafos del texto sagrado del Libro del Apocalipsis: 1 Ἀποκάλυψις (apocálipsis) revelación de Jesús Cristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
1. Ἀποκάλυψις (apocálipsis) revelación de la divina voluntad y decisión sobre Jesús Cristo, la cual revelación el Dios ha dado a él como jefe de la Iglesia, para mostrar y manifestar a sus fieles siervos aquellas cosas que deberían ocurrir y realizarse en breves tiempos según la voluntad divina; y estas cosas las hizo conocer a su siervo Juan a través del ángel que le envió;
2 que ha dado testimonio del logos de Dios, y del testimonio de Jesús Cristo, y de todas las cosas que ha visto.
2. Juan, ha manifestado y afirmado estas apocalipsis (revelaciones), es decir, el logos de Dios y el testimonio de Jesús Cristo, todo lo que ha visto.
3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen los logos de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
3. Bienaventurado y dichoso es aquel que lee, y aquellos que escuchan los logos de esta profecía divina y aplican y cumplen con devoción y fe todas las cosas que están escritas en ella; porque el tiempo que se van a realizar todas estas cosas está cerca (Apo 1, 1-3).
Μετά ἀπό τήν σύντομην αὐτήν Εἰσαγωγήν, μποροῦμε τώρα νά ἰδοῦμε πολύ περιληπτικά καί σέ κάποιες ἑνότητες τήν ἑρμηνείαν τοῦ ἱεροῦ Κειμένου τοῦ Βιβλίου τῆς Ἀποκαλύψεως.
Con este admirable epígrafe introductor empieza el Libro. Se distingue por su tono solemne, recordando el epígrafe de los libros proféticos del Antiguo Testamento. Se manifiesta el carácter del libro como «Ἀποκάλυψις Apocálipsis-Revelación». Se declara el prestigio y la autenticidad del Libro, porque su fuente es el Dios y el Jesús Cristo, sea personalmente o por un ángel. En toda la extensión del libro se hace hincapié que “el tiempo está cerca”.
Observamos que todas las profecías en el Antiguo Testamento, no indican el desenlace final en tiempo corto, mientras que aquí se recalca hasta la saciedad que el tiempo del desenlace de todo lo escrito es corto o está cerca. Desde los tiempos de Abraham hasta el Nacimiento de Cristo pasaron 2100 años, y las profecías sobre el Cristo no indican una prisa para el cumplimiento. Pero para la Segunda Presencia de Cristo indican una prisa del cumplimiento. Y han transcurrido 2000 años. ¿Quizás el final de la historia está cerca? Παρατηροῦμεν ὅτι ὅλες οἱ προφητεῖες εἰς τήν Παλαιάν Διαθήκην, δέν δείχνουν σύντομη χρονικά τήν ἔκβασίν τους, ἐνῶ ἐδῶ κατά κόρον τονίζεται ὅτι ὁ χρόνος ἐκβάσεως ὅλων τῶν γεγραμμένων εἶναι σύντομος. Ἀπό τήν ἐποχήν τοῦ Ἀβραάμ ἕως τήν Γέννησιν τοῦ Χριστοῦ παρῆλθον 2100 χρόνια, καί οἱ προφητεῖες διά τόν Χριστόν δέν δείχνουν βιασύνη ἐκπληρώσεως. Διά τήν Δευτέραν ὅμως Παρουσίαν τοῦ Χριστοῦ δείχνουν βιασύνην ἐκπληρώσεως. Καί ἔχουν παρέλθη 2000 χρόνια. Μήπως τό τέλος τῆς ἱστορίας εἶναι κοντά;
Después del Epígrafe introductor, se dirige hacia las Siete Iglesias de Asia Menor, en las que por mandamiento de Cristo envía el Libro del Apocalipsis, que finalmente toma un carácter epistolar.
A continuación describe el registro histórico del Libro: “Yo Juan… estaba en la isla llamada Patmos… yo estaba en el Espíritu en el día Domingo, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y el Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. (Apo 1,9-11) Περιγράφει ἐν συνεχείᾳ τό ἱστορικόν τῆς καταγραφῆς τοῦ Βιβλίου:
Y vuelve para ver quién le estaba hablando y ve siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante a hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinturón de oro. Sus cabellos eran blancos como la nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece el mediodía en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él me tocó, diciéndome: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y me convertí en muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de pasar después de estas” (1,17-19).
¿Quién era pues, el revelado? Era el Dios Logos humanizado o hecho hombre. Las siete estrellas son las siete Iglesias Locales de Asia Menor que antes nos hemos referido. Naturalmente como no son las únicas ni las más grandes e importantes, por eso bajo en número esquemático de siete, se entiende la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, hacia la que el Cristo envía siete epístolas, o siete matices que conciernen la Iglesia. Es cierto que las Epístolas históricamente corresponden a siete receptores eclesiásticos, pero el contenido se extiende a toda la Iglesia.
Es digno de observación que las siete estrellas que son los siete obispos de las correspondientes Iglesias, se encontraban en la mano derecha de Cristo. La Iglesia de Cristo está bajo Su mano, bajo Su jurisdicción y providencia, con toda la tripulación, laicos y clérigos, y nada se le escapa.
“Y qué dice el Señor a Juan? “Escribe al ángel de la Iglesia de Efeso”. De la misma forma el Señor se dirigirá a las siete Iglesias. Podemos apuntar con mucha brevedad un punto central de cada Epístola. El caso, como hemos dicho, nos interesa inmediatamente, porque el Señor se dirige a los fieles de la Iglesia de cada época o de todos los tiempos. Καί τί λέγει ὁ Κύριος εἰς τόν Ἰωάννην;
El Señor alaba esta Iglesia porque reprobaron y condenaron los pseudoapóstoles de los heréticos judaizantes, como también de los Nicolaítas. Sin embargo durante un intento contra los heréticos decayó algo la agapi (amor, cariño) de ella hacia el Jesús Cristo. “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor” (Apo 2,4). La queja de Jesús es que el entusiasmo, el ardor del corazón, la dedicación y el culto han aflojado. La agapi no se entiende en la Ortodoxia y en la ortopraxía (acción correcta o ortodoxa) como agotada, como también en la elevación particular agapítica del corazón hacia Dios.
Esta Iglesia es alabada por completo. “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, tu tristeza y tu pobreza, pero tú eres rico” (2,9). Se describe un tríptico del camino cristiano: Las obras como acción pastoral, y como obras de agapi y filantropía. El sufrimiento y tristeza como elemento de pureza y autenticidad que manifiesta las dificultades por las fuerzas contrarias a Dios y mundanas que combaten la Iglesia y la afligen de distintas maneras. La pobreza, como bien importante que muestra la comprensión del espíritu evangélico y también es elemento de autenticidad y pureza del Evangelio. Finalmente se describe la persecución futura por la que el Señor aconseja: “No temas en nada lo que vas a padecer”; y “sé fiel hasta la muerte”. La persecución es el clero de la Iglesia en el mundo. La Iglesia perseguida es la demostración que se encuentra al camino ortodoxo y tiene mucha jaris (gracia, energía increada) de Dios. La Iglesia no perseguida y que se concilia y alianza con el mundo, está reprobada de el Cristo.
La ciudad de Pergamo se llama por el Señor, trono del Satanás. Pero la Iglesia de Pergamo ha mostrado resistencia a la idolatría que entonces dominaba y tiene a su favor el martirio del Obispo Antipa. Pero hay quejas de Jesús: “Y tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas”. Los nicolaítas eran heréticos que seguían la doctrina del gnosticismo y eran considerados como antinomistas (contra la ley). En nombre supuestamente de la libertad cristiana tenían una concepción elástica, flexible sobre la fe y los pecados carnales. Principio de ellos era: “La carne debe hacer lo que le da la gana”. Hoy muchos cristianos nuestros con tener una percepción elástica sobre la ética y los pecados carnales, tienen como descendientes ancestros los Nicolaítas.
Esta Iglesia es alabada por la agapi, la fe, la diaconía (servicio) y su paciencia. Pero toleraba una pseudoprofetisa con el nombre simbólico de Isabel. Ella era cristiana engañada que servía al profetismo, médium o adivinadora, es decir, profecías demoníacas. En nuestros tiempos hay muchos y muchas de este tipo, con el sobrenombre de “iluminados”, que aparecen como visionarios, médium o adivinadores, hipnotizadores… Todos estos usurpan la Iglesia y el clero y engañan a los fieles. Son fácilmente percibidos porque muestran un celo exagerado de la fe, pero en realidad son falsos y son reprobados por el Cristo.
Punto central: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”. Un logos terrible. Cada uno encuentra a sí mismo. Se trata de una falsa imagen piadosa que en el fondo la vida espiritual está muerta. Es esto que apunta Pablo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2Tim 3, 1- 5).
Una epístola llena de alabanzas. “Por cuanto has guardado el logos de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que habitan sobre la tierra” (3,10). ¿Y cuál es esta tentación? Será la tentación de la fe y de la vida ética que abrirán el camino al Anticristo. ¿Quién permanecerá fiel en la Persona teantrópina (divino-humana) de Cristo cuando habrá no sólo cataclismo de la increencia, sino también persecución y martirio para aquel que estará creyendo a Cristo? “Guarda lo que tienes”; esta es la Paradosis (Divina Entrega o Tradición) de la Iglesia que debemos constante y firmemente mantenerla y guardarla.
Εἶναι ἡ Παράδοσις τῆς Ἐκκλησίας πού πρέπει σταθερά νά κρατήσωμε.
7. La Iglesia de Laodicea
Una epístola que combina vigor, severidad y ternura. “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (3,10). Son los creyentes que “cojean con los dos pies” (3Re 18,21), entre el Cristo y el mundo. Son los Cristianos secularizados o mundanizados que tienen un engreimiento o idea sobre sí mismo de una gran y alta religiosidad. Se dificultan hacer la metania (confesarse, arrepentirse y convertirse), porque viven con la psicología de la autosuficiencia, presunción y vanagloria. La respuesta de Cristo es: te vomitaré. A pesar de eso, el Señor hace un llamamiento de metania (arrepentimiento, introspección, confesión y conversión): ”Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta (de su corazón), entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí (al malvado) y con mi ascensión me senté con mi Padre en su trono glorioso” (3, 19-21).
Con el análisis de los tres primeros capítulos del Libro del Apocalipsis cierra la Primera parte del Libro, en la que se inspeccionó el presente de la Iglesia, como era de costumbre durante los años de san Juan Evangelista, con el envío de las Siete Epístolas a las Siete Iglesias de Asia Menor. Fue apocálipsis-revelación del presente, “las cosas que son” sin que esto excluya la revelación de la vida interior de la Iglesia como matices de todo su camino en la historia. Pero mientras esté avanzando el camino de la Iglesia dentro de los siglos y esté acercándose hacia su final que coincide con el final de la Historia, tanto más estarán densificando las tentaciones con la culminación de la presencia del Anticristo.
Así que la Iglesia se entrega en combates y luchas que se describen entre los capítulos 4,1 y 19,10. Es “lo que ha de suceder después de estas cosas”. El propósito por el que se expondrán las luchas futuras de la Iglesia es para instruir y preparar a los fieles en esto, enseñarlos, consolarlos y ayudarlos a que no sean escandalizados, no tengan miedo a nada ni se secularicen o mundanicen.
Las visiones que verá san Juan Evangelista y que se refieren a las luchas de la Iglesia, empiezan con una apertura del cielo. “Después tuve una visión. He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo, me decía: «Sube acá, que te voy a enseñar lo que ha de suceder después de todas estas cosas» (4,1). Pero, ¿cuáles cosas después? Después de la primera visión que san Juan Evangelista ha visto a Jesús glorificado y dictando el registro de las Siete Epístolas, y sin interrumpirse la continuación orgánica, la escena cambia y es traspasada desde la tierra al cielo.
Cuando uno estudia el Texto sagrado desde el capítulo 4º tiene la sensación de un espacio abierto, donde todo lo que se realiza, se encuentra unas veces a la tierra y otras veces al cielo y otras entre el cielo y la tierra. Una puerta abierta al cielo. Esto significa la revelación de los misterios escondidos del Espíritu Santo.
“Y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado” (4,2). El trono es el símbolo de la doxa (gloria, luz increada) de Dios, que su nombre se evita ser dicho, pero se hace una descripción simbólica. El aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Alrededor del trono otros 24 tronos que estaban sentados 24 Presbíteros (Ancianos) vestidos en blanco y con coronas de oro en sus cabezas. Es la κοινωνία (kinonía, conexión, comunión y unión) de Dios con sus creaciones y los ángeles. Los 24 Presbíteros (Ancianos) son la Iglesia triunfante, la Iglesia de los Santos sobre los cuales el Dios descansa y se regocija. Son Presbíteros (Ancianos) para que sea declarada la madurez espiritual. El número 24 es el doble que el 12, que significa esquemáticamente una gran multitud de santos. Las vestiduras blancas son el símbolo de la pureza o castidad y la santidad. Las coronas de oro son el símbolo de la victoria contra el mal, pero también es el “sacerdocio real” (Apoc 1,6). Los 24 Presbíteros (Ancianos) estaban sentados, que revela el descanso y regocijo de la Realeza increada de Dios.
“Están alrededor del trono” que recuerda la imagen de la Divina Liturgia. La imagen completa muestra el profundo misterio de la agapi (amor, energía creada) de Dios y su comunión con su creada Creación.
La Εἶναι «κυκλόθεν τοῦ θρόνου» πού θυμίζει εἰκόνα τῆς Θείας Λειτουργίας. Ὁλόκληρη ἡ εἰκόνα δείχνει τό βαθύτατον μυστήριον τῆς ἀγάπης τοῦ Θεοῦ καί τῆς κοινωνίας του μετά τῆς Κτιστῆς του Δημιουργίας
Desde el trono preceden relámpagos, voces y truenos. La imagen que hemos visto toma una dinámica y anuncia la inaccesible majestuosidad del Pantocrator (Omnipotente) Dios.
Las siete lámparas de fuego que arden ante el Trono de Dios y que son los Siete Espíritus de Dios, es decir, el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santa Trinidad en plenitud de sus energías increadas.
Delante del trono de Dios, un mar brillante como de cristal que obviamente es el “suelo” de toda la escena. Pero si es el “suelo” de la escena celeste, entonces para la tierra es su cielo, del cual el Dios supervisa y es el símbolo de la gnosis (conocimiento) de Dios de todas las cosas terrenales.
Alrededor del trono de Dios están cuatro animales, es decir, cuatro existencias angelicales que están llenas de ojos y cada una tiene seis alas. La multitud de los ojos manifiesta omnisciencia de Dios y las múltiples alas, la agilidad en la rapidísima ejecución de las Voluntades Divinas. El primer animal es el león, que muestra el esplendor real. El segundo el buey, que muestra la fuerza. El tercero es con rostro humano y muestra el genio humano. Y el cuarto es el águila y muestra la perspicacia. Estos animales son considerados también los símbolos de los cuatro Evangelios. Estos animales alaban a Dios perpetuamente con el himno: “Aghios, aghios, aghios o Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (4,8).
Con el fin del himno, los 24 Presbíteros (Ancianos) se prosternan y reverencian a Dios vivo el que está sentado al trono, mientras depositan las coronas de oro delante del trono, diciendo: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (4,11).
A continuación el santo Evangelista ve en la mano derecha del que está sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. El libro de la mano derecha de Dios revela su sapientísima memoria, el abismo de sus misericordias increadas y sus voluntades divinas. Los siete sellos muestran lo desconocido de las divinas voluntades en todos los seres sensibles y espirituales.
Entendemos que el contenido de este libro misterioso contiene lo que se va a describir en el Libro del Apocalipsis y desde los capítulos 6-22 que es toda la futura obra sanadora y salvífica de la Iglesia, la historia del hombre y del Universo, que es conocida sólo por el Cordero Degollado y el que abrirá los sellos y dictará el Libro del Apocalipsis que hoy nosotros tenemos en nuestras manos, y con lengua simbólica y profética.
A continuación el santo Evangelista escuchó una voz angelical proclamando: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”. Y nadie de los seres sensibles y espirituales podía abrirlo. Y Juan llora por esto. Pero un Presbítero le tranquiliza y que se ha encontrado Aquel que va abrir el misterioso Libro. Es “el León de la tribu de Judá, la raíz de David” (5,5). Es el Mesías Jesús, el Jesús histórico, el Humanizado o Hecho Hombre Hijo y Logos de Dios, el que por su obra redentora predominó, para abrir el Libro.
Y realmente continúa san Juan: “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro animales vivientes, y en medio de los Presbíteros (Ancianos), estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos” (5,6).
En toda imagen visible a partir de aquí, el Cordero en pie como inmolado, el cual es para nosotros el Padeciente Humanizado Dios Logos, tendrá una posición central en todo el Libro del Apocalipsis. A partir de aquí la Teología de la Cruz de los Evangelios es sustituida por la Teología del Cordero degollado, que naturalmente es la misma Teología con diferente imagen. Así que con la imagen del Cordero se completa también toda la imagen ensoñada, el Padre sobre el Trono, el Espíritu Santo con las siete velas encendidas, y el Hijo como Cordero. Es toda la Santa Trinidad, tal y como aparece también en los Evangelios y donde trabaja el Misterio de la Divina Economía.
Los siete cuernos del Cordero muestran la plenitud de Su poder real y Su fuerza. Los siete ojos muestran la omnisciencia del Hijo, pero también los siete Espíritus-Velas que muestran que el Hijo envía el Espíritu Santo al mundo, como También el Padre. “Pero cuando venga el Paráclitos, Espíritu Santo, al que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu Santo de la verdad que la transmite a los hombres, el cual procede del Padre, como un río emana de su fuente, él os dará testimonio de mí” (Jn 15,26).
Y continúa la descripción de la imagen contemplativa y escribe: Y he visto el Cordero que se acercó y tomó el Libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. Cuando lo tomó, los cuatro Animales vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero con incienso e himnos. Esto muestra que tanto el mundo Angélico, como el mundo de los hombres reverencian y adoran la naturaleza humana de Cristo en culto, como también la Divina Naturaleza. El hecho de la recepción del Libro se considera como un hecho cosmo-histórico transcendental, por eso provoca la doxología (alabanza) de los Ángeles y los Santos.
Después de la doxología de miríadas de Santos Ángeles y los cuatro Animales y los 24 Presbíteros (Ancianos) y todas las creaciones del cielo, de la tierra y debajo de la tierra, y dicen: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” (5,12).
San Juan ve a continuación la apertura de los 7 sellos. Pero antes de avanzar en el análisis de estos, deberemos apuntar que después de la apertura también de los 7 sellos que corresponden en 7 imágenes apocalípticas (revelativas), viene una nueva septenaria, conjunto de 7 de imágenes contemplativas que se abren con el toque de trompeta de los ángeles. Después de esta septenaria viene una tercera septenaria que se refiere otra vez a siete nuevas imágenes contemplativas, con la característica del derramamiento respectivamente de las siete bombonas. Dentro de estas tres septenaria, conjuntos de 7 imagenes, es decir, un total de 21 imágenes, tenemos los aspectos del camino de la Iglesia y la historia en imágenes contemplativas.
Καί εὑρισκόμεθα εἰς τό 6ον Κεφάλαιον.
Ὁ Ἅγ. Ἰωάννης βλέπει εἰς τήν συνέχειαν τό ἄνοιγμα τῶν 7 σφραγίδων. Πρίν ὅμως προχωρήσωμεν εἰς τήν ἀνάλυσίν τους, θά πρέπη νά σημειώσωμε ὅτι μετά τό ἄνοιγμα καί τῶν 7 σφραγίδων πού ἀντιστοιχοῦν σέ 7 ἀποκαλυπτικάς εἰκόνας, ἔρχεται μία νέα ἑπτάδα ὀπτασιακῶν εἰκόνων πού ἀνοίγουν μέ τό σάλπισμα ἑπτά ἀγγέλων. Μετά καί ἀπό αὐτήν τήν ἑπτάδα, ἔρχεται μία τρίτη ἑπτάδα πού ἀναφέρεται πάλι σέ ὀπτασιακές εἰκόνες μέ χαρακτηριστικό τήν ἔκχυσιν ἀντιστοίχως ἑπτά φιαλῶν. Μέσα σέ αὐτάς τάς τρεῖς ἑπτάδας, σύνολο δηλαδή 21 εἰκόνων, ἔχομεν ὀπτασιακάς πτυχάς τῆς πορείας τῆς Ἐκκλησίας καί τῆς ἱστορίας.
Y ahora surge la pregunta. ¿Durante la exposición de estas visiones, cómo se deben entender y ordenar con el tiempo? Es decir, ¿una septenaria de visiones cubre una serie de acontecimientos, con el final de estos comienza una nueva serie de acontecimientos-visiones? O sea, ¿cuál es la relación con el tiempo de estas tres septenarias, o 3 conjuntos de 7 imagenes de revelaciones? Se han formulado dos nociones sobre la relación con el tiempo de las tres septenarias de imagenes-visiones.
Καί τώρα τίθεται τό ἐρώτημα. Κατά τήν διάρκειαν τῆς ἐκθέσεώς των πῶς πρέπει νά ἐννοηθοῦν χρονικά; Ἡ μία, δηλαδή, ἑπτάδα ὁραμάτων καλύπτει μία σειρά γεγονότων, μέ τό τέλος τῶν ὁποίων ἀρχίζει νέα σειρά ὁραμάτων – γεγονότων; Ποία, δηλαδή, εἶναι ἡ χρονική σχέσις αὐτῶν τῶν τριῶν ἑπτάδων ἀποκαλύψεων; Ἔχουν διατυπωθεῖ δύο ἀντιλήψεις περί χρονικῆς σχέσεως τῶν τριῶν ἑπτάδων – ὁραμάτων.
La primera noción o consideración acepta en círculos paralelos la repetición de estas cosas e ideas o acontecimientos de las imágenes septenaria de las visiones sucesivas y se llama teoría de la repetición o de la recapitulación o teoría cíclica. Es decir, cuando se hayan cumplido los acontecimientos de los siete sellos, comienza el cumplimiento de las siete trompetas; y cuando estas sean cumplidas, comienza el cumplimiento de las siete bombonas. Y cuando estas también son cumplidas, comienza otra vez el ciclo de los siete sellos… O sea que tenemos tres círculos paralelos de cumplimientos de septenarios acontecimientos que continuamente se completan hasta el final de los siglos con más densidad conforme van acercando a los últimos, ésjatos tiempos.
Caso típico: “Hijos míos, ésjatos-última y decisiva es la época actual. Y por la enseñanza de los apóstoles habéis escuchado que el anticristo viene, y ahora han surgido muchos anticristos, que son órganos engañados y heréticos del anticristo. Por eso conocemos que es la última hora” (1Jn 2,18). Última hora es cada momento, donde también aparecen los anticristos. Ellos continuarán apareciendo hasta que venga realmente la última hora con el Anticristo real, ya que los anteriores fueron sus precursores.
El segundo método acepta el progreso rectilíneo periódico o cronológico de los simbolizados en las particulares visiones de los acontecimientos, y se llama teoría o contemplación cronológica. Es decir, cuando sean cumplidos los acontecimientos de la primera septenaria (conjuntos de 7 imagenes), avanzamos hacia los acontecimientos de la segunda hasta llegar a los postreros tiempos sin repetición de los acontecimientos.
Por ejemplo; “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas“ Mt 24,29). Como vemos, aquí se trata de una posición rectilínea de los acontecimientos. A pesar de esto los mejores intérpretes del Apocalipsis, antiguos y nuevos, aceptan la primera teoría sin excluir la segunda. Es decir, aceptan que una profecía, y también de los antiguos profetas, no se agota en un momento del tiempo, sino que está entrelazada con lo inmediato, el futuro y el futuro póstumo. Una profecía se repite y a la vez avanza.
Estos dos métodos pueden ser represntados por una línea espiral, es decir, con un alza cuesta arriba, alrededor de una montaña circular, que después de cada círculo completo el escalador se encuentra en un punto más alto que el principio y a la vez puede ver la superior punta final. (P. Brasiotis).
Οἱ δύο αὐτές μέθοδοι μποροῦν νά παρασταθοῦν μέ μίαν ἑλικοειδῆ γραμμή, δηλαδή μέ μία ἀνηφορική ἄνοδο γύρω ἀπό ἕνα κυκλικό βουνό, πού μετά ἀπό κάθε πλήρη κύκλον ὁ ἀναβάτης εὑρίσκεται σέ ἕνα ἄνωθεν σημεῖον ἀπό τήν ἀφετηρίαν καί ταυτοχρόνως νά μπορῆ νά βλέπη τήν κορυφήν. (Π. Μπρατσιώτης).
Un punto más que se debe recalcar es que las cosas profetizadas por el Apocalipsis empiezan desde el momento que se dio el libro para su publicación. Cada cosa que se realiza es un preludio de los acontecimientos que vienen con el resultado final la Segunda Presencia de Cristo.
Y ahora vamos a ver la apertura del sello de aquel Libro misterioso.
1. El Cordero abre el primer sello, y san Juan ve un caballo blanco y el que está sentado sobre el caballo tiene en su cabeza un arco y una corona, que son símbolos de victoria, poder y realeza increada. El que está sentado es el Cristo, o el Evangelio bajo de Cristo, el Cristianismo que es predicado a las naciones por boca de los Apóstoles. Es un amanecer del Cristianismo. Καί τώρα ἐρχόμεθα νά ἰδοῦμε τήν ἀποσφράγισιν τοῦ μυστηριώδους ἐκείνου Βιβλίου.
“Y salió venciendo y para vencer”. Aquí vale la pena que apliquemos los dos métodos de interpretación, mencionados anteriormente. El primer sello expresa el kerigma, predicación del Evangelio al mundo. Según la teoría cronológica, después de la propagación del Cristianismo en el mundo por los Apóstoles, se debería el primer sello haber expirado y a partir de aquí no tener divulgación del Evangelio. Pero según la teoría circular, el primer sello no se agota sino que el kerigma, predicación apostólica a través de sus sucesores continúa hasta hoy en día y hasta el fin del mundo.
«Καί ἐξῆλθε νικῶν καί ἵνα νικήσῃ». Ἀξίζει νά ἐφαρμόσωμε ἐδῶ τάς ἤδη ἀναφερθείσας μεθόδους ἑρμηνείας. Ἡ σφραγίδα ἡ πρώτη ἐκφράζει τό κήρυγμα τοῦ Εὐαγγελίου εἰς τόν κόσμον. Κατά τήν χρονολογικήν θεωρίαν θά πρέπει μετά τήν διάδοσιν τοῦ Χριστιανισμοῦ ὑπό τῶν Ἀποστόλων εἰς τόν κόσμον, ἡ πρώτη σφραγίδα νά ἔχη ἐκπνεύση καί ἐφ᾿ ἐξῆς νά μή ἔχωμε διάδοσι τοῦ Εὐαγγελίου. Κατά τήν κυκλικήν θεωρίαν, ἡ πρώτη σφραγίδα δέν ἐξαντλεῖται ἀλλά τό ἀποστολικόν κήρυγμα διά τῶν διαδόχων των συνεχίζεται μέχρι σήμερον καί μέχρι συντελείας.
2. Con la apertura del segundo sello salió otro caballo bermejo. Y al que estaba montado se le fue dado poder de tomar la paz de la tierra y los hombres matarse los unos con los otros. El Evangelio comenzó a transmitirse y fue aceptado por todos los hombres, por eso se lanzaron persecuciones contra los Cristianos y aparecieron los Mártires de la Fe. Pero como el caballo blanco, es decir, la propagación del Evangelio continuamente se extiende dentro en la historia, así también el caballo bermejo, es decir, las persecuciones serán extendidas contra los Cristianos y así tendremos continuamente nuevos Mártires.
3. Con la apertura del tercer sello sale el caballo negro, que el que está montado sobre este, tiene en su mano una balanza. Y se escuchó la voz: 1 denario será vendido el kilo del trigo y con 1 denario tres kilos de maíz. Y no falte el pan y el aceite. Es una hambruna que va a venir donde los hombres estarán muriendo de hambre. Esto será a causa de la apostasía de los hombres de el Evangelio.
4. Con la apertura del cuarto sello se proyectó un caballo amarillo, que su nombre es «Θάνατος zánatos Muerte». El Hades le seguía, y tomó el poder de matar la cuarta parte de la población de la tierra con guerras, enfermedades, hambre y bestias salvajes. Todo esto será resultado de la apostasía de Dios. Si nos fijamos un poco en la apertura progresiva de los cuatro primeros sellos, observaremos que tenemos un escalonamiento progresivo: La propagación del Evangelio, su persecución, el castigo de los perseguidores con hambre, con enfermedades y con guerras.
5. Hasta ahora de las heridas que se han enviado parece que los creyentes se han perdido. La respuesta viene a dárnosla san Juan con la apertura del quinto sello: San Juan ve que “bajo el altar las psiques-almas de los que habían sido muertos por causa del logos de Dios y por el testimonio que tenían” (9,6). Es decir, piden la apocatástasis (restablecimiento), resurrección de los muertos, y se les afirma que descansarán, se entiende al Paraíso, después de poco tiempo hasta que también los demás hermanos se hagan mártires y testigos dentro en la historia. Se trata del martirio y testimonio que deben tener los creyentes ante sus ojos, si realmente quieren ser fieles. Este pasaje es un punto fuerte a favor de la vida de las psiques y su permanencia en el Paraíso, que aquí se coloca por debajo del Altar de Dios.
6. Y venimos al Sexto sello que es muy extenso. Se divide en tres partes, de los cuales la primera aprte se refiere a la perturbación y desorientación del universo y las dos últimas son diapsalmos (tipo salmos).
La primera parte descibe que con la apertura del sello hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro y la luna se volvió toda roja como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y tenemos grandes cambios geopolíticos, todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los hombres de la tierra con mucho miedo se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
Aquí aplicaremos el método rectilíneo que también utiliza el Señor en los Evangelios: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas” (Mt 24,29). O como escribe san Pedro: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón, y en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos, abrasados, serán disueltos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2Ped 3,10). Se trata de los ésjatos, postreros acontecimientos y trastornos del universo, de donde vendrá, como veremos al final del libro, el nuevo Universo, la Realeza increada de Dios. Los acontecimientos sobre la Cruz, como el terremoto, el oscurecimiento del sol, etc. Fueron preludios de aquellas cosas que van a ocurrir durante la Segunda Presencia de Cristo.
Pero debemos de decir que antes que se hagan todas estas perturbaciones universales, habrá terremotos y perturbaciones sobre la fe y las conductas éticas o moral. En la angustiosa pregunta de la Iglesia ante estos acontecimientos trascendentales, “quién se puede salvar?, viene inmediatamente el siguiente doble Diápsalmo (tipo de salmo) para dar la respuesta. Son dos visiones fascinantes, muy reconfontantes y consoladoras que muestran la posición de los fieles dentro en estas terribles perturbaciones y revueltas. La primera escena-visión es terrenal, en cambio la segunda una breve pero amplia imagen de la vida celeste de los creyentes. Así que con estas dos visiones quiere informar al fiel que cualquier cosa que pase en la tierra que no tenga miedo, porque le espera en el cielo la bienaventuranza y la felicidad de Dios.
A´ Los cuatro ángeles tienen los vientos vivificantes de la tierra. Un quinto ángel les dice que antes de proceder a esta obra desastrosa para el castigo de los infieles, que vengan a sellar a los fieles siervos de Dios en sus frentes. Es una representación simbólica de la claúsula escrita: “Conoce el Señor a los que son suyos” (2Tim 2,19). Ya la Iglesia sella sus fieles con los misterios del Bautismo y el sello de la Crismación. Α΄ Τέσσερις ἄγγελοι κρατοῦν τούς ζωογόνους ἀνέμους τῆς γῆς. Ἕνας πέμπτος ἄγγελος τούς φωνάζει ὅτι πρίν προβοῦν εἰς τό φθοροποιόν τοῦτο ἔργον τους διά τήν τιμωρίαν τῶν ἀσεβῶν, νά ἔλθουν νά σφραγίσουν τούς πιστούς δούλους τοῦ Θεοῦ εἰς τά μέτωπά τους. Εἶναι μία συμβολική παράστασις τῆς γραφικῆς ρήτρας: «Ἔγνω Κύριος τούς ὄντας αὐτοῦ (Ἀριθμ. 16,5. Β΄Τιμ. 2,19). Ἤδη ἡ Ἐκκλησία σφραγίζει τούς πιστούς της μέ τά μυστήρια τοῦ Βαπτίσματος καί τοῦ Χρίσματος.
¿Y cuál es el propósito del sellado? Desde luego no para evitar el Martirio, sino la protección de los fieles de el engaño del Anticristo. Por supuesto que debe tener también un carácter de protección más general. El Cristo dice “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mt 24, 21-23).
Esta selladura tiene un una característica especial según el caso y la época. Una selladura profética tenemos en Ezequiel 8,1-18 y 9,1-11. Otra selladura histórica tenemos durante la destrucción de Jerusalén a través de Bespasiano y Tito el 70 dC. Los Cristianos se acordaron de los logos del Señor en relación a esto, ya que se marcharon de la ciudad y se salvaron. La selladura de los fieles durante los postreros-ésjatos días no conocemos qué forma tendrá, pero entonces el Dios lo revelará mediante Su Iglesia.
Y el santo Evangelista oye el número de los sellados. Son 144.000 de las 12 tribus de Israel. No es exacto el número, sino simbólico y se trata espiritualmente del Nuevo Israel, los Cristianos, también cristianos de los judíos y los de las naciones.
B´ Ahora vamos al Segundo Diapsalmo (tipo de salmo) según la solución del sexto sello. Aquí se ve la liturgia-función de la Iglesia triunfante. Es una escena que muestra el futuro de los fieles que serán sellados en la tierra. Este diápsalmo es una de las páginas más bellas de la Santa Escritura y el punto culminante de Libro del Apocalipsis. “He aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar” de todos los pueblos, tribus y lenguas de todos los siglos y épocas. Todos estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la Sangre del Cordero, es decir, se han convertido en mártires y testigos de Cristo, por eso no hay para ellos lágrimas y dolores, hambre y sed, sufrimiento y cansancio. Se encuentran siempre ante el trono de Dios y le alaban perpetuamente.
Con la apertura de este sello se hace en el cielo un silencio de media hora y después aparecen siete Ángeles con siete trompetas y que la presencia de ellos abre una nueva septenaria (conjuntos de 7 imagenes) de heridas. El cumplimiento de la segunda septenaria (conjuntos de 7 imagenes) no es una extensión del tiempo de la primera, sino simplemente aspectos y matices detallados de la primera septenaria (conjuntos de 7 imagenes), la cual fue expuesta diagramáticamente, en cambio ahora tenemos finura, minuciosidad y temeridad de imágenes.
Granizo, fuego y sangre cayó sobre la tierra y la tercera parte de ella se quemó como también la tercera parte del reino vegetal. Esta herida o plaga recuerda la primera y la séptima plaga de Faraón, que aquellas antiguas heridas faraónicas fueron tipos históricos de la herida esjatológica. Lo sorprendente es que son tipos históricos que no dejan lugar para una interpretación alegórica.
Un objeto grande como una montaña, ardiendo cayó sobre el mar y murieron la tercera parte de los peces, puesto que el agua del mar se hizo rojo como la sangre. Lo mismo ocurrió con la tercera parte de los barcos. Los antiguos intepretes eclesiásticos les era imposible imaginar que la ciencia técnica iba a progresar tanto y conseguiría tantos logros, que podrían dirigirse contra al mismo hombre. Aquí vale lo que dijo san Andrés de Kesarea: “El tiempo revelará a los nípticos o sobrios espiritualmente o los que están en nipsis”. Hoy en día una contaminación radiactiva por la explosión de una bomba atómica puede traer tal desastre como se prevé en la profecía.